Los nacionalista se levantaron en armas en nombre de la soberanía burlada. Crespo sale
a combatir a Hernández quien anda en correrías por Cojedes y Portuguesa. El 16 de abril lo
ataca en Mata Carmelera pero una bala desconocida de origen mata a Crespo viendo así los
llaneros desaparecer a su último caudillo. Quienes le suceden en el mando vencen al Mocho
en junio de 1898 en Churuguara, pero con su derrota no se alcanza la paz: una invasión de
dos mil hombres se precipitaba desde Colombia al mando del Jefe del Partido Autonomista
de Los Andes, Carlos Rangel Garbiras, quien es rechazado en San Josecito y Capacho.
El Congreso de 1899 acuerda el 22 de abril restablecer la autonomía de los Estados
conforme a la constitución de 1864 y dispone que Andrade les nombre presidentes interinos
volviendo a las “autonomías históricas”. El vencedor del Mocho Hernández se levanta en
armas y es vencido. La reforma constitucional divide al congreso entre revolucionarios y
constitucionalistas. Al aprobarse el proyecto reformista tienen bandera los revolucionarios
por haberse violado el Pacto Fundamental, momento que aprovecha el 23 de mayo de 1899
el caudillo andino Cipriano Castro con su compadre Juan Vicente Gómez, para ponerse en
armas con 53 hombres cruzando el río Táchira. Andrade sin Crespo se encuentra en una
situación precaria. Castro vence en pequeñas escaramuzas y pronto cuenta con mil
hombres. Se repliega en San Cristóbal, avanza hasta Trujillo donde se identifica como
liberal, llega a Lara, pasa por Yaracuy y en las llanuras de Tocuyito se realiza la batalla
definitiva, una carnicería impresionante. Las tropas del gobierno se retiran y resuelven
evacuar Valencia que es ocupada por el Jefe de la Revolución, donde es rodeado por los
“nacionalistas” quienes simulan apoyarlo creyendo que está trabajando para el Mocho
Hernández. Castro proclama el 25 de septiembre que su revolución es “esencialmente
Liberal Restauradora”. Andrade que quiso ponerse en campaña retorna a Caracas y
desconfía de todos. Los liberales que no confían en Andrade presionan su renuncia y se
inclinan ante Castro, enviándole a uno de los hombres más influyentes del septenio al
general banquero Manuel Antonio Matos para que se entreviste con él. Matos encuentra
enfermos a Castro y a Gómez en Valencia, en las manos de los nacionalistas. Le expone su
misión: un pacto, Andrade ofrece renunciar ante el Congreso. Se volvería al régimen de la
Constitución de 1864 y el Congreso le designaría sucesor. Castro no transige. Pide la
rendición incondicional. Se pauta que se entreviste con Andrade en Maracay, pero este no
halla qué hacer y el 19 de octubre se fuga con rumbo desconocido, lo que determina el
triunfo de Castro, quien entra a Caracas el 22. Libera al Mocho Hernández y esboza su
programa de gobierno: “Nuevos hombres, nuevos procedimientos, nuevos ideales”. Caracas
adquiere de nuevo aspecto de campamento (1864 con los federales, 1870 con los
revolucionarios de abril, 1892 con los llaneros legalistas, 1899 con la invasión andina).
El año de 1899 termina con la consolidación de Castro venciendo la resistencia de
Puerto Cabello. Su primer gabinete incluye al Mocho Hernández en Fomento y se forma
con predominio de los hombres del continuismo de Andueza. El Mocho con su
nombramiento en el bolsillo el 28 de octubre denuncia que el gabinete “no corresponde a
las aspiraciones de la Revolución que quiere moralidad política y administrativa”, por lo
que no tarda en ser hecho prisionero y encerrado en la siniestra cárcel de “La Rotunda”. En
1900 Castro reforma su gabinete nombrando Ministro de Relaciones Exteriores a don
Eduardo Blanco célebre autor de “Venezuela Heroica”, cuya lectura había generado en el
presidente desmesuradas ideas de gloria. Este año marca la ruptura con los banqueros
capitaneados por Matos, quienes se negaban a suscribir un empréstito. El gobierno amenaza
abrir las cajas fuertes a mandarriazos. Decreta acuñar dos millones de bolívares en plata y a
circular 750.000 en níquel, decreto que introduce el pánico financiero. Los banqueros
objetan y van a parar a La Rotunda. Las diferencias son así pronto allanadas y la paz se
hace entre las fuerzas económicas y el gobierno, el que para resolver su situación crea
impuestos de guerra para determinadas mercaderías. Matos prisionero y humillado abre su
bolsa de recursos, pero al tiempo aparecerá como jefe de la “Revolución Libertadora”.
Con el delirio de rehacer la Gran Colombia Castro intenta derrocar al gobierno
conservador de Colombia apoyando a los liberales. El gobierno colombiano le paga con la
misma moneda: arma al jefe autonomista Rangel Garbiras quien al frente de cuatro mil
colombianos invade por la frontera del Táchira. Pelea en julio de 1901, pero se dice que se
retira después de saquear pueblos y violar mujeres. Se rompen las relaciones con Colombia
a la cual se intenta invadir por el Zulia y el Arauca, resultando destrozadas las tropas
venezolanas. La Conferencia Internacional Americana reunida en México pide a los
presidentes de Colombia y Venezuela eviten un conflicto y los invita a un acuerdo
equitativo y fraternal. Castro responde con un telegrama que es desaprobado por el
gabinete, lo cual motiva la salida del gobierno de Eduardo Blanco. Posteriormente Castro
admite la mediación para la paz con la condición de que Colombia proponga.
La invasión de Garbiras no es sino el comienzo de un vasto incendio. La “Revolución
Libertadora” de Matos se extiende por todo el territorio. Gómez es el encargado de salir a
combatir levantamientos en espacios de Aragua y el 26 de febrero de 1902 anuncia la
pacificación del país. Matos expide proclama en Puerto España el 29 de abril donde
anuncia que todos los generales más prestigiosos del país están comprometidos. En efecto,
hay liberales de todas las facciones, guzmancistas, crespistas, autonomistas y conservadores
tradicionales, ahora en las filas nacionalistas, dispuestos a derrocar al intruso. Pero cada
uno atento a sus propios intereses. Gómez derrota alzados en Falcón, y luego logra se
desaloje Cumaná pero es herido, vuelve a Caracas y Castro tiene que salir en campaña. El
15 de mayo desembarca Matos en Güiria y organiza su ejército. Van triunfando sobre el
ejército de Castro y siguen al centro. Marchan de oriente y occidente a unirse para marchar
sobre Caracas. Castro recibe refuerzos de los Andes (de Mérida, Trujillo y Lara) y escalona
sus tropas en situación demasiado comprometida desde Ocumare del Tuy a La Victoria.
Pero en el campamento revolucionario la rivalidad de los jefes está en su clímax. Con
10.000 hombres—frente a 6.000 de Castro—divididas las opiniones sobre por donde atacar,
el 13 de octubre se abren los fuegos y avanzan sobre La Victoria. Gómez refuerza a Castro
desde Caracas. Después de pelear sin cuartel en noviembre son derrotados los
revolucionarios y cada caudillo derrotado toma la vía de su región. Divididos los jefes va a
ser más fácil el triunfo de las fuerzas del gobierno. Del 11 al 14 de abril de 1903 combaten
en El Guapo aniquilándose los contendientes por igual. Los que tomaron la vía de occidente
son obligados por Gómez a desalojar Barquisimeto el 21 y 22 de mayo, y son vencidos en
“Matapalo” el 3 de junio, escapando Matos y los principales jefes a Curazao. Los que
tomaron la vía a Oriente se retiran a Ciudad Bolívar y es el mismo Gómez quien los derrota
el 21 de julio. Fracasa la revolución libertadora por la ambición contrapuesta de sus
caudillos. Es el colapso de los viejos partidos.
Paralelamente desde 1901 se dan las reclamaciones hechas por algunos países por daño
a la vida y propiedades de sus nacionales, así como el cobro de deudas a compañías
extranjeras. Ello provocó grave conflicto internacional que culminó con el bloqueo armado
de las costas venezolanas. Ya casi formaba una tradición este tipo de reclamos. En 1855
Holanda reclama perjuicios a sus nacionales en Coro y envió buques de guerra que
presentaron ultimátum, los cuales por intervención del ministro inglés se arregló por la vía
diplomática. En 1860 hubo conflicto con España por daños sufridos por los españoles,
resuelto por la diplomacia de Fermín Toro. También los Estados Unidos e Inglaterra habían
participado en este tipo de reclamaciones. Pero es en el gobierno de Castro cuando toman
carácter más agresivo y se pone en peligro la soberanía nacional.
Castro había creado el 24 de enero de 1901 una Junta de Examen y Calificación de
Créditos y determina que sólo serían admitidos los créditos originados desde el 23 de mayo
de 1899. El ministro alemán objeta y propone un libre arreglo entre Venezuela y Alemania.
Como Castro no acepta el alemán propone se nombre un árbitro que examine las
reclamaciones provenientes de las guerras civiles y si no se llega a acuerdo remitir la
diferencia al tribunal de La Haya lo que tampoco acepta. El 11 de abril de 1901, el Ministro
de Alemania presenta nota reclamatoria por daños a sus nacionales y por el pago de la
deuda atrasada del empréstito de 1896. La diplomacia alemana logra interesar a las de
Inglaterra e Italia en una demostración de fuerza frente a Venezuela “que se niega a cumplir
sus compromisos internacionales” conforme a su criterio, con la aquiescencia del gobierno
de los Estados Unidos al que indican que “sólo será una mera lección, y no entraña
adquisiciones territoriales que ponga en peligro la doctrina Monroe”—que establecida por
el presidente norteamericano en 1828 bajo el lema “América para los americanos” servía de
freno a los gobiernos europeos en intromisiones por estas tierras. El ministro italiano
presenta entonces reclamaciones por la expulsión de súbditos italianos de Carúpano.
Inglaterra declara como británico al buque inglés sobre el cual Matos había llegado al país
en mayo de 1902, buque que el gobierno había declarado pirata y elevado protesta ante el
gobierno inglés el cual responde reclamando daños y perjuicios ocasionados a sus súbditos
durante la guerra. También se suman a las reclamaciones España, Suecia y Francia.
El Ministro de los Estados Unidos propone se pague una cantidad el 1º de febrero de
1903 y las demás cada año, hasta cancelar la deuda. Castro no accede y la diplomacia
norteamericana declara que “la doctrina Monroe no ha sido fundada para defender las
Repúblicas americanas de los resultados de sus fechorías o por violación de la ley
internacional”. La prensa de los países reclamantes incita a “una medida punitiva”.
El 7 de diciembre de 1902 los ministros inglés y alemán en acción conjunta cada uno
presentan ultimátum al gobierno, abandonan la capital y se van a refugiar en sus buques de
guerra anclados en La Guaira. Y a partir de esta fecha, el inglés jefe de la “flota aliada” se
apodera de la pequeña flota venezolana, hunde algunos débiles barcos y apresa otros dos en
Guanta y en Trinidad. En Caracas el gobierno reduce a prisión a los súbditos ingleses y
alemanes, pero pronto los pone en libertad por intervención del ministro estadounidense.
Castro dirige al país una proclama escrita por el historiador Eloy González donde
asienta que “la planta insolente del extranjero ha profanado el suelo sagrado de la patria”.
Abre las cárceles y se presenta en el balcón de Miraflores con el caudillo nacionalista José
Manuel “Mocho” Hernández recién sacado de La Rotunda.
El ministro de Italia el 11 de diciembre se dirige al gobierno exigiendo el pago de sus
reclamaciones y anunciando que “el Rey de Italia” no puede aceptar el decreto del 24 de
Enero y en nota posterior anuncia, que el gobierno Real de Italia ha resuelto retirar de
Caracas a su ministro residente y a los miembros de su legación.
En Puerto Cabello la muchedumbre enardecida asalta un buque mercante inglés. El 13
de diciembre dos comodoros ingleses piden satisfacciones antes de las 5 de la tarde. Al no
estar satisfechos por la respuesta local un crucero inglés abre fuego a trescientos metros
contra el Castillo. Igual hace un barco alemán contra el Fortín Solano. Las viejas fortalezas
se incendian. La población huye aterrorizada y la guarnición de la ciudad se pone en fuga.
Ingleses y alemanes intimidan la rendición y abordan el castillo. Los presos se fugan.
El 20 de diciembre de 1902 el Bloqueo es oficialmente declarado, cubriendo la escuadra
inglesa la ruta La Guaira-Orinoco y la alemana la costa hasta Maracaibo. Los hechos tienen
resonancia internacional. La opinión norteamericana estalla y la oposición liberal inglesa
interpela al gobierno en la Cámara sustentando que Inglaterra se ha dejado arrastrar en esta
aventura por Alemania, con la consecuencia de enajenarle las simpatías de los Estados
Unidos. América Latina reacciona de diferentes formas. El gobierno de Brasil es
indiferente, Chile deplora los acontecimientos, Perú se pronuncia por una acción colectiva
de todas las repúblicas americanas a favor de Venezuela, en Guayaquil hay manifestaciones
públicas de apoyo a los venezolanos. En Bolivia y El Salvador en la prensa se manifiestan
simpatías hacia Venezuela. Argentina promueve jurisprudencia protectora de estos países.
El conflicto se arregla por intervención de los Estados Unidos. Ya Castro es el héroe del
9 de diciembre. Algunos vecinos principales de Caracas le dirigen al Presidente solicitud
indicándole la necesidad de ceder frente a la fuerza y pidiéndole conceda plenos poderes al
ministro norteamericano para que fuese el árbitro por Venezuela. Castro acepta ahora
arbitraje y comisiones para discutir en Caracas las reclamaciones. El arbitraje es aceptado
tras discusiones por Inglaterra y Alemania. Se admite remitir el asunto al tribunal de La
Haya. Mientras en Washington se discuten las condiciones para levantar el bloqueo que
persiste, Castro ha abierto la frontera colombiana para eludirlo y un buque alemán trata de
penetrar en la barra de Maracaibo para impedirlo y es rechazado a cañonazos por el Castillo
de San Carlos el 17 de Enero de 1903. Vuelve a los tres días acompañado por otro buque,
bombardean el castillo pero tienen que retirarse sin poder forzar la Barra. Este hecho
acelera la suspensión del bloqueo ya que la causa de Venezuela había comenzado a ganar
simpatía en el público norteamericano y en Inglaterra la oposición combatía duramente la
alianza anglo-alemana y amenaza con echar abajo el gabinete.
El bloqueo se suspende por los protocolos de Washington del 14 de febrero de 1903.
Para levantarlo Alemania recibiría por adelantado un pago de Bs. 137.000 y el resto de Bs.
1.178.815,67 sería abonado en cuatro partes. Inglaterra e Italia reciben cada una 5.500
libras esterlinas. Las reclamaciones no especificadas en los Protocolos las decidirá una
Comisión Mixta. Venezuela apartará 30% de los ingresos de las aduanas de La Guaira y
Puerto Cabello para el pago de estas deudas. Reanudará sus relaciones con el gobierno
británico y recibirá los escasos buques venezolanos no hundidos por la potencias agresoras.
El tribunal de La Haya compuesto por tres miembros de su Corte Permanente elegidos por
el emperador de Rusia se reuniría el 1º de septiembre de 1903 para decidir si las potencias
bloqueadoras tenían o no tratamiento preferencial, así como la forma en que habrían de
repartirse el dinero de las aduanas tanto las potencias bloqueadoras como las otras
reclamantes. Los Protocolos fueron puestos en vigor por autorización del Congreso
Ejecutivo. El 16 de febrero se establece un impuesto de 30% sobre las mercaderías
importadas así como otros impuestos sobre la exportación de cacao, café, cueros de res.
El Tribunal de La Haya falló el 22 de febrero de 1904. Alemania, Inglaterra e Italia
tenían derecho a cobro preferencial, es decir al 30% de las aduanas. Cada parte sufragaría
sus gastos y los Estados Unidos quedaban encargados de velar por el cumplimiento de la
sentencia. Las Comisiones Mixtas en Caracas revisan las reclamaciones y reducen en
tremendo por ciento las escandalosas pretensiones reclamadas por los súbditos franceses,
alemanes, ingleses, italianos y estadounidenses residentes en el país—de 121.421.798
bolívares sólo reconocen 16.389.799 sin contar el monto de los franceses.
Por comentario de Siso Martínez, la nota digna, en tan tristes sucesos—que preludiaron
la avalancha de violencia y codicia de la primera mitad del siglo XX con sus guerras
mundiales– además de la voluntad por la defensa a toda costa por el pueblo venezolano de
su territorio y soberanía, fue el surgimiento de la “Doctrina Drago” erigida por el gran
jurista argentino Luis M. Drago, doctrina que en nombre de la justicia y del Derecho de los
pueblos, condena las agresiones sangrientas y brutales con pretexto de deudas. Drago,
ministro de Relaciones Exteriores de Argentina en el momento de las negociaciones de
Washington, dirige a su ministro allí una carta donde fijando los puntos de vista del
gobierno argentino rechaza “el cobro compulsivo de las deudas de los países pequeños que
por circunstancias varias no pueden cumplir con sus compromisos internacionales”.
En cuanto a reformas constitucionales, la Asamblea Constituyente de 1901 nombra a
Castro presidente interino hasta 1902 y aprueba una constitución que eleva a seis años el
período presidencial, elimina el sufragio universal y pone en manos de los Consejos
Municipales la elección del Presidente. Estos eligen a Castro presidente para el período
1902-1907. En 1904 Castro impone una nueva reforma. El Congreso se transforma en
constituyente. Los 20 Estados son reducidos a trece. Las Cortes Federal y de Casación se
refundan en un solo tribunal y se crea el Gran Consejo Electoral, formado por
representantes de cada Estado y uno del Distrito Federal, con atribución para elegir
presidente y dos vicepresidentes. Este Consejo reelige a Castro para el período que
terminaría en 1911, Gómez es electo primer vicepresidente y Velutini, segundo.
El gobierno de Castro además tiene posteriormente conflictos con dos compañías
extranjeras lo que le trae confrontaciones diplomáticas. Uno con la explotadora de asfalto
“New York and Bermúdez Company” la cual había prestado ayuda a Matos durante la
revolución libertadora por lo cual el gobierno le pide una indemnización de 50 millones de
bolívares que se niega a acatar. El gobierno pide rescisión de contrato aludiendo no haber
cumplido la compañía sus obligaciones, entre ellas la canalización del Caño Colorado y del
Guarapiche. La Corte concede la rescisión del contrato. El ministro norteamericano
interviene y protesta, y el ministro de relaciones exteriores de Venezuela le responde lo
que le vale el bloqueo a La Guaira y la famosa frase de Castro sobre la planta insolente del
extranjero.
Castro se irá del país por problemas de salud lo que deja a su compadre Juan Vicente
Gómez al mando, el cual se convirtió en dictadura con presidentes títeres hasta su
muerte el 17 de Diciembre de 1936. Surge venezuela al Siglo XX con verdadero retraso
por esos años de oscurantismo gomecista.
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