Guerra entre dinosaurios
La carta de Giordani publicada en Aporrea(...), ha desatado todos los demonios en el seno del oficialismo
MARTA COLOMINA | EL UNIVERSAL
domingo 22 de junio de 2014 12:00 AM
Algunos piensan que con el despido del dinosaurio político que es Jorge Giordani, el debilitado Nicolás Maduro tendrá las manos libres para iniciar las reformas que el país necesita, a fin de sacarlo de la debacle económica y social incubada en la corrupción y otros grandes males del Socialismo del Siglo XXI. Sin embargo, si desmontamos el largo año de Maduro en Miraflores con un Giordani "ninguneado", comprobamos que no tiene el conocimiento necesario para tomar las medidas que frenen la naciente recesión y que está maniatado, no por la obsolescencia de las ideas de Giordani, sino por su dependencia de los Castro y del chantaje de los grupos radicales que ejercen la violencia exigida por el propio Maduro para permanecer en el poder.
La carta de Giordani publicada en Aporrea al ser despedido como ministro de Planificación, ha desatado todos los demonios en el seno del oficialismo. En 9 páginas relata su estrecha relación con el difunto Chávez y de cómo, juntos, elaboraron los tres grandes "objetivos" de la revolución: 1) sacar del abandono a los grupos sociales "postergados"; 2) desmontar la máquina de poder que tenían instalados (sic) los grupos externos e internos que usufructuaron el excedente petrolero (lo ilustra con la "recuperación" de Pdvsa, de las concesiones petroleras, del BCV, del control del comercio exterior, de la tierra en poder del latifundio y de las comunicaciones públicas), además de "alinear" a las FANB con los intereses populares, y 3) crear un aparato público que en lo productivo dominara sectores clave de la producción. Giordani da una visión idílica de esos 3 objetivos, como si hubieran sido logrados en vida de Chávez, cuando 1) la realidad ya apuntaba a un crecimiento de la pobreza (inocultable hoy), enorme desabastecimiento e inflación que afectan a los más pobres. Recordemos la célebre frase de Giordani al general Lameda cuando este le propuso un plan para acabar con la pobreza: "la revolución necesita que haya pobres para seguir en el poder"; 2) el "desmontaje de los grupos de poder" dio paso a los boliburgueses que asaltaron las reservas internacionales con sus empresas de maletín; 3) el aparato público de producción arrasó con la agricultura e industrias nacionales y exacerbó las importaciones, hasta que se acabaron las reservas y desembocamos en un país endeudado, con hambre, escasez, enfermedades y azotado por el hampa.
Convencer al chavismo radical de que con el dúo Chávez -Giordani el país iba por buen camino, y que el legado del difunto está siendo destruido por Maduro y Rafael Ramírez (con Pdvsa devenida en ente autónomo del poder central) es el objetivo de la carta. En ella acusa a Maduro de "no frenar la corrupción, haber aumentado el gasto público improductivo, de la destrucción del Ministerio de Finanzas, Banco Central y Pdvsa ; de la dispersión del poder y la improvisación de cuadros sin experiencia". Concluye con la frase que ha desatado los demonios en el "madurismo": "duele y alarma ver una Presidencia que no transmite liderazgo (... ) y la clara sensación de vacío de poder". En síntesis, el dinosaurio Giordani que acabó con las casas de bolsa al poner interventores gansteriles que salieron millonarios, califica al dinosaurio Maduro de corrupto, carente de liderazgo y dilapidador.
"La salida de Giordani desnuda la crisis en manejo de la economía" escribe Salmerón (EU 19-6-14) y así lo demuestran los artículos en Aporrea a favor o en contra de Giordani: "Déjese de contrabandos ideológicos y asuma la responsabilidad que ha tenido en todo lo que ha ocurrido en este país en los últimos 15 años", dice Rodolfo Sanz; Raúl Bracho escribe "La puñalada trapera de Giordani", y Teófilo Santaella cree que "se ha evaporado el legado de Chávez". Es imposible criticar el contenido de la carta sin hacer alusión a la gran crisis que afecta terriblemente a los más pobres: "¿Y la producción nacional? ¿y la inflación? ¿y la devaluación? Y el sistema cambiario? Esa v... no es con Giordani?". Escribe José Gregorio Blanco en Aporrea.
Jorge Rodríguez pide "lealtad ante los días difíciles por venir", mientras Maduro carente de credibilidad , apela a la muletilla del "pueblo" como "vanguardia revolucionaria que no ha sido entendida por algunos escribidores". Al respecto, el muy crítico Nicmer Evans en Aporrea dice que Maduro tuvo a Giordani en el gobierno como un "jarrón chino", la misma función de "decorado" asignada al pueblo.
No hay nada de qué alegrarse porque mientras esta guerra se da entre dinosaurios, la MUD está muda; prohíben la salida del país a María Corina; y Leopoldo, los alcaldes, Simonovis y los estudiantes siguen presos y víctimas de la represión.
mcolomina@gmail.com
La carta de Giordani publicada en Aporrea al ser despedido como ministro de Planificación, ha desatado todos los demonios en el seno del oficialismo. En 9 páginas relata su estrecha relación con el difunto Chávez y de cómo, juntos, elaboraron los tres grandes "objetivos" de la revolución: 1) sacar del abandono a los grupos sociales "postergados"; 2) desmontar la máquina de poder que tenían instalados (sic) los grupos externos e internos que usufructuaron el excedente petrolero (lo ilustra con la "recuperación" de Pdvsa, de las concesiones petroleras, del BCV, del control del comercio exterior, de la tierra en poder del latifundio y de las comunicaciones públicas), además de "alinear" a las FANB con los intereses populares, y 3) crear un aparato público que en lo productivo dominara sectores clave de la producción. Giordani da una visión idílica de esos 3 objetivos, como si hubieran sido logrados en vida de Chávez, cuando 1) la realidad ya apuntaba a un crecimiento de la pobreza (inocultable hoy), enorme desabastecimiento e inflación que afectan a los más pobres. Recordemos la célebre frase de Giordani al general Lameda cuando este le propuso un plan para acabar con la pobreza: "la revolución necesita que haya pobres para seguir en el poder"; 2) el "desmontaje de los grupos de poder" dio paso a los boliburgueses que asaltaron las reservas internacionales con sus empresas de maletín; 3) el aparato público de producción arrasó con la agricultura e industrias nacionales y exacerbó las importaciones, hasta que se acabaron las reservas y desembocamos en un país endeudado, con hambre, escasez, enfermedades y azotado por el hampa.
Convencer al chavismo radical de que con el dúo Chávez -Giordani el país iba por buen camino, y que el legado del difunto está siendo destruido por Maduro y Rafael Ramírez (con Pdvsa devenida en ente autónomo del poder central) es el objetivo de la carta. En ella acusa a Maduro de "no frenar la corrupción, haber aumentado el gasto público improductivo, de la destrucción del Ministerio de Finanzas, Banco Central y Pdvsa ; de la dispersión del poder y la improvisación de cuadros sin experiencia". Concluye con la frase que ha desatado los demonios en el "madurismo": "duele y alarma ver una Presidencia que no transmite liderazgo (... ) y la clara sensación de vacío de poder". En síntesis, el dinosaurio Giordani que acabó con las casas de bolsa al poner interventores gansteriles que salieron millonarios, califica al dinosaurio Maduro de corrupto, carente de liderazgo y dilapidador.
"La salida de Giordani desnuda la crisis en manejo de la economía" escribe Salmerón (EU 19-6-14) y así lo demuestran los artículos en Aporrea a favor o en contra de Giordani: "Déjese de contrabandos ideológicos y asuma la responsabilidad que ha tenido en todo lo que ha ocurrido en este país en los últimos 15 años", dice Rodolfo Sanz; Raúl Bracho escribe "La puñalada trapera de Giordani", y Teófilo Santaella cree que "se ha evaporado el legado de Chávez". Es imposible criticar el contenido de la carta sin hacer alusión a la gran crisis que afecta terriblemente a los más pobres: "¿Y la producción nacional? ¿y la inflación? ¿y la devaluación? Y el sistema cambiario? Esa v... no es con Giordani?". Escribe José Gregorio Blanco en Aporrea.
Jorge Rodríguez pide "lealtad ante los días difíciles por venir", mientras Maduro carente de credibilidad , apela a la muletilla del "pueblo" como "vanguardia revolucionaria que no ha sido entendida por algunos escribidores". Al respecto, el muy crítico Nicmer Evans en Aporrea dice que Maduro tuvo a Giordani en el gobierno como un "jarrón chino", la misma función de "decorado" asignada al pueblo.
No hay nada de qué alegrarse porque mientras esta guerra se da entre dinosaurios, la MUD está muda; prohíben la salida del país a María Corina; y Leopoldo, los alcaldes, Simonovis y los estudiantes siguen presos y víctimas de la represión.
mcolomina@gmail.com
La otra carta
Decir toda la verdad es lo único que puede medio aliviar mi aporreada conciencia
GERVER TORRES | EL UNIVERSAL
domingo 22 de junio de 2014 12:00 AM
Valiéndome de alta tecnología, pude hackear la conciencia del ministro Giordani y he aquí parte del texto de la carta que estuvo a punto de escribir:
"Después de muchos años de participación en el régimen que gobierna Venezuela, me siento obligado a decirle a nuestro pueblo la verdad de lo que ha sido mi gestión y la del gobierno del cual he formado parte. Decir toda la verdad es lo único que puede medio aliviar mi aporreada conciencia. Comienzo por la conclusión: esta revolución no tiene destino. Hemos fracasado rotundamente. Hemos fracasado a pesar de los extraordinarios recursos económicos con los cuales hemos contado y de la enorme fe que durante mucho tiempo el pueblo venezolano tuvo en nosotros. No tenemos perdón. Nuestro desastre es de magnitud histórica. No quisimos atender a las lecciones de la historia. Intentamos montar un modelo de economía socialista que ya había fracasado en muchas otras partes. Pensaba que nosotros sí -ahora no entiendo bien por qué- lo haríamos funcionar. Nunca imaginé que luego de llenar de controles la economía por todas partes, igual tendríamos la inflación más alta del mundo. Nunca imaginé que imponiendo un control de cambio férreo terminaríamos con un mercado negro que tiene el diferencial más alto con el tipo de cambio oficial que se conozca en el mundo. Nunca imaginé que habiéndonos propuesto liberarnos de la dependencia petrolera, llevaríamos al país a su máximo nivel histórico de dependencia del crudo. Nunca imaginé que habiendo gastado tanto dinero en las empresas de producción social, las cooperativas, las comunas, los fundos zamoranos, terminaríamos por convertir la economía venezolana en una economía de puertos, en la cual prácticamente todo se importa. Nunca imaginé que la expropiación de tantas empresas productivas terminaría por arruinarlas completamente. Nunca imaginé que esos controles solo servirían para que la corrupción hiciera metástasis en todo el régimen...".
gerver@liderazgoyvision.org
"Después de muchos años de participación en el régimen que gobierna Venezuela, me siento obligado a decirle a nuestro pueblo la verdad de lo que ha sido mi gestión y la del gobierno del cual he formado parte. Decir toda la verdad es lo único que puede medio aliviar mi aporreada conciencia. Comienzo por la conclusión: esta revolución no tiene destino. Hemos fracasado rotundamente. Hemos fracasado a pesar de los extraordinarios recursos económicos con los cuales hemos contado y de la enorme fe que durante mucho tiempo el pueblo venezolano tuvo en nosotros. No tenemos perdón. Nuestro desastre es de magnitud histórica. No quisimos atender a las lecciones de la historia. Intentamos montar un modelo de economía socialista que ya había fracasado en muchas otras partes. Pensaba que nosotros sí -ahora no entiendo bien por qué- lo haríamos funcionar. Nunca imaginé que luego de llenar de controles la economía por todas partes, igual tendríamos la inflación más alta del mundo. Nunca imaginé que imponiendo un control de cambio férreo terminaríamos con un mercado negro que tiene el diferencial más alto con el tipo de cambio oficial que se conozca en el mundo. Nunca imaginé que habiéndonos propuesto liberarnos de la dependencia petrolera, llevaríamos al país a su máximo nivel histórico de dependencia del crudo. Nunca imaginé que habiendo gastado tanto dinero en las empresas de producción social, las cooperativas, las comunas, los fundos zamoranos, terminaríamos por convertir la economía venezolana en una economía de puertos, en la cual prácticamente todo se importa. Nunca imaginé que la expropiación de tantas empresas productivas terminaría por arruinarlas completamente. Nunca imaginé que esos controles solo servirían para que la corrupción hiciera metástasis en todo el régimen...".
gerver@liderazgoyvision.org
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