FERNANDO MIRES, INTELECTUAL CHILENO
"Antiimperialismo de Maduro puede ser la ruina de Cuba"
"Haber destrozado la oposición fue un gran éxito de Fidel Castro. Chávez nunca pudo hacerlo"
El intelectual y profesor Fernando Mires dictó una conferencia en París (Andreína Mujica)
MARÍA PLAZA | ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
lunes 3 de junio de 2013
París.-Invitado por la Mesa de Unidad en Francia, el destacado intelectual y profesor universitario, Fernando Mires, dictó recientemente una conferencia en la Maison de l'Amérique Latine en París. Allí, consultado sobre el tema de la injerencia castrocomunista, dijo que podrían darse sorpresas.
Poco inquieto, él piensa que la relación entre Cuba y Venezuela puede cambiar en función de las condiciones internas de la isla caribeña, dada la edad de Raúl Castro, y como consecuencia del proceso de cambios económicos que viene avanzando al interior de la sociedad cubana.
El escándalo de la supuesta grabación de Mario Silva, rindiéndole informe al agente del G-2, Aramís Palacios, ha agudizado las tensiones en torno a este asunto. Hay quienes aseguran que el país no podrá librarse de la hegemonía que ejerce la dictadura castrista, y que Venezuela ya se ha convertido definitivamente en un apéndice de Cuba.
-¿Son justificados esos temores ?
-Tarde o temprano, las reformas económicas que está haciendo Raúl Castro, van a tener que transformarse en reformas políticas. Entonces, pudiera incluso ocurrir que las transformación de Cuba impulse la transformación de Venezuela, y no al revés, como todos están pensando. Hay mucha efervescencia en Cuba, se han abierto algunos espacios. Además, Raúl Castro quiere hacer méritos para que le levanten simbólicamente el embargo, porque quiere ser reconocido por Estados Unidos. Si Raúl Castro se convierte en un interlocutor de los Estados Unidos, ¿en dónde quedaría el antiimperialismo de Maduro? Eso podría posibilitar su ruina.
-Hay una diferenciación clara de dos bandos opuestos en el oficialismo, según consientan o no la injerencia cubana. ¿Podría la oposición beneficiarse, apoyando la política de uno u otro sector en esta confrontación?
-Sería una locura y un suicidio apoyar a una de estas dos facciones, en contra de la otra.
-¿En lo que usted llama poschavismo, ¿podría la oposición convivir e interactuar en la escena política nacional con el PSUV y otros grupos de la misma tendencia?
-Habría que esperar el surgimiento de una tercera facción del chavismo. Una facción que yo llamaría 'romántica' y que podría plantearse la recuperación del 'chavismo originario'. Si es que aparece, porque hasta ahora no ha aparecido.
-Piensa que la posibilidad de una dictadura que se eternice en Venezuela, puede venir de la voluntad de Cuba ?
-Mas bien puede venir de la hipotética aparición de un militar mesiánico que asalte el poder presentándose como un continuador de la obra de Chávez. Pero lo dudo.
-¿Puede afirmarse seriamente que Venezuela es otra Cuba?
-Las condiciones son distintas. El pueblo venezolano ha aprendido mucho en los últimos diez años, han logrado una capacidad de organización que nunca la oposición cubana ha alcanzado. Jamás la oposición cubana ha logrado ni la milésima parte de lo que se ha logrado en Venezuela. En Cuba hay una oposición altamente fraccionada, muy dividida. Se odian más entre ellos que al gobierno de Raúl Castro. Ese fue uno de los grandes éxitos de Fidel Castro, haber destrozado la oposición. En Venezuela no, Chávez nunca pudo hacerlo. Aún en los peores momentos, la oposición salía con su 40% (en las elecciones). Por otra parte, la legitimación de Castro viene de que luchó contra una dictadura, mientras que Chávez luchó contra la democracia.
-La historia cubana se ha ido quedando oculta bajo la leyenda de la revolución comunista.
-Antes de Castro los cubanos habían vivido dos revoluciones democráticas, y varios gobiernos salidos de las urnas. El mismo Batista, después de dejar el Ejército, participó en unas elecciones donde, con el apoyo del Partido Comunista Cubano y otros partidos, resultó electo democráticamente para gobernar entre 1940 y 1944.
-Chávez quería, más que nada, ser como Fidel, pero usted también lo encuentra muy parecido a otro dictador cubano.
-Hay muchos elementos comunes entre Batista y Chávez. Los dos eran mestizos, los dos venían del Ejército, los dos tenían un enorme apoyo popular, y los dos se levantaron en contra de la corrupción. Hay dos Batistas, el Batista populista y el Batista dictador.
-Su análisis sobre los paralelismos entre Cuba y Venezuela, confirma que la tradición democrática no es una vacuna contra dictaduras.
-Había una tradición democrática fuerte en Cuba. Y a esa misma tradición pertenecía Fidel Castro, que incluso en 1952 fue candidato a diputado por el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo). De allí, la genialidad satánica de Castro, que hizo que un pueblo olvidara su propia historia.
-¿Cómo lograr el apoyo de la comunidad internacional para la causa democrática venezolana?
-Partiendo de mi experiencia chilena, les digo que no esperen nada de la ayuda internacional. Nada. Hasta ahora ningún proceso de democratización se ha adelantado sobre la base de la ayuda internacional. Ni en Venezuela, ni en ninguna parte, ni antes, ni ahora tampoco. Miren como están las cosas en Europa, están peores que en América Latina. Putin ha cometido terribles genocidios en Chechenia; en Ucrania hay presos políticos por allá y por acá; Lukachenco se roba las elecciones cada seis meses; en Hungría el gobierno llama a una lucha contra los gitanos. Y nadie dice nada ! Todo esto en la bella Europa. ¿Van a esperar ustedes que en América Latina se la van a jugar por la democracia en Venezuela? No. Lo que si puede lograrse es una mayor sensibilización de la opinión pública, pero no de los gobiernos. Los gobiernos le hacen más caso a la opinión pública que al derecho internacional.
Poco inquieto, él piensa que la relación entre Cuba y Venezuela puede cambiar en función de las condiciones internas de la isla caribeña, dada la edad de Raúl Castro, y como consecuencia del proceso de cambios económicos que viene avanzando al interior de la sociedad cubana.
El escándalo de la supuesta grabación de Mario Silva, rindiéndole informe al agente del G-2, Aramís Palacios, ha agudizado las tensiones en torno a este asunto. Hay quienes aseguran que el país no podrá librarse de la hegemonía que ejerce la dictadura castrista, y que Venezuela ya se ha convertido definitivamente en un apéndice de Cuba.
-¿Son justificados esos temores ?
-Tarde o temprano, las reformas económicas que está haciendo Raúl Castro, van a tener que transformarse en reformas políticas. Entonces, pudiera incluso ocurrir que las transformación de Cuba impulse la transformación de Venezuela, y no al revés, como todos están pensando. Hay mucha efervescencia en Cuba, se han abierto algunos espacios. Además, Raúl Castro quiere hacer méritos para que le levanten simbólicamente el embargo, porque quiere ser reconocido por Estados Unidos. Si Raúl Castro se convierte en un interlocutor de los Estados Unidos, ¿en dónde quedaría el antiimperialismo de Maduro? Eso podría posibilitar su ruina.
-Hay una diferenciación clara de dos bandos opuestos en el oficialismo, según consientan o no la injerencia cubana. ¿Podría la oposición beneficiarse, apoyando la política de uno u otro sector en esta confrontación?
-Sería una locura y un suicidio apoyar a una de estas dos facciones, en contra de la otra.
-¿En lo que usted llama poschavismo, ¿podría la oposición convivir e interactuar en la escena política nacional con el PSUV y otros grupos de la misma tendencia?
-Habría que esperar el surgimiento de una tercera facción del chavismo. Una facción que yo llamaría 'romántica' y que podría plantearse la recuperación del 'chavismo originario'. Si es que aparece, porque hasta ahora no ha aparecido.
-Piensa que la posibilidad de una dictadura que se eternice en Venezuela, puede venir de la voluntad de Cuba ?
-Mas bien puede venir de la hipotética aparición de un militar mesiánico que asalte el poder presentándose como un continuador de la obra de Chávez. Pero lo dudo.
-¿Puede afirmarse seriamente que Venezuela es otra Cuba?
-Las condiciones son distintas. El pueblo venezolano ha aprendido mucho en los últimos diez años, han logrado una capacidad de organización que nunca la oposición cubana ha alcanzado. Jamás la oposición cubana ha logrado ni la milésima parte de lo que se ha logrado en Venezuela. En Cuba hay una oposición altamente fraccionada, muy dividida. Se odian más entre ellos que al gobierno de Raúl Castro. Ese fue uno de los grandes éxitos de Fidel Castro, haber destrozado la oposición. En Venezuela no, Chávez nunca pudo hacerlo. Aún en los peores momentos, la oposición salía con su 40% (en las elecciones). Por otra parte, la legitimación de Castro viene de que luchó contra una dictadura, mientras que Chávez luchó contra la democracia.
-La historia cubana se ha ido quedando oculta bajo la leyenda de la revolución comunista.
-Antes de Castro los cubanos habían vivido dos revoluciones democráticas, y varios gobiernos salidos de las urnas. El mismo Batista, después de dejar el Ejército, participó en unas elecciones donde, con el apoyo del Partido Comunista Cubano y otros partidos, resultó electo democráticamente para gobernar entre 1940 y 1944.
-Chávez quería, más que nada, ser como Fidel, pero usted también lo encuentra muy parecido a otro dictador cubano.
-Hay muchos elementos comunes entre Batista y Chávez. Los dos eran mestizos, los dos venían del Ejército, los dos tenían un enorme apoyo popular, y los dos se levantaron en contra de la corrupción. Hay dos Batistas, el Batista populista y el Batista dictador.
-Su análisis sobre los paralelismos entre Cuba y Venezuela, confirma que la tradición democrática no es una vacuna contra dictaduras.
-Había una tradición democrática fuerte en Cuba. Y a esa misma tradición pertenecía Fidel Castro, que incluso en 1952 fue candidato a diputado por el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo). De allí, la genialidad satánica de Castro, que hizo que un pueblo olvidara su propia historia.
-¿Cómo lograr el apoyo de la comunidad internacional para la causa democrática venezolana?
-Partiendo de mi experiencia chilena, les digo que no esperen nada de la ayuda internacional. Nada. Hasta ahora ningún proceso de democratización se ha adelantado sobre la base de la ayuda internacional. Ni en Venezuela, ni en ninguna parte, ni antes, ni ahora tampoco. Miren como están las cosas en Europa, están peores que en América Latina. Putin ha cometido terribles genocidios en Chechenia; en Ucrania hay presos políticos por allá y por acá; Lukachenco se roba las elecciones cada seis meses; en Hungría el gobierno llama a una lucha contra los gitanos. Y nadie dice nada ! Todo esto en la bella Europa. ¿Van a esperar ustedes que en América Latina se la van a jugar por la democracia en Venezuela? No. Lo que si puede lograrse es una mayor sensibilización de la opinión pública, pero no de los gobiernos. Los gobiernos le hacen más caso a la opinión pública que al derecho internacional.
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