La Eurocámara lamenta fracaso de la UE en el reparto de migrantes
Claude Moraes sostuvo que hoy debía haber sido el consejo "más importante" en materia de Interior y Justicia en la historia reciente de la UE, pero los países han mostrado una actitud "vergonzosa".
Hungría selló su frontera y solo recibirá a sirios (Efe)
EL UNIVERSAL
lunes 14 de septiembre de 2015 05:03 PM
Bruselas.- La Eurocámara lamentó hoy que los ministros de Interior de la Unión Europea (UE) hayan "fracasado de nuevo" a la hora de actuar y hacer frente a la crisis de los refugiados en Europa, al no lograr aprobar un acuerdo sobre el reparto de 120.000 refugiados llegados a Hungría, Grecia e Italia.
"Los Estados miembros han fracasado una vez más a la hora de tomar decisiones difíciles y dar una respuesta compasiva a la crisis de los refugiados", señaló el presidente de la comisión responsable para migración y asilo de la Eurocámara, Claude Moraes, reseñó Efe.
"Nos quedamos sin tiempo. La reunión del 8 de octubre es la última oportunidad de la UE para acordar una respuesta organizada a la mayor crisis de refugiados desde la II Guerra Mundial en Europa", recalcó el eurodiputado socialdemócrata.
El político británico sostuvo que hoy debía haber sido el consejo "más importante" en materia de Interior y Justicia en la historia reciente de la UE, pero los países han mostrado una actitud "vergonzosa" porque "algunos de los países más ricos en el mundo no pueden unirse y ayudar a aquellos que huyen de la guerra y de la persecución en Siria y en otros lugares".
En su opinión, la reintroducción de controles fronterizos temporales por parte de Alemania y otros países, como Austria, "muestra claramente la necesidad de que los países miembros estén unidos y encuentren soluciones comunes.
La reticencia de algunos Estados miembros a mostrar solidaridad en respuesta a la crisis ha llevado a otros a un punto en el que han tenido que reintroducir temporalmente controles fronterizos, dijo.
Para Moraes, ello no significa el fin del espacio Schengen, pero la UE no debe cerrar sus fronteras por "disputas sobre un número de refugiados equivalentes al 0,11 % de la población total de la UE".
El político saludó la decisión del Consejo de reubicar a 40.000 solicitantes de asilo de Italia y Grecia, pero subrayó que los números acordados hasta ahora "no son suficientes para hacer frente al creciente número de personas que necesitan protección".
Señaló que el Parlamento Europeo ha hecho sus deberes y ha recalcado continuamente la importancia de tener medidas vinculantes para la reubicación y redistribución, así como para las búsquedas y los rescates, la creación de centros de recepción y de registro y para la ayuda al desarrollo, entre otros aspectos.
Para la Eurocámara es esencial que se incremente la ayuda financiera al Líbano, Jordania y Turquía, al ser los países que más refugiados sirios acogen.
Moraes asimismo calificó de "horrible y caótica" la situación que enfrentan los refugiados y Europa en su conjunto, algo que muestra que no había una preparación en las fronteras comunitarias y poco respeto a la directiva de asilo existente.
"Esto tiene que arreglarse y tiene que arreglarse rápidamente", recalcó, al tiempo que instó a los Estados miembros a aplicar adecuadamente las reglas de asilo a fin de garantizar unos estándares consistentes y humanos en toda la UE.
Hungría selló su frontera y solo recibirá a sirios (Efe)
EL UNIVERSAL
lunes 14 de septiembre de 2015 05:03 PM
Bruselas.- La Eurocámara lamentó hoy que los ministros de Interior de la Unión Europea (UE) hayan "fracasado de nuevo" a la hora de actuar y hacer frente a la crisis de los refugiados en Europa, al no lograr aprobar un acuerdo sobre el reparto de 120.000 refugiados llegados a Hungría, Grecia e Italia.
"Los Estados miembros han fracasado una vez más a la hora de tomar decisiones difíciles y dar una respuesta compasiva a la crisis de los refugiados", señaló el presidente de la comisión responsable para migración y asilo de la Eurocámara, Claude Moraes, reseñó Efe.
"Nos quedamos sin tiempo. La reunión del 8 de octubre es la última oportunidad de la UE para acordar una respuesta organizada a la mayor crisis de refugiados desde la II Guerra Mundial en Europa", recalcó el eurodiputado socialdemócrata.
El político británico sostuvo que hoy debía haber sido el consejo "más importante" en materia de Interior y Justicia en la historia reciente de la UE, pero los países han mostrado una actitud "vergonzosa" porque "algunos de los países más ricos en el mundo no pueden unirse y ayudar a aquellos que huyen de la guerra y de la persecución en Siria y en otros lugares".
En su opinión, la reintroducción de controles fronterizos temporales por parte de Alemania y otros países, como Austria, "muestra claramente la necesidad de que los países miembros estén unidos y encuentren soluciones comunes.
La reticencia de algunos Estados miembros a mostrar solidaridad en respuesta a la crisis ha llevado a otros a un punto en el que han tenido que reintroducir temporalmente controles fronterizos, dijo.
Para Moraes, ello no significa el fin del espacio Schengen, pero la UE no debe cerrar sus fronteras por "disputas sobre un número de refugiados equivalentes al 0,11 % de la población total de la UE".
El político saludó la decisión del Consejo de reubicar a 40.000 solicitantes de asilo de Italia y Grecia, pero subrayó que los números acordados hasta ahora "no son suficientes para hacer frente al creciente número de personas que necesitan protección".
Señaló que el Parlamento Europeo ha hecho sus deberes y ha recalcado continuamente la importancia de tener medidas vinculantes para la reubicación y redistribución, así como para las búsquedas y los rescates, la creación de centros de recepción y de registro y para la ayuda al desarrollo, entre otros aspectos.
Para la Eurocámara es esencial que se incremente la ayuda financiera al Líbano, Jordania y Turquía, al ser los países que más refugiados sirios acogen.
Moraes asimismo calificó de "horrible y caótica" la situación que enfrentan los refugiados y Europa en su conjunto, algo que muestra que no había una preparación en las fronteras comunitarias y poco respeto a la directiva de asilo existente.
"Esto tiene que arreglarse y tiene que arreglarse rápidamente", recalcó, al tiempo que instó a los Estados miembros a aplicar adecuadamente las reglas de asilo a fin de garantizar unos estándares consistentes y humanos en toda la UE.
"Los Estados miembros han fracasado una vez más a la hora de tomar decisiones difíciles y dar una respuesta compasiva a la crisis de los refugiados", señaló el presidente de la comisión responsable para migración y asilo de la Eurocámara, Claude Moraes, reseñó Efe.
"Nos quedamos sin tiempo. La reunión del 8 de octubre es la última oportunidad de la UE para acordar una respuesta organizada a la mayor crisis de refugiados desde la II Guerra Mundial en Europa", recalcó el eurodiputado socialdemócrata.
El político británico sostuvo que hoy debía haber sido el consejo "más importante" en materia de Interior y Justicia en la historia reciente de la UE, pero los países han mostrado una actitud "vergonzosa" porque "algunos de los países más ricos en el mundo no pueden unirse y ayudar a aquellos que huyen de la guerra y de la persecución en Siria y en otros lugares".
En su opinión, la reintroducción de controles fronterizos temporales por parte de Alemania y otros países, como Austria, "muestra claramente la necesidad de que los países miembros estén unidos y encuentren soluciones comunes.
La reticencia de algunos Estados miembros a mostrar solidaridad en respuesta a la crisis ha llevado a otros a un punto en el que han tenido que reintroducir temporalmente controles fronterizos, dijo.
Para Moraes, ello no significa el fin del espacio Schengen, pero la UE no debe cerrar sus fronteras por "disputas sobre un número de refugiados equivalentes al 0,11 % de la población total de la UE".
El político saludó la decisión del Consejo de reubicar a 40.000 solicitantes de asilo de Italia y Grecia, pero subrayó que los números acordados hasta ahora "no son suficientes para hacer frente al creciente número de personas que necesitan protección".
Señaló que el Parlamento Europeo ha hecho sus deberes y ha recalcado continuamente la importancia de tener medidas vinculantes para la reubicación y redistribución, así como para las búsquedas y los rescates, la creación de centros de recepción y de registro y para la ayuda al desarrollo, entre otros aspectos.
Para la Eurocámara es esencial que se incremente la ayuda financiera al Líbano, Jordania y Turquía, al ser los países que más refugiados sirios acogen.
Moraes asimismo calificó de "horrible y caótica" la situación que enfrentan los refugiados y Europa en su conjunto, algo que muestra que no había una preparación en las fronteras comunitarias y poco respeto a la directiva de asilo existente.
"Esto tiene que arreglarse y tiene que arreglarse rápidamente", recalcó, al tiempo que instó a los Estados miembros a aplicar adecuadamente las reglas de asilo a fin de garantizar unos estándares consistentes y humanos en toda la UE.
Hablando de refugiados
Por eso es injusto castigar en forma generalizada a grupos de personas
JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ AZNAR | EL UNIVERSAL
domingo 13 de septiembre de 2015 12:00 AM
Europa está sufriendo la mayor crisis migratoria después de la Segunda Guerra Mundial. Tan solo en los primeros meses del presente año 2015 se ha registrado un éxodo de más de 300.000 personas de las cuales casi el 60% procede de Siria huyendo de las crueldades de la guerra civil y de las atrocidades del autodenominado Estado Islámico que pretende imponer su religión y cultura por la fuerza de las armas. El 40% restante se origina en otros países del Medio Oriente y del Norte de África.
El trato a estas personas en cada país receptor varía según su propia legislación, la concepción política de cada gobierno y por las manifestaciones de sus respectivos habitantes. Al principio, ante esta avalancha humana, la reacción de los países europeos de tránsito o los receptores finales fue tímida, asustadiza y casi xenófoba. Sin embargo, al poco tiempo, la actitud general ha sido de comprensión y solidaridad, al tomar conciencia de la trágica realidad, si bien aún existen imprecisiones sobre la forma definitiva de proceder.
Europa ha recordado diversos momentos históricos en los que sufrió por situaciones parecidas, con centenares de miles de personas huyendo de persecuciones religiosas, políticas, étnicas, de la guerra, de las dictaduras y de la opresión. Judíos, gitanos y otros grupos durante la ocupación nazi. Republicanos españoles tras la derrota en la guerra civil. Revolucionarios húngaros a raíz de sus manifestaciones antiestalinistas. Los que tuvieron que huir ante las invasiones militares de la Unión Soviética a Checoeslovaquia y a otros países europeos. Más recientemente por la guerra entre países que integraban la antigua Yugoslavia.
Sobre esta situación ha surgido la discusión sobre si estas personas son emigrantes o refugiados, ya que su calificación tiene distintas connotaciones jurídicas y políticas. Los emigrantes, por definición, son personas que se trasladan de su propio país a otro con el fin de trabajar en él de manera estable. Sin embargo dentro de esta definición general, existen varias modalidades con diferencias significativas.
El emigrante, en su concepción más universal, es la persona que con ilusión y esperanza se traslada voluntariamente a otro país con la intención de establecerse en forma definitiva en busca de mejores oportunidades de trabajo, de educación, elevar su nivel de vida y en muchos casos formar nuevos hogares. En este caso los países receptores no adquieren compromisos con los inmigrantes. Por el contrario, el concepto de refugiados se aplica a las personas que, si bien por definición también son emigrantes, existen trágicas circunstancias que las han obligado a abandonar su país ante el temor de perder la vida y haber perdido sus hogares debido a la violen cia, guerras internas o persecuciones religiosas, étnicas o políticas. Los refugiados deben ser tratados por los países receptores conforme a las normas internacionales sobre derechos humanos.
En días recientes, varios países americanos se han ofrecido a recibir parte de estos refugiados. Sin embargo, aún existen quienes niegan cualquier ayuda a los refugiados. El primer ministro israelí Netanyahu ha expresado que "Vamos a rodear Israel con una valla para impedir que nos sea inundado con infiltrados, trabajadores inmigrantes o terroristas".
Sobre este particular, es de observar que el terrorismo, como cualquier otro delito, es de carácter individual, sometido al peso de la ley después de un estudio de cada caso particular. Por eso es injusto castigar en forma generalizada a grupos de personas, sean inmigrantes, refugiados o deportados, cuya inmensa mayoría está compuesta por trabajadores honestos.
josevicenterodriguez.aznar@gmail.com
JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ AZNAR | EL UNIVERSAL
domingo 13 de septiembre de 2015 12:00 AM
Europa está sufriendo la mayor crisis migratoria después de la Segunda Guerra Mundial. Tan solo en los primeros meses del presente año 2015 se ha registrado un éxodo de más de 300.000 personas de las cuales casi el 60% procede de Siria huyendo de las crueldades de la guerra civil y de las atrocidades del autodenominado Estado Islámico que pretende imponer su religión y cultura por la fuerza de las armas. El 40% restante se origina en otros países del Medio Oriente y del Norte de África.
El trato a estas personas en cada país receptor varía según su propia legislación, la concepción política de cada gobierno y por las manifestaciones de sus respectivos habitantes. Al principio, ante esta avalancha humana, la reacción de los países europeos de tránsito o los receptores finales fue tímida, asustadiza y casi xenófoba. Sin embargo, al poco tiempo, la actitud general ha sido de comprensión y solidaridad, al tomar conciencia de la trágica realidad, si bien aún existen imprecisiones sobre la forma definitiva de proceder.
Europa ha recordado diversos momentos históricos en los que sufrió por situaciones parecidas, con centenares de miles de personas huyendo de persecuciones religiosas, políticas, étnicas, de la guerra, de las dictaduras y de la opresión. Judíos, gitanos y otros grupos durante la ocupación nazi. Republicanos españoles tras la derrota en la guerra civil. Revolucionarios húngaros a raíz de sus manifestaciones antiestalinistas. Los que tuvieron que huir ante las invasiones militares de la Unión Soviética a Checoeslovaquia y a otros países europeos. Más recientemente por la guerra entre países que integraban la antigua Yugoslavia.
Sobre esta situación ha surgido la discusión sobre si estas personas son emigrantes o refugiados, ya que su calificación tiene distintas connotaciones jurídicas y políticas. Los emigrantes, por definición, son personas que se trasladan de su propio país a otro con el fin de trabajar en él de manera estable. Sin embargo dentro de esta definición general, existen varias modalidades con diferencias significativas.
El emigrante, en su concepción más universal, es la persona que con ilusión y esperanza se traslada voluntariamente a otro país con la intención de establecerse en forma definitiva en busca de mejores oportunidades de trabajo, de educación, elevar su nivel de vida y en muchos casos formar nuevos hogares. En este caso los países receptores no adquieren compromisos con los inmigrantes. Por el contrario, el concepto de refugiados se aplica a las personas que, si bien por definición también son emigrantes, existen trágicas circunstancias que las han obligado a abandonar su país ante el temor de perder la vida y haber perdido sus hogares debido a la violen cia, guerras internas o persecuciones religiosas, étnicas o políticas. Los refugiados deben ser tratados por los países receptores conforme a las normas internacionales sobre derechos humanos.
En días recientes, varios países americanos se han ofrecido a recibir parte de estos refugiados. Sin embargo, aún existen quienes niegan cualquier ayuda a los refugiados. El primer ministro israelí Netanyahu ha expresado que "Vamos a rodear Israel con una valla para impedir que nos sea inundado con infiltrados, trabajadores inmigrantes o terroristas".
Sobre este particular, es de observar que el terrorismo, como cualquier otro delito, es de carácter individual, sometido al peso de la ley después de un estudio de cada caso particular. Por eso es injusto castigar en forma generalizada a grupos de personas, sean inmigrantes, refugiados o deportados, cuya inmensa mayoría está compuesta por trabajadores honestos.
josevicenterodriguez.aznar@gmail.com
El trato a estas personas en cada país receptor varía según su propia legislación, la concepción política de cada gobierno y por las manifestaciones de sus respectivos habitantes. Al principio, ante esta avalancha humana, la reacción de los países europeos de tránsito o los receptores finales fue tímida, asustadiza y casi xenófoba. Sin embargo, al poco tiempo, la actitud general ha sido de comprensión y solidaridad, al tomar conciencia de la trágica realidad, si bien aún existen imprecisiones sobre la forma definitiva de proceder.
Europa ha recordado diversos momentos históricos en los que sufrió por situaciones parecidas, con centenares de miles de personas huyendo de persecuciones religiosas, políticas, étnicas, de la guerra, de las dictaduras y de la opresión. Judíos, gitanos y otros grupos durante la ocupación nazi. Republicanos españoles tras la derrota en la guerra civil. Revolucionarios húngaros a raíz de sus manifestaciones antiestalinistas. Los que tuvieron que huir ante las invasiones militares de la Unión Soviética a Checoeslovaquia y a otros países europeos. Más recientemente por la guerra entre países que integraban la antigua Yugoslavia.
Sobre esta situación ha surgido la discusión sobre si estas personas son emigrantes o refugiados, ya que su calificación tiene distintas connotaciones jurídicas y políticas. Los emigrantes, por definición, son personas que se trasladan de su propio país a otro con el fin de trabajar en él de manera estable. Sin embargo dentro de esta definición general, existen varias modalidades con diferencias significativas.
El emigrante, en su concepción más universal, es la persona que con ilusión y esperanza se traslada voluntariamente a otro país con la intención de establecerse en forma definitiva en busca de mejores oportunidades de trabajo, de educación, elevar su nivel de vida y en muchos casos formar nuevos hogares. En este caso los países receptores no adquieren compromisos con los inmigrantes. Por el contrario, el concepto de refugiados se aplica a las personas que, si bien por definición también son emigrantes, existen trágicas circunstancias que las han obligado a abandonar su país ante el temor de perder la vida y haber perdido sus hogares debido a la violen cia, guerras internas o persecuciones religiosas, étnicas o políticas. Los refugiados deben ser tratados por los países receptores conforme a las normas internacionales sobre derechos humanos.
En días recientes, varios países americanos se han ofrecido a recibir parte de estos refugiados. Sin embargo, aún existen quienes niegan cualquier ayuda a los refugiados. El primer ministro israelí Netanyahu ha expresado que "Vamos a rodear Israel con una valla para impedir que nos sea inundado con infiltrados, trabajadores inmigrantes o terroristas".
Sobre este particular, es de observar que el terrorismo, como cualquier otro delito, es de carácter individual, sometido al peso de la ley después de un estudio de cada caso particular. Por eso es injusto castigar en forma generalizada a grupos de personas, sean inmigrantes, refugiados o deportados, cuya inmensa mayoría está compuesta por trabajadores honestos.
josevicenterodriguez.aznar@gmail.com
El Papa: la crisis migratoria es solo la punta del iceberg
Entrevista al Santo Padre de la radio portuguesa Renascença en la que responde a preguntas sobre migración, acogida de refugiados, un posible viaje a Portugal, Año de la Misericordia, Sínodo de la familia y formación de los jóvenes
Por Rocío Lancho García
Ciudad del Vaticano, 14 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
Ciudad del Vaticano, 14 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
Uno de los temas principales de la entrevista del Santo Padre con la periodistas portuguesa Aura Miguel para Radio Renascença es la actual crisis de los refugiados, que Francisco define como la “punta de un iceberg”. Por debajo de esta gente que escapa de la guerra, que escapa del hambre “está la causa, y la causa es un sistema socioeconómico y malo, injusto, porque dentro de un sistema económico, dentro de todo, dentro del mundo, hablando del problema ecológico, dentro de la sociedad socioeconómica, dentro de la política, el centro siempre tiene que ser la persona”. Y el sistema económico dominante hoy día --advierte-- descentró a la persona y al centro está el dios dinero, es el ídolo de moda.
De este modo, el Santo Padre reconoce que esta gente emigrada viene a Europa buscando un sitio y “para Europa en este momento es una sorpresa, porque es difícil de creer que esté sucediendo esto, ¿no?, pero sucede”.
A propósito de las causas, el Santo Padre propone que “donde las causas son el hambre, poner fuentes de trabajo, inversiones. Donde la causa es la guerra, buscar la paz, el trabajo por la paz”. Así, el Pontífice reconoce que hoy día, el mundo está en guerra, está en guerra contra sí mismo, o sea, el mundo está en guerra por entregas, por pedazos, pero también está en guerra contra la tierra, porque está destruyendo la tierra, o sea nuestra casa común.
A propósito, Francisco aborda el tema de la acogida, haciendo referencia también a su pasado como hijo de migrantes. De este modo, asegura que el fenómeno migratorio es una realidad y toca un tema sin intención reprochar a nadie. Si un país no tiene hijos, vienen migrantes a ocupar el lugar. Ese no querer tener hijos es un poco la cultura del “bienestar”, observa el Papa. Por ello, el Santo Padre cree que el gran desafío de Europa es volver a ser “la madre Europa” y no la “abuela Europa”.
Pero también advierte que hablando de la crisis de refugiados no se puede ser simplista. En Europa “hay una crisis laboral. El joven no encuentra trabajo. O sea que se mezclan muchas cosas”.
Haciendo referencia al llamamiento que realizó el pasado domingo en la oración del ángelus, explica que ha pedido a cada parroquia, a cada instituto religioso, a cada monasterio, que acoja una familia. “Una familia, no una persona. Una familia da más seguridad de contención, un poco para evitar que haya infiltraciones de otro tipo”, añade. Lo que pide es que “toda la comunidad parroquial vea si hay un lugar, un rincón de un colegio para hacer un “departamentito” o, en el peor de los casos, que alquile un modesto departamento para esa familia, pero que tengan techo, que sean acogidos, y que se los integre dentro de la comunidad”.
Al respecto advierte sobre la tentación del dios dinero, cuando algunas congregaciones hacen un hotel en el convento que está vacío. “Si quieren hacer eso, paguen los impuestos. Un colegio religioso --porque el religioso- está exento de impuestos, pero si trabaja como hotel que pague los impuestos como cualquier hijo de vecino. Si no el negocio no es muy sano”, manifestó el Papa.
Volviendo al tema de la acogida a los refugiados, el Pontífice asegura que las dos parroquias del Vaticano ya se han encargado de buscar lugar a dos familias que estarán ahí “hasta que Dios quiera”. Asimismo, Francisco agradece a los países de Europa que han tomado conciencia de esto.
En un nuevo mensaje para Europa, el Papa le recuerda su capacidad de retomar un liderazgo en el concierto de las naciones y le pide que vuelva a ser la Europa que marca rumbos, pues tiene la cultura para hacerlo.
Por otro lado, el Pontífice asegura tener confianza en los políticos jóvenes. “Los políticos jóvenes hablan otra música”. Y advierte que hay un problema mundial que afecta no solo a Europa, sino a todo el mundo, y “es el problema de la corrupción”.
Centrándose en el argumento específico de la Iglesia, el Papa manifiesta su deseo de que con este Jubileo de la Misericordia mucha gente sienta a la Iglesia como madre, porque a la Iglesia le puede pasar lo mismo que a Europa: ser demasiado abuela y no madre.
En concreto, sobre las recientes modificaciones sobre los procesos de nulidad matrimonial, el Santo Padre especifica que la idea es agilizar los procesos en manos del Obispo. “Un juez, un Defensor del Vínculo, una sola sentencia, porque, hasta ahora había dos sentencias. No, una sola. Si no hay apelación, ya está. Si hay apelación, al Metropolitano, pero agilizar y también la gratuidad de los procesos”, explica.
Y a propósito del Sínodo y de las personas que viven de forma no coherente con las indicaciones de la Iglesia y que quieren el perdón, Francisco recuerda que el papa Benedicto "lo dijo clarito, clarito: la gente que está en una segunda unión, no está excomulgada y tiene que ser integrada a la vida de la Iglesia. Eso fue clarísimo.”
La periodista aborda también el reciente discurso del Papa a los obispos portugueses, que manifiesta dos preocupaciones: los jóvenes y la catequesis. Y al respecto precisa en la entrevista que “a un joven hay que dejarlo crecer. A un joven hay que acompañarlo. No dejarlo solo, acompañarlo. Y saber acompañarlo con prudencia, saber hablar en el momento oportuno, saber escuchar mucho. Un joven es inquieto. No quiere que lo molesten”. Y añade que “los jóvenes tienen otras ilusiones, que son muchas veces muy buenas, pero hay que respetar porque ellos mismos no se entienden, porque están cambiando, están creciendo, están buscando”. Es decir, al “joven hay que dejarlo crecer, hay que acompañarlo, respetarlo y hablarle muy paternalmente”.
A propósito de la catequesis, subraya la importancia de que no sea puramente teórica. “La catequesis es darle doctrina para la vida y, por lo tanto, tiene que ser de tres lenguajes, con tres idiomas: el idioma de la cabeza, el idioma del corazón y el idioma de las manos”.
Finalmente, el Santo Padre confirma su deseo de visitar Portugal para el centenario de las Apariciones de la Virgen de Fátima.
Cumbre de Cor Unum sobre la crisis humanitaria en Siria e Irak
Este jueves en el Vaticano harán el balance y fijarán objetivos. Participan organismos de caridad católica que trabajan en Oriente Medio
Por Redacción
Ciudad del Vaticano, 14 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
Ciudad del Vaticano, 14 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
El Pontificio Consejo Cor Unum ha organizado este 17 de septiembre una reunión sobre la crisis humanitaria en Siria e Irak, en la que participarán los organismos de caridad católica que trabajan en Oriente Medio y los obispos de la región. A la misma participarán representantes de más de 30 organizaciones y se estructurará en dos partes.
El objetivo del encuentro, se lee en el comunicado distribuido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en línea con el camino emprendido en los últimos tres años, “es evaluar la labor realizada hasta el momento por las organizaciones caritativas católicas en el contexto de la crisis, intercambiando información sobre la evolución de la crisis y las respuestas de la Iglesia a la situación humanitaria; discutir temas críticos e identificar prioridades para el futuro; analizar la situación de las comunidades cristianas que viven en países afectados por la guerra, promoviendo la sinergia entre los organismos eclesiales, las congregaciones religiosas y las diócesis; analizar las actividades del Centro de Coordinación Humanitaria (Humanitarian Focal Point) creado por los organismos de caridad católica de Cor Unum el año pasado”.
A lo largo de la mañana y tras la introducción de monseñor Giampietro Dal Toso, secretario de dicho dicasterio, intervendrán el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, y el secretario de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Stephen O'Brien. A continuación se presentará el Informe sobre la ayuda humanitaria de las entidades eclesiales en el contexto de la crisis de Siria e Irak (2014-2015), elaborado por Cor Unum.
Por la tarde, tendrá lugar la intervención de monseñor Khaled Akasheh, jefe de laOficina para el Islam del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, y le seguirán las actualizaciones sobre las iglesias locales a cargo del arzobispo Mario Zenari, nuncio apostólico en Siria, de monseñor Antoine Audo, presidente deCáritas Siria y de monseñor Shelmon Warduni, presidente de Cáritas Irak. De este modo, la reunión se centrará en aspectos concretos de la cooperación entre los diversos sujetos en Siria, Irak y los países vecinos.
La crisis en Siria e Irak --explica el comunicado-- es el centro de atención de la comunidad internacional por su gravedad tras la guerra. La Santa Sede, además de la actividad diplomática, “participa activamente en los programas de ayuda y asistencia humanitaria. Desde el año 2011, según los datos disponibles, la crisis habría causado más de 250 mil víctimas y un millón de heridos”. Actualmente, se asegura, “hay más de 12 millones de personas que necesitan ayuda en Siria y más de 8 millones en Irak; los refugiados internos son 7,6 millones en Siria y más de 3 millones en Irak, mientras que 4 millones son los refugiados sirios en toda la zona de Oriente Medio, en particular, 1,9 millones en Turquía, 1,1 millones en el Líbano y más de 600 mil en Jordania”.
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