Verdades que no deberían ser
ANTONIO JOSÉ MONAGAS | EL UNIVERSAL
miércoles 2 de septiembre de 2015 12:00 AM
Saber del amigo que se va de una forma trágica, más que una infausta noticia, constituye una fatídica conspiración de la vida contra el legítimo derecho de todo persona de compartir distintos momentos con quienes mejor pueden integrarse a toda situación que demande entusiasmo para alcanzar cualquier propósito de crecimiento personal, profesional y espiritual. Aunque en verdad deberá admitirse que cuando las realidades se tornan fustigadoras, pareciera que la vida está confabulando contra las ilusiones que todo ser humano busca disfrutar en su trance por este mundo de la manera menos desagradable. Es decir, en un plano de bienestar, salud y paz.
Sin embargo, las realidades son inexorables, infalibles, indistintamente del carácter de fatalidad o de felicidad que pueda afectar o beneficiar al hombre en su discurrir. La vida se torna casi como un juego con un único adversario: la incertidumbre. Ni siquiera la posibilidad de distinguir problemas bien estructurados de problemas no bien estructurados para así analizarlos a la luz de distintas perspectivas situacionales, garantiza un logro que coincida plenamente con las esperanzas o empeños que un individuo puede perfilarse frente a las limitaciones que le definen su tiempo y espacio. Este hecho de lidiar con la incertidumbre, aun cuando bastante mal definida, resulta difícil y hasta aventurado. Aunque sin embargo, a algo de ello comprende la planificación.
Aún así, la vida no deja de ser una escuela de probabilidades. O como dijera el escritor inglés, Samuel Butler, "la vida es el arte de sacar conclusiones suficientes, de premisas insuficientes". Ahí está el problema. Todo pareciera complicarse a medida que el interés por resolver dudas y reveses se magnifica. Quizás el hecho de ver la vida con alguna sencillez, hace que se comprenda mejor en aras de admitir las desavenencias que son propias de su acontecer. Para el también inglés Thomas Hobbes, teórico por excelencia del absolutismo político, "la vida es un perpetuo movimiento que si no puede progresar en línea recta, se desenvuelve en círculo". De esta forma, reconoce las obstrucciones en las que cualquier persona se ve atrapada sin que haya pretendido atascarse en ningún lugar.
El poeta colombiano Porfirio Barba Jacob, en su Canción a la Vida Profunda, entendió que vivir fue siempre el más difícil de las artes. Por eso habla de que hay días en que el hombre es tan móvil, fértil, sórdido, plácido, lúbrico y tan lúgubre, que ocurre un momento en que "discurren vientos ineluctables" Ese día se levan "anclas para jamás volver". Es "¡un día en que ya nadie nos puede retener!".
Sin duda que la vida no es un asunto fácil para nadie. Muchas veces luce complaciente, según las circunstancias que embarguen el instante en que se finaliza o se recrea. Pudiera inferirse que no hay viento favorable para quien no sabe a cuál puerto dirigir su barca. Y como en el fondo de todo seguirán habiendo razones que pesen sobre el hecho de cuestionar el destino de cada quien, podría ser acertado oponerse a verdades que no deberían ser.
antoniomonagas@gmail.com
Sin embargo, las realidades son inexorables, infalibles, indistintamente del carácter de fatalidad o de felicidad que pueda afectar o beneficiar al hombre en su discurrir. La vida se torna casi como un juego con un único adversario: la incertidumbre. Ni siquiera la posibilidad de distinguir problemas bien estructurados de problemas no bien estructurados para así analizarlos a la luz de distintas perspectivas situacionales, garantiza un logro que coincida plenamente con las esperanzas o empeños que un individuo puede perfilarse frente a las limitaciones que le definen su tiempo y espacio. Este hecho de lidiar con la incertidumbre, aun cuando bastante mal definida, resulta difícil y hasta aventurado. Aunque sin embargo, a algo de ello comprende la planificación.
Aún así, la vida no deja de ser una escuela de probabilidades. O como dijera el escritor inglés, Samuel Butler, "la vida es el arte de sacar conclusiones suficientes, de premisas insuficientes". Ahí está el problema. Todo pareciera complicarse a medida que el interés por resolver dudas y reveses se magnifica. Quizás el hecho de ver la vida con alguna sencillez, hace que se comprenda mejor en aras de admitir las desavenencias que son propias de su acontecer. Para el también inglés Thomas Hobbes, teórico por excelencia del absolutismo político, "la vida es un perpetuo movimiento que si no puede progresar en línea recta, se desenvuelve en círculo". De esta forma, reconoce las obstrucciones en las que cualquier persona se ve atrapada sin que haya pretendido atascarse en ningún lugar.
El poeta colombiano Porfirio Barba Jacob, en su Canción a la Vida Profunda, entendió que vivir fue siempre el más difícil de las artes. Por eso habla de que hay días en que el hombre es tan móvil, fértil, sórdido, plácido, lúbrico y tan lúgubre, que ocurre un momento en que "discurren vientos ineluctables" Ese día se levan "anclas para jamás volver". Es "¡un día en que ya nadie nos puede retener!".
Sin duda que la vida no es un asunto fácil para nadie. Muchas veces luce complaciente, según las circunstancias que embarguen el instante en que se finaliza o se recrea. Pudiera inferirse que no hay viento favorable para quien no sabe a cuál puerto dirigir su barca. Y como en el fondo de todo seguirán habiendo razones que pesen sobre el hecho de cuestionar el destino de cada quien, podría ser acertado oponerse a verdades que no deberían ser.
antoniomonagas@gmail.com
El Carabobeño 29 de Agosto de 2015 - 5:35 PM
Falleció Alicia Oliveros
Falleció Alicia Oliveros
Alicia Oliveros López, fallecida este sábado (Archivo) -
Alfredo Fermín
Alicia Oliveros López, sobresaliente animadora cultural, falleció este sábado en
su residencia de esta ciudad tras una larga enfermedad.
Presidió el Ateneo de Valencia de 1978 a 1980 donde desarrolló una recordada
gestión de promoción, creación y divulgación que continuó como directora de
Cultura del gobierno de Carabobo y como presidenta de la fundación Festivales
del Cabriales. En la vida social fue reconocida como una de las mujeres más
elegantes y distinguidas del país.
El velatorio tiene lugar en la funeraria Quo Vadis, al lado de la torre Exterior de
la avenida Bolívar donde, este domingo en la mañana, será celebrada una misa.
El sepelio se efectuará al mediodía en el Cementerio Jardines del Recuerdo.
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alicia-oliveros-#sthash.v2I733Np.dpuf
El Carabobeño 6 de Septiembre de 2015 - 10:55 AM
Alfredo Fermín || Hoy y Después En Valencia -
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/Alfredo-Fermn-
Hoy-y-Despus-En-Valencia#sthash.P4kHX3Zz.dpuf
El Carabobeño 6 de Septiembre de 2015 - 10:55 AM
Alfredo Fermín || Hoy y Después En Valencia -
Acabamos de despedir a Alicia Oliveros López, una dama que fue distinguida
y bella,
con una educación esmerada que le permitía opinar cuando sabía y callar
cuando
no estaba segura de lo que debía decir. Abelardo Raidi engalanaba
sus columnas
con su imagen, como testimonio del prestigio de belleza que tienen
las valencianas
y, en varias oportunidades, la crónica social especializada de
Caracas la
incluyó entre las damas más glamorosas del país. Pero el mayor
prestigio lo
logró nuestra amiga cuando se reveló como una admirable
animadora cultural,
al frente del Ateneo de Valencia que presidió entre 1978 y 1980.
Fue un período
de impulso a las Artes Visuales para lo cual se esmeró en la
selección de los
jurados del Salón Michelena, para otorgar los premios consagratorios
a artistas de reconocida trayectoria.
Para el Salón de 1978, en el jurado estuvieron el polémico crítico
Roberto Montero
Castro, Luis Guevara Moreno, Chrisitian Sorensen, Gonzalo Castellano,
Manuel
Espinoza y su tío José Enrique López, quienes otorgaron los primeros
premios
a Manuel Quintana Castillo y Edgr Sánchez. En 1979, en el jurado
estuvieron
Carlos Silva, Manuel Espinoza, Florelia Mariño, Luis Cubillán,
Perán Erminy y
Alejandro Otero. Los premiados fueron Humberto Jaimes Sánchez
y Régulo Pérez.
En el año 1980, aunque en el jurado estuvieron personalidades
como don Alfredo Boulton, el premio Michelena correspondió a Carlos
Hernández Guerra,
lo que produjo polémica porque en, verdad, es una obra mediocre.
No así la que ganó el premio Andrés Pérez Mujica, de Alirio Palacios.
En su gestión como presidenta del Ateneo esta institución mantuvo
una constante
actividad de presentaciones y de estímulo a la creación artística por el
respaldo
financiero que dieron el Consejo Nacional de la Cultura, la Universidad
de Carabobo
y el Ejecutivo del estado que aumentó el premio Michelena a 25 mil
bolívares
y dio estímulos considerables a la Bienal de Literatura José Rafael
Pocaterra.
En los últimos años Alicia Oliveros se retiró de la vida pública pero
estamos
seguros de que la comunidad cultural del país la recordará como a
una dama excepcional.
La Profesora Vitalia Muñoz de Chacín, recopiló en este libro las actas que
demuestran la labor hecha por cada una de las Presidentas del Ateneo de
Valencia hasta 1991. Recomendamos su consulta para conocer lo realizado
por Alicia Oliveros López a la cabeza de de dicha Institución entre 1978 y 1980.
y bella,
con una educación esmerada que le permitía opinar cuando sabía y callar
cuando
no estaba segura de lo que debía decir. Abelardo Raidi engalanaba
sus columnas
con su imagen, como testimonio del prestigio de belleza que tienen
las valencianas
y, en varias oportunidades, la crónica social especializada de
Caracas la
incluyó entre las damas más glamorosas del país. Pero el mayor
prestigio lo
logró nuestra amiga cuando se reveló como una admirable
animadora cultural,
al frente del Ateneo de Valencia que presidió entre 1978 y 1980.
Fue un período
de impulso a las Artes Visuales para lo cual se esmeró en la
selección de los
jurados del Salón Michelena, para otorgar los premios consagratorios
a artistas de reconocida trayectoria.
Para el Salón de 1978, en el jurado estuvieron el polémico crítico
Roberto Montero
Castro, Luis Guevara Moreno, Chrisitian Sorensen, Gonzalo Castellano,
Manuel
Espinoza y su tío José Enrique López, quienes otorgaron los primeros
premios
a Manuel Quintana Castillo y Edgr Sánchez. En 1979, en el jurado
estuvieron
Carlos Silva, Manuel Espinoza, Florelia Mariño, Luis Cubillán,
Perán Erminy y
Alejandro Otero. Los premiados fueron Humberto Jaimes Sánchez
y Régulo Pérez.
En el año 1980, aunque en el jurado estuvieron personalidades
como don Alfredo Boulton, el premio Michelena correspondió a Carlos
Hernández Guerra,
lo que produjo polémica porque en, verdad, es una obra mediocre.
No así la que ganó el premio Andrés Pérez Mujica, de Alirio Palacios.
En su gestión como presidenta del Ateneo esta institución mantuvo
una constante
actividad de presentaciones y de estímulo a la creación artística por el
respaldo
financiero que dieron el Consejo Nacional de la Cultura, la Universidad
de Carabobo
y el Ejecutivo del estado que aumentó el premio Michelena a 25 mil
bolívares
y dio estímulos considerables a la Bienal de Literatura José Rafael
Pocaterra.
En los últimos años Alicia Oliveros se retiró de la vida pública pero
estamos
seguros de que la comunidad cultural del país la recordará como a
una dama excepcional.
La Profesora Vitalia Muñoz de Chacín, recopiló en este libro las actas que
demuestran la labor hecha por cada una de las Presidentas del Ateneo de
Valencia hasta 1991. Recomendamos su consulta para conocer lo realizado
por Alicia Oliveros López a la cabeza de de dicha Institución entre 1978 y 1980.
/Alfredo-Fermn-
Hoy-y-Despus-En-Valencia#sthash.P4kHX3Zz.dpuf
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