Valentín Arenas
La sombra del régimen cubano sobre la patria de Bolívar, no de Castro, es una nube pasajera que terminará en un fracaso total. Castro necesita ahora de Venezuela como un día también necesitó de la Unión Soviética para mantener una revuelta que sumió en la miseria al pueblo de Martí, El Apóstol. La Unión Soviética como mecena fue reemplazada por Venezuela para sostener a una revuelta que solo produjo hambre y esclavitud. Fue un modelo para no seguir por ningún otro país de América y menos por Venezuela.
Sucede y acontece que Venezuela no es Cuba, ni lo será nunca, como vamos a explicar ahora. Venezuela se hizo independiente en 1811 y Cuba no logró la independencia hasta el año 1902. Siendo una Isla pequeña de territorio y cercana a Estados Unidos siempre tuvo una fuerte influencia de este país al extremo de que a través de la enmienda Platt enclavó en territorio cubano la base militar norteamericana de Guantánamo que fue una exigencia de esta potencia económica y militar. Una vez independiente Cuba tuvo algunos gobiernos democráticos empezando por Tomás Estrada Palma (1902) alternados con dictaduras como la del Presidente Gerardo Machado (1924) y el Dictador Fulgencio Batista (1958), entre otros, quien huyó del país y fue entonces cuando Fidel Castro bajó de la Sierra Maestra y empezó su gobierno. Los periodos democráticos fueron breves y alternaban con períodos autocráticos.
En Cuba no hubo una democracia durante un periodo suficientemente largo como para que se creara en el pueblo una “cultura democrática” y el pueblo apreciara lo que es la libertad y el respeto a los derechos humanos. Este vacío de una cultura democrática es lo que explica que a Fidel le resultó fácil, una vez fugado Batista, tomar el poder en paz. La Sierra Maestra quedó como la “estampa épica” de Fidel pues él no derrotó a Batista sino que asumió el cargo que Batista dejó vacío.
Fidel se instaló en él sin disparar un solo tiro. Después de años, y a dedo, puso de heredero a su hermano Raúl. De 1902 a 1958 Cuba no vivió nunca una democracia estable y a partir de esta fecha padece una dictadura comunista con dos conquistas fundamentales: esclavitud y hambre. Después de cincuenta años solo una élite vive bien en tanto todo el pueblo trata de “sobrevivir”. Esto es una revolución.
La historia pre revolucionaria de Venezuela es bien diferente. Se trata de un país suramericano continental con una enorme riqueza petrolera pero sobre todo con una cultura democrática vivida durante cuarenta años (1958-1998) gravada y heredada por varias generaciones de venezolanos que empezó con la caída de Pérez Jiménez (1958) quien hizo lo mismo que Batista en Cuba: abandonó el poder en un gesto de cobardía. Como las instituciones públicas son parte importante de la cultura política democrática este régimen las mantuvo pero “controladas” y así habla de elecciones, de asambleas, de Tribunal Supremo, de Consejo Electoral pero a todas las tiene sometidas y ningún poder es autónomo sino “manejado”.
La soberanía no reside en el pueblo sino en el autócrata. Esta cultura se manifiesta en los constantes reclamos obreros de sus contrataciones colectivas y otras muchas, en las protestas y huelgas de hambre de los estudiantes, en las universidades cuya autonomía hacen respetar, en las sentencias escandalosas del Tribunal Supremo que apropiándose de la Soberanía popular eligió a Maduro Presidente y el 14 de Abril lo ratifica el C.N.E. en ejercicio de esa misma soberanía. Una burla que ilumina el Sol de la cultura democrática del pueblo Soberano que mastica esa democracia simulada pero no se la traga. MADURO ES ILEGÍTIMO.
Venezuela no es Cuba y esto ya se está viendo…Pronto Castro necesitará buscarse a otro financista. Tal vez China…
Dr. Valentín Arenas Amigó
Profesor de Instituciones
Políticas de la U.C-.A-B
Correo: alenri@gmail.com
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