Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

martes, 21 de julio de 2015

Elizabeth Burgos (Valencia, Venezuela 1941), historiadora y antropóloga, especializada en etnopsicoanálisis con más de 30 años de residencia en Francia tiene un costal de publicaciones, ensayos en su mayoría. Esta valenciana estuvo casada Régis Debray (filósofo y escritor francés amigo de Fidel Castro y el Che Guevara). Vivió en Ecuador, Colombia, Perú y Chile de la mano de Salvador Allende. Fue directora de la Casa de América Latina de París y del Instituto Cultural Francés de Sevilla, también ha sido agregada cultural de Francia en Madrid.

Fidel Castro, el reloj suizo

Elizabeth Burgos trata de comprender porque suceden las cosas. No las prevee...

JONATHAN REVERÓN |  EL UNIVERSAL
martes 21 de julio de 2015  12:00 AM
El 17 de enero de 2013 me encontraba en París. Ayer volvieron a mi mente las palabras que escuché ese día y que paso a compartir. 

Alucinación parcial: seis apariciones de Lenin sobre un piano de cola. Sobre el teclado de un piano se repite seis veces la cabeza de Lenin, y encima de la partitura caminan las famosas hormigas, símbolo de la decadencia para el pintor. El propio Breton, ofendido por otro cuadro alusivo a Lenin, intentó destruir físicamente la obra. Dalí era miembro del movimiento surrealista, pero no de todas sus ideas. Elizabeth Burgos participó como protagonista y testigo de la revolución cubana, pero no comulgaba con todas sus ideas.

Justo frente al Pompidou quedamos para almorzar y para convencerla de dar la entrevista. "Para qué, no tengo mucho que decir"


Elizabeth Burgos (Valencia, Venezuela 1941), historiadora y antropóloga, especializada en etnopsicoanálisis con más de 30 años de residencia en Francia tiene un costal de publicaciones, ensayos en su mayoría, entre los que destacan "Rigoberta Menchú: así despertó mi consciencia" y "Memorias de un soldado cubano", entre otras tantas, con la obsesión habitual del historiador: el porque de los hechos. Estuvo casada Régis Debray (filósofo y escritor francés amigo de Fidel Castro y el Che Guevara). Vivió en Ecuador, Colombia, Perú y Chile de la mano de Salvador Allende. Fue directora de la Casa de América Latina de París y del Instituto Cultural Francés de Sevilla, también ha sido agregada cultural de Francia en Madrid.

Burgos trata de comprender porque suceden las cosas. No las prevé, ni dice que tenían que haber pasado de otra forma, sino precisamente comprende porque suceden los hechos de hoy. "El historiador analiza, trata de comprender los hechos y sus contextos, las luchas de poder, los problemas económicos, las situaciones conflictivas, y eso determina a un país"... "lo que más me ha hecho comprender América Latina es estudiar el siglo XVI". 

Dice que cuando llegó a Cuba en la primavera castrista, le chocó el carácter militarizado de la sociedad, y en base a eso siempre tuvo problemas con el proceso. 

La doctrina irreversible. Durante el almuerzo me habló del destino manifiesto y la razón por la cual Cuba influye tanto en la política continental. "El destino manifiesto viene de Estados Unidos. Ellos consideran que tienen un destino para el mundo, que es su ejemplo, la revolución americana, con su democracia devenida de la guerra civil que acaba con la esclavitud y ahí viene el mesianismo americano que lo heredó Cuba a través de Martí que vivió más tiempo en Estados Unidos que en Cuba. Martí lo ha escrito, que Cuba era el centro del mundo y cualquier hecho ocurrido allí tenía que repercutir a nivel mundial; y Fidel, que todos llaman marxista y comunista, es realmente un Martiano. Martí es el ser más mesiánico que ha engendrado Cuba y no es un mesianismo con respecto a él sino con el país, Fidel juntó las dos cosas el país como instrumento y él como mesías".

En nuestro encuentro también me decía que Fidel es sui géneris porque él siempre ha estado consciente de hacer historia, siendo un hombre que hace historia y la escribe al mismo tiempo, la maneja sin escribirla de una forma física, es como un historiador que actúa en los procesos históricos. "Y eso se nota en sus cartas. Yo he leído su correspondencia desde la época en que estaba en la cárcel, es gran lector de biografías, se leyó todas las de Napoleón y de la revolución francesa. En una carta Fidel dice que comprendió mejor a Dostoiewski leyendo a Freud, un hombre con ese nivel de pensamiento sabe moverse. Castro es un reloj suizo".

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