Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

jueves, 9 de julio de 2015

El Papa Francisco, sacerdote jesuita, recorre los lugares donde se desarrollaron las "reducciones jesuíticas" mezcla de utopía, mesianismo y aculturación de la Compañía de Jesús con los indígenas del lugar durante la Conquista española en América (1608-1767). Bolivia y Ecuador (Parte I)

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Las misiones jesuíticas de Paraguay y el oriente de Bolivia generaron durante siglos un apasionado debate ideológico, en el que unos la presentaban como la realización de la utopía cristiana y otros como una teocracia opresiva e intolerable. La fascinación que generaron y que aún generan las reducciones jesuitas tiene una estrecha relación con el conflicto ideológico entre el modelo de sociedad impuesto por los conquistadores españoles, basado en el trabajo forzoso de los indígenas y la aculturación violenta de éstos; y el modelo de organización comunitaria, autónoma y respetuosa de la cultura indígena llevada a cabo por los misioneros jesuitas.
En el norte y oriente de Bolivia se dio otra experiencia exitosa de reducciones indígenas, esta vez en las zonas de Moxos y de Chiquitos. Asimismo, los jesuitas intentaron crear un sistema similar en la región de Maynas, en la región amazónica de Ecuador y el norte de Perú, pero las incursiones de los bandeirantes, la diversidad de lenguas indígenas y las características geográficas de la región imposibilitaron el establecimiento de un sistema de reducciones estable.


Para quien quiera tener una idea de lo que significaron las "reducciones jesuíticas" en territorio
de América del Sur que el papa Francisco está recorriendo hay una película llamada La misión que
es un film británico de 1986 dirigido por Roland Joffé e interpretado por Robert De NiroJeremy Irons, Ray McAnally y Aidan Quinnen los papeles principales, ganadora de varios premios cinematográficos internacionales. Para darle un hilo conductor al drama, quizá se toma como fuente de inspiración la vida del sacerdote jesuitamisionero y escritor peruano Antonio Ruiz de Montoya (Lima, 1585 – Lima, 11 de abril de 1652), si bien desdobla su personalidad en dos personajes y sitúa el desarrollo en un tiempo posterior.
Argumento
El largometraje británico de Roland Joffé tiene como telón de fondo el Tratado de Madrid (1750), entre España y Portugal, por el que se dirimió momentáneamente la disputa por la Colonia del Sacramento —en la desembocadura de Río de la Plata— y la lucha entre las monarquías absolutas europeas y el poder detentado por la Iglesia hasta la época centrado en la Compañía de Jesús; ésta ejercía gran influencia en los ámbitos cultural, económico y en alguna medida político, agudizada esta última por la cuestión de su cuarto voto religioso a favor de la figura del Pontífice. Por entonces observaban, los reyes católicos europeos, la figura papal más como un príncipe soberano que la de un pastor de almas, con lo que los jesuitas eran vistos como los representantes de un estado dentro de sus dominios.
La película comienza junto a las Cataratas del Iguazú, donde los misioneros jesuitas intentan atraer a la fe y la civilización a los indios guaraníes, que vivían en la selva. Tras el fallecimiento, como mártires, de algunos religiosos de la Compañía, el P. Gabriel (Jeremy Irons) encabezará la labor pastoral en solitario acompañado de una Biblia y un oboe. Poco a poco su labor va adquiriendo cuerpo hasta que pasado el tiempo —apoyado por otros sacerdotes y hermanos jesuitas— logra crear las reducciones o misiones en la zona. Estas fueron una especie de comunidades autosuficientes donde los indios eran evangelizados —apartándolos de sus temores paganos— e instruidos en las destrezas técnicas y culturales europeas en el uso de herramientas para la agricultura, la música, etc. además de protegerlos de los tratantes de esclavos. Esta última práctica estaba prohibida por las Leyes de Indias dictadas por los reyes de España, pero, en aquel lugar tan apartado del mundo y con la sustanciosa compra-venta que hacían los vecinos portugueses de los indios capturados (en territorio luso sí estaba permitido), las autoridades locales españolas no sólo hacían caso omiso de la ilegalidad de estas prácticas, sino que se lucraban con ello.
En el medio de esta labor misional, surge el personaje de un cazador furtivo de indios, el capitán Rodrigo Mendoza (Robert De Niro), a quien la traición nacida entre su amante y su hermano arrastrará a una confrontación fratricida (un duelo) con un resultado mortal. A raíz de esto, Mendoza sufre una transformación física y psicológica, ya que siente culpa por la muerte de su hermano y por los indios cazados. Es acogido por la orden jesuita en la ciudad, no obstante lo cual no logra perdonarse a sí mismo. El padre Gabriel le invita a la reconciliación con Dios, con los indios guaraníes y consigo al proponerle ir con él a la selva y ayudar a la labor que llevaban a cabo en una de sus reducciones. El capitán acepta, cargando voluntariamente con sus armas y bagajes, por un territorio accidentado, hasta donde viven libremente losguaraníes. Allí es perdonado por estos —que lo reconocen— y liberado espiritualmente de toda carga pasada. La labor misional va viento en popa, hasta que la situación geoestratégica internacional nubla aquel paraíso en la tierra. El nunciode Su Santidad, cardenal Altamirano (Ray McAnally), es enviado a aquellas tierras para hacer desaparecer las reducciones jesuitas a través de la vía diplomática y no soliviantar a las potencias de España y Portugal. La supervivencia de laCompañía está en juego en todo el orbe católico. A pesar de todo ello, los misioneros le enseñan la magnífica obra realizada —que en la película es magistralmente elevada al éxtasis con la música de Ennio Morricone— con el objetivo de hacerle desistir de sus propósitos.
El corazón y la inteligencia, la labor pastoral y las exigencias políticas de la época harán dudar al nuncio, que, sin embargo, cederá ante las presiones recibidas creyendo, de este modo, salvar a la Orden y cumplir con su servicio a la Iglesia. Craso error. Años más tarde estalló la Guerra de los Siete Años (17561762), un conflicto armado a escala mundial que se desarrolló tanto en Europa como en América y Asia. Poco más tarde (1767), la Compañía de Jesús fue expulsada de todas las posesiones de la Monarquía Hispánica —hecho que ya se había dado con anterioridad en otros reinos cristianos como los de Portugal o Francia— y que, en conjunto, fue un desastre para los virreinatos americanos. Al final del largometraje se dará la lucha que afrontarán ahora los jesuitas de las misiones guaraníes y que será de dos tipos. Tanto pacífica y espiritual (padre Gabriel), como violenta y mundana (hermano Mendoza), ante la política de hechos consumados que resultará de la incorporación de aquel hermoso territorio a la Corona de Portugal, por medio de las armas.

Enfoque histórico del filme

Sobre el enfoque histórico del filme expone el historiador F. Sánchez Marcos:
"Con la perspectiva del tiempo transcurrido, el balance de experimento de las reducciones (con sus aciertos, con las limitaciones de esa teocracia socialista con una fuerte dosis de paternalismo) está muy ligado a opciones muy de fondo sobre el ideal político-ético. No es extraño que las reducciones hayan despertado la simpatía de los comunistas y socialistas y la de los cristianos, especialmente por su dinamismo misionero. Tampoco que hayan encontrado serias reticencias entre los liberales, especialmente los laicistas. The Mission está enfocada desde una perspectiva indudable de simpatía por los logros de las reducciones y hay que relacionarla, sin duda, con el debate teológico-cultural en torno a la liberación cristiana. De hecho hay, al final del film, una referencia explícita y un homenaje final, a la continuidad hoy de ese servicio, “por fe y amor”, de muchos sacerdotes a los indígenas de Sudamérica y a su compromiso en la defensa de la cultura y las tierras de los indios. Pero La Misión no es una apología o, al menos, pienso que no hay que interpretarla necesariamente, como una apología del compromiso político revolucionario a partir del cristianismo: su final es suficientemente abierto y ambiguo."1

Elementos artísticos

La película hace un magistral uso de la música de Morricone, desde el momento en que la interpretación de un oboe en mitad de la selva se transforma en el elemento que lleve a los indígenas a aceptar la prédica del jesuita. Los indígenas luego se transformarán en diestros artesanos de instrumentos musicales y como forma de probar su avance en su grado de civilización, mostrarán sus cantos corales a la comisión internacional. Tras el dramático final el epílogo muestra una impactante escena donde un grupo de niños indígenas salvajes cargan un instrumento musical en su canoa, como muestra que algo quedó del aporte de los jesuitas.
Otro acierto es el desdoblamiento de la personalidad jesuita representado entre el pacífico Irons y el militar De Niro. Ambos tras fuertes discusiones toman caminos distintos para salvar la misión y ambos caminos llenos de heroísmo (militar y civil) terminan trágicamente frente a fuerzas superiores.

Premios

  • Ganadora del premio Óscar 1986, a la Mejor fotografía (Cris Menges).
  • Ganadora del premio Palma de Oro 1986 del Festival de Cannes (Roland Joffé).
  • Ganadora de 3 premios BAFTA 1987, al Mejor actor secundario (Ray McAnally), al Mejor montaje (Jim Clark) y a la Mejor música (Ennio Morricone).
  • Ganadora del premio David di Donatello 1987, al Mejor productor extranjero (Fernando Ghia y David Puttnam).
  • Ganadora del premio Globo de Oro 1987, a la Mejor música (Ennio Morricone) y al Mejor guion (Robert Bolt).

  1. The Mission - Trailer - (1986) - HQ - YouTube

    www.youtube.com/watch?v=Y-l2-Q7vODc
    11 mar. 2009 - Subido por ryy79
    Trailer for Roland Joffe's film starring Robert De Niro, Jeremy Irons, Ray McAnally, Aidan Quinn, Liam ...

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