Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

jueves, 3 de noviembre de 2011

SI ASPIRAMOS CREAR UNA VENEZUELA NUEVA A PARTIR DEL PORTAL 11.11 HAY QUE CONOCER LA ESTRUCTURA INICIAL Y EL PAPEL DE VALENCIA EN LA HISTORIA (VI)

Como hemos leido:

A partir de 1830 y a todo lo largo del siglo XIX el país existe como República LatinoAmericana bajo la esfera económica del Imperio Británico, y, luego durante gran parte del
siglo XX, bajo el dominio económico de los Estados Unidos de América. En 1930 por
disposición del general Juan Vicente Gómez y gracias a los ingresos extraordinarios
recibidos por el petróleo, en homenaje a la memoria de Bolívar en el centenario de su
muerte se saldó la deuda exterior. La explotación de los enormes recursos petroleros a
partir de 1917 influyó notablemente en la vida del país, el cual tras una larga historia de
dictaduras, autocracias y tiranías, desde 1936 inició un lento proceso de transición a una
democracia representativa que arrancó plenamente con la elección en diciembre de 1958 de
Rómulo Betancourt como presidente y que se consagra definitivamente en la Constitución
de 1961. Luego, en el contexto integrador latinoamericano de los años sesenta—la
Asociación Latinoamericana de Libre Comercio ALALC—, en el gobierno de Raúl Leoni
se avanzaron negociaciones para ingresar el país al Pacto Andino (con Colombia, Ecuador,
Perú, Bolivia y Chile)—hoy llamado Comunidad Andina de Naciones—lo que se concretó
en el gobierno de Rafael Caldera en 1969. Con Carlos Andrés Pérez, entre 1974-79 el país
promueve la creación del Sistema Económico Latinoamericano (SELA). En el contexto
mundial, miembro de las Naciones Unidades y de la UNESCO desde 1945, en los años
sesenta Venezuela fue uno de los países fundadores de la Organización de Países
Productores de Petróleo OPEP creada por importantes exportadores de crudo con miras a
controlar la producción y diversas fases hasta la comercialización, las cuales estaban
totalmente en manos de poderosas empresas transnacionales. Por diversas circunstancias
mundiales que elevaron los precios del petróleo desde 1974 el país gozó de ingresos sin
precedentes, aunque controversialmente el gobierno de Pérez adquirió una deuda externa
que significó una crisis económica en 1982, dentro del gobierno de Luis Herrera Campins,
iniciándose un proceso de devaluación de la moneda, proceso que ya se vivía en casi todos
los países de la América Latina.
La década de los ochenta dentro de la crisis mundial por la deuda externa se consideró una
década pérdida para el desarrollo, por la transferencia de recursos de los países pobres a los
países ricos para pagar los intereses de la deuda, recursos que eran necesarios para impulsar
el desarrollo social. En el marco de una política neoliberal promovida desde los grandes
centros económicos desde los setenta a través de los organismos multilaterales como el
Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, aumentó generalmente la pobreza en
los países catalogados como del Tercer Mundo. En Venezuela, múltiples factores del orden
interno condujeron en el país a una serie de manifestaciones sociales que revelaban el
descontento de la población, cuyo preámbulo se vivió con la violencia popular en la ciudad 13
de Mérida el 13 de marzo de 1987, durante el gobierno de Jaime Lusinchi y se manifestó de
lleno en la ciudad de Caracas el 27 febrero de 1989, a 3 semanas del estreno del segundo
gobierno de Carlos Andrés Pérez, quien aplicando el paquete económico del FMI, en un
clima de acaparamiento de alimentos que generaba escasez, aumentó la gasolina, que llevó
a aumentar el pasaje. En Guarenas, se prendió la violencia popular que significó saqueos, lo
cual transmitido por televisión en directo, y con ello se le sumó la capital y otras ciudades.
El gobierno utilizó al ejército para someter a las masas populares con un elevado saldo de
muertos; se decretó el estado de sitio. Un grupo de oficiales que ya venían descontentos,
entre quienes se encontraba el teniente coronel Hugo Chávez Frías, en desacuerdo con la
salida aplicada por el gobierno, organizaron y lanzaron el 4 de febrero de 1992, sin éxito,
“por ahora” como dijo Chávez, un golpe de Estado, resultando apresados los promotores.
Sin embargo el presidente Pérez, con el empeño del fiscal general de la República, Ramón
Escovar Salom y muchos otros, fue depuesto a mediados de 1993 por la desviación de una
partida presupuestaria de relativa poca cuantía. Un gobierno transitorio presidido por
Ramón J. Velásquez organizó las elecciones que por primera vez desde 1958 significó la
derrota de los dos grandes partidos que habían logrado dominar el escenario político por
cerca de 40 años, el social demócrata Acción Democrática y el socialcristiano Copey. Del
último se había retirado su líder fundador Rafael Caldera, para ponerse al frente de una
coalición de independientes y pequeños partidos de izquierdas, con los cuales ganó las
elecciones en diciembre de 1993. En este, su segundo gobierno, Caldera amnistió con sus
derechos políticos a los sublevados del golpe de 1992, fundando estos el partido
Movimiento 5ª República MVR, el cual hasta abril de 1997 se debatía entre la abstención o
la participación en el proceso eleccionario de diciembre de 1998. Tras considerar que
podían ganar pues tenían un líder, Hugo Chávez Frías, un programa de gobierno y las
simpatías del descontento pueblo venezolano decidieron participar. En breve tiempo
lograron capitalizar la mayoría ganando las elecciones contra el resto de los partidos que al
final en un último intento por cerrarles el paso, se unificaron bajo un solo candidato.
Investido como presidente el 2 de febrero de 1999, Hugo Chávez propugna una revolución
bolivariana. Promueve la elección popular de miembros a una Asamblea Constituyente que
redacta una nueva Constitución, la cual es aprobada por referéndum en diciembre de 1999.
Ahora el país pasa a denominarse República Bolivariana de Venezuela y se consagra la
democracia participativa. Entra el país al siglo XXI con una nueva etapa política y
controversial, entre múltiples dificultades. Uno de los principales retos consiste en educar y
organizar las mayorías desposeídas de un pueblo que durante buena parte del siglo XX
permanecieron excluidas de los estilos de desarrollo instaurados, para que con todos, los
diversos sectores de la sociedad e instituciones podamos orientarnos hacia la calidad de la
vida y hacia el desarrollo sostenible y humano, al que se entiende como aquel donde las
generaciones actuales satisfacen sus necesidades sin disminuir las posibilidades de que las
generaciones futuras satisfagan las suyas. Este paradigma, legado que se deriva del
“informe Bruntland” fue adoptado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio
Ambiente y Desarrollo, cumbre de la Tierra en Río, Brasil en 1992, donde los presidentes y
jefes de gobierno del mundo acordaron la Agenda XXI en vista de los grandes problemas
socioambientales que aquejaban a la humanidad, a la biosfera, al planeta.
Para el país desde 1992, todo esto significó grandes retos políticos y socioambientales,
tanto para combatir la pobreza, no sólo física sino también mental y espiritual, como para
revertir el cada vez más acelerado deterioro de las condiciones ambientales, que siendo una
amenaza mundial, tiene sus repercusiones a nivel continental, nacional, regional, municipal
y local, vecinal, familiar e individual en los asentamientos humanos, urbanos o rurales.
La injusticia social en el mundo, el estilo franco llano agresivo y a veces desproporcionado
del presidente Chávez desde que asume en 1999, su alianza con el polémico líder cubano
Fidel Castro y muchas otras circunstancias, desde el inicio de su gobierno le han
confrontado contra el capitalismo y contra el gobierno de los Estados Unidos—país que
constituye la principal economía planetaria, el que más consume, el que más contamina, el
que más invade. Frente a la Asociación de Libre Comercio para las Américas ALCA que
desde la década de los noventa promueven sus presidentes le contrapone un ALBA,
Alianza Bolivariana para las Américas. El gobierno bolivariano venezolano tras el frustrado
golpe opositor en abril de 2002 para sacar a Chávez del poder, ahora en revolución
socialista, pacífica pero armada busca articular políticas de desarrollo endógeno de las
comunidades empobrecidas a través de una serie de misiones. En el plano internacional
promueve planes energéticos y la integración: el país se va incorporando al MERCOSUR,
mercado común de los países del sur del continente y apoyando a UNASUR, unión de los
países de América del Sur. En abril de 2006 el presidente decide separar al país de la
Comunidad Andina de Naciones, por haber adelantado Colombia, Perú y Ecuador acciones
para tratados de libre comercio con Estados Unidos—antes de la elección en Ecuador de un
presidente socialista. Al tiempo aspira impulsar no sólo una alianza socialista en América
Latina sino impulsar en el mundo la cooperación entre los llamados países del Sur para
actuar coordinados ante el dominio que tradicionalmente han ejercido los países del Norte
industrializado. Promotor de la recuperación de los precios del petróleo desde 1999 (menos
de $ 10 por barril), y fortalecido en su posición política y económica por un desmesurado
aumento hasta julio de 2008 (más de $ 140 por barril OPEP), lo que significó cuantiosos
ingresos al país que financian su política, el escenario ha cambiado de pronto al desatarse la
pre-anunciada debacle económica en EEUU, que hoy equiparan a la crisis de 1929, lo cual
se convierte en una crisis económica mundial. En tres meses después de julio 2008, el
precio del barril bajó a menos de $ 40, lo cual implica un reto para la República Bolivariana
de Venezuela, que programó su presupuesto de 2009 con un precio del barril a $ 60.
II
Venezuela. Aspectos de economía, población, territorio y sistema educativo
Venezuela hasta 1979—cuando se culminó este trabajo, que en algunos aspectos se
actualiza hasta 2009—queda así ubicada en la evolución económico-social de América
Latina, la cual, esquemáticamente había pasado por tres etapas: la etapa colonial, la etapa
de formación nacional y la etapa neo-colonial. La etapa colonial la vivió hasta 1810 y la de
formación nacional hasta 1830. La etapa neo-colonial desde el inicio de la era republicana
comprendió un primer período de crecimiento simple, donde asistimos a la formación de
“economías de puerto” y “economías de enclave” (economías fundadas principalmente por
la exportación de cacao primero, desde la colonia, y luego café en el siglo XIX y
seguidamente desde el siglo XX por la exportación de petróleo por las compañías
extranjeras). Un segundo período se inicia con la industrialización fundada sobre la 15
“sustitución de las importaciones”, proceso que en Venezuela comienza con retraso,
después de la Segunda Guerra Mundial en 1945—que sufre vaivenes desde la ccrisis
económica derivada de la depreciación de la moneda local que se inició en 1982, por
problemas con la deuda externa. Y un tercer período que es el de la lenta integración
económica que ha comenzado desde fines de la década de los sesenta, aún marcado por la
influencia neo-colonial porque los países latinoamericanos con la excepción de Cuba y su
proceso revolucionario desde 1959, continuaban hasta fines del siglo XX en gran parte bajo
la esfera de influencia del capitalismo norte-americano y mundial.
La población del país desde 1936 había aumentado notablemente, tendiendo a duplicarse en
20 años. Se estimaban más de doce millones de habitantes para el año 1976 (y unos 22
millones para el año 2000). La distribución de la población sobre el territorio ha estado
siempre marcada por la concentración en la zona costera-montañosa. Después de 1900, se
inicia un proceso de urbanización que cambió notablemente la condición de la población,
de rural (80% de la población en 1900) a urbana (90% de la población en 2000).
Mapa 3. Conjuntos topográficos de Venezuela y % de población. Costa montaña 80%. Depresión de los Llanos 17%. Guayana 3%.
En 1976 el 75% de la población habitaba centros poblados de más de 2.500 habitantes. En
la región central del país, formado por un eje urbano constituido por las ciudades de
Caracas, Maracay y Valencia e innumerables aglomeraciones donde los extremos son los
puertos de la Guaira y Puerto Cabello, se concentraba a mediados de los setenta más del
30% de la población del país (casi 4 millones de habitantes). La sola ciudad de Caracas
contaba con casi dos millones y medio de habitantes para esa fecha.
A los desequilibrios de la distribución de la población sobre el territorio y entre la
población rural y urbana sigue el desequilibrio social. Más de la mitad de la población
habitaba en la década de los setenta del siglo XX en barrios pobres, mientras que la mayor
parte de la riqueza era acumulada por un pequeño grupo de individuos asociados a la banca
comercial, la industria y la propiedad de la tierra. 16
De acuerdo a este panorama delineado a grandes rasgos, Venezuela es un país
subdesarrollado según el concepto clásico del término tomada en 1979 de la edidición
francesa de un diccionario popular, el pequeño Larousse: país donde los habitantes tienen
un débil nivel de vida en razón de la insuficiente producción agrícola y el débil desarrollo
de una industria distinta a la extractora de materias primas, (a menudo, y en este caso,
parcialmente en manos de sociedades internacionales), frecuentemente agravados por el
crecimiento demográfico, el cual es más acelerado que la progresión de la renta nacional
generalmente repartida de una manera desigual entre las diversas capas de la población.
Una parte de los recursos obtenidos por la explotación del petróleo han sido invertidos en el
desarrollo y otra parte ha sido malversada. Algunos en el país se dan el lujo de despilfarrar
los recursos, mientras que la situación se agrava persistentemente.
Dentro de este contexto la investigación para este trabajo hasta 1979 reveló un crecimiento
importante de los servicios educativos organizados según el modelo tradicional concebido
en 1940, en una realidad distinta a la que se vivía a fines de los setenta, para una cultura
diferente en un país diferente al actual. En 1977 un niño sobre cinco no asistía a la escuela
y el sistema educativo no había logrado formar el recurso humano necesario para el
desarrollo integral del país. La crisis educativa se consolidaba como veremos. En cuanto a
la ciencia y la tecnología, Venezuela dependía –y sigue dependiendo en buena parte—de la
tecnología extranjera. Hubo un débil desarrollo de la investigación en ciertos niveles
científicos y universitarios, pero la mayoría se trataba de centros aislados con poca relación
con la realidad y por lo tanto con poca efectividad. En fin la cultura venezolana se había
transformado notablemente por valores externos ya que la penetración extranjera se había
intensificado a partir del momento que se descubren las inmensas riquezas del subsuelo.
Los medios de comunicación tales como la radio y la televisión fueron introducidos en
1930 y 1953 respectivamente, períodos en los cuales el país era gobernado por dictadores.
Estos medios de información, rápidamente comercializados, serán vehículos de la ideología
de la sociedad de consumo que llevarán al país a acelerar la pérdida, transformación o
transculturación de sus propios valores.
He señalado brevemente algunos problemas de la educación, la cultura y la ciencia en
nuestra sociedad venezolana. Estos tres importantes dominios han estado administrados por
diversas instituciones públicas y privadas. Las universidades que son las principales
impulsoras del escaso avance de la ciencia en el país, sin embargo han tenido una
participación tangente en la educación (el sistema educativo como totalidad) y en la cultura,
a pesar de que existe un mandato tácito expresado en la Ley de Universidades redactada y
aprobada en 1958 (y enmendada en 1970 sin modificar el espíritu teleológico de sus 6
primeros artículos) la cual establece en su artículo 3º que estas casas de estudio y del saber
“deben realizar una función rectora en la educación, la cultura y la ciencia”.

(.....)

Sobre la Formación del País, Épocas Secuenciales y Factores Externos.
Sobre la formación social en Venezuela que nos había llevado al “desarrollo” como se
concebía hasta 1977 había analizado los aspectos políticos, territoriales, económicos y
sociales en cuatro épocas secuenciales:
- la herencia histórica de la colonia,
- la independencia y la Revolución entre 1810 y 1830 que incluía a Colombia
como el proyecto de Bolívar de integración de los territorios del Virreinato de la
Nueva Granada incluido el Ecuador y de la Capitanía General de Venezuela
(que los historiadores llamaron Gran Colombia para diferenciarlo de la actual
Colombia como país),
- la Contrarrevolución y las Autocracias (entre 1830 y 1935),
- la Transición (1936-1958) y la Democracia después de 1958.
Esta cuarta época estaba estructurada en sub-capítulos referidos a una síntesis de la política
venezolana desde 1936, al petróleo y el Estado, y a la industrialización. La población, el
urbanismo y un balance al período democrático son tres aspectos que se consideraron con
los cuales intento que el lector pueda comprender los fundamentos que nos llevan a insistir
en la consideración de los problemas estructurales de la sociedad cuando se trata del
desarrollo integral de las comunidades populares en el contexto del país. 21
Por el carácter de síntesis informativa y didáctico que tiene este trabajo en parte como
repaso en la historia, en 2006 vi la necesidad de referir al ccontexto internacional para
intentar ubicarnos en el proceso de las civilizaciones y aspectos de la vida política y
económica de algunos países (España, Inglaterra, Francia, Alemania y Estados Unidos),
que están en la periferia de la formación histórico social de nuestros países y que inciden en
la tendencia de la actual situación latinoamericana e internacional. Con eso intento inducir
al lector a ampliar el contexto histórico para cada época, lo cual queda en el entorno de este
trabajo. Las referencias salvo especificación han sido extraídas de la Enciclopedia Espasa,
adquirida semanalmente en Venezuela en el año 2005 a través del Diario El Nacional.
V
El Contexto Internacional: el proceso de algunos países capitalistas y el marxismo.
La historia de nuestros países está injertada en el contexto de la historia universal
occidental e influenciada por ella. Por eso antes de abordar nuestro propio proceso a partir
de la Independencia, además de referir un poco a la economía para ubicarnos en torno a
capitalismo y socialismo, veremos en síntesis el proceso vivido en España—potencia
mundial en el siglo XVI—país desde dónde los europeos iniciaron la conquista de los
territorios que conformarían la América desde 1492, en su proceso desde los albores de la
civilización hasta el siglo XIX. Así mismo, en síntesis, en períodos que van desde el siglo
XIII en algunos casos hasta inicios del siglo XX en otros, los procesos de Inglaterra,
Estados Unidos: la primera llegará a ser la principal potencia mundial en el siglo XIX y los
segundos lo serán desde el siglo XX; Francia, que casi siempre ha sido potencia, y
Alemania, potencia económica desde mediados del siglo XIX y en el siglo XX. Busco con
ello vislumbrar la forma como evolucionó la configuración de estos países sus gobiernos y
sus políticas que tanto influenciaron las instituciones, el funcionamiento y la economía de
las sociedades en el mundo dentro del capitalismo, así como una referencia a Marx y el
marxismo para intentar entender como se consolida la noción del socialismo. El cuadro sólo
estaría completo si consideramos al resto de países y a otras civilizaciones, pero por lógica
dejo el ejercicio al interés del lector, para que después de este preludio del contexto
internacional que incluye hasta ciertos personajes, poder centrarme en el caso venezolano
que es el que aquí nos interesa estudiar e intentar comprender en profundidad.
a. La cuestión económica.
En relación a la preocupación por la economía, esta tiene su origen en la antigua Grecia y
se prolonga en la escolástica medieval desde una concepción fundamentalmente ética. Las
primeras teorías económicas se desarrollan a partir del siglo XVII como consecuencia del
incremento del intercambio comercial en Europa. No obstante no se produce un tratamiento
sistemático y global de los fenómenos económicos hasta mediados del siglo XVIII,
momento comúnmente aceptado para establecer el nacimiento de la economía científica.
Las diferentes maneras de enfocar los problemas económicos en su totalidad, atendiendo a
la similitud del método empleado en la investigación y a las soluciones propuestas, han
dado en la historia origen a varias escuelas económicas. Las principales son:
1) Escuela Mercantilista: basada en el sistema mercantil, supuso que la posesión de los
metales preciosos era la causa de la prosperidad de las naciones. Propugnó una política
aduanera que favoreciese el aumento de las exportaciones—fomentando la agricultura y la
manufactura—y restringiese las importaciones, para de este modo atraer la moneda. Esta
política económica estuvo vigente en Europa entre los siglos XVI y XVIII.
2) Escuela Fisiócrata. Es la primera escuela que ofreció una exposición realmente homogénea
de los fenómenos económicos. Consideró que la vida económica era un fenómeno natural y,
como tal, sujeta a rigurosas leyes naturales. Defendió la tierra como única fuente de la
riqueza social. En 1758 el economista y médico francés François Quesnay (1694-1774) en
la Enciclopedia de Diderot describe a la economía con carácter de ciencia e influenciado
por las Leyes de la Física de Isaac Newton, postuló ciertas leyes de la Economía que
consideraba independientes de la voluntad de las personas, por lo que concluye que los
fenómenos económicos debían ser abandonados a su libre evolución sin intervención del
Estado (en francés laissez-faire). Quesnay y sus discípulos (Turgot, Dupont, etc.) se
conocen en la historia de la Economía como los “Fisiócratas” y tuvieron una enorme
influencia en Adam Smith, fundador del liberalismo económico. (MINEP, 2005, p. 7).
3) Escuela Clásica. Iniciada por el británico Adam Smith (1723-1790) ofreció una exposición
razonada y homogénea de los fenómenos económicos. Muchos de sus principios perduran y
son aceptados hoy en día aun cuando aparezcan bajo distinta forma. Economista y filósofo,
fue profesor de lógica y de filosofía Natural en la Universidad de Glasgow. Influido por el
pensamiento de David Hume, considera como puntos clave del proceso económico la
división del trabajo como fuente de riqueza, el libre comercio y el valor como consecuencia
de la oferta y la demanda. Representante del individualismo optimista preconizaba que la
búsqueda del interés individual termina manifestándose a favor del bien común. Por ello la
intervención del Estado debía ser mínima y máxima la iniciativa individual. Sus ideas
contribuyeron al fundamento doctrinario del liberalismo económico siendo su obra clave la
“Investigación sobre la Naturaleza y causa de la Riqueza de las Naciones” de 1776.
Opuesto a las reglamentaciones comerciales e industriales, criticó a los mercantilistas y
superó a los fisiócratas. Su obra es el primer tratado sistemático de economía que recoge los
desarrollos de esa disciplina en el siglo XVII. Criticó la identificación de dinero y riqueza,
que definió como el conjunto de los bienes que produce el trabajo. Fue el primero en
estudiar el aumento producido por la división del trabajo. Sostuvo que el valor está
determinado por la cantidad de trabajo necesario para producirlo, pero no tuvo en cuenta los
conceptos de utilidad y escasez. Consideró al dinero como un elemento indispensable en la
división del trabajo al facilitar el intercambio de bienes y estableció que los elementos
constitutivos del precio son el salario, el interés del capital y el rendimiento de la tierra,
todo ello sometido a las leyes de la oferta y la demanda. Junto a Adam Smith, David
Ricardo (1772-1823) es la figura más representativa de la escuela clásica de economía.
Ricardo, miembro de la Cámara de los Comunes, defendió el librecambismo y la economía
industrial frente a las rentas agrarias. Desarrolló las teorías del valor del trabajo, de los
costes comparativos del comercio internacional y determinación de la renta de la tierra. Su
obra fundamental es “Principios de economía política e imposición” de 1817. También se
considera como uno de los fundadores de esta escuela al pastor protestante y economista
británico Thomas Robert Malthus (1766-1834). Inventor de la teoría de la población que
lleva su nombre, fue inducido a exponer su doctrina sobre la naturaleza de la población, por
los escritos de Godwin, muy discutidos en Inglaterra en el último decenio del siglo XVIII,
quien sostenía la tesis de que la humanidad se hallaba ante un grado de desarrollo
, bajo el
dominio de la razón, que encerraba posibilidades de vida ilimitada. Malthus frente a los que
veían la causa de la pobreza en el injusto reparto de los bienes sostuvo que su origen era el
acrecentamiento ilimitado de la población, la cual, según su teoría, tiende a crecer en
progresión geométrica, mientras los alimentos lo hacen en progresión aritmética. Defendió 23
el control de la natalidad mediante la limitación de matrimonios y la continencia, y sostuvo
que la economía capitalista tenía un carácter cíclico. Malthus escribió Ensayo sobre la
población (1798), Investigación sobre la naturaleza y el progreso de la renta (1815) y una
teoría de las crisis.
4) Escuelas Socialistas. Sus doctrinas tienen un carácter crítico y son muy divergentes.
Coinciden en señalar como causa del desorden social la concentración de los bienes en
manos de un reducido número de individuos, que los explotan en provecho propio;
propugnan un nuevo orden de cosas, en el que la propiedad capitalista y el salario estén
abolidos o cada vez más limitados.
5) Escuela Matemática. Tiene una gran afinidad con la escuela clásica liberal. Considera las
relaciones que se establecen entre los hombres en toda circunstancia como relaciones de
equilibrio, capaces de ser expresadas por ecuaciones algebraicas, para lo que hay que
reducir el problema a cierto número de condiciones dadas y hacer abstracción de todas las
demás.
6) Escuela Psicológica. Se sujeta exclusivamente a la teoría del valor que convierte en centro
de toda la ciencia económica. Ya que el valor no es sino la expresión de los deseos del
hombre y de las causas que los excitan o los disminuyen, sus especulaciones se traducen en
un sutil análisis psicológico.
b. El capitalismo. Con alguna referencia a la actualidad venezolana.
El capitalismo—que es un concepto de origen marxista para significar el modo capitalista
El capitalismo—que es un concepto de origen marxista para significar el modo capitalista
de producción—, es un sistema socioeconómico caracterizado por la propiedad privada de
los medios de producción y la libre concurrencia de los factores productivos (tierra, capital
y trabajo) en el mercado, sometidos al juego de la oferta y la demanda. Su implantación en
las sociedades occidentales deviene en un largo proceso de evolución que parte del
feudalismo, con el desarrollo de una burguesía mercantil urbana. La acumulación de capital
se intensificó con el descubrimiento de América desde 1492. Con la Revolución Industrial
en el siglo XIX se perfiló la división social en dos clases: asalariada, que vende su fuerza de
trabajo, y capitalista, propietaria de los medios de producción. A partir de la segunda mitad
del siglo XIX aparece el llamado capitalismo financiero, caracterizado por la tendencia a la
concentración de la producción en una rama de la actividad económica mediante la
formación de trusts, cárteles y grupos monopolistas. Tras la crisis económica mundial de
1929, se apuntan nuevas tendencias que rompen con el modelo tradicional, planteándose
formas de intervención del Estado mediante la inversión pública para suplir la caída de la
demanda. A partir de los años setenta y ochenta del siglo XX resurgen tendencias inversas
de corte neoliberal, partidarias de la iniciativa privada y la desregulación económica. (La
disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas URSS y la apertura de la
economía comunista china a finales del siglo XX tras la entrega occidental de Hong Kong y
Macao a China, indujo a pensar en la preeminencia del capitalismo con tendencia a la
desaparición del socialismo, pero la pervivencia de la pobreza y las injusticias sociales ha
hecho resurgir a inicios del siglo XXI la esperanza socialista aunque con diferentes
enfoques en algunos países de la América Latina y las tendencias por uno u otro sistema se
confrontan en todo el mundo)Con respecto a la crisis del capitalismo en 1929, catástrofe económica que provocó el
hundimiento de las economías de Estados Unidos, Francia, Alemania y Gran Bretaña, y una
bancarrota generalizada—dentro de las crisis cíclicas del sistema liberal que tuvieron
momentos graves en el siglo XIX en 1830, 1870 y 1890, y dentro del siglo XX culminaron
con el crack de 1929—, numerosos gobiernos, encabezados por el de Franklyn Delano
Roosevelt en Estados Unidos, para solventar los problemas planteados por la quiebra
económica y recuperar la estabilidad del sistema, recurrieron a las teorías económicas del
matemático y economista británico John Maynard Keynes (1883-1946). A través de ellas
sería posible salvar un sistema, el capitalismo liberal, que parecía condenado a desaparecer,
mientras desde 1917 se consolidaba el comunismo con una economía controlada y
planificada en Rusia y la constituida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas URSS.
Entre las recetas de Keynes destacaba la necesidad de crear controles políticos dentro del
propio sistema liberal; así los gobiernos intervendrían en el mercado vigilando los excesos
para prevenir imprevisiones capaces de hundir la propia economía capitalista. Propuso que
las políticas de los gobiernos favorecieran la demanda. Como primera medida, una ley que
impidiese las fusiones entre las grandes empresas—que resultaron en las leyes
antimonopolio y antitrust, con el fin de defender la libre competencia y la naturaleza del
libre mercado. En segundo lugar, para impedir que los capitales pudieran huir de un país y
destruir su economía—como sucedió en Alemania en 1929—establecer impuestos al
movimiento de los mismos. Tras la Segunda Guerra Mundial esas legislaciones siguieron
vigentes y con ellas se llevó a cabo la reconstrucción económica de Europa occidental con
la ayuda del Plan Marshall.
Keynes—a quien se considera como la figura más destacada de la ciencia económica
durante buena parte del siglo XX— escribió notables e influyentes obras sobre economía
entre las cuales destaca su “Teoría general del trabajo, el interés y el dinero” en 1936
donde desarrolla los elementos básicos de su pensamiento económico, que supusieron un
cambio radical con respecto a la tendencia dominante en la teoría económica anterior. Una
mentalidad matemática late claramente bajo la parte puramente científica de su obra; la
preocupación por las cuestiones prácticas, que monopolizaron casi por completo sus
brillantes facultades, contrastando con su absoluta falta de interés por la teoría pura per se;
su atención exclusiva al corto plazo; el desplazamiento de los aspectos microeconómicos a
favor de los macroeconómicos, y su preocupación por el problema fundamental de la
época: la depresión. Se le debe una aportación notable a la doctrina del pleno empleo al
establecer una teoría según la cual en períodos de un alto nivel de desempleo se puede
mantener una economía equilibrada a través de la intervención estatal en el gasto público.
Keynes quien había asistido como observador a la conferencia de Versalles (donde se
establecieron fuertes condiciones para la rendición de Alemania tras la 1ª Guerra Mundial)
escribió en 1919 un libro titulado “Las consecuencias económicas de la paz”. Tras la
Segunda Guerra Mundial representó al Reino Unido en la conferencia de Breton Woods,
donde se diseñaron las directrices de la economía mundial y se crea el Fondo Monetario
Internacional.
Visto desde el año 2006 y en relación a Venezuela, es ilustrativo lo que el economista y
filósofo Emeterio Gómez escribió en su artículodominical en el Universal el 5 de marzo de
2006, donde refiere que Keynes introdujo en la ciencia económica capitalista en 1936 una
profunda revolución al colocar el núcleo de ésta, no en el mercado, la competencia y el 25
sistema de precios, sino en el Estado, la política económica y el gasto fiscal... Abrir de par
en par las puertas a la inflación. Un flagelo que sólo puede producirse cuando la expansión
del gasto público—financiada inorgánicamente por el Banco Central—rebasa la capacidad
del aparato productivo para generar bienes y servicios... Estaba consciente del peligro
inflacionario que él mismo estaba generando. Peligro que se materializó 30 años más tarde,
a finales de los 60; y que dio pie al enfoque antiinflacionario de Milton Friedman. Gracias a
éste, el flagelo fue controlado y hoy los países del Primer Mundo han logrado un manejo
adecuado de la inflación y, en general, de la conexión Estado-Mercado. Un uso inteligente
del gasto fiscal que permite el funcionamiento del sistema de precios... Pero... el problema
de fondo que Keynes puso sobre el tapete (fue) la relación entre la moral y la economía, la
transformación radical de la conexión ética entre el gasto y el ahorro, entre éste y la
inversión...
Hasta Keynes y desde Adam Smith, en esos 160 años que mediaron entre la Riqueza de las
Naciones y la Teoría General, esto es, entre 1776 y 1936; en todo ese período, y aún desde
la prehistoria, la primacía del ahorro sobre el gasto—o sea, la supeditación del gasto y de la
inversión al ahorro—fue estricta. Si una sociedad quería elevar su nivel de vida, si quería
invertir más, tenía que forzosamente ahorrar más. Porque sólo si se cumple ese requisito es
posible frenar la inflación. Por milenios fue así, hasta que Keynes impuso una nueva visión
moral de la economía que arremetió contra lo que se podría llamar “una ética centrada en el
ahorro”...En el libro La Moral del Mercado de H.B. Lord Acton, al comentar esto dice: “La
inflación, que tan característica es de nuestro tiempo, es consecuencia de la moral hedonista
y de la exagerada aplicación de la teoría keynesiana que, en parte, expresa el rechazo de la
moral victoriana, según la cual había que ahorrar y luego gastar.” Lord Acton cita un
párrafo irónico de Keynes: “los moralistas y economistas durante dos siglos ... se creían
mucho más virtuosos al poseer una doctrina austera según la cual el único remedio eficaz
(contra la inflación) era el más riguroso ahorro por parte del Estado como de los
individuos”. Esta “otra” revolución keynesiana—escribe Gómez—“no la que produjo en la
economía sino la que indujo en la esfera de la moral, al poner el énfasis en el gasto y no en
el ahorro, esta transformación profunda de la visión del ser humano y de la sociedad,
condujo también a la también poderosa respuesta de Friedman y Hayek: la necesidad de
frenar el gasto y de reivindicar el ahorro. De todo lo cual terminó por generarse una visión
global que sabe que se puede lograr un crecimiento económico sano a partir del gasto, pero
que sabe también que éste tiene sus límites. Que comprende, en síntesis, que todo ello
puede ser manejado asumiendo el poderío de la acción consciente del Estado, el manejo
sano del gasto público y, al mismo tiempo, la necesidad de frenar la inflación.”
Tras esta oración el autor escribe: “Una síntesis de vanguardia a la que obviamente Chávez
no se asomará jamás” (Gómez, 2006). Todo esto lo escribe el economista venezolano,
quien es uno de los acérrimos opositores al actual presidente Hugo Chávez, en artículo
denominado “Chávez y Keynes”, en vista de la actual situación de la política económica
centrada en un gasto público sin precedentes en misiones sociales en el país favorecido por
los cuantiosos ingresos que en los últimos años han significado la drástica elevación de los
precios del petróleo. Aunque todo tiene su lógica si vislumbramos el acelerado desajuste
del país desde 1976 y lo que se jugó políticamente el gobierno en el año electoral de 2006.
A Diosdado Cabello, uno de sus radicales le oí decir en algún momento por televisión algo
así como “no vamos fácilmente a soltar lo que a pulso tanto nos costó ganar”. 26
c. Los socialistas utópicos y el socialismo científico.
En la síntesis que sigue conviene ubicar al marxismo como un movimiento socio político
económico que desde mediados del siglo XIX consolida en el seno de la sociedades
capitalistas las nociones de comunismo y socialismo. Sus antecedentes históricos como
doctrina se sitúan en el llamado socialismo utópico elaborado en Francia por Saint-Simon,
Fourier, Proudhon y en Inglaterra, por Owen, aunque me ha parecido conveniente referir
también aquí a Thomas Payne.
Saint-Simon (1760-1825) fue un filósofo francés que participó en la guerra de
Independencia de EEUU y a su regreso a Francia fue partidario de la Revolución—sus
doctrinas influyeron en el socialismo y en el pensamiento positivista de Augusto Comte.
Pretendía una revolución pacífica a favor de la clase más pobre. Para él los nuevos pilares
del mundo eran la ciencia y la industria.
Fourier (1772-1837), francés que afirmó la bondad congénita de las pasiones humanas
reprimidas por la sociedad, se mostró partidario del amor libre y la desaparición de la
familia, preconizó un nuevo orden social de tipo cooperativista, basado en la creación de
falansterios, comunidades de alrededor de un millar de individuos agrupados en
cooperativas de producción y consumo.
Proudhon (1809-1865), francés, propugnó la desaparición del Estado y el establecimiento
de un orden natural armónico, regido por el intercambio libre de pequeños propietarios.
Owen (1771-1858), inglés fundador del cooperativismo, criticó el sistema capitalista y
propugnó la intervención estatal como elemento regulador, por medio de una legislación
laboral. En 1824 se trasladó a Indiana—EEUU—y allí fundó sin éxito una aldea
comunitaria donde pretendió llevar a la práctica sus teorías sobre el reparto de beneficios,
ausencia de salarios en el trabajo y la prioridad de la educación. Al regresar a Inglaterra,
tomó parte activa en el movimiento sindical y contribuyó definitivamente al impulso del
movimiento cooperativista.
Thomas Payne (1737-1809), corsetero hijo de corsetero, campesino y obrero de origen
británico, posteriormente escritor y revolucionario estadounidense. Muy pobre en Londres
solicitó apoyo a Benjamín Franklin para trasladarse a América del Norte estableciéndose en
Philadelphia en 1774 en los albores de la insurrección con la cual se identifica. Incursiona
en el periodismo participando en la creación del Pennsylvania Magazine y allí escribiendo.
Cuando descubre baja la moral del pueblo contra la monarquía, la esclavitud y por la
humanidad escribe el “Sentido Común” (1776), con lo que ayuda a configurar el sentido
moderno de Revolución, ayuda a formar la conciencia de los ciudadanos en el momento en
que Jorge Washington y su ejército los necesitaba en el campo de batalla, y ayuda en la
inspiración de Thomas Jefferson para darle forma a la Declaración de “Independencia” de
los Estados Unidos y a la orientación republicana de muchos políticos en el Congreso del
naciente país. Posteriormente ayudó con otros escritos pero también participó con los
ejércitos y tuvo a cargos otras responsabilidades en la administración después de
consolidada la Independencia. Siguiendo el consejo de Franklin intenta incursionar en la
ciencia diseñando para la ingeniería un puente de hierro prototipo que promueve enInglaterra y Francia. Pero en Inglaterra—acérrima enemiga de la Francia revolucionaria y
luego napoleónica—escribe una carta a los obreros ingleses y “Los Derechos del Hombre”
(1791-92) para inducir la revolución, por lo que se ve obligado a abandonar el país hacia
Francia donde se daban los pasos iniciales de la Revolución Francesa y donde se le tenía en
alta estima por sus escritos. Recibió la ciudadanía francesa y fue miembro de la
Convención Nacional. Escribió “La Era de la Razón” (1794-1796) con lo cual comenzó a
perder el aprecio que se le tenía en todas partes. Enemistado con los jacobinos, durante la
era del terror fue sometido a prisión y se salvó de la guillotina por la consideración con que
aún se le trataba como inspirador de la revolución en el mundo. Finalmente fue liberado.
Napoleón Bonaparte se sintió inspirado por sus escritos y le invitó a un Consejo de Guerra
pero sus ideas para promover la revolución en todos los países no le fueron aceptadas.
Retornó a los Estados Unidos donde Jefferson como Presidente no se atrevió a incorporarlo
a su gobierno resultando asediado por los vecinos por sus ideas sobre la religión.
Las ideas sobre el socialismo sólo alcanzan su pleno desarrollo en el siglo XIX como
consecuencia de la Revolución Industrial y el crecimiento urbano enmarcados por un
pauperismo generalizado, la pobreza de las masas. Ello sienta las bases para la aparición del
socialismo científico que impulsan Marx y Engels en 1848 con la publicación del
Manifiesto Comunista. Así se inicia una fase muy combativa del movimiento obrero
sustituyendo las críticas morales y las especulaciones sobre el futuro que predominaban
entre los primeros socialistas, por análisis económicos más precisos y rigurosos.
A lo largo de las referencias que seguirán nótese cómo surgen en la historia de ciertos
países las nociones de Comuneros, Carta Magna, Parlamento, Declaración de Derechos,
Constituciones, Sindicatos, que constituye entre diversos aspectos parte del contexto
externo en la formación y evolución del proceso hispanoamericano

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