Guillermo Mujica Sevilla |
| De Azules y de Brumas
(Notas y Relatos del Cronista)
El Canto a María... Señora del Socorro valenciana
Durante el mes de noviembre de 1810 se celebró en Valencia una gran festividad, de la cual fue promotor el señor Vicario del Partido, Pbro. Dr. Víctor Julio Arocha. Se trataba de la Coronación canónica de Nuestra Señora del Socorro, como Patrona de Valencia. Entre tantos actos brillantes y de gran importancia celebrados en su honor, reproduciré textualmente lo recitado en el "Congreso Mariano", "El Canto a María, Señora del Socorro de Valencia" por "Don Santiago González Guinán", publicado por su hermano Don Francisco, en su libro, "Tradiciones de mi Pueblo".
Imagen de la Virgen, Reina del cielo,
¡del rumbo hacia la Aurora, faro y oriente!
tres siglos ha, el nativo pródigo suelo,
miró por primera vez tu faz doliente.
Advirtiendo, al mirarte con embeleso
la advocación trocada del bien ansiado,
contigo, y a tus rosas, dándole un beso,
su culto al Alma Máter fue consagrado.
De entonces, al instante que el tiempo
marca, cercante revolando los corazones:
La esfera de sus cuitas tu manto abarca, y
entre ellos repartidos, se ven tus dones
Quien a riesgos expuesto, pronta lo
adviertes; Los nudos de la angustia, fácil
desata; En el ánima triste, consuelo
viertes; Cuántos son dulces lazos, ¿Tu no los atas?
Virgen a cuyo amparo corre la fuente,
florece alegre el campo, se hincha la vela,
disfrutan ser y cosas luz y ambiente,
y el alma su viñedo cultiva y cela.
Bendícete el labriego, tras la fatiga,
Si la lluvia de mayo fecundó el grano,
Si sazona abundantes mieses la espiga...
Si a la siega propicio será el verano.
Celebran tu belleza los trovadores,
tus místicos trasportes los cancioneros,
el lírico, la gloria de tus dolores
tus obras de prodigio los romanceros...
Las muchachas serranas y sus donceles
bajan de las montañas en romería
a dejarte, en la fabla de sus rondeles,
de la siringa agreste la melodía
Primaveral urgencia de los botones
¡La de encerrar abiertos dulce fragancia!
Tras el nupcial reclamo las ilusiones,
de los broches cerrados lleva a tu estancia.
A veces, cuando fiero, sembrando escombros,
otro azote o la peste su horror pasea,
revocando lo infausto, posado en hombros,
el Lirio de tu imagen se balancea.
Siempre de alada infancia, los pasos leves,
y del cómputo adulto la intensa ola,
llegan al pie del Trono donde tus breves
Azucenas, suspensas te fingen ¡Sola!.
Y el tropel fervoroso, sedienta abeja
en el Cáliz fragante de tu hermosura,
¡Aguijón la plegaria! lo acerbo deja,
y acendra en la celdilla miel y dulzura.
Años, así, tras años van transcurriendo,
los siglos a los siglos amontonados,
luz, esperanza y fuerza, Tú, repartiendo,
Amor y fe, nosotros, acrecentando...
Y al cabo, te saludan de Triunfadora,
¡Salutación que el lauro radiante explica!
del seno de Lutecia, ¡Nuestra Señora!
Y del Pilar del Ebro ¡La Pilarica!
¡Madre mía del Socorro, Santa Patrona!
Manantial de las gracias y de los bienes
ofrenda es Valencia la áurea corona,
que la iglesia autoriza para tus sienes.
Engastadas las gemas dejó en el oro,
Orfebre celebrado de tierra extraña;
Sendas, empero, en ellas, y acorde el coro
del filiar sentimiento, canta una entraña.
¿Recamada deslumbra tu veste regia?
¡Labor son de tus hijas tales primores!
¿Pisa nardos y rosas tu planta egregia?
¡De nativos prados son esas flores!
Que a Ti las aguas puras de los joyeles,
la maga florescencia de las praderas,
El laborioso empeño de manos fieles,
Obolos de las arcas y de las eras.
Y hoy por Ti, sin pastores pacen las Greyes.
duerme la escarda ociosa cabe el plantío
desuncen los gañanes los tardos bueyes
hervidero es la senda, nube el gentío.
Por Ti, el arte que pinta, concierta o labra
la infancia de servicio ¡Blanca Paloma!
El ancho cauce abierto de la palabra
profuso y ascua el templo, Letras de Roma.
Y haciendo de sus galas mágico alarde,
llena de tus encantos la ciudad mía,
en júbilo de fiesta se agita y arde
Al ceñirte sus joyas ¡Virgen María!
Bienaventurados los que creen en ti
Madre Mía, porque ellos, tendrán tu
bendición eterna
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