ESEQUIBO
LUIS CUBILLÁN FONSECA.
NOTITARDE 10 DE JULIO 2015
Con pesar vi y oí el programa televisivo donde el señor Maduro “trató de tratar” el gravísimo
problema del Esequibo. Más sindéresis tuvo el general Cipriano Castro cuando alertó por
documento -no había ni radio ni televisión- a los venezolanos sobre el ataque europeo a nuestros
puertos.
El programa de Maduro parece fuera de tiempo y nadie podrá negar el sesgo político partidista
que empapó todo el largo, inapropiado y flojo alegato. ¿Para qué el discurso contra Colombia?
¿Acaso procura otro enemigo? El desplante anticolombiano nos recordó la posición Galtieri
del linaje de los tiranos, que alborotado por el despliegue de tropas que mandó a las
Malvinas, aprovechó para echarle en cara al pueblo chileno el problema de Beagle. “Que saquen
el ejemplo -dijo- de lo que estamos haciendo ahora contra Inglaterra, porque después les
toca a ellos”. Engatusó a los argentinos para mantenerse en el poder y llevó a los soldaditos
a la muerte.
Ya el régimen actual cumplió obsecuentemente el papel ancilar impuesto por los
cubanos. Por instrucciones precisas de Fidel, nos hicimos enemigos de un imperio que
jamás, léase bien, jamás ¡atentó contra nuestra integridad! Chávez creyéndose en la gloria,
porque los Castro lo adulaban, profanó el lenguaje presidencial venezolano tildándolos
de: “gringos de m...”, y el imperio que no es estúpido se llevó a Rosalinda. Luego de la muerte
de Chávez, (aún sin la documentación histórica pertinente) les quedó a los cubanos ¡la vía libre
para tranzar con los Estados Unidos! Los Castro, maestros de Chávez en el odio a esa nación,
ahora exigen silencio mientras ellos celebran la ansiada luna de miel con Obama. Difícil
punto histórico para un partido como el Psuv, oratorio de culto a la personalidad.
A destiempo habla el señor Maduro: han pasado quince largos y penosos años sin
avances en defensa del territorio. Hubo interés en los votos caribeños y les dimos petróleo,
ahora nos dan la espalda. Ellos, los afrocaribeños, están unidos placenteramente con los rubios
ingleses que actúan en grupo: Commonwealth, 53 ex colonia que ya anunciaron su apoyo
y no precisamente a Venezuela. Es imposible separar el problema del Esequibo de nuestra
política con el imperio. Necesitamos amigos poderosos, los hechos lo demuestran.
Hasta la fecha, la mayor preocupación chavista es ayudar a sus camaradas (Odebrecht).
Es célebre el episodio circense del jeep de Zelaya con unos ensombrerados queriendo invadir
las fronteras de un país para entrometerse en asunto ajeno.
Cipriano Castro supo, como dijimos, convocar al pueblo que sin distingo se le
unió, no a su figura indiscutiblemente opaca, se unió a Venezuela para dar lo mejor de
sí. Maduro está en la obligación de convocar a los ex cancilleres de la República; allí las figuras
prominentes como los doctores Enrique Tejera París, René de Sola Ricardo, por mencionar a
dos hombres que son patrimonio de todos los venezolanos; a las iglesias, a los partidos
políticos, colegios profesionales, y, sobre todo, a las universidades, a los estudiantes;
porque el problema se dirimirá en tribunales, con la ciencia, no con los cañoncitos que le
atarugaron al régimen sus compinches socialistas.
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