Reconocimiento por la lucha y desarrollo de la entidad
Gobernador otorgó Orden
“Sol de Carabobo”
a 99 personalidades
Jiselia Navarro Vega
Valencia, 7 septiembre 2012.- El gobernador de Carabobo, Henrique Fernando Salas, entregó la orden “Sol de Carabobo” en su única clase a 99 profesores, luchadores sociales, deportistas, comerciantes, médicos, abogados, artistas y otras personalidades que trabajan día a día por el desarrollo de la región y del país; la actividad se realizó en Capitolio este jueves.
El poeta José Joaquín Burgos, articulista de esta casa editora fue uno de los honrados y dijo sentirse emocionado por recibir la condecoración más importante que entrega el estado.
El poeta José Joaquín Burgos, articulista de esta casa editora fue uno de los honrados y dijo sentirse emocionado por recibir la condecoración más importante que entrega el estado.
(Profesor en la jerga penitenciaria hay una escatólogica expresión que maneja el mismo sentido
metafórico que Ud. en sus "Indocencias" sabatinas por Notitarde en las que se hace la víctima siempre,
mientras regodea medias verdades con sus "girondinas" idiomáticas ¿Qué es Profesor Burgos, busca
que tanto la Alcaldía y la Gobernación del Estado le mojen el dulce?) Nunca creí ver ésto...y ojo soy "pollera" no salista
Durante la entrega de la orden “Sol de Carabobo” el Gobernador intervino para destacar el esfuerzo de Francisco Sequera mejor conocido como “El papelonero de La Aragüita” de quien comentó “este hombre ha levantado su familia vendiendo papelón con limón desde hace más de 40 años”.
De igual manera se refirió a la ex concejal y dirigente vecinal Luvi Chacín: “es una pionera en los 80, se hablaba de que en una comunidad para defenderse y la seguridad inventaron unos pitos, la creadora de esos pitos fue ella”.
Palabras de agradecimiento
Mientras, José Dionisio Morales, abogado y honrado con la Orden, ofreció las palabras de gratitud por parte de los condecorados donde expresó “el Sol de Carabobo tiene una simbología mágica y espiritual y su arraigo en esta región no es casual, el Sol de Carabobo tiene el origen providencial de la casualidad que le otorga esta tierra primorosa y promisoria la encomienda obligante de la lucha por la libertad y por la esperanza”.
Morales describió la orden Sol de Carabobo como un amanecer con rayos luminosos que pujan por salir “la Libertad y la Democracia se levantan en el horizonte, la noche comienza a declinar en unidad lograremos cambiar el presente, viva el Sol de Carabobo”.
Para finalizar, el Gobernador destacó que la entrega de la orden Sol de Carabobo era el máximo reconocimiento que otorgan los carabobeños por la lucha y trabajo constante por hacer del estado una mejor ciudad. ?
Notitarde 07-09-12
Durante la entrega de la orden “Sol de Carabobo” el Gobernador intervino para destacar el esfuerzo de Francisco Sequera mejor conocido como “El papelonero de La Aragüita” de quien comentó “este hombre ha levantado su familia vendiendo papelón con limón desde hace más de 40 años”.
De igual manera se refirió a la ex concejal y dirigente vecinal Luvi Chacín: “es una pionera en los 80, se hablaba de que en una comunidad para defenderse y la seguridad inventaron unos pitos, la creadora de esos pitos fue ella”.
Palabras de agradecimiento
Mientras, José Dionisio Morales, abogado y honrado con la Orden, ofreció las palabras de gratitud por parte de los condecorados donde expresó “el Sol de Carabobo tiene una simbología mágica y espiritual y su arraigo en esta región no es casual, el Sol de Carabobo tiene el origen providencial de la casualidad que le otorga esta tierra primorosa y promisoria la encomienda obligante de la lucha por la libertad y por la esperanza”.
Morales describió la orden Sol de Carabobo como un amanecer con rayos luminosos que pujan por salir “la Libertad y la Democracia se levantan en el horizonte, la noche comienza a declinar en unidad lograremos cambiar el presente, viva el Sol de Carabobo”.
Para finalizar, el Gobernador destacó que la entrega de la orden Sol de Carabobo era el máximo reconocimiento que otorgan los carabobeños por la lucha y trabajo constante por hacer del estado una mejor ciudad. ?
CON ESTA COLUMNA , QUERIDO
PROFESOR, LA CAGO, REFRENDANDO
SU VERDADERA PRAVDA
SU VERDADERA PRAVDA
Notitarde 07-09-12
Vanitas
Quiérase o no, la vanidad siempre anda buscando cómo metérsele a uno y ponerle una máscara de aquella que los clásicos llamaban “personam tragicam”, es decir: “máscara, careta de tragedia”; o mejor dicho, disfrazarlo, cambiarle la fachada, inflarlo… y a lo mejor por eso es que uno suele conseguirse en cualquier ocasión o sitio a personajes que en puridad de puridades no son lo que parecen (o lo que presumen, mejor) sino individuos sencillamente inflados por el trabajo que en ellos hace la vanidad…
Y viene a cuento decirlo, porque entre los anzuelos preferiblemente usados por la vanidad para hacer su trabajo, los reconocimientos, premios, honores, condecoraciones son sus preferidos. ¿Y usted sabe tipo inflado? El que recibe un diploma, una medalla, una condecoración… ¡y eso es más peligroso que andar como un mono con una hojilla, como dice el refrán… En el caso específico que ha motivado esta “indocencia”, la razón es que por indudable generosidad del Consejo de la Orden Sol de Carabobo, se me ha otorgado esta máxima condecoración del estado Carabobo y tal decisión –debo admitirlo- rebasa los límites de mi propia vanidad. Yo amo a esta tierra desde lo más profundo de mi corazón coromotano. Y Carabobo ha sido, desde mi niñez la gloria de la grandeza histórica de nuestro pueblo, que cuando llevó sus tropas a otros pueblos no fue para adueñarse de ellos sino para liberarlos. Y eso se representa, históricamente, en un gran símbolo: el Sol de Carabobo. Por eso, llevar en el pecho una medalla que lo represente, es razón para sentir el mayor de los orgullos, sobre todo cuando su otorgamiento no obedece a razones circunstanciales sino a la generosidad de quienes ven en uno a un ciudadano fiel a la memoria y a los valores invariables de la dignidad nacional y de la herencia bolivariana. En verdad, los honores no se mendigan, pero tampoco se rechazan. Y cuando son como éste que me ha otorgado el gobierno carabobeño, se lucen como un verdadero sol que alumbre, desde el propio pecho, todo el amor que sentimos por el pueblo hijo de esta tierra de gracia. Mi gratitud eterna brillará, por esto, en el altar del corazón.
Y viene a cuento decirlo, porque entre los anzuelos preferiblemente usados por la vanidad para hacer su trabajo, los reconocimientos, premios, honores, condecoraciones son sus preferidos. ¿Y usted sabe tipo inflado? El que recibe un diploma, una medalla, una condecoración… ¡y eso es más peligroso que andar como un mono con una hojilla, como dice el refrán… En el caso específico que ha motivado esta “indocencia”, la razón es que por indudable generosidad del Consejo de la Orden Sol de Carabobo, se me ha otorgado esta máxima condecoración del estado Carabobo y tal decisión –debo admitirlo- rebasa los límites de mi propia vanidad. Yo amo a esta tierra desde lo más profundo de mi corazón coromotano. Y Carabobo ha sido, desde mi niñez la gloria de la grandeza histórica de nuestro pueblo, que cuando llevó sus tropas a otros pueblos no fue para adueñarse de ellos sino para liberarlos. Y eso se representa, históricamente, en un gran símbolo: el Sol de Carabobo. Por eso, llevar en el pecho una medalla que lo represente, es razón para sentir el mayor de los orgullos, sobre todo cuando su otorgamiento no obedece a razones circunstanciales sino a la generosidad de quienes ven en uno a un ciudadano fiel a la memoria y a los valores invariables de la dignidad nacional y de la herencia bolivariana. En verdad, los honores no se mendigan, pero tampoco se rechazan. Y cuando son como éste que me ha otorgado el gobierno carabobeño, se lucen como un verdadero sol que alumbre, desde el propio pecho, todo el amor que sentimos por el pueblo hijo de esta tierra de gracia. Mi gratitud eterna brillará, por esto, en el altar del corazón.
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