Trump y los fundamentalistas: virtud y casinos
Trump estaría encabezando la preferencia de los evangelistas de cara a las primarias republicanas
ALFREDO TORO HARDY | EL UNIVERSAL
miércoles 2 de septiembre de 2015 12:00 AM
En 1919 se celebra en Filadelfia la Asociación Mundial de Fundamentos Cristianos, la cual reúne a miles de representantes conservadores de todas las denominaciones protestantes estadounidenses. En los años siguientes estos "fundamentalistas", como pasó a conocérselos, intentarán hacerse con el control de las diversas iglesias protestantes. Su reacción virulenta frente a la modernidad y al humanismo secular, así como su interpretación literal de laBiblia, constituirán lo esencial de su lucha. Para comienzos de los veinte del siglo pasado su avance amenazará a toda la estructura protestante tradicional. Un solo episodio, sin embargo, haría derrumbar su reputación.
En 1925 tuvo lugar en Dayton, Tennessee, el juicio contra un profesor de biología de nombre John Scopes. Ello por enseñar la tesis evolucionista de Darwin en violación de una prohibición legal promovida en ese Estado por los propios fundamentalistas. La ocasión fue propicia para una confrontación de proyección nacional entre el fundamentalismo cristiano y la ciencia. El primero escogió como abogado acusador a quien en tres ocasiones había sido candidato presidencial Demócrata, William Jennings Bryan, ferviente creyente de la versión bíblica del creacionismo. La Unión Americana de Derechos Civiles escogió como defensor de Scopes al connotado racionalista Clarence Darrow.
Aunque Scope fue condenado a pagar una multa por violación a las leyes de Tennessee, la contundencia de los argumentos científicos de Darrow no solo puso en ridículo a Bryan, sino que dejó sin sustento a la interpretación literal de la Biblia. Durante las siguientes décadas el fundamentalismo perdería toda credibilidad y sus desmoralizados abanderados entrarían en fase de letargo. No obstante la convergencia entre la lucha de los derechos civiles, la protesta juvenil contra Vietnam y la liberación sexual, que caracterizaron a los sesenta y a los setenta, promovieron el despertar del fundamentalismo. Indignados por lo que ocurría a su alrededor, estos comenzaron a movilizarse de nuevo.
Cambio de bando
Para finales de los setenta las condiciones estuvieron listas para su reaparición en la escena nacional bajo un movimiento denominado "Mayoría Moral". En él convergían las distintas expresiones evangélicas del país. Este despertar del fundamentalismo religioso estadounidense se desarrolló dentro de un contexto político particular: el abandono del partido Demócrata por parte de las huestes evangélicas del Sur. Reaccionando frente a los excesos liberales que estaban tomando cuerpo al interior de dicha agrupación, el nuevo fundamentalismo migró hacia el partido Republicano. Ello cambiaría la faz de ambas agrupaciones. Los republicanos, históricamente asociados al protestantismo tradicional y moderado, pasarán a depender crecientemente del vociferante movimiento evangélico. Por su parte los demócratas, que hasta entonces habían sido el anclaje natural del fundamentalismo religioso sureño, se verán liberados de su extremismo. Mientras los primeros asumían una identidad de fuertes tintes religiosos los segundos pasaban a vestir un ropaje seglar.
La presidencia Reagan coincidirá con la consolidación de la "Mayoría Moral" como poder mediático y como fuerza sólidamente organizada. Aquél les asignará un coto clave: la selección de los jueces federales. En un país de Derecho Común, en el que la jurisprudencia de sus tribunales constituye una de las fuentes primordiales en la orientación de la sociedad, ello permitirá iniciar un vuelco conservador en las costumbres. Revitalizados en su oposición a Clinton, quien a sus ojos encarnaba todos los males de la sociedad secular, los fundamentalistas intentarán llevar a alguien afín a la Casa Blanca. El segundo de los Bush encarnará a cabalidad sus aspiraciones. Sarah Palin, de su lado, los entusiasmará en las elecciones del 2008, cosa que no lograría hacer John McCain ni, cuatro años más tarde, Mitt Romney.
Virtud y casinos
De acuerdo a una encuesta del Washington Post de julio pasado, Donald Trump estaría encabezando la preferencia de los evangelistas de cara a las primarias republicanas. Ello resulta doblemente curioso. Primero porque dos de los precandidatos, Ben Carson y Mike Huckabe, resultan mucho más cercanos a sus ideas y a sus filas. Segundo, y más significativo, porque Trump no es solo doblemente divorciado sino que parte importante de su fortuna se identifica con casinos, concursos de belleza y la industria del entretenimiento. No precisamente la encarnación de sus valores. Sarah Posner, experta en fundamentalismo cristiano da con la clave: "lo que los motiva no es necesariamente la visión de Estados Unidos como nación piadosa sino quizás, y más importante aún, la afirmación de Estados Unidos como país fuerte, poderoso y antes que nada el mejor" ("How Trump has exposed rifts in the religious right", USC Annenberg, August 19, 2015). Virtud y casinos pasan a asociarse así.
altohar@hotmail.com
ALFREDO TORO HARDY | EL UNIVERSAL
miércoles 2 de septiembre de 2015 12:00 AM
En 1919 se celebra en Filadelfia la Asociación Mundial de Fundamentos Cristianos, la cual reúne a miles de representantes conservadores de todas las denominaciones protestantes estadounidenses. En los años siguientes estos "fundamentalistas", como pasó a conocérselos, intentarán hacerse con el control de las diversas iglesias protestantes. Su reacción virulenta frente a la modernidad y al humanismo secular, así como su interpretación literal de laBiblia, constituirán lo esencial de su lucha. Para comienzos de los veinte del siglo pasado su avance amenazará a toda la estructura protestante tradicional. Un solo episodio, sin embargo, haría derrumbar su reputación.
En 1925 tuvo lugar en Dayton, Tennessee, el juicio contra un profesor de biología de nombre John Scopes. Ello por enseñar la tesis evolucionista de Darwin en violación de una prohibición legal promovida en ese Estado por los propios fundamentalistas. La ocasión fue propicia para una confrontación de proyección nacional entre el fundamentalismo cristiano y la ciencia. El primero escogió como abogado acusador a quien en tres ocasiones había sido candidato presidencial Demócrata, William Jennings Bryan, ferviente creyente de la versión bíblica del creacionismo. La Unión Americana de Derechos Civiles escogió como defensor de Scopes al connotado racionalista Clarence Darrow.
Aunque Scope fue condenado a pagar una multa por violación a las leyes de Tennessee, la contundencia de los argumentos científicos de Darrow no solo puso en ridículo a Bryan, sino que dejó sin sustento a la interpretación literal de la Biblia. Durante las siguientes décadas el fundamentalismo perdería toda credibilidad y sus desmoralizados abanderados entrarían en fase de letargo. No obstante la convergencia entre la lucha de los derechos civiles, la protesta juvenil contra Vietnam y la liberación sexual, que caracterizaron a los sesenta y a los setenta, promovieron el despertar del fundamentalismo. Indignados por lo que ocurría a su alrededor, estos comenzaron a movilizarse de nuevo.
Cambio de bando
Para finales de los setenta las condiciones estuvieron listas para su reaparición en la escena nacional bajo un movimiento denominado "Mayoría Moral". En él convergían las distintas expresiones evangélicas del país. Este despertar del fundamentalismo religioso estadounidense se desarrolló dentro de un contexto político particular: el abandono del partido Demócrata por parte de las huestes evangélicas del Sur. Reaccionando frente a los excesos liberales que estaban tomando cuerpo al interior de dicha agrupación, el nuevo fundamentalismo migró hacia el partido Republicano. Ello cambiaría la faz de ambas agrupaciones. Los republicanos, históricamente asociados al protestantismo tradicional y moderado, pasarán a depender crecientemente del vociferante movimiento evangélico. Por su parte los demócratas, que hasta entonces habían sido el anclaje natural del fundamentalismo religioso sureño, se verán liberados de su extremismo. Mientras los primeros asumían una identidad de fuertes tintes religiosos los segundos pasaban a vestir un ropaje seglar.
La presidencia Reagan coincidirá con la consolidación de la "Mayoría Moral" como poder mediático y como fuerza sólidamente organizada. Aquél les asignará un coto clave: la selección de los jueces federales. En un país de Derecho Común, en el que la jurisprudencia de sus tribunales constituye una de las fuentes primordiales en la orientación de la sociedad, ello permitirá iniciar un vuelco conservador en las costumbres. Revitalizados en su oposición a Clinton, quien a sus ojos encarnaba todos los males de la sociedad secular, los fundamentalistas intentarán llevar a alguien afín a la Casa Blanca. El segundo de los Bush encarnará a cabalidad sus aspiraciones. Sarah Palin, de su lado, los entusiasmará en las elecciones del 2008, cosa que no lograría hacer John McCain ni, cuatro años más tarde, Mitt Romney.
Virtud y casinos
De acuerdo a una encuesta del Washington Post de julio pasado, Donald Trump estaría encabezando la preferencia de los evangelistas de cara a las primarias republicanas. Ello resulta doblemente curioso. Primero porque dos de los precandidatos, Ben Carson y Mike Huckabe, resultan mucho más cercanos a sus ideas y a sus filas. Segundo, y más significativo, porque Trump no es solo doblemente divorciado sino que parte importante de su fortuna se identifica con casinos, concursos de belleza y la industria del entretenimiento. No precisamente la encarnación de sus valores. Sarah Posner, experta en fundamentalismo cristiano da con la clave: "lo que los motiva no es necesariamente la visión de Estados Unidos como nación piadosa sino quizás, y más importante aún, la afirmación de Estados Unidos como país fuerte, poderoso y antes que nada el mejor" ("How Trump has exposed rifts in the religious right", USC Annenberg, August 19, 2015). Virtud y casinos pasan a asociarse así.
altohar@hotmail.com
En 1925 tuvo lugar en Dayton, Tennessee, el juicio contra un profesor de biología de nombre John Scopes. Ello por enseñar la tesis evolucionista de Darwin en violación de una prohibición legal promovida en ese Estado por los propios fundamentalistas. La ocasión fue propicia para una confrontación de proyección nacional entre el fundamentalismo cristiano y la ciencia. El primero escogió como abogado acusador a quien en tres ocasiones había sido candidato presidencial Demócrata, William Jennings Bryan, ferviente creyente de la versión bíblica del creacionismo. La Unión Americana de Derechos Civiles escogió como defensor de Scopes al connotado racionalista Clarence Darrow.
Aunque Scope fue condenado a pagar una multa por violación a las leyes de Tennessee, la contundencia de los argumentos científicos de Darrow no solo puso en ridículo a Bryan, sino que dejó sin sustento a la interpretación literal de la Biblia. Durante las siguientes décadas el fundamentalismo perdería toda credibilidad y sus desmoralizados abanderados entrarían en fase de letargo. No obstante la convergencia entre la lucha de los derechos civiles, la protesta juvenil contra Vietnam y la liberación sexual, que caracterizaron a los sesenta y a los setenta, promovieron el despertar del fundamentalismo. Indignados por lo que ocurría a su alrededor, estos comenzaron a movilizarse de nuevo.
Cambio de bando
Para finales de los setenta las condiciones estuvieron listas para su reaparición en la escena nacional bajo un movimiento denominado "Mayoría Moral". En él convergían las distintas expresiones evangélicas del país. Este despertar del fundamentalismo religioso estadounidense se desarrolló dentro de un contexto político particular: el abandono del partido Demócrata por parte de las huestes evangélicas del Sur. Reaccionando frente a los excesos liberales que estaban tomando cuerpo al interior de dicha agrupación, el nuevo fundamentalismo migró hacia el partido Republicano. Ello cambiaría la faz de ambas agrupaciones. Los republicanos, históricamente asociados al protestantismo tradicional y moderado, pasarán a depender crecientemente del vociferante movimiento evangélico. Por su parte los demócratas, que hasta entonces habían sido el anclaje natural del fundamentalismo religioso sureño, se verán liberados de su extremismo. Mientras los primeros asumían una identidad de fuertes tintes religiosos los segundos pasaban a vestir un ropaje seglar.
La presidencia Reagan coincidirá con la consolidación de la "Mayoría Moral" como poder mediático y como fuerza sólidamente organizada. Aquél les asignará un coto clave: la selección de los jueces federales. En un país de Derecho Común, en el que la jurisprudencia de sus tribunales constituye una de las fuentes primordiales en la orientación de la sociedad, ello permitirá iniciar un vuelco conservador en las costumbres. Revitalizados en su oposición a Clinton, quien a sus ojos encarnaba todos los males de la sociedad secular, los fundamentalistas intentarán llevar a alguien afín a la Casa Blanca. El segundo de los Bush encarnará a cabalidad sus aspiraciones. Sarah Palin, de su lado, los entusiasmará en las elecciones del 2008, cosa que no lograría hacer John McCain ni, cuatro años más tarde, Mitt Romney.
Virtud y casinos
De acuerdo a una encuesta del Washington Post de julio pasado, Donald Trump estaría encabezando la preferencia de los evangelistas de cara a las primarias republicanas. Ello resulta doblemente curioso. Primero porque dos de los precandidatos, Ben Carson y Mike Huckabe, resultan mucho más cercanos a sus ideas y a sus filas. Segundo, y más significativo, porque Trump no es solo doblemente divorciado sino que parte importante de su fortuna se identifica con casinos, concursos de belleza y la industria del entretenimiento. No precisamente la encarnación de sus valores. Sarah Posner, experta en fundamentalismo cristiano da con la clave: "lo que los motiva no es necesariamente la visión de Estados Unidos como nación piadosa sino quizás, y más importante aún, la afirmación de Estados Unidos como país fuerte, poderoso y antes que nada el mejor" ("How Trump has exposed rifts in the religious right", USC Annenberg, August 19, 2015). Virtud y casinos pasan a asociarse así.
altohar@hotmail.com
New York Times: Una crisis fabricada en la frontera
En su editorial del día de hoy el diario estadounidense expresó los motivos por los que piensa que la medida de decretar un Estado de Excepción en la frontera colombiana, sería solo una estrategia de distracción para desviar la mirada de los problemas reales que vive el país
A finales del mes pasado, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, declaró el estado de emergencia en las zonas que colindan con Colombia, cerraron la frontera y ordenaron una redada masiva de inmigrantes colombianos.
En un decreto emitido el 21 de agosto, advirtió que el tráfico de drogas, el contrabando y la violencia rampante en la frontera hicieron necesario suspender los derechos básicos, como las reuniones públicas y manifestaciones. Después que las autoridades venezolanas desalojaron a colombianos de sus casas, algunas viviendas fueron marcadas con la letra D, lo que significa que serían demolidas.
De hecho, no hay crisis que requiera estas medidas extraordinarias a lo largo de la frontera, donde los colombianos y venezolanos han convivido amigablemente a través de los buenos y malos momentos.Todo era falso, una crisis fabricada por un presidente cada vez más impopular que está desesperado para reforzar el apoyo de su partido antes de las elecciones parlamentarias previstas para el mes de diciembre.
La popularidad del señor Maduro cayó a 24 por ciento en julio, lo que refleja la creciente consternación pública con las políticas gubernamentales que han llevado al aumento de la inflación, una moneda devaluada severamente y que ha empeorando la escasez de alimentos. Para evitar una derrota en las urnas, el señor Maduro ha encarcelado a destacados políticos de la oposición y ordenó que los demás sean descalificados de la boleta electoral que se utilizará en los comicios del seis de diciembre.
Maduro ha culpado en varias ocasiones al gobierno de los Estados Unidos de crear planes para derrocarlos del poder.
Pero a medida que las relaciones entre Washington y Caracas han mejorado marginalmente, el Sr. Maduro ha optado por desviar la atención de los problemas del país recogiendo peleas innecesarias con sus vecinos.
A principios de este año, se reavivó una disputa territorial con Guyana después de enterarse de que Exxon Mobil había descubierto reservas de petróleo en alta mar en aguas de Guyana, afirmando el derecho a la mayor cantidad de dos tercios de Guyana, un pequeño país de cerca de 800.000 personas.
Maduro, luego volteó su mirada a su frontera occidental, donde sus payasadas han interrumpido un importante corredor comercial, separa familias y desplazadas cientos de personas de sus hogares. Mientras las fuerzas de seguridad venezolanas comenzaron a buscar de casa en casa a colombianos que según el gobierno estaban en el país sin autorización. Cientos de colombianos huyeron a pie a través de la frontera, algunos a pié a través de un río fangoso, llevando unas pocas pertenencias encima.
Las autoridades colombianas han evitado una guerra de palabras que podrían aumentar el fervor nacionalista en Venezuela. El Sr. Maduro, por su parte, ha sido característicamente simplista. La semana pasada la televisión venezolana le mostró haciendo press (ejercicios) de hombros en una máquina de gimnasio que parecía demasiado pequeña para su cuerpo fornido. Sonriendo ampliamente, desafió a un destacado político colombiano a una pelea a puñetazos. Sr. Maduro debe centrarse en la lucha real: en las urnas. Alienar aún más a sus vecinos sólo profundizará muchos problemas en Venezuela.
Adolf Hitler nos abre las puertas de su casa en los Alpes
Mucho se ha hablado del poder de la propaganda nazi y muy poco de su mayor logro: convertir a un hombre feo, rencoroso, homicida y bajito en un carismático seductor de masas. Por Marta Peirano
“Los años 30 marcan el principio de la cultura de las celebrities, cuando llega el
cine sonoro, la radio y las revistas aspiracionales", explica la académica. Y el
gabinete de propaganda nazi aprovechó la oportunidad para transformarlo en
lo que no era, un hombre interesante y refinado con una gran categoría moral
y gusto por la arquitectura. "Lo consiguieron enfatizando su vida privada,
mostrándole
como un hombre que juega con sus perros y al que le gustan los niños,
haciendo cosas domésticas en entornos diseñados para evocar una
sensación de calidez. A finales de los años 30, los medios de todo el
mundo lo describían como un individuo delicado y cariñoso, con buen
gusto para la decoración de interiores".
Adolf Hitler nos abre las puertas de su casa
“Después de leer aquellas historias -continúa Stratigakos- la gente empezó a
pensar que conocía al 'verdadero' Hitler, el el hombre detrás de la máscara del
Führer, y que puede que esta persona no fuera tan diabólica como las noticias
que venían de Europa parecían sugerir".
pensar que conocía al 'verdadero' Hitler, el el hombre detrás de la máscara del
Führer, y que puede que esta persona no fuera tan diabólica como las noticias
que venían de Europa parecían sugerir".
El 20 de agosto de 1939, el New York Timesle sacaba un fotogénico reportaje
en su bonito chalé de madera en los Alpes Bávaros cerca de Berchtesgaden que
se compró en 1927 con fondos del partido y al que llamaban
Haus Wachenfeld.Hitler, su propio arquitecto, decía el titular. Las fotos le
muestran disfrutando de momentos de intimidad, leyendo el periódico en una
mesa adornada con flores, 12 días antes de invadir Polonia.
en su bonito chalé de madera en los Alpes Bávaros cerca de Berchtesgaden que
se compró en 1927 con fondos del partido y al que llamaban
Haus Wachenfeld.Hitler, su propio arquitecto, decía el titular. Las fotos le
muestran disfrutando de momentos de intimidad, leyendo el periódico en una
mesa adornada con flores, 12 días antes de invadir Polonia.
La casa, "adornada con armonía, según la mejor tradición alemana" y cargada
con cortinas limpias y alfombras hechas a mano para "crear una atmósfera de
callada alegría", había sido decorada por su diseñadora favorita, Gerdy Troost,
que le fue fiel hasta el último minuto. Literalmente: pocas semanas antes de que
Adolf Hitler bajara al búnker por última vez, Troost le propuso refrescar el Gran
Hall de la cancillería con una capa de pintura para animar el ambiente, "un trabajo
pequeño que sólo duraría un par de días".
con cortinas limpias y alfombras hechas a mano para "crear una atmósfera de
callada alegría", había sido decorada por su diseñadora favorita, Gerdy Troost,
que le fue fiel hasta el último minuto. Literalmente: pocas semanas antes de que
Adolf Hitler bajara al búnker por última vez, Troost le propuso refrescar el Gran
Hall de la cancillería con una capa de pintura para animar el ambiente, "un trabajo
pequeño que sólo duraría un par de días".
El seguimiento del Times de las andanzas del nervioso austríaco empezó una
década antes. En los años de auge y establecimiento del régimen nazi, el
periódico publicó notas frecuentes sobre el líder nazi, incluyendo entrevistas
a su peluquero ( "escribió al Führer sobre su mechón rebelde y se tomaron medidas"), comparaciones con Jesucristo (o simplemente "un enviado divino")
y otras estampas como su asistencia al funeral de la hermana de Nietszche
(cuyas obras completas le regaló a su amigo el Duce por su 60 cumpleaños)
o sus declaraciones contra la violencia contra los judíos.
década antes. En los años de auge y establecimiento del régimen nazi, el
periódico publicó notas frecuentes sobre el líder nazi, incluyendo entrevistas
a su peluquero ( "escribió al Führer sobre su mechón rebelde y se tomaron medidas"), comparaciones con Jesucristo (o simplemente "un enviado divino")
y otras estampas como su asistencia al funeral de la hermana de Nietszche
(cuyas obras completas le regaló a su amigo el Duce por su 60 cumpleaños)
o sus declaraciones contra la violencia contra los judíos.
Hitler, el anfitrión encantador
No fueron los únicos ni tampoco los primeros. El número de noviembre de 1938
de la edición británica de Casa & Jardín coincidió con la Noche de los
Cristales Rotos
La revista ofrecía un paseo por la casa Wachenfeld, firmado por un tal William
George Fitzgerald, seudónimo de Ignatius Phayre. Esto es lo que dijo de su
cómodo pero modesto retiro:
de la edición británica de Casa & Jardín coincidió con la Noche de los
Cristales Rotos
La revista ofrecía un paseo por la casa Wachenfeld, firmado por un tal William
George Fitzgerald, seudónimo de Ignatius Phayre. Esto es lo que dijo de su
cómodo pero modesto retiro:
"Originalmente una cabaña de caza, “Haus Wachenfeld” ha crecido hasta convertirse
en el atractivo chalé bávaro que está hoy, a 2.000 pies en el Obersalzburg, rodeado
de bosques de pinos y árboles frutales.
El lugar tiene la mejor vista de toda Europa. Esto es decir mucho, ya lo sé. Pero en
estos Alpes bávaros hay una clase especial de suave follaje, con cascadas de blanco
nevado y cumbres cubiertas de bosque. El efecto de la luz y el aire en la casa se
ve intensificado por el gorgeo y el trino de los canarios Harzer que hay en la mayoría
de las habitaciones, colgando de jaulas doradas.Y no vayan a pensar que sus invitados de fin de semana son todos, o la mayoría,
altos cargos del Estado. A Hitler le agrada la compañía de brillantes extranjeros,
especialmente pintores, cantantes y músicos. Como anfitrión, es un divertido
contador de cuentos.
Un chef bávaro, Herr Dannenberg, prepara un impresionate despliegue de platos
todo de acuerdo al estándar alimenticio que exige Hitler. Pero en la casavegetarianos, salados y sabrosos, tan agradables a la vista como lo son al paladar,
Wachenfeld hay también una generosa mesa para invitados de otros gustos.
Aquí los bons viveurs como el mariscal de campo Goering y Joachim von
Ribbentrop se reúnen para cenar."
Menos de un año más tarde, Alemania invadió Polonia. Inglaterra y Francia le
declararon la guerra.
declararon la guerra.
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