Las mil palabras de Rayma
El Nacional 19 de setiembre 2014
No parece haber acuerdo sobre el origen de la caricatura. Su denominación proviene del italiano caricare (cargar, exagerar) y se dice que fue en Boloña, a finales del siglo XVI, donde se habría originado el oficio de caricaturista, en la escuela pictórica de la familia Carracci, cuyos alumnos se divertían a costa de los visitantes dibujándolos con rasgos animales en una especie de ingenua zoología fantástica que, al parecer, entusiasmó al eximio Gian Lorenzo Bernini.
No sabemos cuánto habrá de cierto en ello, pero quienes se ocupan del periodismo iconográfico otorgan a la caricatura y al dibujo humorístico honorables lugares en la historia de los medios impresos. Lo que sí sabemos, con seguridad, es que la caricatura es un recurso expresivo de contundente pegada y por ello se ha granjeado innumerables y terribles enemigos, especialmente en aquellas sociedades en las que la libertad de expresión es considerada un peligro y se le combate abiertamente.
En septiembre de 2005, el periódico danés Jyllands Posten publicó una serie de 12 ilustraciones satíricas relacionadas con la figura del profeta Mahoma <http://es.wikipedia.org/wiki/Mahoma> , lo cual motivó una rabiosa reacción de los sectores más radicales del fundamentalismo islámico. Amenazaron de muerte al caricaturista Kurt Westergaard y exigieron disculpas al gobierno danés, el cual por supuesto se negó a satisfacer tan destemplada petición.
No ha sido esa la primera vez ni la última que dibujos y dibujantes son condenados, satanizados, intimados y perseguidos. Goya, por ejemplo, fue blanco de objeciones y censuras; o Arcimboldo, cuando sus pinceles se atrevieron a pintar lo que los puristas consideraron formas grotescas o exageradas de expresar la realidad.
En Venezuela, la caricatura política ha provocado la ira de gobiernos y grupos intolerantes, ideológicamente próximos al fascismo, que no han vacilado en recurrir a la violencia para acallar a esos comunicadores que, con sus trazos, mucho saben expresar. Al respecto es pertinente recordar la paliza propinada a Leoncio Martínez, “Leo”, en 1937 por un grupo de jovenzuelos recalcitrantes fanáticos que equivocadamente decían actuar en nombre de la fe cristiana.
Los caricaturistas no necesitan palabras para contagiar sus reparos a un determinado personaje o acto público. Pero lo que ocurrió en tiempos de María Castañas, hoy sucede de nuevo. Aquí y ahora. Con Rayma Suprani, refinada dibujante que, con encomiable economía verbal y seguras líneas, compone ácidas, hermosas e irónicas viñetas que retratan nuestra realidad de un modo tan certero que reafirman la convicción (no por lugar común, inválida) de que una imagen vale más que mil palabras y que la más compleja de las ideas puede entrar fácilmente por los ojos.
Por eso, quizá, Andrés Eloy Blanco sostenía que “el caricaturista es lo único serio en materia de psicología plástica… No necesita humor e incluso puede hacer su trabajo disgustado… Cuando en su obra no hay risa, él es más verdadero, abnegado, humano y filósofo”.
Notitarde 19/09/2014 El Nacional 19 de setiembre 2014
No parece haber acuerdo sobre el origen de la caricatura. Su denominación proviene del italiano caricare (cargar, exagerar) y se dice que fue en Boloña, a finales del siglo XVI, donde se habría originado el oficio de caricaturista, en la escuela pictórica de la familia Carracci, cuyos alumnos se divertían a costa de los visitantes dibujándolos con rasgos animales en una especie de ingenua zoología fantástica que, al parecer, entusiasmó al eximio Gian Lorenzo Bernini.
No sabemos cuánto habrá de cierto en ello, pero quienes se ocupan del periodismo iconográfico otorgan a la caricatura y al dibujo humorístico honorables lugares en la historia de los medios impresos. Lo que sí sabemos, con seguridad, es que la caricatura es un recurso expresivo de contundente pegada y por ello se ha granjeado innumerables y terribles enemigos, especialmente en aquellas sociedades en las que la libertad de expresión es considerada un peligro y se le combate abiertamente.
En septiembre de 2005, el periódico danés Jyllands Posten publicó una serie de 12 ilustraciones satíricas relacionadas con la figura del profeta Mahoma <http://es.wikipedia.org/wiki/Mahoma> , lo cual motivó una rabiosa reacción de los sectores más radicales del fundamentalismo islámico. Amenazaron de muerte al caricaturista Kurt Westergaard y exigieron disculpas al gobierno danés, el cual por supuesto se negó a satisfacer tan destemplada petición.
No ha sido esa la primera vez ni la última que dibujos y dibujantes son condenados, satanizados, intimados y perseguidos. Goya, por ejemplo, fue blanco de objeciones y censuras; o Arcimboldo, cuando sus pinceles se atrevieron a pintar lo que los puristas consideraron formas grotescas o exageradas de expresar la realidad.
En Venezuela, la caricatura política ha provocado la ira de gobiernos y grupos intolerantes, ideológicamente próximos al fascismo, que no han vacilado en recurrir a la violencia para acallar a esos comunicadores que, con sus trazos, mucho saben expresar. Al respecto es pertinente recordar la paliza propinada a Leoncio Martínez, “Leo”, en 1937 por un grupo de jovenzuelos recalcitrantes fanáticos que equivocadamente decían actuar en nombre de la fe cristiana.
Los caricaturistas no necesitan palabras para contagiar sus reparos a un determinado personaje o acto público. Pero lo que ocurrió en tiempos de María Castañas, hoy sucede de nuevo. Aquí y ahora. Con Rayma Suprani, refinada dibujante que, con encomiable economía verbal y seguras líneas, compone ácidas, hermosas e irónicas viñetas que retratan nuestra realidad de un modo tan certero que reafirman la convicción (no por lugar común, inválida) de que una imagen vale más que mil palabras y que la más compleja de las ideas puede entrar fácilmente por los ojos.
Por eso, quizá, Andrés Eloy Blanco sostenía que “el caricaturista es lo único serio en materia de psicología plástica… No necesita humor e incluso puede hacer su trabajo disgustado… Cuando en su obra no hay risa, él es más verdadero, abnegado, humano y filósofo”.
Caricaturista despedida por El Universal denuncia "censura"
Rayma: La firma de Chávez fue la gota que derramó el vaso
- La caricaturista Rayma Suprani, quien fue despedida este miércoles del diario El Universal, comentó que la caricatura publicada en el diario con la firma del ex presidente Hugo Chávez “fue la gota que derramó el vaso”. (Cortesía//Rayma Suprani / )
Con información de EFE, AP, La Patilla y Unión Radio
Caracas, septiembre 18.- La caricaturista Rayma Suprani, quien fue despedida el pasado miércoles del diario El Universal, comentó que la caricatura publicada en el mismo con la firma del ex presidente Hugo Chávez "fue la gota que derramó el vaso".
En la imagen dibujada por Rayma se ven dos electrocardiogramas, uno con la palabra salud y una línea con picos altos y bajos, y otra debajo que dice salud de Venezuela que comienza con la firma de Hugo Chávez y sigue con una línea plana.
"Yo utilicé la firma como una crítica, como un aporte negativo porque se ha politizado la salud, tenemos un cuadro bastante deplorable, es una situación grave y al ponerle ese espejo al Gobierno, molesta mucho", afirmó Suprani en el programa "Aquí entre nos", de Unión Radio.
Recordó que "el miércoles se publicó mi última caricatura en El Universal, se me notificó en la tarde que había molestado mucho la caricatura a (Jesús) Abreu Anselmi, el nuevo director, y que debido a eso se había decidido mi salida".
Por ahora, la caricaturista adelantó que próximamente estará evaluando las posibilidades de irse a otro medio de comunicación. "A mis lectores les digo que continuaré trabajando", señaló Rayma al reiterar que pese a la situación del país, no planea irse de Venezuela.
Para Suprani, que trabajó 19 años para El Universal, "esto obviamente es una situación de censura". Éste no fue el primer episodio denunciado por Rayma, pues el pasado 3 de agosto afirmó que una caricatura suya fue "censurada" por el diario.
Renuncia articulista en solidaridad con Rayma
La articulista María Isabel Párraga anunció ayer su renuncia al diario El Universal en solidaridad con Rayma Suprani. "Acabo de renunciar a @ElUniversal donde tenía más de 18 años como articulista. El despido de Rayma fue demasiado para mi estómago", escribió en su cuenta de Twitter.
La articulista María Isabel Párraga anunció ayer su renuncia al diario El Universal en solidaridad con Rayma Suprani. "Acabo de renunciar a @ElUniversal donde tenía más de 18 años como articulista. El despido de Rayma fue demasiado para mi estómago", escribió en su cuenta de Twitter.
Sntp: Despido de Rayma atenta contra la libertad de prensa
El secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, Marco Ruiz, afirmó el jueves a la AP que el despido de Rayma "es una muestra de cómo en Venezuela ya no hay un ejercicio pleno de la libertad de prensa y se ha intensificado la censura
El secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, Marco Ruiz, afirmó el jueves a la AP que el despido de Rayma "es una muestra de cómo en Venezuela ya no hay un ejercicio pleno de la libertad de prensa y se ha intensificado la censura
Notitarde 19/09/2014
Redacción de El Universal se pronunció ante despido de Rayma
- Rayma ya no estará con nosotros, pero en la redacción de El Universal (papel, web y revista Estampas), permanece un equipo de casi 120 profesionales decididos a defender con las armas del intelecto y de la convicción democrática, los espacios para informar al país, a pesar de las restricciones y la censura crecientes, apegados a los principios éticos que justifican la existencia de nuestro gremio. (Abc de España / )
Especial
Caracas, septiembre 18.- La redacción de El Universal se pronunció este jueves, a través de un comunicado divulgado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, sobre el despido de la caricaturista Rayma Suprani del referido diario.
Texto del comunicado
Nosotros, periodistas y demás integrantes de la redacción del diario El Universal, nos vemos en la obligación de dirigirnos al país en general y particularmente a nuestros lectores, por segunda vez en un mes, dada la decisión del presidente del diario, Jesús Abreu Anselmi, de despedir la tarde del miércoles 17, a nuestra colega, Rayma Suprani, quien desde hace 19 años venía ocupándose de la viñeta de la Sección de Opinión.
Nosotros, periodistas y demás integrantes de la redacción del diario El Universal, nos vemos en la obligación de dirigirnos al país en general y particularmente a nuestros lectores, por segunda vez en un mes, dada la decisión del presidente del diario, Jesús Abreu Anselmi, de despedir la tarde del miércoles 17, a nuestra colega, Rayma Suprani, quien desde hace 19 años venía ocupándose de la viñeta de la Sección de Opinión.
Rayma ganó en estas dos décadas gran proyección nacional e internacional y el aprecio de miles de lectores y seguidores en las redes sociales, gracias a los espacios de los que dispuso con entera libertad en nuestras páginas. Lamentamos que no siga con nosotros y lo valoramos como uno de los costos mayores que la nueva administración del diario paga por amoldarse a una línea editorial favorable a los intereses del Gobierno nacional, y que pretende matizar una realidad agobiante para los venezolanos de todos los estratos sociales.
La nueva administración ha argumentado que el insulto y el irrespeto son las únicas limitaciones para expresarse en las páginas de opinión. Es potestad de la empresa administrar esa sección y compartimos ese argumento, pero advertimos que no puede emplearse como un ardid para censurar o limitar la expresión de voces críticas.
Conviene recordar que la Relatora para la Libertad de Expresión de la Cidh, Catalina Botero, dijo a este diario hace cuatro años que "la libertad de expresión protege la libre circulación de todas las opiniones e ideas, así éstas resulten chocantes o perturbadoras para los funcionarios públicos o para una parte de la sociedad. Ésas son justamente las exigencias de una sociedad pluralista y democrática".
Rayma ya no estará con nosotros, pero en la redacción de El Universal (papel, web y revista Estampas), permanece un equipo de casi 120 profesionales decididos a defender con las armas del intelecto y de la convicción democrática, los espacios para informar al país, a pesar de las restricciones y la censura crecientes, apegados a los principios éticos que justifican la existencia de nuestro gremio.
Queremos hacer público nuestro emplazamiento al señor Abreu Anselmi para que explique a todos los trabajadores de esta empresa, más allá de los integrantes de esta redacción, cómo espera él conciliar su discurso de "paz laboral" y de "hacerla económicamente viable", con una decisión como la que nos ocupa y que boicotea el anunciado propósito de recuperar la confianza perdida. Desde el cambio de propietarios, ocurrido en julio, miles de lectores, fieles por décadas, han dejado de comprar el diario, y los pocos anunciantes que aún quedan en el país con posibilidad de invertir, perderán todo interés en participar en la preventa programada para el último trimestre de persistir la censura.
Ratificamos que seguiremos vigilantes ante cualquier pretensión que atente contra el libre ejercicio de nuestra profesión y el derecho de la ciudadanía a estar informada.
eL nACIONAL 23 DE SEPTIEMBRE 2014 - 12:01 AM
La caricatura y el poder
Lo digo directamente: es herencia de Hugo Chávez o resultado intrínseco de su mala gestión el desastre que se vive en el sector salud. No lo digo yo, solamente lo dice mucha gente y se escribe en diversos periódicos. Incluso algunos medios audiovisuales, solo algunos, hasta muestran imágenes de la tragedia nacional que se vive en hospitales públicos y también clínicas privadas. Escribo esto y con seguridad no causa escozor, no revuelve conciencias. La vida sigue. Muy diferente es cuando una caricatura, como la de Rayma, sintetiza en una imagen cómo el sector salud está en coma y eso lleve la firma del comandante Chávez.
La caricatura ha sido censurada históricamente. En Venezuela precisamente a los caricaturistas se les persiguió y encarceló con saña en el siglo XX. En este siglo se les censura, se les calla. O deberíamos decir se les intenta acallar. La constitución de redes sociales, teniendo como plataforma Internet, permiten que finalmente el mensaje se difunda. Pero en el fondo la lógica sigue siendo la misma, el poder puede tolerar la crítica escrita, pero no cuando la crítica se representa en una caricatura, cuando se caricaturiza al poder.
Una de las primeras señales que dio Hugo Chávez de que no iba a tolerar la crítica fue por allá por el año 2000. En una cadena nacional increpó al maestro Zapata: “¿Cuánto te pagaron, Zapata?”, le preguntó Chávez. El hombre de poder no concebía que la opinión del caricaturista fuese propia, sino que había sido comprada.
Zapata, Rayma o Edo así como tantos caricaturistas venezolanos no solo no tienen precio, y lo vienen demostrando con creces, sino que en verdad se conectan con la tradición venezolana en su campo. La caricatura es una suerte de contrapoder y no porque el caricaturista posea riquezas o domine al Estado; tiene el poder –enorme, por cierto– de caricaturizar, de ridiculizar, a aquellos que sí ejercen el poder. El hombre de poder se asume en un estrado diferente, ajeno o a salvo de la crítica pública. Y la caricatura no solo lo hace terrenal, sino que lo cuestiona de tú a tú. Por eso, desde mi punto de vista, a los caricaturistas siempre se les condena o se les censura, especialmente en los régimenes que se pretenden absolutos, eternos.
La salida de Rayma del diario El Universal, previa censura sobre su trabajo, evidencia al menos dos cosas. Este periódico, quien sea que lo haya comprado, fue comprado para no molestar al poder. Por esa razón, en primera instancia se enfilaron las acciones para vaciar las páginas de opinión de aquellos puntos de vista incómodos. La caricaturista, sin duda, simbolizaba esta opinión que incomodaba al poder, en la medida en que podía ridiculizarlo. Sale Rayma y quien sea que ocupe su lugar en las páginas de El Universal entrará sabiendo que no puede molestar al poder.
La segunda cosa que evidencia este despido de Rayma es que reina la autocensura. Como suele suceder, censurar un contenido potencia el mensaje que se iba a dar. Pasa a ser emblema de protestas, como se ve en algunos lugares; da la vuelta al mundo como le está dando. La caricatura ya deja de ser una más para pasar a ser un símbolo contra el autoritarismo.
@infocracia
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