Hugo Blanco y Su Conjunto - Moliendo Café ... - YouTube
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https://www.youtube.com/watch?v=bKSRegDHjbo
22 may. 2008 - Subido por angelusmemmv
Su canción, "Moliendo Café", fue su manera de quedarse para .... En cuba se diria moliendo chicharos pq eso ...
https://www.youtube.com/watch?v=bKSRegDHjbo
22 may. 2008 - Subido por angelusmemmv
Su canción, "Moliendo Café", fue su manera de quedarse para .... En cuba se diria moliendo chicharos pq eso ...Hugo Blanco componía hasta en el carro
El compositor venezolano murió ayer a los 74 años.
Hasta el año 1997, existían 1.200 versiones del tema "Moliendo café", en varios idiomas (Archivo)
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DANIEL FERMÍN | EL UNIVERSAL
lunes 15 de junio de 2015 08:26 AM
La salud de Hugo Blanco (Caracas, 1940) ya había dado advertencias en los últimos años: a finales de 2012 pasó más de cuatro meses y medio en una clínica al verse afectado, primero, por una bacteria estomacal y, luego, por una fractura en el tendón de Aquiles de la que le costó recuperarse por su condición de paciente diabético. Ya en julio de 2014, tuvo que volver a ser hospitalizado debido a un cuadro de hipoglicemia. A principios de 2015, sufrió un accidente cerebrovascular que desde entonces lo tenía en cama. Ayer, en la madrugada, el músico y compositor venezolano falleció a los 74 años.
El origen artístico de Blanco se remonta hasta su infancia. De niño escuchaba ópera, rancheras, joropo, mambo y violín. A los 12 años comenzó a acudir a las emisoras radiales para ver a autores como Juan Vicente Torrealba y José Romero Bello. Ya en el liceo, con su grupo, tenía una suerte de rivalidad juvenil con Chelique Sarabia. Uno apuntaba más hacia lo bailable; el otro, a lo romántico. Su formación musical fue autodidacta: aprendió a tocar el arpa y el cuatro al imitar a intrumentistas de calidad.
La trayectoria musical de Blanco podría resumirse así: compositor, arreglista, intérprete, productor y promotor. Autor de clásicos como Moliendo café y El burrito sabanero. Productor de discos de Simón Díaz (sus gaitas decembrinas se hicieron un clásico), Mirta Pérez y Mayra Martí, entre otros, o de grupos como Las cuatro monedas. Integrante de La rondallita y Los hijos de ña Carmen. Autor de más de 40 discos, creador del llamado ritmo Orquídea. Uno de los grandes exponentes de la música venezolana que deja un legado para venideras generaciones.
Una mínima prueba de su popularidad y trascendencia: hasta el año 1997, la última vez que Hugo Blanco y su esposa Isabel Aranguren se tomaron la molestia de hacer la contabilización, existían 1.200 versiones de su célebre tema Moliendo café. En español, inglés, japonés, italiano e, incluso, en hindú. Ya en su juventud se exportaban sus discos a Estados Unidos, el Caribe, Europa y Brasil. Reconocimientos no le faltaron: fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 2011 y Patrimonio Cultural del Municipio Libertador en 2013.
Hugo Blanco siempre supo que se dedicaría a la música. O, más bien, a escribir música. "Yo creo que yo nací compositor. Estoy claro en eso. Toco arpa sólo para mis canciones", dijo en una entrevista que le dio a la Fundación Casa del Artista. Compuso en su carro, en su casa, en la calle. Le nacía un tema y trataba de entonarlo hasta darle alguna forma. Muchas de sus canciones reflejan algo de su cotidianidad. El ritmo de Domingo por la mañana, por ejemplo, era el mismo que le daba a las campanas de la iglesia justo antes de asistir a misa en su época de monaguillo.
El arte fue entonces el modo y el medio de vida de Blanco. Atrás quedaron sus años de Ingeniería Metalúrgica en la Universidad Central de Venezuela, que tuvo que abandonar tras el divorcio de sus padres para mantener a parte de su familia. "Todo es muy simple: crear para mí es una necesidad. Si no me hubiera valido de la música, hubiera recurrido a la poesía o la pintura. El asunto es darle salida a una necesidad. Es un hábito, es para mi imposible no crear", le dijo al diario El Nacional en el año 1976. Su música, su ritmo, sus discos, sus piezas, quedan como testimonio de su obsesión.
dfermin@eluniversal.com
El origen artístico de Blanco se remonta hasta su infancia. De niño escuchaba ópera, rancheras, joropo, mambo y violín. A los 12 años comenzó a acudir a las emisoras radiales para ver a autores como Juan Vicente Torrealba y José Romero Bello. Ya en el liceo, con su grupo, tenía una suerte de rivalidad juvenil con Chelique Sarabia. Uno apuntaba más hacia lo bailable; el otro, a lo romántico. Su formación musical fue autodidacta: aprendió a tocar el arpa y el cuatro al imitar a intrumentistas de calidad.
La trayectoria musical de Blanco podría resumirse así: compositor, arreglista, intérprete, productor y promotor. Autor de clásicos como Moliendo café y El burrito sabanero. Productor de discos de Simón Díaz (sus gaitas decembrinas se hicieron un clásico), Mirta Pérez y Mayra Martí, entre otros, o de grupos como Las cuatro monedas. Integrante de La rondallita y Los hijos de ña Carmen. Autor de más de 40 discos, creador del llamado ritmo Orquídea. Uno de los grandes exponentes de la música venezolana que deja un legado para venideras generaciones.
Una mínima prueba de su popularidad y trascendencia: hasta el año 1997, la última vez que Hugo Blanco y su esposa Isabel Aranguren se tomaron la molestia de hacer la contabilización, existían 1.200 versiones de su célebre tema Moliendo café. En español, inglés, japonés, italiano e, incluso, en hindú. Ya en su juventud se exportaban sus discos a Estados Unidos, el Caribe, Europa y Brasil. Reconocimientos no le faltaron: fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 2011 y Patrimonio Cultural del Municipio Libertador en 2013.
Hugo Blanco siempre supo que se dedicaría a la música. O, más bien, a escribir música. "Yo creo que yo nací compositor. Estoy claro en eso. Toco arpa sólo para mis canciones", dijo en una entrevista que le dio a la Fundación Casa del Artista. Compuso en su carro, en su casa, en la calle. Le nacía un tema y trataba de entonarlo hasta darle alguna forma. Muchas de sus canciones reflejan algo de su cotidianidad. El ritmo de Domingo por la mañana, por ejemplo, era el mismo que le daba a las campanas de la iglesia justo antes de asistir a misa en su época de monaguillo.
El arte fue entonces el modo y el medio de vida de Blanco. Atrás quedaron sus años de Ingeniería Metalúrgica en la Universidad Central de Venezuela, que tuvo que abandonar tras el divorcio de sus padres para mantener a parte de su familia. "Todo es muy simple: crear para mí es una necesidad. Si no me hubiera valido de la música, hubiera recurrido a la poesía o la pintura. El asunto es darle salida a una necesidad. Es un hábito, es para mi imposible no crear", le dijo al diario El Nacional en el año 1976. Su música, su ritmo, sus discos, sus piezas, quedan como testimonio de su obsesión.
dfermin@eluniversal.com
Chelique Sarabia: "Hugo Blanco protagonizó época de oro de nuestra música"
El cantante y compositor venezolano dice haber despertado con la triste noticia de la muerte de su amigo, el compositor Hugo Blanco, quien, agrega, es definitivamente uno de los protagonistas de una de las épocas doradas de la música venezolana.
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EL UNIVERSAL
domingo 14 de junio de 2015 02:28 PM
El cantante y compositor venezolano Chelique Sarabia dice haber despertado con la triste noticia de la muerte de su amigo, el compositor Hugo Blanco, quien, agrega, es definitivamente uno de los protagonistas de una de las épocas doradas de la música venezolana.
"Gracias a Dios descansó, porque sus últimos años de vida fueron sumamente difíciles por cuestiones de salud", cuenta Sarabia, quien compartió con Hugo Blanco
"Nuestra relación data del año 1957 o 1958. Hugo (Blanco) tenía un conjunto musical en el Liceo Aplicación y yo en la Escuela Técnica Industrial. Y siempre coincidiamos en unos amenos mano a mano en la Escuela normal Gran Colombia y muchísimos otros escenarios. Fue así como hicimos una gran amistad. Los músicos de él tocaban conmigo. Y los míos tocaban con él. Y hasta grabábamos en el mismo estudio. Cada vez que nosotros nos presentábamos juntos, la gente lo percibía como un mano a mano, como una competencia sana, en la que cada uno iba pujando", cuenta Chelique Sarabia, quien dice estar convencido de que quien había marcado el camino para él y para Hugo Blanco había sido nada menos que Juan Vicente Torrealba.
"Juan Vicente Torrealba fue quien logró fusionar la música rural con la urbana. Y a ese movimiento nos fuimos sumando poco a poco Hugo Blanco, yo, y muchísimos cantantes. Hugo lo hizo con su 'ritmo orquídea' de tiempos binarios del área del Caribe. Era una música mucho más bailable que el tradicional tres por cuatro y que los valses nuestros. Una música que construyó con instrumentos llaneros, arpa, cuatro y maracas, pero a la que añadió además bongós, quijadas de burro, y charrascas. Fue una música innovadora. La versión que hizo de Moliendo café con ese ritmo es en verdad impresionante", explica Sarabia cuál es la importancia de la música de Blanco.
"Gracias a Dios descansó, porque sus últimos años de vida fueron sumamente difíciles por cuestiones de salud", cuenta Sarabia, quien compartió con Hugo Blanco
"Nuestra relación data del año 1957 o 1958. Hugo (Blanco) tenía un conjunto musical en el Liceo Aplicación y yo en la Escuela Técnica Industrial. Y siempre coincidiamos en unos amenos mano a mano en la Escuela normal Gran Colombia y muchísimos otros escenarios. Fue así como hicimos una gran amistad. Los músicos de él tocaban conmigo. Y los míos tocaban con él. Y hasta grabábamos en el mismo estudio. Cada vez que nosotros nos presentábamos juntos, la gente lo percibía como un mano a mano, como una competencia sana, en la que cada uno iba pujando", cuenta Chelique Sarabia, quien dice estar convencido de que quien había marcado el camino para él y para Hugo Blanco había sido nada menos que Juan Vicente Torrealba.
"Juan Vicente Torrealba fue quien logró fusionar la música rural con la urbana. Y a ese movimiento nos fuimos sumando poco a poco Hugo Blanco, yo, y muchísimos cantantes. Hugo lo hizo con su 'ritmo orquídea' de tiempos binarios del área del Caribe. Era una música mucho más bailable que el tradicional tres por cuatro y que los valses nuestros. Una música que construyó con instrumentos llaneros, arpa, cuatro y maracas, pero a la que añadió además bongós, quijadas de burro, y charrascas. Fue una música innovadora. La versión que hizo de Moliendo café con ese ritmo es en verdad impresionante", explica Sarabia cuál es la importancia de la música de Blanco.
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