Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

jueves, 4 de junio de 2015

El nuevo Director de la Real Academia Española (RAE) Darío Villanueva, presentó el último Diccionario de la lengua española (DILE) en EEUU, uno de los países con mayor hispanoparlantes en el mundo. La nueva edición agrega diez venezolanismos, que ya suman 2.338 vocablos

Darío Villanueva: "Me gusta la palabra chamo"

El nuevo Director de la Real Academia Española (RAE) presentó el último Diccionario de la lengua española (DILE) en EEUU, uno de los países con mayor hispanoparlantes en el mundo. La nueva edición agrega diez venezolanismos, que ya suman 2.338 vocablos

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Defiende la comunicación electrónica sin pruritos (Cortesía: Jorge Covarrubias)
ANDRÉS CORREA GUATARASMA |  EL UNIVERSAL
jueves 4 de junio de 2015  12:33 AM
Nueva York.- Habla y argumenta como el académico que es, pero sin perder el tono de ciudadano. Así, admite su preferencia por la palabra "alba", en el sentido original, sin connotaciones políticas suramericanas. E igualmente valida los términos que describen lo desagradable, lo sexual y hasta lo escatológico, pues todo vocablo es "necesario".

Gallego, doctor en Filología, en la víspera de cumplir el viernes 65 años de edad dirige la Real Academia Española (RAE) desde enero pasado, y por ende preside la Asociación de Academias de la Lengua (ASALE) e integra el Consejo de Estado del gobierno de España.

-¿Qué opina del español que se habla en Venezuela y de sus aportes?
-En contra de lo que a veces se dice, tan bueno es el español de Venezuela como el de España, el de Colombia o el de México. Cada país hispanohablante contribuye con sus características propias a hacer del español el idioma universal que es. Por fortuna, más del 90% del léxico es común, lo que permite que un cubano, un español, un argentino y un chileno se entiendan perfectamente. Luego están los registros propios de cada país, que muchas veces se sobreentienden en el contexto. Tenemos recogidos muchos en elDiccionario de americanismos, disponible gratuitamente en la web de la ASALE. Según Francisco Javier Pérez, presidente saliente de la Academia Venezolana, la última edición del diccionario consigna un total de 2.338 voces o acepciones venezolanas.

-¿Cuáles son sus venezolanismos favoritos y/o menos comprensibles?
-Uno que me gusta es "chamo", para denominar coloquialmente a los niños o adolescentes. Y hace tres años a todos nos sorprendió, con motivo de la campaña electoral, "majunche".

-¿Es necesario el desdoblamiento léxico para "evitar" la discriminación de género? En los últimos años ha sido usado como herramienta populista, para dar idea de "inclusión", fomentando gazapos como "millonas, liceas, atletos". Ya en 2012 el académico Ignacio Bosque lo criticó, citando a la Constitución Bolivariana como "mal ejemplo"...
-No hay ninguna necesidad lingüística de hacer ese desdoblamiento, fruto sin duda de una moda cultivada especialmente por algunos políticos, tanto en España como en otros países hispanohablantes. En el informe de Bosque se explica cumplidamente por qué. Y esa es la opinión de la RAE: www.rae.es/sites/default/files/Sexismo_linguistico_y_visibilidad_de_la_mujer_0.pdf

-Dentro de lo anterior, ¿qué tan correcto es hablar de "enta" (presidenta)? ¿No se trata de una tergiversación del "ente" (paciente, adolescente, doliente) ?
-Tan correcto es decir la presidenta como la presidente. Este tipo de cuestiones están muy bien resueltas en nuestro Diccionario Panhispánico de dudas. Por su terminación, puede funcionar como común en cuanto al género (el/la presidente); pero el uso mayoritario ha consolidado el femenino específico, presidenta.

-¿Cómo la RAE decide sobre temas tan diversos y lejanos al mundo académico como, por ejemplo, beisbol, tecnología, industria textil, etc?
-No hay temas ni palabras ajenas ni alejadas del interés de las academias. Somos instituciones dedicadas a recoger y reflejar en nuestras obras la lengua usada por los hablantes, que son sus auténticos dueños. Obviamente, los académicos no sabemos de todo ni dominamos todas las especialidades, pero por fortuna contamos con numerosos asesores y expertos en los distintos campos. Una herramienta utilísima para esto es el CORPES XXI, un gran banco de datos léxicos que reunirá 400 millones de formas del español de ambos lados del Atlántico en 2018. Es uno de nuestros proyectos más ambiciosos. Está dirigido por el académico Guillermo Rojo y en él colaboran las academias integradas en la ASALE y varias universidades.

-La palabra "reloj" es única en español por su terminación. ¿Podría considerarse "la más original"?
-A mí la que más me gusta es el adjetivo "liberal", que ha pasado al léxico político de otras lenguas.

-El portugués está teniendo complicaciones ortográficas porque Portugal y Brasil parecen no ponerse de acuerdo. ¿En qué han errado esas academias y qué sugiere para evitar que eso suceda eventualmente con el español?
-En español es difícil que suceda esto porque, afortunadamente, las distintas academias han hecho muy bien su trabajo a favor de la unidad de la lengua. La expansión del español en América es fruto de los procesos de independencia y no de la época colonial. La mayor parte de las nuevas repúblicas adoptaron el castellano como idioma oficial de sus respectivos países y poco después empezaron a surgir las academias en cada uno de ellos. La primera fue la colombiana (1871), y la última, por ahora, la estadounidense (1973). Pronto contaremos con la ecuatoguineana y no descartamos una academia del judeoespañol o sefardí. Uno de los primeros acuerdos de las academias fue precisamente el ortográfico.

-La autocorrección de Microsoft Word y los teléfonos "inteligentes" tiene un español limitado y con ello abundan los errores al enviar mensajes. ¿La RAE mantiene comunicación con programadores informáticos de las grandes compañías?
-Los autocorrectores, aunque a veces molestos, cumplen una función muy estimable, no en vano algunos de ellos toman como referencia nuestros diccionarios. Con Microsoft, por ejemplo, mantenemos una antigua colaboración que se remonta a la época de Bill Gates y que hemos renovado recientemente.

-Consecuencia de lo anterior, los signos de apertura (¡¿) están desapareciendo. ¿Tienen alguna estrategia para preservarlos?
-La única estrategia es recomendar que se usen adecuadamente. Esta es una pregunta que se recibe con mucha frecuencia en el Departamento de Español al Día de la RAE, desde donde se dan consejos y recomendaciones sobre el buen uso de la lengua. Parte de estas dudas se resuelven a través de nuestro canal en Twitter, @raeinforma. Es un error prescindir del signo de apertura, pues si la frase es larga, por ejemplo, no discernimos dónde empieza exactamente la pregunta y, a la hora de leer el texto, cuándo la entonación debe tener registro interrogativo.

-Cuando una herramienta como Twitter restringe la comunicación a 140 caracteres, ¿qué riesgos presenta esto para el idioma, en el sentido de que la gente empieza a cortar palabras? (pq/por qué;  k/que)
-No comporta ningún riesgo. En primer lugar porque en 140 caracteres pueden escribirse mensajes más complejos de lo que parece, además de los enlaces que se añaden al texto si es necesario. Antes de Twitter estaban los versos o los aforismos, como ejemplo de formatos en los que la concisión es necesaria. Tampoco hay que temer a las abreviaturas, ya empleadas con profusión en los códices medievales.

-¿Desaparecerá la letra K en español? Cada vez se usa menos en los diccionarios: biquini, quiosco...
-No tiene por qué desaparecer. Es una letra perfectamente asentada en nuestro alfabeto aunque no haya demasiadas palabras con ella. En la academia la tenemos tan en cuenta que dos de nuestras 46 plazas están designadas con K, en minúscula y en mayúscula. En un libro que hemos reeditado con motivo de la conmemoración del III Centenario de la RAE bajo el título Al pie de la letra, escriben sobre la K nada menos que Ana Matute y Rafael Lapesa, ya fallecidos, y José Antonio Pascual, nuestro vicedirector.                 

-De niño, ¿cometía errores ortográficos? ¿Y hoy tiene dudas eventuales que necesita consultar al escribir?
-Pertenezco a una generación a la que se enseñaban con mucho empeño en la escuela, y con considerable éxito, las reglas gramaticales y ortográficas. No recuerdo cometer demasiados errores ortográficos, de ahí que sea tan importante la enseñanza primaria para un buen manejo y uso de la lengua. En la actualidad, tengo dudas ocasionales como cualquier hablante y soy consultante habitual de las obras académicas, especialmente del diccionario.

-¿Cuánto tiempo le toma completar un crucigrama o una partida de Scrabble? ¿Le gustan esos pasatiempos?
-Me gustan los juegos de palabras, especialmente los crucigramas, pero más los mentales que los escritos. En verano, mientras nado en el mar, a veces voy haciendo todas las combinaciones posibles de una palabra, cambiando y alterando el orden de sus letras.

acorrea@eluniversal.com

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