Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Valencia se ha distinguido por la tradición cultural y artística, que desde épocas muy lejanas se han visto adornadas por el interés hacia las Bellas Artes


13 septiembre 2012

Martha Barroeta || Taller de Fantasía

Breve paseo musical por Carabobo
Valencia se ha distinguido por la tradición cultural y artística, que desde épocas muy lejanas se han visto adornadas por el interés hacia las Bellas Artes; ha sido cuna de innumerables agrupaciones y conjuntos musicales, de cuyos integrantes podríamos exponer las mejores referencias, pues han ofrecido su don natural a la ciudad, y también han cosechado éxitos en el resto del país y el extranjero.
La Casa Páez, hoy, remozada casona valenciana, sigue siendo fiel testigo de las cálidas veladas musicales que se presenciaron una y otra vez; en sus paredes se deja oír el eco de los pianísimos acordes que acariciaron las sonoras teclas blanquecinas en una graciosa sonatina, o las maravillosas cualidades acústicas de un violín tocando un vals en staccato.
Fue la antigua casa del general Páez, quien albergó por varios años las inquietudes artísticas de la ciudad, es así como la escuela de ballet “Nina Nikanorova” y la escuela de artes plásticas “Arturo Michelena” despliegan sus actividades en el histórico recinto hasta 1956, cuando son trasladadas a la calle Libertad, detrás de la Sanidad de Valencia, donde aun continúan trabajando.
Luego vinieron destacados músicos carabobeños, cuyas actuaciones sobresalientes han inmortalizado el genuino sentimiento musical carabobeño. Tenemos al compositor Augusto Brandt, cuyo violín enamorado mereció galardones en el exterior, donde desempeñó una extensa labor en Europa y Nueva York, y la admiración en su tierra. Luego viene Sebastián Díaz Peña, a quien debemos la música del Himno Oficial del estado Carabobo. En Valencia nace en 1770 Manuel Leoncio Rodríguez, compositor, pianista y violinista. En su polifacética vida sabemos que recibió su título de doctor en Ciencias Políticas en Caracas y también fundó y dirigió una revista musical llamada: Las Bellas Artes. En 1922 se crea la Banda “Gómez” pues la Banda del estado, hoy conocida como Banda del estado “24 de junio”, estaba cesante, cuyas actuaciones en la plaza Mayor en actos oficiales merecen nuestro respeto al escuchar las gloriosas notas del Himno Nacional y el Himno del estado. También han tenido otras actuaciones rescatándose un poco la olvidada retreta dominical o música de antaño.
La Orquesta de la Sociedad “El bello sexo artístico” estaba integrada por elegantes señoritas de la sociedad valenciana, cuyos instrumentos ejecutados eran entre otros: El violín, el cello y la flauta.
“Nunca me iré de tu vida, ni tú de mi corazón...” así comienza “Desesperanza”. Es quizás la pieza más difundida de doña María Luisa Escobar, autora también de “Canto Caribe”; “Todo azul”, “Naranjas de Valencia”; etcétera. Fina compositora, quien recibirá permanentemente nuestros aplausos.
mebarroeta@hotmail.com

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