Gustavo Vaamonde: “El 23 de Enero está muy lejos en el tiempo”
—En los años 50 celebraban la semana de la patria. ¿Por qué ya no la del 23 de Enero?
—Porque las nuevas generaciones ven este hecho muy lejos en el tiempo y han aparecido, o mejor dicho, se han querido imponer nuevas celebraciones.
—¿La arenga del 4-F?
—Para un sector del país sí, pero para su mayoría calificada, no.
—¿Qué queda del espíritu del 23 de Enero?
—La conciencia democrática y el anhelo perenne de libertad de la sociedad venezolana. Aquí no se pasan ni digieren las dictaduras.
—¿El error macro de la democracia?
—La excesiva permisividad con mucha gente. Sus líderes no pensaron en una renovación estratégica y el modelo se agotó. Tampoco consolidaron la conciencia de amor por el país entre varias generaciones; soy testigo de esto.
—¿Una historia como la actual?
—Por la angustia diaria que estamos viviendo, la del bloqueo de las costas venezolanas en 1902 por las flotas alemanas e italianas; hubo mucho miedo entre los venezolanos del momento.
—¿Y el miedo de este momento?
—Miedo por la falta de repuestos, medicinas o a que se acaben los productos cuando llegas a la punta de la cola. Durante el gomecismo se usó el miedo como estrategia de intimidación colectiva. Y más atrás, a finales del siglo XVIII, cuando las autoridades monárquicas implementaron la política del miedo para contener la independencia que se aproximaba.
—Venezuela es un historial de…
—Búsqueda de la libertad como escribió Hegel, y de gente brillante, de talla universal.
—¿Un parlamento como el actual?
—Mmmm… Difícil, ¡me rasparon! Pero el que más se le parece el de 1848, que se opuso a José Tadeo Monagas y éste lo mandó a asaltar, por cierto, durante el mes de enero…¡Qué casualidad!
—¿El parlamento admirable?
—No debo discriminar, pero mi preferido es el que se instaló en marzo de 1811 en Caracas: un Congreso autónomo y autóctono, sin referentes históricos, que se enfrentaba al poderío español.
—¿La historia más repetida?
—Repetida y fastidiosa como barajita de álbum: la épica, de epopeya y militarista historia de nuestra independencia.
—¿El verdadero rostro de Bolívar?
—El que él mismo dijo que se parecía a su rostro, me imagino luego de verse en el espejo, el que pintó José Gil de Castro en Lima, en 1825.
—¿La mejor etapa de la Fuerza Armada Nacional?
—Cuando se estructuró institucionalmente, después de 1910, durante el gomecismo, y acabó con las montoneras en el país.
—¿Una FAN como la actual?
—La FAN fue y ha sido pilar de la estructura institucional del Estado venezolano, pero hoy algunos de sus componentes se han apartado del pueblo a quien se debe. No la conozco bien con tantas subdivisiones e incorporaciones, como las milicias bolivarianas.
—¿Tiene el venezolano conciencia histórica?
—Sí, porque como han comprobado los especialistas, ésta va en los genes, se hereda, la familia te la inculca y se vive bajo sus principios. Es casi una ley.
—¿Qué pasa cuando un país olvida su historia?
—¡Wow! Difícil de digerir. Es una sociedad sin rumbo y sin identidad. No me lo imagino.
—¿Una historia de historieta?
—¡Me volvieron a raspar! Podría ser la del bachaqueo, pero pudieran editar la de Juan Francisco de León y su hijo, en 1740, cuando defendieron la “patria” de la vorágine provocada por la Compañía Guipuzcoana.
—¿El presidente que ha dado la "mayor suma de felicidad posible"?
—Guzmán Blanco, ya que su ego era del tamaño de la tierra y siempre pensó que había logrado esto.
—¿El que ha enfrentado realmente “la planta insolente del extranjero”?
—Creo que Guaicaipuro, si confiamos en lo que escribieron los españoles que lo enfrentaron.
—¿La historia la escriben los vencedores?
—Siempre, y uno que otro derrotado que logró escapar de la paliza.
—¿Escribe historia la MUD?
—Sí, es protagonista del momento político que estamos viviendo.
—¿Un hecho que se asemeje a los 25.000 muertos anuales por la violencia?
—¡Ufff! Doloroso pensar en los hermanos que han perdido la vida de forma violenta. El deslave de Vargas se le asemeja, ¡una tragedia!
—¿A qué siglo llevó a Venezuela el socialismo del siglo XXI?
—Muchas personas, intelectuales, militantes y otros actores políticos venían desarrollando esta doctrina desde la década de 1960. Lo que vivimos es una consecuencia de esto.
—¿Aprende el connacional de su historia reciente?
—Sí, mucho, ¡qué orgullo! El rumbo que están tomando los acontecimientos y la actitud de la mayoría de los venezolanos de todos los sectores ante estos lo confirma.
—¿Un hecho reciente que se acerque al 23 de Enero?
—Difícil, porque los hechos históricos son únicos. En aquella fecha se salió de un régimen político que perdió legitimidad y conexión con la sociedad.
—¿Entre la MUD y aquella Junta Patriótica?
—Las guió un proyecto de semejantes proporciones. La lideraron civiles. Fueron la expresión de un sector mayoritario de la sociedad que quería “cambios”. Sólo que la MUD no fue clandestina y se consolidó en una opción política triunfadora en las elecciones del 6-D, sin buscar apoyos militares.
—¿Integraban militares la Junta de 1957?
—En principio no, se integraron pocas semanas antes del 23 de Enero.
—¿Vislumbra otro 23 de Enero?
—Siempre que estén dadas las condiciones ocurrirá, pero lo veo inviable, por el contexto histórico que estamos viviendo.
—¿Un TSJ como el actual en la historia?
—El del gomecismo.
—¿Qué pasaría en Venezuela si, ante la arbitrariedad, a la revolución “cívico-militar” le saliese su junta patriótica?
—No me imagino un choque de trenes, pero la “conciencia histórica” democrática y pacifista de la mayoría de los venezolanos haría que las cosas se dirimiesen por otro camino.
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