La multitud ya estaba congregada a lo largo del trayecto horas antes de que el Papa lo recorriera en su Papamóvil siguiendo al comité de bienvenida a la Casa Blanca. Se podían ver desde lejos sus jardines. Sin embargo, lo más importante era encontrar un buen sitio para hacer una foto al Pontífice.
¿Por qué han venido?
Tras hablar con unos cuantos de los que allí esperaban -los que no llevaban la camiseta de “Love is Our Mission” u otra parafernalia papal- quedó claro que el Papa Francisco ha logrado llegar a “las periferias”, aunque muchos de ellos no sean católicos o ni siquiera cristianos.
Tambien es evidente que, si bien tiene su atención, aún le queda trabajo por hacer.
Coral Keegan, 24 años. Vive en Washington D.C., pero es de New York. Es católica por bautismo aunque no frecuenta la Iglesia. Vino porque “Me gusta que el Papa acepte a los gays y lesbianas, algo que la Iglesia no hacía antes”.
¿Implica esto que quiera volver a ir a misa? “No”, dijo, “Creo que no es necesario para ser una persona espiritual”. Junto a ella, recostado en el césped, estaba Jorge González, un colombiano de 27 años. “Me gusta lo humilde que es. Se le ha dado el lugar más alto, el sillón papal, y se muestra como un simple ser humano”. Pese a haber sido educado en el catolicismo, González no va a la iglesia regularmente. A pesar de su cariño hacia el Papa, probablemente no volverá a ir.
Dustin Meyer , 31 años, de Iowa y educado también en un ambiente católico. “Crecí siendo católico, pero no lo soy ahora. Mi abuela es muy creyente y estaba muy ilusionada con la visita del Papa a Washington, así que he venido para hacer algunas fotos para ella”. También él admira al Papa Francisco. “Siento un profundo respeto por él. Demuestra las mejores cualidades que se encuentran en la fe y, más concretamente, en la Iglesia Católica. Presta mucha atención a los elementos negativos de la religión y les da un aire nuevo y positivo”.
Fletcher Karper de 21 años, viene de Pennsylvania y estudia en la George Washington University. Nos dijo que: “Supongo que soy agnóstico. Simplemente, he venido a ver al Papa por curiosidad. Creo que es solo una celebridad”.
Jenna Porter, de 24 años y procedente de Massachussets, contaba: “Realmente no soy católica pero admiro mucho al Santo Padre. Siempre me han interesado los estudios religiosos, incluso sin serlo. Creo que el Papa Francisco es un personaje asombroso. Es optimista, compasivo y está mucho más en contacto con las personas que otros líderes como él. Es un ejemplo de cómo la religión puede tener un efecto positivo en las personas”. Continuó: “Encarna en sí mismo el mensaje evangélico de tratar a los demás como nos gustaría que nos tratasen”.
Sharon, de 68 años, es “católica no practicante de Virginia”. Dijo: “El Papa es fantástico y vengo a participar en la fiesta. Me gusta su compromiso con los pobres. Ha traído un gran espíritu a la Iglesia. ¿Quiere esto decir que volveré a ella? No tengo nada en contra de la Iglesia Católica, pero no es probable que vuelva a misa”.
Obviamente, también había católicos practicantes esperando al Papa Francisco. Steve Ciccarelli de 68 años, vino de Virginia. “Me encanta el Papa San Francisco. Su filosofía y su persona son totalmente diferentes a cuanto hayamos visto hasta ahora. Es diferente de Benedicto y diferente de Juan Pablo. Muestra una misericordia y una compasión que yo no había visto desde San Francisco. Es un padre para 7 billones de personas, incluso si no son católicos ni cristianos. Cree realmente en la humanidad”.
Jenny y José Santiago son de Nueva York, pero realmente proceden de Ecuador y la República Dominicana. Estaban deseando ver al Papa y tenían entradas para la misa celebrada en la Basílica. Les preguntamos acerca de cómo se sentían al celebrar una misa en su propia lengua. Jenny contestó que: “Honestamente, el idioma no es un problema. Aprendí inglés cuando llegué aquí”. José, por su parte dijo: “Habla la lengua del amor, y eso basta”.
Está claro que basta poco para que la gente salga a las calles a ver al Papa. Sin embargo, como sugiere un reciente estudio del PEW, conseguir que vuelvan a la Iglesia y los sacramentos sigue siendo un desafío.
Zelda Caldwell es jefa de editores de AleteiaEN
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