TALLER
CRITICO
José Manuel Briceño Guerrero (Palmarito, 6 de marzo de 1929 - Mérida, 31 de octubre de 2014)
EN LA MUERTE DE JOSE MANUEL BRICEÑO GUERRERO[1]
Roberto Lovera De Sola (Caracas 30-03-1947) es, por excelencia, heredero de la tradición de la gran vanguardia de intelectuales venezolanos que surgió en la modernidad. Es un gran hombre de letras, agudo lector, escritor, ensayista, reseñista, investigador, profesor y editor.
De Sola es hoy por hoy una de las plumas más certeras en la crítica literaria del país.
POR: ROBERTO LOVERA DE-SOLA
Muerto ayer el gran pensador José
Manuel Briceño Guerrero(octubre 31,2014) le rendimos aquí tributo a todo lo
aprendido en sus libros. Y a la cálida amistad con que nos honrró. No olvidamos
una carta suya, que se leerá al final, que nos salvó del marasmo del fin de una
relación afectiva. Su fallecimiento,
este viernes en Mérida(octubre 31,2014), a los ochenta y cinco años, del
filósofo y maestro nos obliga ha repasar los ricos senderos de su actividad
como pensador lo que es lo más importante de su legado.
EL ROSTRO
El filósofo José Manuel Briceño
Guerrero nació en Palmarito, Apure(marzo 6,1929). Fue hijo de llaneros y
trujillanos por el lado materno. Su infancia fue la de una constante mudanza.
Buscaban sus padres los mejores lugares para dar buena educación al hijo. Por
ello vivieron en Puerto Nutrias, Sabaneta y Barinas, lugares en los cuales el
niño hizo los estudios elementales. Allí en Barinas redactó el futuro escritor
los primeros escritos los cuales insertó en un periódico escolar: Senderos. Eso sucedió hacia 1942-1943,
como lo recuerda su fiel biógrafo e interprete Miguel Angel Rodríguez Lorenzo[2].
Ya para es época el jovencito devoraba los libros que encontraba en la
biblioteca paterna. En 1943 la familia vivía en Maracay. Allí inició los
estudios de educación media. Estos los concluyó, en 1949, en el liceo “Lisandro
Alvarado” de Barquisimeto. Obtuvo el título de Bachiller en Ciencias, como
curiosa para quien se iba a dedicar a las humanidades de por vida.Ese mismo año
ingresó en la Universidad Central de Venezuela a estudiar la carrera de
Medicina. Sólo llegó a a cursar el primer año. Otras motivaciones movían ya su
espíritu. Por ello en 1952 se inscribió en el “Instituto Pedagógico” del cual
egresó con el título de Profesor de inglés. Ya sus dotes especiales para
aprender diversos idiomas se había hecho presente en él. Ya graduado obtuvo una
beca de la Universidad de Chicago. Cumplidos los estudios en el norte regresó
al país. Fue profesor en Barquisimeto y en Valencia. En 1955 marchó a Europa.
Primero fue a Francia. Estudió en La Sorbona. En 1956 pasó a Austria. En Viena
cursó Filosofía mientras se ganaba la vida haciendo traducciones y dando clases
de idiomas. En 1960 obtuvo el doctorado con una tesis sobre la Filosofía del Lenguaje,
asunto que será una de sus preocupaciones de por vida. En diversos de sus
libros aparecerá luego el mismo asunto, la preocupación por el significado del
lenguaje. Ya graduado en Austria fue profesor en Viena. De regreso intentó
trabajar en la Universidad Central de Venezuela. Pasó luego a Mérida en cuya
universidad ha realizado toda su carrera académica. Allí también realizó toda
su obra intelectual la cual lo coloca hoy entre las grandes figuras
intelectuales de la Venezuela de nuestro tiempo. Labor por la que recibió el
“Premio Nacional de Literatura”(1996).
En Mérida surgió el pensador y el creador.
Allí fue haciendo posible su idea según la cual
“Mi actitud consistía en encontrar la
relación entre mi propia vida de la infancia y los grandes pensadores clásicos.
Y hasta hoy en día estoy en eso, sobre todo en lo referido a los clásicos”
como confesó a Fernando Báez(1970) en una
entrevista aparecida en el Correo de los
Andes, citada por Rodríguez Lorenzo(p.226). A esa búsqueda y a otras que
luego veremos se entregó.
A poco de instalado en Mérida comenzó la
producción intelectual con el folleto ¿Qué
es la filosofía?[3].
Fundó la revista Paideia(1963-1967).
Pronto la producción escrita se abrió a otro sendero: el de la literatura
imaginativa a través de la cual expresa de forma más diáfana, sin aparato
crítico, las mismas preocupaciones de su vida intelectual. De allí el conjunto
de libros de ficción que se inician con Doulos
oukon, al cual siguen Triandáfila,
Holadios, El pequeño arquitecto del universo y Anfisbena[4].
Alguos colocan a Amor y terror de las
palabras, entre sus obras de ficción, a nosotros nos parece una derivación
de El origen del lenguaje.
Paralelo a estos volúmenes, que no tienen la
importancia de su obra filosófica, a pesar de abrevar en ella, edificó su obra
de pensador. Surgieron entonces sus libros América
Latina y el mundo, El origen del
lenguaje, La identificación americana
con la Europa segunda, su Discurso
salvaje y Europa y América en el
pensar mantuano. Sus tres obras mayores La
identificación americana con la Europa segunda, Discurso salvaje y Europa y
América en el pensar Mantuano, las reunió en el volumen El laberinto de los tres minotauros.
Mientras trabajaba en sus libros de
pensamiento, mientras firmados con el seudónimo de Jonuel Brigue daba a la luz
Doulus oukon,Holadios y Anfiesbena seguían pasando los días. El pensador
trabajaba sobre las hojas en blanco de su mesa de trabajo, en ellas expresaba
lo que había visto, aquello que le había enseñado su mirada de la esencia de
nuestra América Latina. Es eso lo que está lo que encontramos en El laberinto de los tres minotauros y en
América latina y el mundo.
Ocupaciones académicas lo mantenían
laborioso: el trabajo de la cátedra, los diversos cargos que ha debido ejercer
en la Universidad de Los Andes o los lugares a los cuales su faena intelectual
lo llevó. De allí que entre 1968-1969 pasara un año en México trabajando con el
también filósofo Leopoldo Zea(1912-2004); que unos meses de aquel período haya
ido hasta la “Biblioteca del Congreso” de Washington, la más grande colección
bibliográfica del mundo, para investigar allá. En 1971 estuvo en España y en
Rusia. En 1978 en la Universidad de Granada, España y en París. Escribió
entonces su Discurso salvaje y Europa y América en el pensar mantuano.
En 1979 le tocó hacer en Mérida El Elogio
de la ciudad; en 1981 debió hacer en el Paraninfo de la Universidad, de esa
misma ciudad, con ocasión del Bicentenario de Bello el elogio de este maestro
de la misma forma que lo hizo en 1983 en el Paraninfo del Palacio de las
Academias con ocasión del Bicentenario del Libertador. En 1993 fue a Francia.
Ese mismo año recibió en nombre de los escritores de la ciudad de Mérida al “Premio
Nobel” Camilo José Cela(1916-2002) a su paso por esa urbe.
LA OBRA
En dos grandes áreas se divide la obra de
Briceño Guerrero. En los libros teoricos, que aparecen en El laberinto de los tres minotauros,están allí “las actitudes,
gestos, rasgos, hábitos, voces y acciones constitutivas de la diversidad y
unidad del hombre latinoamericano, que no
son extrañas a Briceño…pues él participa en ellas.No habla allá un ente
abstracto, sino un ente concreto que se manifiesta en el pensador
también”(p.227), como acota Rodríguez Lorenzo, a quien seguimos en su
interpretación de los universos de Briceño Guerrero por concordar con ellos.
En la segunda área, la que denominamos
imaginativa, “están expuestas sus ideas como ficción y también su autobiografía
como partes actuantes de la realidad sobre la que elaboró su
pensamiento”(p.227).
Tres ideas ejes hallamos cuando leemos con
atención a Briceño. En Doulus oukon:”Los
hombres han sido puestos sobre la tierra para que recobren la memoria”(p.13) ya
que viven en un “planeta para amnésicos”(Doulus oukon,p.33). Para entenderlo
hay que tener en cuenta que “todos los hombres nos mudamos de la vida a la
palabra”(Holadios,p.89). Es la palabra la que nos ilumina y nos hace ver
aquello que está escondido.
Ya hemos afirmado que la esencia de la obra
de Briceño Guerrero se encuentra en las obras insertas en El laberinto de los tres minotauros. En ellas “propone y explora,
exaustivamente, el lenguaje como ámbito y recurso hermeneútico para captar la
especificidad del hombre latinoamericano”(p.198); en segundo lugar hay que
tener en cuenta que “Esa tensión lengua-habla…permite al pensador venezolano
caracterizar al latinoamericano como mestizo
cultural. Pero es un mestizo que no unifica, sintetiza ni equilibra los
sistemas culturales opuestos, sino que se halla fracturado ante ellos, que los
siente como propios y extraños a la vez y que, simultaneamente, actúay es
actuado por ellos. Ese rasgo bipartita del latinoamericano, en eterno combate
consigo mismo, lo particulariza”(p.198-199).
En tercer lugar “Para que tal intuición se
haga presente, el autor implementa un método que permite a todos los
componentes culturales presentes en latinoamérica manifestarse: el método
dramático. En él aflora: lo europeo occidental, lo español, lo cristiano, lo
racional, lo criollo, lo pardo, el individualismo, la solidaridad, el
autoritarismo, los sentimientos igualitarios, lo indios, lo negro, el gusto por
la modernización, la nostalgia por el pasado, el reclamo de la disciplina, la
tendencia al bochinche, el optimismo con el que se abrazan los proyectos, el
pronto olvido de los fracasos”(p.199).
Todo esto se expresa en tres cosmovisiones:
a) el discurso europeo segundo: “en
el que el latinoamericano se identifica con una racionalidad autoconsciente de
sí misma y que surgió en Grecia…Se identifica con la razón segunda que permitió a Europa expandirse, imponerse y
universalizarse con la Revolución Industrial”(p.200).
Aquí cabe una observación nuestra,
relacionada con la meditación de Briceño Guerrero: siempre hemos disentido del pensamiento según el cual
América Latina forma parte del Tercer Mundo. En verdad el continente
hispanoamericano es el Segundo Mundo pues surgió de la compleja civilización
hispánica formada por España en nuestros países, cuando no solo descubrió las
nuevas tierras sino que trajo su idioma, cultura, legislación, normas de
convivencia, educación y la dependencia del organizado Estado hispano. Hecho
que se debe extender al Brasil, también de origen iberoamericano, formado por
Portugal, desde 1500. Consideramos que este es un punto de vista que se debía
debatir. No se debe soslayar al respecto la observación del filósofo José Manuel
Briceño Guerrero, “Al observarnos a nosotros mismos para reconocernos y saber
quiénes somos, salta a la vista que somos europeos”, lo que se lee en su obra El laberinto de los tres minotauros(p.15),
la referencia esta tomada del capítulo “La identificación americana con la
Europa Segunda”(p.11-78). Todo este libro debe ser examinado para discutir lo
que proponemos.
b) el discurso
mantuano: “el que se gestó en
América Latina en su proceso de europeización por intermedio de la España pía y
cristiana, señorial y aventurera, imperial y legisladora y que se constituyó en
una paideia durante la época
colonial”(p.200-201). El Discurso
mantuano, continúa Rodríguez Lorenzo, “opuesto al Europeo segundo, es el de las jerarquías, los privilegios, las
prerogativas, el don del perdón, la lealtad, la gracia, las relaciones
personalizadas y a la vez mediadas por la despersonalizada burocracia, la
fidelidad, la codificación de los comportamientos sociales y su registro
meticuloso, la piedad para con los humildes, la fidelidad, el riesgo, la
hazaña, el individualismo emprendedor, la superación por la educación y los
vínculos de sangre, militancia y sacramento. Este discurso es el que rige, en
la práctica, los procedimientos de los estados Latinoamericanos, las relaciones
sociales y los procedimientos familiares; aunque la legislación no lo señale
expresamente”(p.201-202); c) el discurso
salvaje, “el que recoge los valores, fines y tradiciones no occidentales de
América Latina”(p.202). Aquí entra la violencia, los caudillos, la indiferencia
ante el arte, la difusión de la buena educación, los avances tecnológicos, la disciplina,
el trabajo sistemático, el libre debate democrático, la eficiencia, el
esfuerzo, la dedicación a alcanzar metas, las conquistas permanentes, la
estabilidad.
Según lo ya apuntado “estos tres sistemas de
pensamiento…contengan una coherencia interna…los tres discursos se interpretan,
combaten y combinan de múltiples maneras”(p.203).
Para llegar a la síntesis muestra Briceño el
arte en sus diversas expresiones(artes plásticas y visuales, literatura,
música, cine) “como la utopía en la que los latinoamericanos pueden hallar la
esperanza de superar su tragedia”(p.203). Será la única forma de encontrarse
así mismos, poner en acción su “potencialidad creativa y recreadora”(p.203),
crrearan así un espacio propio “en el cual los tres discursos pueden dialogar y
reconocerse…Así podrán ser autoconcientes dee su heterogeneidad y tomarla como
punto de partida para toparse con su anhelada unidad cultural”(p.204).
Tal el mensaje, hondo y de profundas
consecuencias en la vida venezolana que el gran pensador nos dejó sembrado en
sus libros y en su activa palabra desde el aula de clase o el salón de
exposiciones universitarias. Loor a nombre prelaro de este hombre de ideas a la
hora de ser sembrado en la tierra madre.
UN RECUERDO
Ahora que el admirado José Manuel ha
dejado de vivir queremos insertar aquí dos bellas cartas que nos escribió, de
su puño y letra, en su bella caligrafía, desde Paris(noviembre 15,1978). La
primera es la sigue:
“Apreciado amigo:
Seguramente sin proponérselo,
desencadenó Ud. en mi con su carta de julio 6,1978 una serie de intensos
recuerdos debido al lugar donde la escribió. Hace ya muchos años hice un
postgrado en Evanston(Northwerstern University) y viví allá experiencias
fundamentales. Gracias por ese involuntario estúmulo.
Su carta tardó más de cuatro meses en
llegarme, por eso mi respuesta acaso demasiado tardía. No sé si todavía está
Ud. en Evanston ni si todavía se interesa en mis libros. No tengo ninguno
conmigo además.Pero de todos modos escribí hoy a mi hermana en Barquisimeto
para que le envíe un ejemplar de cada uno.
Impresionado con su misteriosa firma
de alquimista le saludo su amigo: José Manuel.
PD: Por si me volviese a escribir,
¡ojalá!, continuaré en París hasta julio del año próximo en esta dirección: 200
Avenue du Maine, 75014. París.
La segunda nunca la hemos podido
olvidar, siempre vienen sus renglones a nuestro pensamiento, esta la cual, por
su comprensión nos salvó del marasmo de fin de una relación amorosa.Esto nos
escribió extremando su comprensión el inolvidable maestro:
París: febrero
19,1979.
Querido
amigo Otrebor:
Tu carta del 13-3 me llegó junto con
un retorno inesperado de invierno. ¿Dónde están las nieves de antaño? Pregunto,
rebajando el verso de Villon, porque me gusta la unanimidad fría de la nieve en
la estación más propicia a mi trabajo que no a mi exteriorización personal.
Una sensibilidad hecha para pesar
miligramos fonéticos y distinguir matices sutiles, para interpretar una pequeña
contracción de los párpados o un cambio de intensidad en el re sostenido del
violín, una sensibilidad vulnerable golpeada brutalmente. No hay consuelo. Y
las maniobras de distracción son despreciables. El golpe y su veneno estaban ya
emboscados desde el principio. Era una celada. No queda más remedio que digerir
y asimilar para trasmutar en compensión. Más tarde volverá, desarmada y sin
venenos, así lo prometió Afrodita a Safo; por algo aseguraba Anacreonte que Eros
es travieso. Volverá con su mismo rostro o con otro. Después de todo, el primer
rostro tampoco era de ella. Era de la dueña de todos los rostros, la Diosa que
nos acecha con el dolor y el placer y que puede darnos la muerte o la
inmortalidad.
Por una extreña coincidencia fue en
Evanston donde yo también conocí el mal “desesperao” y no fue posible que
pasara de mi esa cosa. Llegué incluso a sentir la atracción siniestra del lago
de Michigan. Un amigo llamado Jake, excelente actor de teatro, el mejor de mi
expériencia, pero tan pequeño de estatura que nunca llegaría a representar los
grandes papeles en los grandes teatros, me atendió como a un enfermo y me
enseñó, involuntariamente, sin palabras y sin teatro, el secreto poderoso de la
fraternidad. Palabras, sin duda, las mías, y hasta teatrales también(suenan así
cuando no pueden remplazar el silencio afectuoso), pero quisieran llevarte, te
llevan espero, al algo más que en el rumor lejano de una voz desconocida. Un
abrazo de su amigo: José Manuel.
Fue aquello del secreto poderoso de la
amistad, la esencia poderosa de la amistad, lo que nos llevó a volver a
florecer, a no perder la esperanza. Y, ahora, al decirle adiós, no podemos
olvidarlas.
Noviembre 2,2014.
[1] Publicado en en www.codigovenezuela.com: Caracas:
noviembre 11,2014 y en www.notiicierodigital.com:
Caracas: noviembre 3,2014..
[2] Miguel Ángel Rodríguez
Lorenzo: La mudanza del tiempo a la palabra. Latinoamérica en el pensamiento de
J.M.Briceño Guerrero. Mérida: Universidad de Los Andes, 1996. 272 p. Todas las
citas que hacemos proceden de este libro, las colocamos entre paréntesis al
final de cada una..
[3] La bibliografía de José
Manuel Briceño Guerrero es: ¿Qué es la filosofía?.Mérida:ULA,1962. 39 p.; América
Latina en el mundo.Caracas: Editorial Arte, 1966. 231 p.,; El origen del
lenguaje. .Caracas: Monte Avila Editores, 1970. 127 p. ; La idenficación
americana con la Europa segunda. Mérida:ULA,1977. 107 p.; Elogio de la ciudad.
Mérida: Imprenta Oficial, 1979;Discurso salvaje. Caracas: Fundarte,1980. 148
p.; América y Europa en el pensar mantuano. Caracas: Monte Ávila
Editores,1981.229 p.; Amor y terror de la palabras.Caracas: Mandorla, 1987. 95
p.;El laberinto de los tres minotauros. Caracas: Monte Ávila Editores,1994.313
p.
[4] Su obra propiamente imaginativa, de cierta
ficción, la forman los volúmenes: Doulos
oukon. Caracas: Editorial Arte, 1965. 64 p.; Tirandáfila. Caracas: Editorial
Arte,1967.56 p.; Holadios. Caracas: Fundarte,1984.95 p.; El pequeño arquitecto
de universo.Caracas: Alfadil, 1990. 96 p.;Anfisbena. Caracas: Greca,1992. 248
p.
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