El Proyecto no existe *
G.D. Carlos Julio Peñalozagenpenaloza@gmail.com
El tal “proyecto” de país de Hugo Chávez no existe ni existió jamás. El único proyecto de Chávez es una orgía de poder personal cuyo rostro va cambiando según las circunstancias.
A su proyecto de país, el muñeco de Fidel lo llama “El Proceso”. Se trata de un objetivo misterioso. Los únicos en conocerlo serían los sumos sacerdotes: Fidel y El.
Como quien piensa no puede ser el muñeco, sino el ventrílocuo, en este caso las ideas han de ser de Fidel. Pero todo muñeco de ventrílocuo trata de hacernos creer que piensa. Esa ilusión es el secreto del espectáculo. Como todo muñeco de ventrílocuo, el muñeco de Fidel confunde al espectador. Solemnemente confesó haber ingresado a la Academia Militar para convertirse en lanzador de grandes ligas. Juró ante Dios y la Patria que él no era comunista. Lo dijo con tanta convicción que todos sospechamos algo suelto en su neuronas ¿Mentiroso compulsivo? ¿Mitómano? ¿Mero hablador de pendejadas? Fidel no lo sabe. Ni le importa. Se limita a cobrar su mesada de 3 mil millones de dólares anuales y un par de millardetes más para echar comida a los perros. Después de todo, Fidel hizo creer que su sueño era jugar básquet, y cuando un periodista le tocó el tema ideológico le respondió: <<Si hubiera dicho que era comunista todavía estaría en la Sierra Maestra>>.
El ventrílocuo y su muñeco
Lo cierto es que estamos ante dos proyectos, el de verdad que es de Fidel y el de mentiras rojas rojitas de su muñeco de ventrílocuo. El de Fidel lo veremos en su momento. Ahora comentemos el de mentiras, que es más fácil. Consiste en fortalecer al pueblo… sólo que para Chávez el pueblo es Él. Pero hay que crear una fachada de ideas. Para eso tenemos genio. Gallineros verticales. La Ruta de la Empanada, cultivos órgano-pónicos, areperas socialistas. Con eso el muñeco pasará a la Historia de la Economía como un innovador revolucionario.
Pero un proceso ha de ser dinámico. El plan de desarrollo endógeno duró hasta la reforma constitucional. Con eso “El Proyecto” cambió de rumbo. El partido desplazó al pueblo. Ahora lo importante era el PSUV. No duró mucho. A poco el partido fue reemplazado por Chávez, quien rodilla en tierra decretó su nuevo estalinismo. Luego hay una nueva mutación, la de las expropiaciones. En la práctica, acabar con los demás poderes de la sociedad.
El espectáculo iba sobre ruedas hasta que el viejo Chucho Meleán se salió del libreto. El anciano apátrida paró en seco al ministro Juan Carlos Loyo, un conocido ultra derechista pasado a la revolución que le puso una pistola Gluck al cinto. Lo del Sur del Lago fue un ensayo de rebelión civil. El muñeco se voltea asustado hacia el ventrílocuo. “¿Ahora qué hago?” ¿Qué dice el libro? ¿Dar un paso atrás para después dar dos hacia adelante?.
El ventrílocuo elucubra un nuevo rostro para “EL Proceso”. Lo importante es que los petro-dólares le lleguen. Mientras tanto, los espectadores están cayendo en cuenta de que “El Proyecto” no existe.
genpenaloza@gmail.com
@elnuevopaís
* Título original: Puesto de Combate
No hay comentarios:
Publicar un comentario