Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

miércoles, 23 de julio de 2014

Con motivo del 24 de julio de 1783 cuando se conmemora el nacimiento de Simón Bolívar en Caracas, Venezuela, qué mejor que compartir su Mapa de vida vista a la luz de la Cosmobiología enviado por Freddy Sarcos Boscán (VI)

ALGUNAS ENFERMEDADES Y LO QUE NO DICE LA AUTOPSIA.
"El Parricidio de Santa Marta, Simón Bolivar asesinado"
Profesor Luís Salazar Martín
Monografias.com
 No pretendo pormenorizar las enfermedades del Libertador sino resaltar algunos de sus padecimientos.  He consultado la obra "Ha muerto el Libertador" publicada por ediciones del Rectorado de la Universidad Central de Venezuela en 1980, así como también algunos retratos como "evidencias" parciales para, ubicar la sintomatología conocida enfatizando, por supuesto, los envenenamientos sufridos en varias ocasiones y en diferentes épocas.
Es de acotar que Bolívar practicaba un excelente régimen alimentario más bien vegetariano, no fumaba, bebía muy poco y tomaba raramente café.  En la medida de las posibilidades, hacía cultivar un pedazo de terreno para consumo personal pero tenía un gran defecto: no tomaba medicinas oralmente ni aún en las peores citaciones y jamás  consultaba médicos sino hasta Diciembre de 1830 cuando buscó quien lo atendiera. Gabriel H. Pineda 2 cita el diario del propio Revérénd, que Bolívar se curaba a si mismo "mediante un tratado de higiene que siempre lleva consigo". En la obra publicada por la U.C.V. encontramos que, a menos de dos meses de su fallecimiento, decía El libertador:
 <<<"porque no hay buen medicamento para quien no lo toma, pues ésta es mi mayor enfermedad y lo peor es que es irremediable; porque prefiero la muerte a las medicinas.">>> (Pág. 451). Claro que, en condiciones normales, es una posición muy lógica en quien se sabe tener una constitución resistente y comprende que sólo la comida puede causarle daños por lo cual se ceñía a una dieta racional, según el caso. Su forma de curarse, cuando se veía en situaciones extremas era "vomitando bilis" y aún sostenía en sus últimos meses:
 <<<"Yo conozco y los Profesores me lo han aconsejado que debo navegar para remover mis humores biliosos y limpiar así mi estómago por medio del mareo, lo que para mi es un remedio infalible, ya que no puedo vencer la repugnancia de tomar remedio por la boca">>>  (Pág. 449)
 Aunque dijo a Urdaneta a principios de 1830 (Pág. 449):
 <<<"quién sabe si yo me estoy matando por no hacerme nada y siguiendo un régimen errado">>>
 Pero es que El Libertador no le cabía la idea de estar siendo envenenado a pesar de la serie de males que, en poco tiempo, lo había convertido prematuramente en un anciano de 80 años, que no podía caminar sin la ayuda de un edecán o de su sobrino y acusaba al clima, a los sitios donde residía o por donde transitaba (el calor le atacaba los nervios y el frío llamaba al reuma) como causante de sus achaques pero jamás inculpaba a persona alguna, mientras su organismo se colapsaba progresivamente llegando a pesar unos 27 kilos.
 <<<"Yo sufría antes de bilis y contracción de nervios y ahora ha resucitado mi antiguo reumatismo; así es que cada remedio, o cada precaución que tomo para impedir el progreso de cada una de las enfermedades, perjudica a la otra muy frecuentemente">>>,
 Escribía desde Soledad en octubre de 1830 (Pág. 448) y a Urdaneta el 6 de noviembre: 
 <<<"Mi mal se va complicando y mi flaqueza es tal que hoy mismo me he dado una caída formidable, cayendo en mis propios pies sin saber cómo y medio muerto">>>  (Pág. 452)
 <<<"Mis males van de peor en peor, ya no puedo con mi vida, ni la flaqueza puede llegar a más">>>
 Le escribe a Montilla el 23 de septiembre (Pág. 454) mientras que el 24 (Pág. 455) le dice a Justo Peña que:
 <<<"Sólo los que me han visto pueden tener una idea del estado de flaqueza y de debilidad en que estoy">>>
Cuando llega a Santa Marta el 1° de diciembre (Montilla envió el bergantín MANUEL de Joaquín de Mier) y tienen que llevarlo en una silla de mano.  Dice el doctor Beaujón (Pág. 456) que estaba: "lívido, descarnado, con la pupila apagada parecía un cadáver escapado de la fosa"
 Y para colmo de males, un bendito hipo recurrente desde el 5 de diciembre.
El primer envenenamiento, durante su estadía en San Cristóbal del Táchira en 1820 "curado con bebidas arsenicales" no lo denuncio como atentado; luego, en 1824 en Plativilca, Perú, sufre otro envenenamiento "combatido con el mismo tratamiento" y finalmente el definitivo en 1830, ante el cual sucumbe, pero nunca delato tales agresiones contra su integridad física como acciones premeditadas.
 Se han resaltado estos tres momentos (aunque dividiré sus padecimientos en cuatro partes) por las lesiones orgánicas desencadenadas y si bien soportó otras enfermedades, la intoxicación sistemática a partir de 1828, finalmente debilita sus defensas y lo hace sensible a contraer otras dolencias, llamar padecimientos viejos, manifestar síntomas de engañoso diagnóstico, permitiendo agravarse un resfriado que en menos de dos años degenera en tuberculosis mortal, que los conjurados propician por todos los medios y que ha sido expuesta y sublimada para validarla en forma irrebatible.
 Se podrá argumentar que El Libertador había realizado una obra gigantesca y vivido en campaña militar muchos años, tramontando páramos, atravesando ríos y quebradas posiblemente contaminadas, consumido agua y alimentos en mal estado, permanecido bajo la lluvia, el sol o a la intemperie y en lugares malsanos, por lo tanto haber contraído dolencias y enfermedades ocultas y manifiestas, e incluso insoportables padecimientos morales, pero es que los demás revolucionarios de aquella histórica gesta no se quedan atrás; algunos menos, otros más, pero que al final de cuentas, solamente Bolívar estaba físicamente acabado, destruido materialmente .a los 47 años de edad!!!
 Veamos, escuetamente lo sucedido al General Rafael Urdaneta:  "El General Urdaneta en 1818 fue herido en la batalla de Semen lo que le ocasionó algunas molestias; en 1820 contrae reumatismo, producto de marchas intransitables en donde le tocó dormir 10 noches sobre el lodo, esta enfermedad le perturbó por más de seis años. Al terminar la guerra de independencia, después de tanto padecer, perdió el ojo izquierdo, pero pese a sus quebrantos de salud seguía al frente de sus responsabilidades.
Ya para 1845 estaba muy afectado por sus múltiples quebrantos físicos, pues, un cálculo vesical, que hoy se conserva en el Museo Histórico R. Urdaneta, le causa la muerte en París el 23 de agosto de 1845 cuando tenía 56 años de edad" .
 De la obra publicada por la U.C.V. consulté la parte de la investigación documentada (EL LIBERTADOR ENFERMO) presentado por el doctor Oscar Beaujón a la reunión de médicos para tratar de establecer con exactitud, la causa específica de la muerte de Bolívar, documentación realizada bajo los auspicios de la SOCIEDAD VENEZOLANA DE HISTORIA DE LA MEDICINA el 27 de junio de 1963.  Trabajo de equipo profesional donde abundan las frases y dictámenes técnicos, en el cual, como es evidente, el doctor Beaujón pone expresiones en boca de El Libertador.
 Al final de este capítulo transcribo literalmente la posición final de los galenos resaltando que todos concuerdan que en San Cristóbal y Plativilca sufre los momentos más álgidos de las enfermedades y los doctores inducen como sintomatología: "cólicos y colitis aguda febril de naturaleza amibiana" (Pág. 471). En San Pedro Alejandrino, convergen también ya que la bilis negra la definen como "heces teñidas de sangre vieja de procesos colónicos crónicos"; por supuesto, declaran al cierre (Pág. 472) a la tuberculosis como la enfermedad que lo mató.
También es importante para mi estudio que apliquen a los diferentes momentos críticos, el mismo "enfoque clínico" porque San Cristóbal, Plativilca y San Pedro Alejandrino, no sólo están distantes geográficamente (Venezuela, Perú y Colombia) sino en el tiempo (1820, 1824 y 1830), y siendo los síntomas y diagnósticos similares, similares deben ser los agentes causantes.
Haré ahora la división general de cuatro períodos para una mejor apreciación de los lapsos que ocuparon algunas de las enfermedades sufridas por Bolívar.
I
 La primera fase abarca un periplo de unos 17 años (1803-1820) en los cuales sufre enfermedades pudiéndose descartar envenenamientos. Arranquemos del mes de enero de 1803 en que la fiebre amarilla acabó con su mujer y Bolívar, en octubre de ese mismo año, viaja a Europa llevando una vida disipada hasta el punto que:
 <<<".todo me aburría y fastidiaba de tal manera que todo lo que obliga a pensar en el mismo asunto, sea por solo diez minutos me fatiga la cabeza, hasta obligarme a dejar la pluma o la conversación para tomar aire en la ventana">>>  (Pág. 422)
(Siguiendo el relato del doctor Beaujón):
<<<".pronto caí en un estado tal de consunción que los médicos declararon que iba a morir">>>
 Mas adelante, sin perder el hilo del trabajo que consultamos y:
 <<<"Superada la tremenda crisis sufrida y relatada, siguiendo exageradamente los consejos de Simón Rodríguez me dirigí en noviembre de 1806, a los Estados Unidos de América del Norte, a donde llegué el mes de enero de 1807, después de haber pasado una navegación muy desagradable por el mal tiempo y por mi mala salud, sintiéndome de calenturas">>>
 En Venezuela, para junio de 1807, gozaba de "Buena Salud" en su hacienda de San Mateo, Estado Aragua, donde se recupera y pasa largos meses de "tranquila" vida campestre.  Cuenta con 24 años de edad.
 Continuamos con el 18 de diciembre de 1812 en Barrancas, hoy Colombia, ya incorporado a la lucha armada y con 29 años que:
 <<<"sufrí un agudo ataque de fiebres.  Permanecí tres días sin conocimiento">>>
 y el 27 de diciembre del mismo año:
 <<<"volvió a atacarme la fiebre, pero esta vez no fue grave. No perdí el conocimiento">>>  (Pág. 424)
 Es curado con reiteradas dosis de quinina.
 Para el 7 de enero de 1813 lo atacaron de nuevo las fiebres:
 <<<"temí perder el conocimiento.  Lo veía todo rojo, luego pálido y temblaba de frío">>>
En 1814 (Pág. 425)
<<<"Me vi atacado por una malaria muy maligna.  La fiebre me ayudó a comprender muchas cosas">>>, escribía después de la derrota sufrida en la batalla de La Puerta.
 El 3 de marzo de 1818 mostraba gran debilidad y fiebre y el 16 sufrió de nuevo de malaria. Para el mes de mayo tenía llagadas las nalgas (callos en las nalgas verificó años después la autopsia) por montar a caballo. Pero se recupera de estos males.
 Bolívar supera esta "etapa" de su vida. El descanso y la atención de su salud lo ponen en el ejercicio de sus aptitudes a toda plenitud.
 Para 1819 Bolívar contaba con 36 años de edad y el doctor Beaujón diagnostica que "gozaba de salud perfecta y de una actividad física y moral asombrosa" Pág. 426) e instala en Angostura el Congreso Constituyente de la Segunda República de Venezuela. Comienza a brillar su estrella.
 A su llegada a San Cristóbal (el 7 o el 8 de febrero de 1820) estaba bueno y salvo, después del triunfal Congreso de Angostura, planeando la libertad, el Derecho Político, y el arbitraje internacional continentales, exteriorizando la grandeza de sus ideales, preparando la campaña de Carabobo y pensando en la Campaña del Sur.
 El día 8 ordena a Santander: "levantar ejércitos en Antioquia, Chacó y Popayán; lo instruye sobre un hermoso decreto relativo a la libertad de los esclavos de esas regiones y le ratifica las órdenes para que mande al Sur el batallón Albión y el escuadrón de Guías con todos los equipos necesarios y con Salom de Jefe expedicionario.
El 10 de febrero, ya en Táriba, dirige todos sus proyectos a defender el norte de la Nueva Granada y tomar Maracaibo (que deja a cargo de Montilla), y pensó quedarse en Pamplona para estar en contacto con el Bajo Apure, con el enemigo, Santa Marta y Maracaibo. El 20 de febrero, en Bucaramanga, da instrucciones al Coronel Carmona para marchar al Páramo de Cachiró para sorprender la avanzada del enemigo y desalojarlo de Ocaña, asimismo dictó las órdenes pertinentes para que la Legión Irlandesa marchara a tomar a Maracaibo (.) así, desde Santa Fe, donde llegó el 5 de marzo (1820), le daba instrucciones a Páez sobre lo que debería hacer en el plan general de operaciones, y le remite dinero a Urdaneta para la guardia (.) En Sogamoso (30 de marzo) se encuentra con el hecho horrendo, que le llenó de asombro, que en menos de cuatro días habían fallecido 50 hombres de la división Valdez y más de 100 fueron al hospital, a causa de un envenenamiento con chicha, el suceso tenía todas las apariencias delictuosas4.
En San Cristóbal anuncia la liberación de Maracaibo, Quito y Ocaña y hace referencia que de lograrlo el Ejercito Patriota sería "indestructible" vislumbrándose al excepcional estratega militar y al visionario de la Libertad y la constitución política de la Unión Americana que sellaría seis años después.
II
La segunda fase la ubico en San Cristóbal a raíz de la actividad desplegada durante los primeros cuatro meses de 1820 (36 años), por la cual, en abril, es severamente envenenado y en mayo hace referencia de la "enfermedad" sufrida sin conocer la causa.
Al leer el siguiente material, puede pensarse en síntomas sifilíticos por enfermedades contraídas en aventuras pasadas o en que, cuando Juan Vicente Bolívar lo engendró, manifestaba problemas por igual enfermedad mal curada, incluso en que sus padres fueron liquidados por la tisis; es más, hasta en "el mal de los Bolívar" que se conocía por el "mito negro", pero no necesariamente este último vástago, de ese poderoso tronco vasco (el apellido "BOLIBAR" data del siglo XII), tenía que sufrir todos los males de sus antepasados (el primer
Bolívar venido a Venezuela en el siglo XVI, después de una persecución por parte del Gobernador Alquiza, murió demente y en la mayor pobreza); es aceptable cierta predisposición por "contagio magnético" natural pero no al extremo determinista de un Simón con decrepitud sifilítica congénita, destinado a heredar y sufrir de sífilis y morir fatalistamente tuberculoso porque el resto de los Bolívar-Palacios, que tuvieron temprana descendencia, sus sobrinos que a la vez tuvieron otros tantos hijos e hijas, desmienten tales argumentos pues no los mató la tuberculosis ni fueron sifilíticos, incluso se habla de algunos hijos del propio Bolívar que tampoco sufrieron tales males. No lo estoy endiosando pero tampoco acepto una muerte pos línea directa de las enfermedades de sus ancestros.
 Bien, el 7 de mayo de 1820, después del envenenamiento de San Cristóbal le escribe a Santander desde El Rosario de Cúcuta:
 <<<"Yo estuve muy malo en San Cristóbal y con ese motivo me vine aquí. Todavía no se sabe lo que tuve; pero sé muy bien que he quedado un poco estropeado y con mucha propensión al sueño y al reposo, que para mí es una enfermedad muy grande">>> 5.
El 16 de enero de 1821 en Quito le escribe a Fernando Peñalver que:
<<<"mi salud está ya descalabrada, que comienzo a sentir las flaquezas de una vejez prematura">>> 6.
 Para el mes de Abril de 1821 en Cali sufrió de fiebre (terciaria) combatida con bebidas arsenicales. Adolece de inquietud, insomnio (colitis aguda febril amibiana). Año en que comenzó a encanecer prematuramente.
En enero de 1822 (Cali) "sufrió una fiebre terciaria que le fue curada por el doctor Joly, con una bebida arsenical que le cortó la fiebrepero le dañó los órganos de la digestión" 7. Y ese daño se agudizó con el paso del tiempo y los posteriores envenenamientos. Año en que especialmente se repiten los furúnculos cutáneos.
 Para el 21 de Junio de 1822 escribía: <<<"Yo me debo a mi mismo la separación de los negocios públicos, porque habiendo encanecido en el servicio de la Patria, debo dedicar el último tercio de mi vida a mi gloria y a mi reposo (.) Yo no sé si el reposo que tanto anhelo me sea tan necesario; pero puedo asegurar que mis sentidos me piden descanso, y que cierto intervalo puede volverme la actividad que empieza a faltarme">>> 8 (Pág. 644).
 En septiembre de 1822 dice:
 <<<"Estos días he estado malo con nacidos o diviesos, los cuales, sin haberse acabado aún, me han traído para sucederles un constipado y mucha jaqueca; el hecho es que estoy en cama, días ha que todavía no sé cuándo podré irme a Loja">>> (Idem. Pp. 690-691).
 El 6 de diciembre de 1822 <<<"estaba bastante fatigado">>> (Idem. Pp. 704) y el 14 de enero de 1823 se sentía <<<"viejo, cansado.">>> (Idem. Pp. 715).
III
 Entre el 1°  de enero y el 28 de febrero de 1824 ubicaremos la tercera fase de los padecimientos que sufre Bolívar.
 Monografias.com
Para cuando viaja a Plativilca, a donde llega casi sin conocimiento y con una fiebre muy alta con peligro de muerte, ya Bolívar enfrentaba a la oligarquía con las leyes como instrumento y el poder de su alta investidura.  Para entonces los vómitos, se presentaron agresivos cayendo gravemente enfermo; se ve acabado, viejo y le dan unos agudos ataques de demencia perdiendo enteramente la razón sin dolor ni otros síntomas de enfermedad. 
Esta nueva recaída lo deja tan extremadamente acabado que todos se impresionan del estado en que quedó: irritable internamente, reumatismo, calentura, mal de orina, vómito, dolor cólico (Tabardillo sostienen algunos estudiosos) que casi lo mata. 
Pero moralmente incólume: ¡¡¡TRIUNFAR!!! Cueste lo que cueste y indoblegable avanza hacia el Congreso Anfictiónico de Panamá instalándolo en junio de 1826. Ante tal iniciativa de Unión Continental (socialista), por respuesta recibe el intento de asesinato de septiembre de 1828 y aún en 1830 lo insultan en Bogotá gritándole "¡LONGANIZO!" como llamaban a un loco disfrazado de militar que andaba por las calles de la ciudad y no es muy difícil comprender de que bando escupen el veneno.  Débase tener presente que Bolívar no invitó a  EE.UU.. a tal Unión y el Derecho de Paz enaltece valores éticos y principios de humanidad llamando al reconocimiento del Estado Socialista de una República representativa; Cuba y Puerto Rico ocupan también los planes de liberación bolivariana cuya expedición estaría al cargo de Antonio José de Sucre.
IV
 Asistimos a la cuarta fase a partir del 21 de marzo y el 13 de mayo de 1828 y en 1830 como consecuencia de las agresiones y curas a base de ¿arsénico? Que destruían partes internas que acumularían sangre e interesarían tejidos y funciones orgánicas que no son verificados por el informe de la autopsia.
En marzo de 1828 (en Paiba) se queja con frecuencia de indisposición estomacal y en mayo (Bucaramanga) de un "gran dolor de cabeza" y debilidad extrema y permanente. En enero de 1829 seguía mal pero escribe varias cartas, incluso a su hermana María Antonia diciendo que estaba gozando de buena salud.   En febrero de 1829 sufre un "fuerte ataque pulmonar".  Para agosto seguía con molestias de salud y mal humor y el 3 sufre "un fuerte ataque de nervios y fiebre" que lo pone de nuevo muy grave y al borde de la muerte.
En la página 439 Beaujón transcribe que El Libertador. "Padeció un violento ataque de nervios y de cólera-morbo con fuerte calentura", quedando débil y extenuado. El 25 de septiembre de 1828 sufre un resfriado (que se le complicaría y al cual achacarían la tuberculosis) y el mes siguiente tos seca pulmonar que en marzo del año 29 se repite como otro violento ataque pulmonar.  Su organismo y su salud ya estaban tocados por los suministros criminales.
 El 3 de agosto de 1829, en Guayaquil, sufre otro ataque de nervios y fiebre, calentura, cólera-morbo que se complicaría.  A mediado de agosto, sufre de nuevo un ataque de bilis nerviosa (negra) que denuncia en cartas dirigidas a José Manuel Restrepo, a Santander, a Sucre, a Páez y a otros, siguiendo débil y postrado en cama. Unos días después, fiebre con cólera-morbo y calentura alta que también por poco lo acaba.
 Para diciembre de 1829 parecía un poco recuperado pero a finales de febrero de 1830 sufre de nuevo otro <<<"gran ataque de bilis que me ha dejado muy postrado">>> (cita Beaujón, Pág. 444) siguiendo la agobiante debilidad hasta el final. Los retratos entre 1819-20, 1828 y 1828-29, denotan un cambio orgánico sensible y evidente y es por todos conocido que Bolívar no se recuperaría, aunque el 27 de octubre de 1830 en Soledad le escribía a Montilla:
 <<<"Aunque he deseado irme a Santa marta, por gozar de todas sus conveniencias y de las bondades de Mier, me es imposible ejecutarlo porque mis males van empeorando y realmente no creo que pueda hacer el viaje.  Desde antes de salir de Cartagena había empezado a sentir dolores en el bazo y en el hígado">>>  (Pág. 450, Idem).
 El 31 de octubre le dice al General Justo Briceño, con relación a su salud (Pág. 451, Idem):
 <<<"he llegado a creer que moriría; con ese motivo tuve que llamar al médico del lugar para ver si me hacía algún remedio">>>
 En 1830, para el 10 de noviembre (cita Beaujón de una carta que dirigen a Montilla:
 "Sus ojos se fijaban y no brillaban como siempre y del lagrimal le supuraba con alguna frecuencia un humor craso que se limpiaba cuando lo sentía descender", (Pág. 453).
Podemos aplicar perfectamente las características para los envenenamientos prolongados y el agotamiento sintomático que se le manifestaba y lo obligaba permanecer en cama en todo momento y
 "al fin, será víctima del veneno más o menos pronto: pero en ese tiempo su envenenamiento será bien marcado".
 Los complotados pueden anunciar que la tuberculosis por fin se hizo presente y declaran el triunfo de su causa sin temor a levantar sospechas del envenenamiento, enviando al GRAMPUS, un navío de guerra de la Armada norteamericana que ancla cinco días en la rada de Santa Marta con un "emisario" (Mc. Night) que verifica la "enfermedad" ultimando el crimen con los parricidas y retorna con el informe. Goleta por cierto desaparecida en marzo de 1843 sin dejar rastros en el triángulo de las Bermudas. También junto con Revérénd otro médico francés, hace un mismo diagnóstico.
 Comparando estos rostros con el de Panamá, a solo cuatro años de diferencia, es indudable que Bolívar tuvo un fin trágico y como dijo Carlos Marx (cuyas fuentes de consulta estaban `predispuestas contra El Libertador): "dejó de existir repentinamente9. (Del resfriado del 25.09.1828 a la tuberculosis del 1830, hay dos años de diferencia).
El asesino presenció paso a paso su letal obra pero no suspendió las dosis mortales, y necesario y lógico es que no actuó solo, tuvo algún cómplice aunque no puedo acusar a Montilla con todas las pruebas necesarias, pero me inclino a pensar que participó complotado con el asesino. Mariano Montilla detuvo el reloj de la habitación a la 1:07 de la tarde que constituye otro indicio del complot y parricidio de San Pedro Alejandrino.
Durante los primeros movimientos de la Revolución, dice el historiador Daniel Valois Arce 10,
 "Juan Vicente (Bolívar) indicó serenamente a Simón, como el hombre predestinado para esa alta misión: los concurrentes entre los que estaban Montilla, Rivas (.) la rechazaron. Era el primer brote del largo duelo entre el mantuanismo caraqueño y Bolívar".
 Ese General formó parte activa de la comitiva encabezada por Bolívar para prender a Miranda en 1812.
 Es importante aclarar que Bolívar se entera de la intención criminal de la aristocracia autonomista criolla de juzgar y ejecutar sumariamente al Generalísimo y Bolívar piensa en la posibilidad de salvarlo sin comprometer su posición revolucionaria y poder continuar la lucha con el apoyo posible de los demás combatientes, entregando a Miranda --- antes que caiga en las manos de sus seguros victimarios --- al poder realista que tal vez respetaría su vida.  Ejecución sumaria breve pretendida no tanto por la supuesta traición al claudicar ante Monteverde y entregar la plaza de Valencia, sino porque el girondino constituía un insalvable obstáculo para los intereses federalistas a los adictos al capitalismo comercial de los gringos y es la persona más idónea para encabezar los destinos de la revolución independentista.
Es Montilla, entre otros, quien se opone a principio de febrero de 1815 (enemistado desde los sucesos de Cartagena y sufriendo reveses el Ejercito Patriota) a que Bolívar asuma la dirección general de la lucha armada, postulando a Brión para jefe supremo de la nueva ofensiva revolucionaria planteada, surgiendo agrias desavenencias y enérgicamente acusa a El Libertados de ser el causante de los fracasos sufridos, también lo tilda de incapaz y cosas por el estilo.
En abril de 1830 es Montilla quien lo recibe en Cartagena en su viaje por el Magdalena y quien le consigue hospedaje en Santa Marta; en diciembre intencionalmente le informará del asesinato de Sucre asestándole un duro golpe moral en pleno apogeo de una enfermedad mortal que, en todo caso, requería sosiego y tranquilidad.
Es Montilla, recién aclarado quien atendería a Bolívar (el 5 de diciembre de 1830), quien de inmediato hace venir al doctor a su casa para asegurarse de la opinión de Revérénd: "cuál es su concepto de la enfermedad del Libertador" fue el abordaje directo, a lo que el médico responde que la enfermedad había llegado a su último grado terminal y que solo era cuestión de días el trágico desenlace.
Podría verse aquí una preocupación por asegurarse que el galeno no pondría resistencia a los planes homicidas ya que no estaba calculado el surgimiento de Revérénd por "propia voluntad" a última hora, así podrían cuidarse las espaldas y desenmarañar al doctor Mc. Night y la posible sospecha de participación del gobierno político de los Norte que había enviado una nave de guerra para escoltar a Bolívar desde Sabanilla hasta Santa Marta, de lo que se desprende que estaban enterados de los pasos que daba El Libertador y se cuidaban de tener todo bajo su control y evitar escapase la presa.
 Encontramos al mismo caballero siendo testigo junto a José Laurencio Silva (cuñado de Fernando Bolívar a raíz de la solicitud realizada por el mismo Libertador para tal enlace) de la inspección del cadáver.
 Es también Montilla, después de los funerales quien le ofreció (¿soborno?) al doctor (de 32 años de edad) el cargo de Cirujano Mayor del Ejército de la Unión por sus "servicios" según lo afirma Revérénd en su DIARIO, (cita Gabriel H. Pineda, Pág. 17) que es rechazado pero insiste y le dice: "¿Aceptaría usted siendo ad honoren el despacho?" honor aceptado por Revérénd, pero nuestro caballerito es situado en Cartagena y tiene que viajar a Jamaica después de haber capitulado y no se confirma su puesto.
 Doce años después (en 1842) Montilla se excusa y no asiste a la exhumación para el reconocimiento de los restos, estando ausente asimismo durante la repatriación de los despojos.  Quizá el peso de la conciencia se lo impide.

"Por sus obras los reconoceréis"
 Ahora, para complementar el capítulo, haré la trascripción del diagnóstico de los doctores de la SOCIEDAD VENEZOLANA DE LA HISTORIA DE LA MEDICINA, desde la página 468 hasta la 472, en donde hacen una división en dos grupos de los síntomas de las enfermedades, sin acusar los envenenamientos sino a la "colitis de naturaleza amibiana" como la causa fatal. Los grupos de diagnóstico retrospectivo son:
 A.-Reumatismo, que pertenece al grupo de las enfermedades del colágeno, sin ninguna intervención en el cuadro febril de Plativilca.
 B.-Irritación internaCalenturas, vómitos y dolor cólicoMal de orinasEste segundo grupo de síntomas corresponde francamente a un cuadro abdominal agudo febril.  El más ligero análisis de estas manifestaciones clínicas nos conduce insensiblemente al diagnóstico de un estado agudo de un intestino grueso.  Durante muchos años, para la época de la enfermedad de Plativilca del Libertador, se entendía por irritación interna a un estado de excitación de las glándulas secretorias del intestino, o tan bien hipersecreción de las glándulas anexas, como el hígado y el páncreas; que representan los cuadros clínicos denominados por Dieulafoy, diarreas por irritación. 
Calenturas significaron reacciones febriles que formaron parte del cortejo sintomático de estados inflamatorios agudos del intestino delgado y grueso;  dolor cólico, expresó dolores abdominales vivos que el enfermo compara a una ruptura orgánica, una torsión o una intensa constricción, que son la consecuencia de la contracción exagerada de las fibras lisas de los músculos inervados por el gran simpático, que por regla general asientan en los intestinos delgado y grueso y en otros órganos; mal de orinas, es una expresión urológica de ciertas afecciones intestinales de las cuales, los tenesmos rectos verticales están con frecuencia presentes; y los vómitos podemos decir que es un epifenómeno frecuente de numerosas alteraciones orgánicas y funcionales del aparato digestivo, tanto más constante cuanto más agudo es el proceso patológico.
 Todo este conjunto de síntomas: irritación interna, calenturas, mal de orinas, vómitos y dolor cólico corresponden a la clínica de una COLITIS AGUDA DE POSIBLE NATURALEZA PARASITARIA.
Nosotros los hemos observado en cuadros abdominales agudos, de verdaderas COLITIS AGUDAS, dando sintomatología abdominal franca, vómitos, diarreas, fiebre, violentos dolores y trastornos urinarios de oliguria, discreta hematuria y tenesmo vesical.
 Entre los (sic) numerosas formas clínicas de las colitis agudas, se cita "las colitis espásticas", que según Caballero Fernández, se observan en "la mayor parte de los enfermos de inteligencia muy despierta, nerviosos, flacos y activos".  Es frecuente en los trópicos y más en los habitantes que han sufrido de disentería. Cuando se acompañan de fiebres, ésta no sobrepasa los 39 °C.
 Emile Sergent y sus colaboradores dicen que "las colitis disenteriformes se declaran de un exceso de trabajo de una manera brusca, viaje, carrera en auto, baño de mar, a propósito de una trasgresión de régimen, etc. El comienzo es con frecuencia dramático. El enfermo despierta por la noche con un dolor atroz, que se irradia rápidamente a todo el abdomen pero con un máximo por lo general hacia la izquierda.  La temperatura puede subir rápidamente a 40 °C; hay nauseas, tenesmo, recto vesical, reacciones cólicas con frecuencia violentas. 
Pronto el enfermo hace cinco o diez deposiciones que vacían rápidamente su intestino; así las materias expulsadas son primeramente fecales, después fecaloideas, viscosas, glerosas y finalmente disenteriformes. En el periodo agudo, el enfermo está abatido, febricitante, la lengua seca, acorchada, un estado nauseoso pronunciado; las orinas son escasas, la facies está pálida, existe con frecuencia anemiaintensa y rápida. Los dolores pueden ser peri umbilicales o predominar en los flancos con sensaciones de quemadura, cólicos, barra". No podemos dominar la tentación de recordar a Paul Savy, cuando dice sobre los signos asociados de las colitis agudas, "el ataque hepático, despistado por el estado saburral de la lengua, las jaquecas, las intolerancias alimenticias, la sensibilidad del órgano a la presión, los trastornos urinarios, traduciendo algunas veces la infección colibacilar del síndrome entero renal; el asma, las palpitaciones y la astenia moral y psíquica. En fin sobre un fondo de de cronicidad, las crisis abdominales, frecuentemente febriles, se manifiestan con ocasión de un resfriado, una emoción o un cambio de régimen.
 Todas las manifestaciones caen calcadas sobre la sintomatología del ilustre enfermo de 1824, que por otra parte, y en varias ocasiones, como en 1820 en San Cristóbal y después en Cúcuta, sufrió de cólicos: recuerda Mosquera (en la gráfica leyendo el espíritu de Bolívar), que estando El Libertador en Cali en enero de 1822, sufrió una "fiebre terciaria" que le fue curada por el Dr. Joly, con una bebida arsenical "que cortó la fiebre pero le dañó los órganos de la digestión" y en abril de 1822, sufrió un ataque de disentería que le curó el mismo Dr. Joly.
 López de Mesa, al referirse a los antecedentes del Libertador los resume en la prosa elegante de, "Y quien como él, daría batallas de sangre y batallas de amor, cotidianamente sin relevo ni cansancio.  ¿Ni quien podría como el pretuberculoso, helmintiásico quizás, amibiásico quizás, y tal vez palúdico, insomne, sin duda, hambreado y sediento, resistir bizarramente el bochorno abrasador de la orinoquia y la helada cumbre del Páramo de Pisba?  ¿Y hacer jornadas de meses a caballo, con tamaño inconveniente para la continua equitación, como él tuvo?" Posiblemente se refiere López de Mesa en esta última parte a las hemorroides que según algunos, sufrió El Libertador.
 Por los antecedentes disentéricos, por el cuadro clínico de 1824, precedido y seguido de cuadros similares de menos intensidad y gravedad, y por las descripciones clásicas que hemos citado, consideramos que "El Libertador sufrió en Plativilca en enero de 1824, de una COLITIS AGUDA FEBRIL, posiblemente amibiana.
 La resistencia física del Libertador que a pesar de no estar para 1824 en plena capacidad, le permitió sin embargo, superar la crisis de colitis aguda febril, dejándole durante varios días en un estado demacrado, casi cadavérico."
 En la página 462, los galenos aluden el trabajo del doctor Arturo Guevara publicado en HISTORIA CLÍNICA DEL LIBERTADOR y están de acuerdo en diagnosticar "cólera morbo" a todos los estados en que estuvieron presentes el dolor y la fiebre, pero tienen que asentar por fuerza:
"Quien sabe y casi nos atrevemos a insinuarlo, que la "bilis negra" tantas veces citada en sus cartas, no fue otra cosa que las heces teñidas en sangre vieja, de procesos colónicos crónicos que frecuentemente se acompañaban de vómitos y de fiebre en sus brotes subagudos o frecuentemente agudos".  (Idem).
Ahora bien, según la autopsia el abdomen y los intestinos del cadáver de Bolívar no presentaron "ninguna lesión no flogosis" pero estar vomitando sangre vieja y excrementos durante un año, delata destrucción en algún grado de los intestinos que desde 1822 habían sufrido estragos por la cura arsenical aplicada por el doctor Joly y es que tenía ya mucho tiempo con esa dolencia.
 Bolívar acusa cierta propensión a marear y voltear el estómago al viajar en barco o carruaje pero ese malestar es diferente al que sufre ahora.
 Entonces, la tenida al principio como indigestión estomacal con el paso de los meses se agrava y se manifiesta como una terrible bilis nerviosa y bilis negra que en 1830, estando en San Pedro Alejandrino, ya era un problema estomacal e intestinal crónico.
Bolívar manifestaba una severa crisis orgánica muy avanzada debido al envenenamiento dosificado.
 En condiciones normales, la bilis negra no la podemos achacar a obstrucción intestinal o a estreñimiento permanente, porque no pudieron avanzar y llegar a ser tan graves como para matar a un hombre como Simón Bolívar al extremo de vomitar los excrementos. Incluso problemas parasitarios y amibianos solo pudieron surgir en forma tan virulenta en un ambiente creado por el veneno.
 La conclusión publicada por los galenos en 1963 está expresada como una mera insinuación, sin embargo es suficiente valentía el haberlo declarado y debemos reconocerlo como un valiosísimo aporte al esclarecimiento de la causa de la muerte de Simón Bolívar que debe ser estudiada con detenimiento y darle el valor y publicación que merece para ser tomada en cuenta al hablarse de la situación final de Bolívar en San Pedro Alejandrino.
 Insisto en que los honorables médicos sólo lanzan una mera insinuación porque aún siendo un trabajo de profesionales autorizados, fehacientemente documentado para la SOCIEDAD VENEZOLANA DE LA HISTORIA DE LA MEDICINA, el afirmar un indicio no declarado en los famosos BOLETINES es un riesgo de impredecibles consecuencias en una sociedad como la nuestra.
Hasta se llegó a dudar de los conocimientos médicos de Revérénd que no acusó la causa de la bilis negra en la autopsia del cadáver y no reveló la destrucción de los tejidos y órganos digestivos e intestinales que provocaron el vómito de las heces con sangre descompuesta, (lesiones evidentes ante un escalpelo y el criterio de un médico imparcial), pero es obligado a callarlo y así lo hace y gracias a su inteligencia, pudo dejar suficientes indicios para descubrir el crimen. 
También se dice que Revérénd no era médico diplomado porque pide en 1845, a los gobiernos de Nueva Granada y Venezuela el título honorario de "MEDICO MAYOR DEL EJÉRCITO" (Que le habían ofrecido sucesivamente Silva y Montilla en 1830) pero le fue negado por el gobierno neogranadino no así por el venezolano que le advierte que tal clase de título requería la posesión del correspondiente diploma universitario.  Esta ratificación es plenamente justificaba porque ya le habían ofrecido tal cargo generales de alto rango del Ejercito de la Unión.
 Por otro lado, el 24 de diciembre de 1971 el doctor José Izquierdo publicó un artículo de prensa en EL NACIONALLA MUERTE DE BOLÍVAR, afirmando que la causa de la muerte fueron los "seis vejigatorios que le ocasionaron la muerte por la acción fatal de la cantárida sobre el riñón".
 Pero como quiera que sea, para alguna persona con nociones de lo que hacía, la inspección del cadáver debió revelar lesiones intestinales y dejar testimonio fiel de la autopsia pero esto llamaría a dudas de la muerte por tuberculosis y se buscaría la causa de la destrucción señalada y finalmente asomarían los envenenamientos y los medicamentos aplicados para combatirlos.
 Repito: los BOLETINES no pueden ser tomados como testimonios de la muerte por tuberculosis porque vemos omisiones primordiales y fueron ordenados o "arreglados" por un militar federalista, a quien le queda, entre otras prendas y joyas, documentos de Simón Bolívar y después se convirtió en uno de los hombres más ricos de Venezuela y quizás de Sudamérica.

Bibliografía consultada

1-Vid. Óscar Beaujon. "El Libertador Enfermo", Caracas, 1969.
2-Víctor Von Hagen. "Los Amores de Simón Bolivar y Manuela Saenz", Madrid, Ediciones Apostrofé, 1991.
3- Doctor Arturo Guevara. "Historia Clínica del Libertador". Estudio Gnoseológico y Psicobiografico de Bolivar" Revista de Sanidad y Asistencia Social Mayo-Agosto. Volumen XII, Números 3 y 4. Caracas 1947.
4- Mario Hernández Sánchez-Barba. "Simón Bolivar una pasión política".Editorial Ariel, S.A. 2004.
5- Charles E. Carter. "Los Aspectos Astrológicos". Editorial Kier. S.A.
Versión Española de la décima edición inglesa por Héctor V. Morel.
6- Alan Leo. "Astrología para todos". Alan Leo. Edición Vision Libros, S.L.
Primera Edición abril 1979.
7- Fraternidad Universal. Fundación Dr. Serge Raynaud de la Ferriere "Astrología Tradicional. Cosmobiologia Básica."
8- Gabriel García Márquez. "El General en su laberinto". Bogota Editorial Oveja Negra, 1992.
9- Simón Bolivar. "Recopilación de sus cartas".
10- Martín Schulman. "Relaciones Karmicas". Primera Edición: Junio 1988.
11- Marion March y Joan Mc Evers. "Aprenda Astrología".
Ediciones Martínez Roca S.A. 1990.
12- Eduardo Castellanos. "Astrología Evolutiva". Litterae Editores.
Primera Edición. Caracas, Noviembre de 1998.
13- Linda Goodman. "Los Signos del Zodiaco y el Amor".
Ediciones Urano. New York 1980.
14- Derek y Julia Parker. "El Gran libro de la Astrología"
Círculo de Lectores. Editorial Debate, 1972.


Autor:
Ing. Freddy Sarcos B
TRABAJO DE INVESTIGACION.
BAJO LA TUTORIA DEL COSMOBIOLOGO ELMER TRUJILLO


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