Conflicto Universitario en Venezuela
ALBERTO JOSÉ HURTADO B. | EL UNIVERSAL
domingo 18 de octubre de 2015 12:00 AM
Cuando se eliminan los incentivos a la investigación, se obliga a incrementar el número de estudiantes, se minimizan las asignaciones presupuestarias y se coartan los beneficios laborales a todos los miembros de las instituciones de educación superior del país, hay la intención de cambiar a las universidades venezolanas, reduciendo su importancia para la sociedad y transformándolas en instituciones de educación donde la docencia toma el rol preponderante, sin importar que ésta sea ejercida con presupuestos insuficientes, que se usan hasta donde alcanzan y obligan a toda la comunidad universitaria a convivir con los inconvenientes del cómo y cuándo llegan los fondos restantes.
De esta manera, pretender que la docencia universitaria sea el único rol de nuestras instituciones de educación superior las confina a centros de enseñanza donde un mismo conocimiento se transmite de generación en generación, hasta el momento en que la transformación técnica facilite su divulgación y convierta a las universidades en estructuras obsoletas, referencia de la organización burocrática del sector público venezolano. La verdadera contribución de las universidades a la solución de los grandes problemas del país se logra a partir del desarrollo pleno de sus funciones: docencia, investigación y extensión, y para ello se requiere de un clima sano donde sea posible la creación de conocimientos científicos, técnicos y literarios, relevantes y pertinentes para la sociedad; y no espacios llenos de incertidumbre donde la sobrevivencia se convierte en el reto principal de todos los integrantes de la comunidad universitaria.
El conflicto universitario que hoy mantienen profesores, empleados, obreros y estudiantes es el resultado de una inadecuada estrategia de transformación universitaria que pretende hacer de las universidades centros donde sólo se dicta clases, eliminando el papel relevante de la investigación y la extensión como actividades primordiales de las instituciones de educación superior del país; aunado a una lucha por salario digno y presupuesto justo que ha incluido promesas incumplidas (por ejemplo I Contratación Colectiva Universitaria), y una realidad que se desborda con: a) aulas, laboratorios y centros de investigación diezmados, b) deterioro de las condiciones de estudio (comedores, mantenimiento de instalaciones, providencias estudiantiles, transporte y seguridad), c) detrimento de las condiciones de trabajo (ausencia servicio médico de calidad y escasez de materiales esenciales de oficina), y d) desfavorables condiciones salariales, por la demora en el ajuste de los salarios y el profundo impacto de la inflación en las remuneraciones de los trabajadores universitarios.
@ajhurtadob
De esta manera, pretender que la docencia universitaria sea el único rol de nuestras instituciones de educación superior las confina a centros de enseñanza donde un mismo conocimiento se transmite de generación en generación, hasta el momento en que la transformación técnica facilite su divulgación y convierta a las universidades en estructuras obsoletas, referencia de la organización burocrática del sector público venezolano. La verdadera contribución de las universidades a la solución de los grandes problemas del país se logra a partir del desarrollo pleno de sus funciones: docencia, investigación y extensión, y para ello se requiere de un clima sano donde sea posible la creación de conocimientos científicos, técnicos y literarios, relevantes y pertinentes para la sociedad; y no espacios llenos de incertidumbre donde la sobrevivencia se convierte en el reto principal de todos los integrantes de la comunidad universitaria.
El conflicto universitario que hoy mantienen profesores, empleados, obreros y estudiantes es el resultado de una inadecuada estrategia de transformación universitaria que pretende hacer de las universidades centros donde sólo se dicta clases, eliminando el papel relevante de la investigación y la extensión como actividades primordiales de las instituciones de educación superior del país; aunado a una lucha por salario digno y presupuesto justo que ha incluido promesas incumplidas (por ejemplo I Contratación Colectiva Universitaria), y una realidad que se desborda con: a) aulas, laboratorios y centros de investigación diezmados, b) deterioro de las condiciones de estudio (comedores, mantenimiento de instalaciones, providencias estudiantiles, transporte y seguridad), c) detrimento de las condiciones de trabajo (ausencia servicio médico de calidad y escasez de materiales esenciales de oficina), y d) desfavorables condiciones salariales, por la demora en el ajuste de los salarios y el profundo impacto de la inflación en las remuneraciones de los trabajadores universitarios.
@ajhurtadob
Tomás Carrillo Batalla deja un gran legado al país
Su desempeño intelectual fue reconocido dentro y fuera del país
EL UNIVERSAL
viernes 16 de octubre de 2015 12:00 AM
El pasado 13 de octubre falleció en Caracas el Dr. Tomás Enrique Carrillo Batalla a la edad de 94 años. Distinguido hombre público, nacido en el estado Trujillo en 1921, quien dedicó toda su vida a servirle a nuestro país desde el mundo de las Ciencias Económicas y Sociales. El destacado profesor universitario, investigador, historiador, miembro de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, de la Academia de la Historia y de la Academia de Ciencias Económicas, nos deja un gran legado.
Carrillo Batalla fue Ministro de Hacienda en el gobierno de Betancourt, Diputado miembro de las Comisiones de Finanzas y de Contraloría, presidente de la Fundación Alberto Adriani, miembro del Instituto de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV, presidente de la Comisión de Reforma Agraria y de la Comisión para la Reforma del Estado. Su desempeño intelectual fue reconocido con distinciones otorgadas por diversas instituciones nacionales e internacionales.
El Dr. Carrillo Batalla, el hombre de su inseparable corbata de lacito, no solo contribuyó a formar a miles de alumnos en su cátedra universitaria, sino que también dejó una amplia obra editorial, sobre el sistema económico constitucional y la historia de las finanzas públicas venezolanas.
Carrillo Batalla fue Ministro de Hacienda en el gobierno de Betancourt, Diputado miembro de las Comisiones de Finanzas y de Contraloría, presidente de la Fundación Alberto Adriani, miembro del Instituto de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV, presidente de la Comisión de Reforma Agraria y de la Comisión para la Reforma del Estado. Su desempeño intelectual fue reconocido con distinciones otorgadas por diversas instituciones nacionales e internacionales.
El Dr. Carrillo Batalla, el hombre de su inseparable corbata de lacito, no solo contribuyó a formar a miles de alumnos en su cátedra universitaria, sino que también dejó una amplia obra editorial, sobre el sistema económico constitucional y la historia de las finanzas públicas venezolanas.
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