Bolivia: los obispos regalan al Papa un báculo con la Virgen Desatanudos
Se trata de una advocación alemana por la que el Santo Padre siente especial devoción
Por Redacción
Madrid, 09 de julio de 2015 (ZENIT.org)
Los obispos de Bolivia han regalado al papa Francisco un báculo de madera con una representación de la Virgen Desatanudos, obra de los talleres de la Familia de Artesanos Don Bosco de la localidad de Postrervalle. Los prelados se lo han entregado este jueves al Santo Padre, que lo ha utilizado en la celebración de la Santa Misa a los pies del Cristo Redentor.
Una cinta va rodeando el bastón. El ángel la recoge con una mano y la pasa a María Santísima. La Virgen desata el nudo y, una vez desatado, se aprecia la imagen del Buen Pastor en el extremo superior.
El báculo ha sido fabricado en cuatro piezas y se ha depositado en un cofre tallado, que tiene grabado en su tapa circular el logotipo de la Conferencia Episcopal de Bolivia y el emblema del Pontífice, informa la organización de la visita en su página web.
El papa Francisco tiene una devoción especial a esta advocación mariana, que introdujo en Argentina en la década de los ochenta. La veneración a la Virgen Desatanudos se debe a un cuadro barroco de la Inmaculada ubicado en la iglesia jesuita de Sankt Peter am Perlach en Augsburgo (Alemania) y que formó parte del retablo “Las beatas vírgenes del Buen Consejo”.
El Santo Padre descubrió esta advocación en la década de los setenta, gracias a una réplica de la pintura que había en la casa de la Compañía de Jesús en Ingolstadt (Alemania). El óleo se atribuye a Johann Schmidttner y data aproximadamente de 1700. Se basa en un escrito de san Irineo, a finales del siglo II, que afirma: “El nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María”. Es decir, alude al pecado original.
En la pintura se ve a María rodeada de pequeños ángeles, con la luna en cuarto creciente a sus pies mientras aplasta la cabeza de una serpiente y el Espíritu Santo la protege. A la izquierda de la Purísima, el arcángel Miguel le alcanza una cinta anudada que, a su derecha, recoge desatada el arcángel Gabriel. La cinta cae sobre el vientre de la Virgen embarazada, señal de que María intercede gracias a la virtud del Hijo que lleva en su seno.
En la parte baja del cuadro aparece el arcángel Rafael guiando a Tobías, símbolo del hombre que busca y encuentra la medicina de Dios. Éste es el único remedio ante la enfermedad del pecado, principal nudo que desata María del corazón del hombre por los méritos de su hijo Jesucristo. Ambos caminan de las sombras a la luz, en la que se adivina una iglesia.
Una cinta va rodeando el bastón. El ángel la recoge con una mano y la pasa a María Santísima. La Virgen desata el nudo y, una vez desatado, se aprecia la imagen del Buen Pastor en el extremo superior.
El báculo ha sido fabricado en cuatro piezas y se ha depositado en un cofre tallado, que tiene grabado en su tapa circular el logotipo de la Conferencia Episcopal de Bolivia y el emblema del Pontífice, informa la organización de la visita en su página web.
El papa Francisco tiene una devoción especial a esta advocación mariana, que introdujo en Argentina en la década de los ochenta. La veneración a la Virgen Desatanudos se debe a un cuadro barroco de la Inmaculada ubicado en la iglesia jesuita de Sankt Peter am Perlach en Augsburgo (Alemania) y que formó parte del retablo “Las beatas vírgenes del Buen Consejo”.
El Santo Padre descubrió esta advocación en la década de los setenta, gracias a una réplica de la pintura que había en la casa de la Compañía de Jesús en Ingolstadt (Alemania). El óleo se atribuye a Johann Schmidttner y data aproximadamente de 1700. Se basa en un escrito de san Irineo, a finales del siglo II, que afirma: “El nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María”. Es decir, alude al pecado original.
En la pintura se ve a María rodeada de pequeños ángeles, con la luna en cuarto creciente a sus pies mientras aplasta la cabeza de una serpiente y el Espíritu Santo la protege. A la izquierda de la Purísima, el arcángel Miguel le alcanza una cinta anudada que, a su derecha, recoge desatada el arcángel Gabriel. La cinta cae sobre el vientre de la Virgen embarazada, señal de que María intercede gracias a la virtud del Hijo que lleva en su seno.
En la parte baja del cuadro aparece el arcángel Rafael guiando a Tobías, símbolo del hombre que busca y encuentra la medicina de Dios. Éste es el único remedio ante la enfermedad del pecado, principal nudo que desata María del corazón del hombre por los méritos de su hijo Jesucristo. Ambos caminan de las sombras a la luz, en la que se adivina una iglesia.
El Papa: "Jesús nunca se saltea la dignidad de nadie"
10.00. Santa Cruz de la Sierra. El papa Francisco recordó en la homilía que Jesús logra transformar una lógica del descarte, en una lógica de comunión
Por Rocío Lancho García
Ciudad del Vaticano, 09 de julio de 2015 (ZENIT.org)Miles de personas acudieron a la plaza para compartir la celebración eucarística con el papa Francisco, en su segundo día en Bolivia. Desde primeras horas de la mañana, cantos y música tradicionales animaban la espera. A la llegada del Santo Padre en el papamóvil, la multitud mostró su entusiasmo, levantado sus banderas, aplaudiendo y gritando con fuerza. Durante el recorrido entre los fieles, el Pontífice quiso detener en varias ocasiones el papamóvil para saludar más de cerca a algunas personas y bendecir a algunos niños.
Durante la homilía, el Santo Padre reflexionó sobre la memoria de los pueblos, que pasa de generación en generación, una memoria en camino. Al respecto advirtió que no son pocas las veces “que experimentamos el cansancio de este camino”, “que faltan las fuerzas para mantener viva la esperanza”. Y a veces nos gana “una tristeza que se vuelve individualista, que nos hace perder la memoria de pueblo amado, de pueblo elegido”, añadió.
Asimismo el Pontífice indicó que “en un corazón desesperado es muy fácil que gane espacio la lógica que pretende imponerse en el mundo de nuestros días”. Una lógica --precisó-- que busca transformar todo en objeto de cambio, de consumo, todo negociable.
Haciendo referencia al Evangelio del día, la multiplicación de los panes y los peces, el Papa observó que Jesús tuvo una actitud en tres palabras, “toma” un poco de pan y unos peces, los “bendice”, los parte y “entrega” para que los discípulos lo compartan con los demás. Con estras tres acciones, Jesús “logra transformar una lógica del descarte, en una lógica de comunión”, añadió. Y de este modo, reflexionó sobre estas tres ideas.
El punto de partida, es “tomar muy en serio la vida de los suyos”, aseguró. “Jesús nunca se saltea la dignidad de nadie, por más apariencia de no tener nada para aportar o compartir”, afirmó el Papa.
En segundo lugar “bendice”. El bendecir --indicó-- tiene esa doble mirada, por un lado agradecer y por otro el poder transformar. Por eso, aseguró que “nuestro Padre no nos quita nada, todo lo multiplica”.
Y finalmente “entrega”. El Santo Padre subrayó que “en Jesús, no existe un tomar que no sea una bendición, y no existe una bendición que no sea entrega”. Jesús, “logra generar una corriente entre los suyos, todos iban compartiendo lo propio, convirtiéndolo en don para los demás y así fue como comieron hasta saciarse”, añadió.
La Eucaristía --recordó Francisco-- es Sacramento de comunión, que nos hace salir del individualismo para vivir juntos el seguimiento y nos da la certeza de que lo que tenemos, lo que somos, si es tomado, si es bendecido y si es entregado, con el poder de Dios, con el poder de su amor, se convierte en pan de vida para los demás.
La oración de los fieles de la misa, se realizó en diversas lenguas, guaraní, español, quechua y aimara.
Y al concluir la eucaristía, monseñor Sergio Alfredo Gualberti Calandrina, arzobispo de Santa Cruz de la Sierra, dirigió unas palabras de agradecimiento al Santo Padre. De este modo, le dio las gracias por el Jubileo del Año de la Misericordia y aseguró “adherimos gozosamente a su convocatoria para ser testigos del rostro misericordioso del Padre en nuestra realidad que necesita reconciliarse y sanar tantas heridas abiertas, desterrar rencores, superar divisiones y extirpar la prática corrupta y parcializada de la justicia”.
Igualmente agradeció por el Sínodo de la Familia. La familia --indicó-- además de amenazas de tipo social y cultural, come la falta de trabajo, la migrácion y el machismo presentes en nuestro país, experimenta problemáticas, inéditas hasta hace unos pocos años, que atentan su identidad y su estructura maestra.
Para finalizar, el Santo Padre bendijo la cruz misional y a los misioneros, para el 5° Congreso Americanano Misionero (CAM 5) que esta arquidiócesis acogerá en el año 2018.
Leer la homilía completa aquí
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