Arte y funcionalidad se mezclan para crear mobiliario urbano
Patio sur del terminal Río Tuy cuenta con muebles que son obras de arte
Sillas y mesas fueron creadas con concreto y lámina estriada de hierro por el escultor venezolano Luben Damianoff KISAÍ MENDOZA
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ANYIMAR COVA LUGO | EL UNIVERSAL
sábado 15 de septiembre de 2012 12:00 AM
Concreto y lámina estriada de hierro son materiales comúnmente usados en el área de la construcción. Pero fue el escultor Luben Damianoff quien descubrió en ellos la posibilidad de crear obras de arte que sirven de mobiliario urbano.
Fue gracias a esto que los muebles de cemento que había en el patio sur del terminal Río Tuy (detrás de los locales comerciales) fueron sustituidos por tres mesas, 12 sillas, dos bancos largos y un banco árbol que el artista elaboró a la medida para esta área pública.
La propuesta de mobiliario que consolidó tomó forma después que ganó el concurso lanzado por el Gobierno de Distrito Capital, a través de la Corporación de Servicios Municipales, para amoblar este espacio con piezas no solo decorativas sino útiles y resistentes.
"La idea era redefinir y dar concepto estético a los materiales que la gente está acostumbrada a ver en puertas de seguridad, para convertirlos en otra cosa. Fue un trabajo bien exigente porque no son fácilmente maleables (...) A partir de un proceso artesanal logramos algo que cumple con medidas industriales", acota Damianoff.
Un mes y medio fue lo que tomó crear las piezas para el jardín sur del terminal, que se elaboraron con la ayuda técnica de los escultores Aldo González y Eulises Salmerón, y del señor Amadeo Bravo. Mientras que tres semanas es lo que se han llevado en las que, el lunes de 17 de septiembre, comenzarán a instalar en el patio norte.
Entre los dos espacios se podrá brindar asiento a 87 personas, un cifra muy por encima a los 20 puestos de los que inicialmente disponía el lugar. Los jardines son usados no solo por los pasajeros en tránsito de la terminal sino por quienes pasean por la plaza Diego Ibarra.
El diseño del mobiliario se hizo a partir de un plano del lugar y tomando como base la tridimensionalidad de las figuras.
Los materiales quedaron en su estado más puro: el concreto en obra limpia y la lámina estriada oxidada, aunque recubierta con un protector para evitar que manche a los usuarios. "Quería que se vieran como son. Además es un material que la gente no se va a llevar", apunta sobre piezas que, a la intemperie, pueden mantenerse en perfecto estado por un año.
"Es bonito ver como interactúan las personas con la plaza y los muebles pero también el equilibrio que logramos con la naturaleza", dice en referencia al banco árbol que instaló alrededor de una robusta planta y que sirve como protección.
Es la primera vez que elabora mobiliario urbano y dice que sus próximas propuestas se mantendrán en la misma línea.
Fue gracias a esto que los muebles de cemento que había en el patio sur del terminal Río Tuy (detrás de los locales comerciales) fueron sustituidos por tres mesas, 12 sillas, dos bancos largos y un banco árbol que el artista elaboró a la medida para esta área pública.
La propuesta de mobiliario que consolidó tomó forma después que ganó el concurso lanzado por el Gobierno de Distrito Capital, a través de la Corporación de Servicios Municipales, para amoblar este espacio con piezas no solo decorativas sino útiles y resistentes.
"La idea era redefinir y dar concepto estético a los materiales que la gente está acostumbrada a ver en puertas de seguridad, para convertirlos en otra cosa. Fue un trabajo bien exigente porque no son fácilmente maleables (...) A partir de un proceso artesanal logramos algo que cumple con medidas industriales", acota Damianoff.
Un mes y medio fue lo que tomó crear las piezas para el jardín sur del terminal, que se elaboraron con la ayuda técnica de los escultores Aldo González y Eulises Salmerón, y del señor Amadeo Bravo. Mientras que tres semanas es lo que se han llevado en las que, el lunes de 17 de septiembre, comenzarán a instalar en el patio norte.
Entre los dos espacios se podrá brindar asiento a 87 personas, un cifra muy por encima a los 20 puestos de los que inicialmente disponía el lugar. Los jardines son usados no solo por los pasajeros en tránsito de la terminal sino por quienes pasean por la plaza Diego Ibarra.
El diseño del mobiliario se hizo a partir de un plano del lugar y tomando como base la tridimensionalidad de las figuras.
Los materiales quedaron en su estado más puro: el concreto en obra limpia y la lámina estriada oxidada, aunque recubierta con un protector para evitar que manche a los usuarios. "Quería que se vieran como son. Además es un material que la gente no se va a llevar", apunta sobre piezas que, a la intemperie, pueden mantenerse en perfecto estado por un año.
"Es bonito ver como interactúan las personas con la plaza y los muebles pero también el equilibrio que logramos con la naturaleza", dice en referencia al banco árbol que instaló alrededor de una robusta planta y que sirve como protección.
Es la primera vez que elabora mobiliario urbano y dice que sus próximas propuestas se mantendrán en la misma línea.
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