NOTITARDE Valencia, julio 26 (Elibeth Carruido/Prensa MP) Amigos, compañeros y
familiares de la ex- presidenta del Ateneo de Valencia Tibisay Useche, despidieron
por última vez a la abogada este domingo en la Funeraria La Superior.
A la 1:00 de la tarde, allegados a la abogada acompañaron a la hija y demás familiares
a un homenaje frente las instalaciones del Museo de Arte de Valencia (antiguo Ateneo),
organizado por los directivos de esa institución, allí asistieron diversas personalidades
de índole cultural y político, entre los más cercanos: Rubén Pérez Silva, coordinador
de la Mesa de Unidad Democrática, quien fue su compadre; la profesora Subdelia
Pérez de la Sociedad Amigos de Valencia y los directivos del Ateneo de Valencia.
Subdelia Pérez manifestó su preocupación ante el lamentable fallecimiento de su compañera
de cultura y cofrade de la Virgen del Socorro. Estos hechos de violencia nos preocupan
a todos, desde los más jóvenes hasta los más adultos. No hay nadie que te garantice
tu seguridad. Valencia está consternada y espero que esto no quede impune , dijo.
Privativa de libertad para presunto homicida
El Ministerio Público logró privativa de libertad para un adolescente de 17 años de edad,
por presuntamente estar involucrado en la muerte de la ex presidenta del Ateneo de
Valencia, Tibisay Useche Uzcátegui (72), quien fue localizada sin vida el pasado viernes
24 de julio en la residencia de su madre, ubicada en la urbanización El Trigal, parroquia
San José del estado Carabobo
En la audiencia de presentación, el fiscal 26º auxiliar de esa jurisdicción, Dixon Pérez,
imputó al joven por la presunta comisión de los delitos de homicidio calificado en la
ejecución de robo agravado y resistencia a la autoridad.
El Tribunal 3° de Control del estado Carabobo, sección de Responsabilidad Penal del
Adolescente, acordó la medida privativa de libertad para el joven y fijó como sitio de
reclusión el Centro de Internamiento Dr. Alberto Ravell, ubicado en Naguanagua.
El hoy imputado fue aprehendido el día del hecho, luego que funcionarios de la policía
regional le dieran voz de alto a la altura de la avenida Cedeño de Valencia. Sin embargo,
el joven intentó huir e impactó el vehículo que conducía contra un transporte público.
Adicionalmente, los funcionarios precisaron que el vehículo era propiedad de Useche
Uzcátegui y dentro de él hallaron algunas de sus pertenencias.
El Carabobeño 26 julio 2015
Alfredo Fermín || Hoy y después en Valencia
MÁS ALLÁ DEL DOLOR
El modo utilizado para quitarle la vida a Tibisay Useche fue un acto que rebasa los límites de la crueldad, que nos está conduciendo a que vivamos en un estado de sitio donde el terrorismo se ejerce de manera impune. Este horrendo crimen nos conmueve hoy pero, pronto, lo olvidaremos porque sucederá otro peor, mientras los laboratorios de propaganda del gobierno preparan argumentaciones para culpar a sus opositores de lo que es incapaz de controlar.
El asesinato de Tibisay Useche conmueve, profundamente, porque fue una gran dama, una madre ejemplar, víctima de un adolescente, a quien conocía desde la infancia, por lo cual lo contrató para que le ayudara a la selección de los muebles, de la casa de su mamá, que iba a poner a la venta, porque el inmueble quedó desocupado. Jamás pudo imaginar que el joven tramaría, con otros compañeros, su asesinato que tiene, a buena parte de la sociedad valenciana, conmocionado y asustado porque, crímenes como éste, se cometen a diario sin que la prensa se entere porque la censura no solo es política.
Desde muy joven Tibisay fue una figura de la sociedad valenciana. Mas que bella era hermosa y simpática, siempre dispuesta a colaborar, con el mayor entusiasmo, en las actividades del Country Club y de la Asociación de Ganaderos institución de la cual fue reina. Se graduó de abogada, en la Universidad Santa María, de Caracas, pero optó por el comercio. Viajaba con frecuencia a Nueva York y París para surtir su tienda que vestía a damas elegantes de Valencia. En 1980, fue electa presidenta del Ateneo de Valencia donde tuvo una gestión convulsionada, al final, por su aspiración a la reelección en competencia con Judith Villamediana que resultó electa.
Tuvo la satisfacción de lograr ampliar las salas de exposiciones con la construcción de una mezzanina en el Ateneo, que fue inaugurada por el presidente Luis Herrera Campins, con una retrospectiva de las obras ganadoras de los premios Arturo Michelena, desde su fundación hasta 1981.Por su amistad con Oswaldo Vigas logró que, el famoso artista valenciano donara, al Ateneo de Valencia, el mural monocromático que se encuentra al frente de la sede de la institución.
Pero lo más que recordamos de esa gestión fue el proceso jjurídico que enfrentó como buena abogada y dirigentes cultural , en 1981, cuando el jurado de calificación integrado por Manuel Espinoza, Bélgica
Rodríguez, Humberto Jaimes Sánchez, Braulio Salazar y Luis Enrique Torres Agudo concedió el premio
Mauro Mejiaz (Nace en Biscucuy, pueblito del piedemonte andino venezolano, el 22 de noviembre de1930), de madre indígena y de padre de ascendencia italiana. A los 15 años se traslada a Valencia donde conoce a Braulio Salazar, quien lo orientará en los primeros años de su actividad plástica y lo estimula a formalizar sus estudios de arte. Mejíaz ingresa en 1948 a la Escuela Arturo Michelena, donde permanece hasta 1952. En 1955 es designado profesor asistente de escultura y cerámica de esa institución. Bajo la influencia de Siqueiros se interesa en la pintura realista social. Director fundador de la Escuela de Artes Plásticas Armando Reverón de Barcelona (Edo. Anzoátegui) en 1958, asume en 1962 la dirección de la página de arte del diario La Antorcha (El Tigre, Edo. Anzoátegui). En dos ocasiones tiene oportunidad de viajar al exterior con modestas becas de la empresa privada, aunque es a los 33 años cuando se radica en París, el 1 de mayo de 1964, con una beca del ME que le concede el ministro J.M. Siso Martínez por intermedio de Arturo Croce. Antes de su viaje realiza una importante individual en el Ateneo de Valencia (Edo. Carabobo), donde expone 38 óleos y 11 esculturas. En París se encuentra con Oswaldo Vigas. Los primeros meses europeos fueron de visita a museos aunque inicia su participación en exposiciones colectivas, como la realizada en el Salón Latinoamericano en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de París en 1965. Incursionó en muchas formas de pintura: realismo social, impresionismo, cubismo, expresionismo, etc., sin embargo, más por una carencia —el costo de los pinceles— que por un recurso técnico, descubre las inmensas posibilidades de esparcir pigmentos de óleo con trapos y disolvente que, junto a la técnica del frottage, el artista lleva a un grado de maestría. Entre 1970 y 1975 da forma a su actual estilo sin un programa previo aunque Mejíaz ha sabido diferenciarse del automatismo o de los cadáveres exquisitos de los surrealistas. En su obra es palpable la influencia del artista chileno Roberto Matta, con quien ha expuesto desde 1967. La pintura de ambos tiene propósitos similares pero son y parten de procesos distintos. En Mejíaz hay una intensidad de dominio físico corporal de las energías interiores volcadas en la acción del dibujo. Las pinturas, ilustraciones y decoraciones murales de ese tiempo han sido rotuladas por la crítica como surrealistas, fantásticas, visionarias, de ciencia-ficción, viscerales, de paisajes interplanetarios, etc., clasificaciones que el artista desdeña. Su primera preocupación "fue la de profundizar su visión para privarla de referencias identificables. Su paisaje deberá ser simultáneamente y a la par interior y exterior, característica que será, de ahora en adelante una de las marcas fundamentales de este su arte que nos impone la prohibición de poder determinar exactamente la dimensión de sus quimeras microscópicas o de sus enormes, necesariamente, monstruos" (Bosquet, 1980, p. 51).Durante 20 años, Mejíaz estuvo alejado del medio artístico venezolano, aunque en Francia frecuentó a Poleo y a Soto. Este silencio se rompe en 1981 cuando amigos del pintor lo presentan en la Bienal de Arte Venezolano en Caracas y en el XXXIX Salón Arturo Michelena, donde recibe el Premio Arturo Michelena. Ese mismo año había participado en el Gran Premio de Montecarlo y ganado el Premio Société des Bains de Mer (Gran Premio de Montecarlo, Mónaco). También en este año, la Sociedad Internacional de los Artistas Japoneses seleccionó una obra suya como una de las mejores 25 entre un conjunto de 312 de 46 países por eso es triste saber que en Venezuela no se disfrutó de ese don de Mejiaz sino luego que ya siendo nacionalizado francés momento en el cual empieza a surgir como pintor fue criticado al recibir el premio Arturo Michelena dado por la Fundación Ateneo de Valencia a este pintor debido a que era de nacionalidad francesa, pero sino fuera por ello jamas habría sido parte del mundo artístico venezolanoy no fuera tenido un lugar en la Fama de los artistas plásticos del mundo
Rodríguez, Humberto Jaimes Sánchez, Braulio Salazar y Luis Enrique Torres Agudo concedió el premio
Arturo Michelena al pintor Mauro Mejíaz, por su pintura La Serpiente Verde.La polémica, que fue un escándalo nacional, se presentó porque Rafael Pineda, presidente de la Asociación de Críticos de Arte, introdujo ante un tribunal una demanda en contra del Ateneo, argumentando que, esta institución, violentó las bases del Salón Michelena las cuales establecían que, el prestigioso premio, debía otorgársele a un artista venezolano. Mauro Mejíaz había obtenido la nacionalidad francesa y perdió la nacional venezolana.Pr lo tanto,el premio debía ser revocado.
Rafael Pineda tenía tanta influencia que llevó el caso a la Corte Suprema de Justicia de la cual era miembro el doctor Aníbal Rueda, abogado adhonorem del Ateneo. Analizado el caso el doctor Rueda sentenció que la decisión era correcta porque las bases del Salón decían que, el premio, debía ser para un artista nacional, es decir procedente de Venezuela, no venezolano.
La entrega del premio a Mauro Mejíaz, quien vino especialmente de París, fue motivo para una gran fiesta en casa del doctor Torres Agudo, donde a Tibisay se le hizo un reconocimiento por su gestión profesional y personal para que se respetara la decisión del honorable jurado que había concedido la distinción.
Después de su presidencia en Ateneo, Tibisay se dedicó por completo a la esmerada educación de su única hija Alessandra Trinchero y al comercio de la moda, en su boutique del centro comercial Camoruco, especializada en marcas de lujo, y a disfrutar de juegos de cartas con grupos de amigas consecuentes en el Country Club de Valencia. Siempre risueña y distinguida era imposible imaginar que sus últimos momentos fuesen una tragedia que va más allá del dolor.
Mauro Mejiaz (Nace en Biscucuy, pueblito del piedemonte andino venezolano, el 22 de noviembre de1930), de madre indígena y de padre de ascendencia italiana. A los 15 años se traslada a Valencia donde conoce a Braulio Salazar, quien lo orientará en los primeros años de su actividad plástica y lo estimula a formalizar sus estudios de arte. Mejíaz ingresa en 1948 a la Escuela Arturo Michelena, donde permanece hasta 1952. En 1955 es designado profesor asistente de escultura y cerámica de esa institución. Bajo la influencia de Siqueiros se interesa en la pintura realista social. Director fundador de la Escuela de Artes Plásticas Armando Reverón de Barcelona (Edo. Anzoátegui) en 1958, asume en 1962 la dirección de la página de arte del diario La Antorcha (El Tigre, Edo. Anzoátegui). En dos ocasiones tiene oportunidad de viajar al exterior con modestas becas de la empresa privada, aunque es a los 33 años cuando se radica en París, el 1 de mayo de 1964, con una beca del ME que le concede el ministro J.M. Siso Martínez por intermedio de Arturo Croce. Antes de su viaje realiza una importante individual en el Ateneo de Valencia (Edo. Carabobo), donde expone 38 óleos y 11 esculturas. En París se encuentra con Oswaldo Vigas. Los primeros meses europeos fueron de visita a museos aunque inicia su participación en exposiciones colectivas, como la realizada en el Salón Latinoamericano en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de París en 1965. Incursionó en muchas formas de pintura: realismo social, impresionismo, cubismo, expresionismo, etc., sin embargo, más por una carencia —el costo de los pinceles— que por un recurso técnico, descubre las inmensas posibilidades de esparcir pigmentos de óleo con trapos y disolvente que, junto a la técnica del frottage, el artista lleva a un grado de maestría. Entre 1970 y 1975 da forma a su actual estilo sin un programa previo aunque Mejíaz ha sabido diferenciarse del automatismo o de los cadáveres exquisitos de los surrealistas. En su obra es palpable la influencia del artista chileno Roberto Matta, con quien ha expuesto desde 1967. La pintura de ambos tiene propósitos similares pero son y parten de procesos distintos. En Mejíaz hay una intensidad de dominio físico corporal de las energías interiores volcadas en la acción del dibujo. Las pinturas, ilustraciones y decoraciones murales de ese tiempo han sido rotuladas por la crítica como surrealistas, fantásticas, visionarias, de ciencia-ficción, viscerales, de paisajes interplanetarios, etc., clasificaciones que el artista desdeña. Su primera preocupación "fue la de profundizar su visión para privarla de referencias identificables. Su paisaje deberá ser simultáneamente y a la par interior y exterior, característica que será, de ahora en adelante una de las marcas fundamentales de este su arte que nos impone la prohibición de poder determinar exactamente la dimensión de sus quimeras microscópicas o de sus enormes, necesariamente, monstruos" (Bosquet, 1980, p. 51).Durante 20 años, Mejíaz estuvo alejado del medio artístico venezolano, aunque en Francia frecuentó a Poleo y a Soto. Este silencio se rompe en 1981 cuando amigos del pintor lo presentan en la Bienal de Arte Venezolano en Caracas y en el XXXIX Salón Arturo Michelena, donde recibe el Premio Arturo Michelena. Ese mismo año había participado en el Gran Premio de Montecarlo y ganado el Premio Société des Bains de Mer (Gran Premio de Montecarlo, Mónaco). También en este año, la Sociedad Internacional de los Artistas Japoneses seleccionó una obra suya como una de las mejores 25 entre un conjunto de 312 de 46 países por eso es triste saber que en Venezuela no se disfrutó de ese don de Mejiaz sino luego que ya siendo nacionalizado francés momento en el cual empieza a surgir como pintor fue criticado al recibir el premio Arturo Michelena dado por la Fundación Ateneo de Valencia a este pintor debido a que era de nacionalidad francesa, pero sino fuera por ello jamas habría sido parte del mundo artístico venezolanoy no fuera tenido un lugar en la Fama de los artistas plásticos del mundo
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