Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

viernes, 1 de mayo de 2015

El Primero de Mayo se celebra el Día del Trabajo en honor a todos los hombres y mujeres que con su labor diaria buscan un mejor futuro y hacer crecer a la sociedad

Foto de archivo del primero de mayo de 1886 en Chicago
1 de mayo: Día del trabajador

Javier Vilchez

En noviembre de 1884 se celebra en Chicago el IV Congreso de la American Federation of Labor en el que se propuso que a partir del 1 de mayo de 1886 se obligara a los patronos a respetar la jornada de ocho horas, de lo contrario, se iría a la huelga. Esta proposición se extendería por todo el país norteamericano, en mítines y concentraciones obreras. Llegado el 1 de mayo de 1886, los obreros elevaron una sola voz: A partir de hoy, sólo ocho horas diarias; ni una más. Los patronos se negaron, por supuesto; pero los obreros, organizados, paralizaron el país productivo, con más de cinco mil huelgas.
Se puede decir que el clamor de 350.000 trabajadores en las calles logró en parte el objetivo, aunque no con la misma rapidez en los distintos centros de trabajo. El éxito recorrió el país, pero en Chicago la cuestión fue distinta. El Chicago Tribune se atrevió a comentar en sus columnas: "El plomo es la mejor alimentación de los huelguistas", y pedía para éstos prisión y trabajos forzados como "la única solución posible a la cuestión social." Los trabajadores de la fábrica McCormik tenían más de dos meses enfrentados a sus patronos y a los rompehuelgas contratados para tales efectos.
El 1 de mayo de 1886 el choque fue violento. Al día siguiente intervino la policía para dispersar a más de 50.000 manifestantes. El 4 de mayo se congregaron los obreros frente a la McCormik. Los esquiroles rechazaron la manifestación y hubo 6 muertos y numerosos heridos .Adolfo Fischer, uno de los dirigentes de la huelga, lanzó una proclama que circuló profusamente: "Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik, donde se fusiló a los obreros ¡Su sangre pide venganza!", Fischer invitaba a un mitin en la Plaza Haymarket, donde los más destacados dirigentes sindicales harían uso de la palabra.
Estaban en pleno mitin cuando la policía recibió órdenes de dispersar a los asistentes. De pronto, una bomba estalló cerca de las fuerzas policiales, con un saldo de seis policías muertos. Esto enardeció más a la policía que atacó despiadadamente con un resultado de 38 muertos y 115 heridos. Condenados algunos dirigentes a muerte el 20 de agosto, fueron ahorcados el 11 de noviembre de 1886.
El 1 de mayo de 1889 queda instituido el Día Internacional del Trabajador, durante el Congreso de la Asociación Internacional de Sindicatos Europeos. En Venezuela se celebra por primera vez, el 1 de mayo de 1936. En 1945 el General Medina Angarita, Presidente de Venezuela, establece por decreto el Primero de Mayo como el Día del Trabajador.

El “mayo” venezolano

La primera huelga de trabajadores fue de los petroleros del Zulia, en diciembre de 1936. Fue el origen del agrupamiento de los incipientes movimientos sindicales venezolanos. (Archivo/)
El “mayo” venezolano

Charito Rojas
El Día Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo es la fiesta del movimiento obrero 
mundial, que se ha ido transformando en conmemoración para los trabajadores de distinto nivel. 
Se celebra en casi todos los países, menos en los anglosajones (cuyo “Labor Day” 
es el primer lunes de septiembre), como homenaje a los llamados mártires de Chicago, 
unos sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados por su participación en la lucha 
por lograr un recorte a 8 las horas laborables.
Desde 1889, por acuerdo del Congreso Obrero Socialista celebrado en París, el 1º de mayo 
se ha convertido en una jornada reivindicativa donde los movimientos sociales 
exponen las mejoras a las cuales aspiran.
Primera huelga, primera Ley        
La primera gran huelga de trabajadores en la historia de Venezuela fue en 1936, en 
los campos petroleros de Cabimas, San Lorenzo, Mene Grande, Bachaquero, Mene 
Mauroa y Cumarebo. El 14 de diciembre se paralizaron más de diez mil obreros y 
trabajadores de la industria petrolera, que protestaban por las condiciones laborales 
de las transnacionales.
Duró 47 días y en su apoyo se movilizaron fuerzas políticas, estudiantes e incipientes 
organizaciones sindicales de todo el país. La huelga culminó con escasos logros: 
un aumento de Bs. 1 en el salario y obligatoriedad de suministrar agua potable a 
los obreros y también con una violenta represión. Pero fue un gran avance en la 
solidaridad obrera nacional. A fines de 1936 se reúne en Caracas el Primer Congreso 
de los Trabajadores, con 219 delegados de todo el país. Allí nace la Confederación 
de Trabajadores de Venezuela, CTV, que sería por muchas décadas el movimiento 
sindical que aglutinó a la inmensa mayoría de los sindicatos venezolanos.
Aunque ya había una Ley del Trabajo, promulgada por Juan Vicente Gómez en 1928, 
es en 1936 cuando una Ley del Trabajo, cuyo coautor fue el joven abogado y 
político Rafael Caldera, establece un conjunto sustantivo de normas para regular 
los derechos y obligaciones derivados del hecho social del trabajo. El análisis 
histórico demuestra que a partir de ese momento inicial, la evolución de la 
legislación laboral venezolana ha caminado en paralelo con las luchas sociales 
por lograr mejores condiciones de trabajo. 
La Ley de 1936 se mantuvo vigente por casi 55 años, durante los cuales fue 
reformada 
parcialmente en 1945, 1947, 1966, 1974, 1975 y 1983. En 1991 una reforma la elevó 
a Ley Orgánica.
Amenazas laborales
La situación del empleo en el país durante las décadas subsiguientes ha variado 
al son de medidas políticas y económicas que han determinado los índices. 
Según el Instituto Nacional de Estadística, para febrero de este año, 1.124.799 
venezolanos hábiles para trabajar, se encontraban sin empleo. De acuerdo a 
esa cifra, el desempleo se ubicó en 7,9%.
Pero el INE también registra números que revelan el real estado del empleo en 
el país: 41,1% está en el sector informal. En enero de 2015 se incorporaron 455.935 
personas al sector informal, según el INE. La merma en el empleo formal ha 
venido ascendiendo a cifras que el sector privado considera mucho más altas, 
superando incluso el número de trabajadores formales.
Las causas están a la vista: según Fedecámaras, más de 4.000 industrias han cerrado 
en los últimos 10 años, y más de 205.000 comercios, emprendimientos y pequeños 
negocios han quebrado. La mayoría de las que quedan, están trabajando a 
50% de su capacidad instalada. Esto tiene un obvio significado para los trabajadores: 
quedan sin empleo. Las pésimas políticas económicas ahorcan cualquier negocio, 
con sistemáticas inspecciones, multas, cierres, impuestos, cargas laborales, 
obligaciones legales, tramitaciones costosas y agotadoras, imposiciones de inamovilidad 
por 13 años, también 13 años de un estricto control de cambio que ha 
desembocado en negación absoluta de divisas para las empresas productoras. 
Si a esto agregamos el hostigamiento verbal, la amenaza pública y la inseguridad 
legal y hamponil, pocas empresas quedan que se atrevan a hacer inversiones, a 
ampliar su nómina o incluso a mantenerse abiertas. Para muestra un botón: 
Empresas Polar, la única grande que sigue a tope de producción, es amenazada 
permanentemente como si se tratase de enemiga pública. 
Las políticas erradas han producido un colapso en la producción y el abastecimiento. 
Por primera vez en diez años, el orden de los problemas que declaran los venezolanos 
ha cambiado: la inseguridad ha pasado a segundo lugar y el desempleo ha 
bajado al tercero, mientras el desabastecimiento escala rápidamente al primer lugar de 
las preocupaciones. Y estas preocupaciones, cualquiera su orden, sumadas a 
las carencias de servicios, al desprecio por la preparación académica y a un desánimo 
colectivo, son las causas por las cuales venezolanos productivos, mayormente profesionales, 
han emigrado. Éste es un gravísimo daño al desarrollo del país, a la unión de la 
familia, al futuro. Y también al empleo, que se ve ocupado por personas no capacitadas 
o de inferior preparación, impactando así el resultado final de las empresas públicas y 
privadas. 
En 15 años se han expropiado 1.100 empresas y más de 6 millones de hectáreas de áreas 
cultivables. Sólo un ciego puede negar el origen del desabastecimiento y 
el desempleo. Las sucesivas devaluaciones han colocado el salario mínimo en poco 
menos de dos dólares diarios, un nivel que la ONU declara como de “pobreza”. En 15 
años se han hecho 29 ajustes al salario mínimo, incluyendo el anunciado para el día de 
hoy. Pero la inflación se los come a todos,  alentada por una catastrófica política 
financiera y por la ausencia de producción nacional. 
Novedosos “trabajadores”
Sin duda los niveles de desempleo se ven disfrazados por la gran habilidad de los 
venezolanos en inventar oficios que les produzcan dividendos: cuida carros, guarda 
puestos en colas, gestores de trámites, cargadores de bolsas y un sinfín de 
ocupaciones que compensan con picardía (por llamarlo de alguna manera) la ausencia 
de preparación o de trabajo fijo.
Al tradicional buhonero lo ha venido desplazando en las calles el “bachaquero”, 
persona que  va todos los días a los automercados y tiendas de electrodomésticos  
a hacer interminables colas para adquirir productos regulados que después 
vende en varias veces su valor.  Muchos han dejado trabajos fijos por este rentable 
oficio, que perturba no sólo la economía fomentando la inflación, sino a los consumidores 
que no bachaquean y se ven impedidos de entrar al sitio donde habitualmente 
compran, ante la horda de “bachacos”.
El bachaquero vive de la reventa y la especulación. Su empleo es un mientras 
tanto, producto del inmenso desequilibrio económico que castiga a los venezolanos. 
Y con los bachaqueros también actúan los que los trasladan, los que alquilan sillas 
en la cola, los que venden el puesto más salidor.
Se estima en 7.695.649 el número de personas que trabajan en la informalidad. Sin 
seguro social, sin beneficios laborales, sin protección presente ni futura, sin que los 
afecte los incrementos del salario mínimo.
El presidente ha debido dormir anoche en La Habana. “¡Me han invitado, yo voy a ir!. 
Esta noche voy, duermo allá, tempranito estoy y le doy un saludo al pueblo cubano 
e inmediatamente me vengo para acá y al mediodía nos vemos en la plaza O´Leary, 
donde voy hacer grandes anuncios para la clase obrera venezolana”, ofreció ayer.
Mientras tanto, hoy los trabajadores marchan por las reivindicaciones que les interesan. 
La CTV y las federaciones sindicales nacidas en democracia, declararon que van a 
marchar para exigir un 100% de aumento en el salario mínimo. Los sindicatos 
oficialistas, acompañados por su sector patronal (el gobierno) marcharán 
“contra el imperialismo y la guerra económica”.
Charitorojas2010@homail.com
Twitter:@charitorojas

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