Diseño con pasos firmes
Trabajó como asesor de imagen de misses, recorrió el mundo y ahora es el diseñador de la firma Patric Love, cuya imagen es la supermodelo Linda Evangelista. El diseñador Julio César cuenta cómo un abogado valenciano logró aterrizar en las pasarelas internacionales y caminar en tacones en las alfombras rojas
Llega al punto de encuentro y hace sentir su presencia sin alardear, solo viste impecablemente y habla modulando cada palabra, emulando lo que pudiera ser una especie de “español neutro”, bastante distanciado de la cadencia del trópico. Se muestra dispuesto a la conversación, pero al mismo tiempo se percibe el distanciamiento propio de quien habla de lo suyo con alguien que no conoce. Afortunadamente, la tarde caraqueña y el tono de la charla se encargaron de distender el ambiente en cuestión de minutos.
Julio César Cruz Molina, el abogado valenciano amante de la ópera, el arte y las buenas maneras, habla de sí mismo en tercera persona revelando los detalles de su historia como quien cuenta la vida de otro. Como si aún no estuviese del todo consciente de lo que ha alcanzado en tan poco tiempo. A sus 31 años, se perfila como uno de los nuevos diseñadores venezolanos en la escena internacional con la casa de modas Patric Love. Su historia es la de quien supo aprovechar las oportunidades y valorar su propias habilidades.
Quien lo vio en su infancia seguro pudo intuir lo que vendría. El niño que peleaba con sus primas para vestir la muñeca de She-Ra (hermana de He-Man, comiquita ineludible de los ochenta), decidía qué ponerse y asesoraba a su madre en materia de estilo, llegó a los 17 años preparando los outfits de las candidatas de la organización Miss Carabobo rumbo al Miss Venezuela. Posteriormente, Julio César preparó a jóvenes que participarían en el Miss Venezuela y en 2006 se fue a Europa a trabajar con la organización Miss Polonia. De esa experiencia, y gracias a los contactos profesionales que hizo durante sus viajes, surgió la oportunidad de trabajar unos meses en Asia en producciones fotográficas editoriales y publicitarias. Prada, Suzuki y las versiones asiáticas de las revistas Marie Claire y Ocean Drive son algunas de sus cartas de presentación.
Después en Los Ángeles fue convocado para formar parte del equipo de lo que sería una nueva firma de diseño de modas llamada Patric Love. Asistió a las reuniones en las que se determinaría quién sería el diseñador de la firma y, mientras decidían si sería Pierre Cardin o John Galliano, alguien sugirió su nombre.
El abogado de la Universidad de Carabobo nunca había diseñado nada; no obstante, su trabajo siempre había sido ayudar a las mujeres más bellas del planeta a armar sus looks. Lo dudó, mas tuvo la convicción de creer en su propio talento y finalmente aceptó: “Tener una oportunidad así era maravilloso, pero tenía miedo de exponerme, no era cuestión de juego. Dije que sí, tengo 16 años vistiendo mujeres, solo tengo que plasmarlo en papel”. Una vez tomada la decisión, el siguiente paso era elegir la imagen de la marca. Nicole Kidman, Charlize Theron y Linda Evangelista eran las opciones. Y el recién estrenado diseñador de Patric Love tomó una de sus primeras decisiones cruciales: “Nicole y Charlize son reconocidas y hermosas, pero Linda es el ícono con el que muchos diseñadores han crecido, es una mujer con 637 portadas en las mejores revistas del mundo. Ella tiene una clase, un charm que cualquier diseñador sueña. En la historia siempre va a quedar que Linda Evangelista trabajó con Karl Lagerfeld, Versace y Patric Love. Y eso es algo que nadie me va a quitar”.
Julio César (también conocido como Prince Julio César) tiene un año y cuatro colecciones al frente de la firma. El éxito viene acompañado de una mayor exposición a la que no estaba acostumbrado, pero a la que ha sabido adaptarse: “El día después del primer showroom mi nombre estaba en todos los portales web de moda. Me llamaron desde Polonia para decirme que aparecía en foros de belleza polaca. Fui a una gala donde la prensa me estaba esperando y no fue fácil enfrentarme a ese fenómeno. Les expliqué que era mi primera vez ante la prensa y les pedí que por favor me ayudaran un poco”.
Un hecho que ha llamado la atención en sus apariciones públicas es que se muestre caminando en un par de tacones Louboutin de vértigo que se han convertido en su sello personal: “Todos los diseñadores tienen algo que los identifica. Tú jamás vas a ver a Karl Lagerfeld sin sus lentes, sus guantes y su cuello alto, por ejemplo. Así que me reuní con la gente de Patric Love y les dije que en las presentaciones quería usar tacones. Siempre he amado usarlos, solo que antes lo hacía en un entorno privado y ahora lo hago en público. Es mi marca, mi manera de decirle al mundo quién soy. Es decirles a las mujeres que las interpreto, que sé lo que se siente llevar tacones. Por el hecho de usarlos no dejo de ser hombre”.
Para Julio César, su carrera como diseñador apenas despunta; sin embargo, no desespera en la búsqueda de su propio camino en el mundo de la moda. El reconocimiento que ha tenido el trabajo de sus colegas lo anima a seguir adelante: “Sabemos que existe una Carolina Herrera, un Ángel Sánchez, un Oscar Carvallo. No reconocer eso sería una desfachatez (…) No sé si el estrellato exista, pero la moda es una carrera que no para y yo tengo la gasolina para no parar”.
Epígrafes:
“Un día estando en un partido de polo me encontré a Ralph Lauren y me preguntó si yo era diseñador. Le dije que no y me dijo que no me preocupara, que cuando él comenzó tampoco lo era”
“Difiero de la idea de que el mundo de los concursos sea un trampolín para la moda. Cuando vas a la Semana de la Moda de Nueva York no ves misses, ves mujeres que se prepararon para ser modelos. Cuando una mujer llega al mundo de la moda diciendo que fue miss, se le cierran las puertas”
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