César Esteves || Scorpius
Problemas del Gobierno Democrático de América Latina
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Mancheta de hoy: La tomamos de su Santidad Juan XXIII: Todo ser humano tiene el derecho natural a manifestar y defender sus ideas dentro de los límites del orden moral y del bien común.
Las causas de inquietud, zozobra y violencia en la América Latina para mantenerse perenne y sostenidamente en un gobierno de libertades públicas son siempre muchas aunque no iguales para todos los países. Hay sin embargo algunas que predominan sobre la generalidad pero todo radica en la educación que es más deficiente en unos que en otros, pero sobre todo los problemas de nutrición escolar, la pobreza pertinaz y tantas otras causales que conducen a una población generalmente enferma. Esto, como se sabe, es más acentuado en unos que en otros países, como hemos dicho, de la América española, amén de un costumbrismo que es muy profundizado y es el sostenedor del tercer mundo. En casi todos ha habido gobiernos dictatoriales que han destruido simultáneamente la prosperidad económica y el concepto de respeto a las leyes que en esta parte del mundo, ha sido siempre precario, pero sobre el cual, sin embargo se habían organizado sociedades que carecían de los grandes recursos, nos lo dice el estadista y periodista de fama internacional, Alberto Lleras Camargo, de coacción de otros países más desarrollados. En la América Latina en general, no ha habido nunca suficiente número de jueces, cárceles de servicio de policía para garantizar los derechos de todas las personas. La inseguridad está a la orden del díam, problema este que va creciendo cada vez mas. En territorios inmensos y mal comunicados, esos servicios requieren gastos muy superiores a la capacidad fiscal de muchos de esos países de poca población y escasos recursos, en muchos casos arruinados en obras suntuarias como efectos de la publicidad y la propaganda política personal. El aparente orden dictatorial que en la mayoría de ellos ha habido en una u otra época como en el caso de Juan Manuel Rosas, en Argentina, Rodríguez Francia en Paraguay y al Alfredo Strossner en este mismo país, Getulio Vargas de Brasil, Pinochet en Chile, Mariano Melgarejo en Bolivia, Gustavo Rojas Pinilla en Colombia, Juan Vicente Gómez, primero y mucho tiempo después, Marcos Pérez Jiménez, en Venezuela, Porfirio Díaz en México, Rafael Leonidas Trujillo en Rep. Dominicana. Y muchos otros; en algún lugar hay un caso de democracia disfrazada y desfasada.
Las dictaduras son imperio del miedo. En cambio la libertad y la democracia, encuentran al Estado sin instrumentos para imponer las leyes; los elementos subversivos se aprovechan de estas situaciones. El comunismo estimula con actividad asombrosa toda demostración de inconformidad para transformarla en un motín.
Los nuevos gobiernos democráticos tienen que emprender una fuerte tarea de recuperación que imponga restricciones, que limite las extravagancias y que elimine todos los recursos de engaño y demagogia que pueda dar lugar a una dictadura por tiempo ilimitado, como claramente se ve en un rincón de la América meridional. Pero además los pueblos latinoamericanos suelen a veces tener poca conciencia de sus necesidades habida cuenta de la facilidad con que doblegan el torso apenas oyen el grito de la amenaza. Otra premisa: los pueblos latinos de la América, su población crece vertiginosamente y no aumenta en auténtico grado, la producción de bienes y servicios ¡será que los regímenes democráticos tienen la alternativa de ser tan malos administradores como las dictaduras! Pero dejamos aquí.
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