Les ofrezco una parte de la traducción libre del artículo “La controversial terapia de Bert Hellinger”,
(Filósofo, Teólogo, Pedagogo, nació en Alemania el 6 de diciembre de 1925 en Leimen, Baden, como Anton Hellinger. Reconocido como el fundador del método fenomenológico-sistémico- transgeneracional de Las Constelaciones Familiares. Las leyes de la conciencia constituyen su gran descubrimiento dado que le han permitido alcanzar niveles de comprensión muy profundos, antes inexplorados. Experimentó por primera vez el trabajo de Constelaciones Familiares a través de una colega en Alemania y se quedó impactado por lo sucedido. Como no había ninguna explicación sobre este fenómeno que se mostraba, comenzó a investigar en las leyes de los sistemas familiares y lanzó su primera comprensión con la definición de los “Órdenes del Amor”. Fue él quien le dio estructura y significado a este novedoso enfoque).por Herman Nimis, publicado en la edición de septiembre de 2005 de la revista holandesa “Alert!”, a quienes agradecemos su gentil autorización (mis notas de traducción van entre {llaves}, mientras que los [corchetes] son de la traducción original del holandés al inglés) donde se reproduce un controvertido poema dedicado a Adolf Hitler (Braunau am Inn, 20 de abril de 1889-Berlín, 30 de abril de 1945? o Argentina)en el que Bert Hellinger pide al lector identificarse con Hitler y respetar esa parte de uno mismo. Numerosos artículos relacionados con este tema aparecieron en la revista Holandesa antifascista "Alert!
Bert Hellinger
Adolf Hitler in 1899
La mancha mística de Hitler
Más allá de la sorpresa, Hellinger demuestra una considerable admiración por el dictador de la II Guerra Mundial, Adolf Hitler, en sus libros y enseñanzas. Apunta que el asalto de Stauffenberg a Hitler falló, mientras que este último gozó de doce años de victoria ininterrumpida. Hellinger continúa con que también un poder apabullante tomó control de Hitler, forzándole a seguir con la marea hasta que llegó el tiempo de su derrota, ya que nadie puede sostenerla hasta el final. El año pasado*, la admiración de Hellinger por Hitler culminó cuando él y su esposa mucho menor, una psíquica sanadora conocida por el nombre de Maria Sophie Erdödy, se mudaron a Kleine Reichszanzlei, una villa en la que el Führer una vez poseyó en Berchtesgaden, cerca del borde austríaco. Hellinger afirmó que durante su búsqueda por un lugar para vivir en esa región, esta villa le fue ofrecida puramente por casualidad por un agente estatal. Hitler había escogido este punto por una mina de sal en las cercanías, a saber en Obersalzberg, de donde se decía ser una de las principales regiones de Europa poseyendo energías místicas. Esto habilitó a Hitler el conferir una cualidad mística a la doctrina de su Tercer Reich. Los críticos asumen que Hellinger también cree en estos poderes. Sin embargo, varias reacciones desconcertadas por habitantes locales y la prensa causaron que él, medio año después, se mudara al vecindario Villa Askania, donde pretende fundar un gran centro terapéutico. El último libro de Hellinger, titulado “Reflexiones Divinas” (“Gottesgedanken”) (B), el cual apareció por la misma época, contiene la siguiente casi oda lírica al Führer:
«Hitler,
Alguna gente te considera inhumano, como si alguien siquiera mereciera tal calificación. Yo te miro así como me miro a mí mismo: a saber, como un ser humano con un padre y una madre, y con una fe extraordinaria. ¿Te hace eso más grandioso? ¿O más pequeño? ¿Eres mejor o peor? Porque si eres más grande, entonces así lo soy. Y si eres más pequeño, entonces así lo soy. Si eres mejor o peor, entonces así lo soy. Pues soy un ser humano como tú. Si te respeto, entonces me respeto a mí mismo. Y si te detesto, entonces me detesto a mí mismo. ¿Se me permite, entonces, amarte? ¿Se supone, acaso, que te ame, ya que, de otro modo, no podría amarme a mí mismo? Cuando admito que eras un ser humano, tanto como lo soy yo, entonces se me induce a hacerlo por algo que nos gobierna a ambos de la misma forma, algo que causó tanto tu comienzo como el mío y también nuestro fin. ¿Cómo podría acaso excluirme a mí mismo de esta Causa excluyéndote a ti? ¿Cómo podría acaso culpar a esta Causa y erigirme por sobre ella culpándote a ti? Sin embargo, no puedo sentir piedad por ti, porque tu alzada y tu caída tuvieron su origen en la misma causa que la mía. Le ruego por ti así como por mí mismo, y me someto a todo lo que traiga en ti y a todo lo que traiga en mí así como en todo otro ser humano.»
Más allá de la sorpresa, Hellinger demuestra una considerable admiración por el dictador de la II Guerra Mundial, Adolf Hitler, en sus libros y enseñanzas. Apunta que el asalto de Stauffenberg a Hitler falló, mientras que este último gozó de doce años de victoria ininterrumpida. Hellinger continúa con que también un poder apabullante tomó control de Hitler, forzándole a seguir con la marea hasta que llegó el tiempo de su derrota, ya que nadie puede sostenerla hasta el final. El año pasado*, la admiración de Hellinger por Hitler culminó cuando él y su esposa mucho menor, una psíquica sanadora conocida por el nombre de Maria Sophie Erdödy, se mudaron a Kleine Reichszanzlei, una villa en la que el Führer una vez poseyó en Berchtesgaden, cerca del borde austríaco. Hellinger afirmó que durante su búsqueda por un lugar para vivir en esa región, esta villa le fue ofrecida puramente por casualidad por un agente estatal. Hitler había escogido este punto por una mina de sal en las cercanías, a saber en Obersalzberg, de donde se decía ser una de las principales regiones de Europa poseyendo energías místicas. Esto habilitó a Hitler el conferir una cualidad mística a la doctrina de su Tercer Reich. Los críticos asumen que Hellinger también cree en estos poderes. Sin embargo, varias reacciones desconcertadas por habitantes locales y la prensa causaron que él, medio año después, se mudara al vecindario Villa Askania, donde pretende fundar un gran centro terapéutico. El último libro de Hellinger, titulado “Reflexiones Divinas” (“Gottesgedanken”) (B), el cual apareció por la misma época, contiene la siguiente casi oda lírica al Führer:
«Hitler,
Alguna gente te considera inhumano, como si alguien siquiera mereciera tal calificación. Yo te miro así como me miro a mí mismo: a saber, como un ser humano con un padre y una madre, y con una fe extraordinaria. ¿Te hace eso más grandioso? ¿O más pequeño? ¿Eres mejor o peor? Porque si eres más grande, entonces así lo soy. Y si eres más pequeño, entonces así lo soy. Si eres mejor o peor, entonces así lo soy. Pues soy un ser humano como tú. Si te respeto, entonces me respeto a mí mismo. Y si te detesto, entonces me detesto a mí mismo. ¿Se me permite, entonces, amarte? ¿Se supone, acaso, que te ame, ya que, de otro modo, no podría amarme a mí mismo? Cuando admito que eras un ser humano, tanto como lo soy yo, entonces se me induce a hacerlo por algo que nos gobierna a ambos de la misma forma, algo que causó tanto tu comienzo como el mío y también nuestro fin. ¿Cómo podría acaso excluirme a mí mismo de esta Causa excluyéndote a ti? ¿Cómo podría acaso culpar a esta Causa y erigirme por sobre ella culpándote a ti? Sin embargo, no puedo sentir piedad por ti, porque tu alzada y tu caída tuvieron su origen en la misma causa que la mía. Le ruego por ti así como por mí mismo, y me someto a todo lo que traiga en ti y a todo lo que traiga en mí así como en todo otro ser humano.»
Hola Josefina, me da gusto saludarte y conocerte. Me topé con esta entrada de tu post buscando el poema de Hellinger a Hitler y parece que es lo único que consigo. ¿Este es el poema completo o hay mayor información que pudieras compartirme? Muchas gracias!
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