Indocencias
Comienzos
NOTITARDE 3 de octubre 2015 pág. CIUDAD/9
José Joaquín Burgos
Cuando el campesino ve el rastrojo que tiene por
delante
y sabe que debe fajarse bien fajado, completo, a
limpiar
y quemar para dejar la roza lista para sembrar los
delante
y sabe que debe fajarse bien fajado, completo, a
limpiar
y quemar para dejar la roza lista para sembrar los
quinchonchos,
las batatas, el maíz y todo lo que las posibilidades
y la
y la
imaginación le ofrecen, comienza en verdad la faena.
El conuco. La vega. La siembra, como dicen algunos
más
El conuco. La vega. La siembra, como dicen algunos
más
ambiciosos pero lo que sí es verdad es que no hay roza
fácil
fácil
ni conuco listo. La tarea es dura. Hermosa, pero difícil.
Tanto
Tanto
que a muchos se les afloja el barro y lo único que
alcanzan a
alcanzan a
hacer es mirar el terreno, soñar y esperar que otro
se faje a trabajarlo.
se faje a trabajarlo.
Así, más o menos, sucede con la, por muchos apetecida, Oficina
del Cronista, herencia del inolvidable sabio, amigo y bondadoso,
paradigmático valenciano Dr. Guillermo Mujica Sevilla. Ese
maravilloso sitio en el corazón valenciano que de él heredamos,
es mucho más que una simple oficina municipal. Entendemos
que en ella palpita el corazón de la ciudad. De toda la ciudad y
de todos sus habitantes. Desde los primeros pobladores de las
orillas del lago hasta los últimos indocumentados, venidos de
otros mundos con el sueño de encontrar un cobijo ideal, acogedor,
generoso para su familia. Y esto, remontando los días
conventuales de la colonia, los difíciles, dolorosos y gloriosos
de la independencia. Los días de los egoísmos sueltos en el
período post independentista, de la Guerra Federal, de las
dictaduras de Castro y Gómez. Los días felices del medinismo y
los turbulentos de la democracia representativa, los desaparecidos
y otros fantasmas inolvidables.
Entre nuestros sueños, más allá del señorío de la historia, está
el de revivir la vida de la ciudad, de sus rincones, de sus calles
centrales y de los barrios llenos de poesía, de fraternidad, de
música, de pintura, teatro& tantas cosas. Soñamos con Incamar,
la muñeca hija de la poesía de Felipe Herrera Vial que
personificará a la ciudad, el teatro, los muchachos poetas,
músicos, artesanos, artistas& todo eso vendrá. Eso y muchas
otras esperanzas. En pocos días, ya limpios de pestes y mabitas,
estaremos montados en la faena. El conuco es bravo, pero vale
la pena trabajarlo. Y a eso vamos en nombre de toda,
absolutamente toda Valencia, nuestra amada ciudad.
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