Lectura Tangente
Notitarde 21/06/2014 Giordani, el espejo
- Lucy Gómez (Notitarde / )
Lucy Gómez
Las reacciones de la oposición respecto a la salida de Giodani fueron de esperar. Casi felicidad, risa, chistes y retuits a más no poder. "Déjame disfrutarla", le dije a una amiga. Porque aunque con un pésimo estilo redaccional, le da la razón a la oposición en la descripción y diagnóstico de decenas de problemas graves y agobiantes que tenemos. Pero la reacción chavista, no me la imaginaba.
Primero, al siguiente día del documento, no se encuentra en el campo del Gobierno ni un solo defensor de Giordani. A lo que más llegan algunos, es a reconocerle casi con pesadumbre que estuvo al lado de Chávez como encargado de nuestra economía durante más de diez años y que eso debe ser respetable. Y/o, que por lo menos se sintió en el deber de presentar sus cuentas, cosa que muy poca gente hace en este país. El grupo de radicales del socialismo "y que" económico, que con él estuvo opuesto a la concentración de capitales en manos de grandes capitalistas rojos, en el manejo de Pdvsa como una caja personal de los presidentes de la República y de la casa matriz y que hacían gala de pureza bolivariana contra la supuesta derecha interna, pervertidora de los verdaderos valores de la revolución, no abrió la boca.
Las razones pueden ser muchas. La primera, el instinto de conservación. Es sabida la poca democracia interna que se ejerce en el Gobierno, tanto es así, que una petición que está consagrada en los estatutos del Psuv, como la elección libre y directa de sus autoridades, al ser reclamada por algunos, ocasionó el reciente rechazo destemplado del presidente Maduro y del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, quien los mandó a fundar otro partido. Si se apoya a Giordani abiertamente, uno puede terminar execrado, abatido y despedido de donde esté.
La segunda razón es que de verdad Giordani se haya quedado sin un solo partidario. Si algo es cierto, es que los controles para evitar la apropiación de los dineros de la revolución son un ideal antiguo del socialismo, ampliamente burlado en este siglo por la práctica elemental del uso de las redes financieras, para poner un solo aspecto del asunto a examen. Por ejemplo, nadie va a controlar con unas carpetitas, unos archivos y unos fiscales subpagados, unos capitales que vuelan por las redes bancarias de todo el mundo, cuyos dueños tienen además información de primera mano de los planes de la República. Los grandes robos no se produjeron en la adjudicación de dólares a personas, sino a grandes empresas que llegaron a tener poder suficiente como para evaporar 20 mil millones de dólares, sin que quedara un solo documento que el Gobierno pudiera usar para señalar culpables. Y a quien se le chispoteó el asunto, la ex presidenta del Banco Central de Venezuela, Edmée Betancourt, quedó fuera instantáneamente del Gobierno por señalar el problemilla. Es el mismo caso de los mil y pico de millones de dólares que se evaporaron entre Caracas y la Zona Libre de Colón en Panamá. Los inversores venezolanos, testaferros del Gobierno, o del Gobierno mismo, no se van a auto inculpar. No dudo que en el chavismo haya gente que repudie estas prácticas, pero la anticuadísima manera de Giordani de entender la economía, facilitó la enorme corrupción de hoy. A lo mejor por eso no tiene dolientes.
Sin quererlo, todos los que han atacado a Giordani, sin embargo, le han hecho un reconocimiento. Después de las lamentaciones, las acusaciones de deslealtad, las conclusiones hiperlógicas como aquella de escribir la carta después de que lo botaron ("por qué no lo dijo antes"), le dan la razón, describiendo, cada uno en su estilo, que la situación del país es altamente peligrosa para la continuidad en el poder del socialismo. Coinciden con el profesor en el diagnóstico: Las carencias, la hiperinflación, el robo, las prácticas "antirrevolucionarias" que se hacen para quedarse en el poder, el incremento "inesperado" de la pobreza, sabotean la permanencia de su partido en la Presidencia.
Sin quererlo, todos los que han atacado a Giordani, sin embargo, le han hecho un reconocimiento. Después de las lamentaciones, las acusaciones de deslealtad, las conclusiones hiperlógicas como aquella de escribir la carta después de que lo botaron ("por qué no lo dijo antes"), le dan la razón, describiendo, cada uno en su estilo, que la situación del país es altamente peligrosa para la continuidad en el poder del socialismo. Coinciden con el profesor en el diagnóstico: Las carencias, la hiperinflación, el robo, las prácticas "antirrevolucionarias" que se hacen para quedarse en el poder, el incremento "inesperado" de la pobreza, sabotean la permanencia de su partido en la Presidencia.
Comparten el miedo de Giordani: Que 15 años de "revolución bolivariana" se pueden ir por un caño, por ineficiencia, por comodidad, por ladronismo. Ninguno admite su pedazo de culpa, pero todos admiten la de los gobiernos de Chávez y Maduro, describen casi con asombro la Venezuela de Cadivi y las expropiaciones que arruinaron la producción, de las colas para comprar comida, de las cifras crecientes de muertos durante los fines de semana. Creen deslindarse con la crítica al caído, de las culpas por ayudar a la perpetuación de un régimen incapaz de cuidar, abastecer y enriquecer al país, una camarilla cuyo nombre estará unido en el futuro al hambre, la injusticia, la inseguridad y la escasez venezolana.
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