SÁBADO, 8 DE MARZO DE 2014
Quirón y Plutón: Transmutación sanadora
Tomado del blog "Termómetro Zodiacal" de Pedro González Silva
Quirón, astro conocido como el sanador herido, pues su influencia marca experiencias dolorosas, frustrantes, pero a la vez enriquecedoras y sanadoras, está desde Piscis en contacto con Plutón en Capricornio, planeta que destruye viejas estructuras para permitir un renacer, una transformación.
Este contacto de ambos astros es poderoso, pues los dos son planetas de lenta órbita, por lo que su efecto es prolongado; además es intenso, porque ambos remueven lo más profundo de nuestra psique, donde yacen nuestros complejos, temores, y experiencias fuertes que han pasado a formar parte del subconsciente.
La distancia en la que están estos dos astros uno de otro, es de 60 grados, es decir, astrológicamente se trata de un sextil, aspecto que favorece la fluidez en la comunicación o en los procesos de la mente, y es por ello que en este caso, es un ciclo propicio para que afloren todos nuestros “demonios”, los miedos, fobias, resistencias, resentimientos, traumas, y podamos drenarlos, expresarlos y transmutarlos.
Cuando hablamos de transmutación, nos referimos a que cuando afloren todas esas cosas ocultas en nuestra mente subconsciente, tenemos la oportunidad de reconocerlas, confrontarlas, superarlas y disolverlas, y entrar a un nuevo estado vibratorio más elevado.
Quirón nos da una misión de enseñar y ayudar a los demás, basados en nuestras propias experiencias dolorosas, y al hacerlo logramos una retroalimentación sanadora, porque finalmente deberemos aplicar a nosotros mismos los consejos que podamos dar a los demás, o hacer por nosotros mismos lo que hacemos por otros.
Bajo la influencia de Plutón deberemos aprender a cerrar ciclos, a desprendernos de viejos esquemas y condicionamientos, abrirnos al cambio, comenzar a ver las cosas desde otro punto de vista, permitir que nazca en nosotros lo nuevo, evitando conductas reactivas, automáticas, y para eso tenemos que hacer el propósito de cambiar de rutina, de comportamiento, derrumbar prejuicios, disolver traumas que nos han moldeado y provocan conductas repetitivas que debemos trascender para realmente renovar nuestras vidas.
Este es el ciclo de la vida: algo debe morir en nosotros para que nazca lo nuevo. Así pasa con nuestras células, así debe ocurrir con nuestras experiencias.
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