Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

sábado, 30 de enero de 2016

En su reflexión, Francisco dijo que "el pobre más miserable es quien no acepta reconocerse como tal. Cree que es rico, pero en realidad es el más pobre de los pobres". "Cuanto mayor es el poder y la riqueza a su disposición, tanto mayor puede llegar a ser este engañoso ofuscamiento", agregó.

El papa pide despertar las conciencias, aletargadas ante la pobreza

Para Francisco sólo en el amor al prójimo y al más necesitado "está la respuesta a la sed de felicidad y de amor infinitos que el hombre -engañándose- cree poder colmar con los ídolos del saber, del poder y del poseer".

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Francisco dijo que el pobre más miserable es quien no acepta reconocerse como tal. Cree que es rico
EL UNIVERSAL
martes 26 de enero de 2016  08:01 AM
Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco pidió hoy que el Jubileo de la Misericordia sirva para despertar la conciencia "muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza", en el mensaje publicado hoy para la Cuaresma, el periodo que precede a la Semana Santa para los católicos.

En el mensaje, Francisco recordó el tema de este Año Santo que comenzó el pasado 8 de diciembre y concluirá el 20 de noviembre al explicar que "las obras de misericordia transforman el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel", informó Efe.

"Ellas nos recuerdan que nuestra fe se traduce en gestos concretos y cotidianos, destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu", agregó.

Para Francisco estas obras de misericordia tanto corporales como espirituales a las que están llamados los fieles durante este año, y en especial durante el tiempo de la Cuaresma, "serán un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina".

Entre ellos, el pontífice argentino recordó la necesidad de cercanía "aún más cuando el pobre es el hermano o la hermana en Cristo que sufren a causa de su fe".

En su reflexión, Francisco dijo que "el pobre más miserable es quien no acepta reconocerse como tal. Cree que es rico, pero en realidad es el más pobre de los pobres".

"Cuanto mayor es el poder y la riqueza a su disposición, tanto mayor puede llegar a ser este engañoso ofuscamiento", agregó.

Este comportamiento para Francisco puede derivar en un "soberbio delirio de omnipotencia" y en el creerse Dios, y "puede asumir formas sociales y políticas, como han mostrado los totalitarismos del siglo XX", denunció.

Ante ello, advirtió también de las actuales "ideologías del pensamiento único y de la tecnociencia, que pretenden hacer que Dios sea irrelevante y que el hombre se reduzca a una masa para utilizar".

Así como, la actual "idolatría del dinero" que, como consecuencia, hace que "las personas y las sociedades más ricas se vuelven indiferentes al destino de los pobres, a quienes cierran sus puertas, negándose incluso a mirarlos".

Para Francisco sólo en el amor al prójimo y al más necesitado "está la respuesta a la sed de felicidad y de amor infinitos que el hombre -engañándose- cree poder colmar con los ídolos del saber, del poder y del poseer". 

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