Babalawos pronostican un año de revolución para Venezuela
El signo Iroso Ogundá o Iroso Toldá será el que dicte la vida de los venezolanos este 2016. Los próximos 366 días estarán marcados por diferencias irreversibles y confrontaciones por el poder, según las predicciones de los integrantes de la casa religiosa denominada Ilé Ifá Olá
Venezuela podría vivir un año de revolución, enfrentamientos y traición, según las predicciones que los babalawos o sacerdotes de Ifá hicieron para este 2016.
Los integrantes de la familia religiosa denominadaIlé Ifá Olá se reunieron este viernes en Caracas para determinar la “Letra del año”, la interpretación de “los mensajes del cielo” que hacen cada primero de enero para pronosticar el destino del país.
El signo Iroso Ogundá o Iroso Toldá será el que dicte la vida de los venezolanos los próximos 366 días. Esta letra sagrada advierte diferencias irreversibles y confrontaciones por el poder, escenarios donde estarán presentes Ogún (santo de la guerra) y Oshún (santo del amor). A estas deidades gobernantes, especialmente la primera, tendrán que encomendarse todos los creyentes para esquivar los conflictos que afrontará la nación.
“Lo que ya vivimos en este año que recién terminó es un ápice de lo que viene este 2016”, aseguró Tony Madriz, conocido en la religión Yoruba como Awo Oyekún Batrupon.
Para él, la situación política se tornará cada vez más radical. “Aquí no se llegará a ningún tipo de acuerdo en el ámbito gubernamental para que el país empiece a evolucionar. Habrá barreras y los perjudicados seremos todos aquellos que vivimos dentro de estas fronteras”, explicó al interpretar una historia del signo en la cual el perro y el conejo nunca arreglaron sus diferencias.
La trampa está siempre presente en Iroso Toldá. “Ifá habla del sustituto, la sustitución de un personaje importante en el país por una traición o un desplazamiento. Incluso puede haber una muerte repentina y esto podría generar un confrontación mucho más cerrada”, sostuvo Madriz.
Martín Orozco, Awo Oshedí, coincide en que “las situaciones del país seguirán iguales”. Los problemas económicos no tendrán solución inmediata porque este signo habla de pérdidas en las inversiones. “Todo lo que tenemos en el bolsillo debemos cuidarlo”, recomendó.
Oshedí explicó que para enfrentar la crisis que seguirá golpeando a Venezuela es necesario organizarse primero en casa: “Si nosotros no arreglamos las cosas internas, no podremos enfrentar las situaciones del país”.
Su hermano Omar Orozco, Awo Ogbefún, recomienda guardar comida en las casas ante un eventual paro económico. “El país se va a paralizar: no habrá comida, agua… nada”, precisó.
La fatalidad que advierte Iroso Toldá podría encontrarse en la calle. “Ogún está sediento de sangre. Aquí habrá una revolución, un enfrentamiento, una gran mortandad en el país”, expuso Orozco. Dicha revolución podría desencadenarse por un imprevisto o un golpe repentino en las cúpulas del poder. Sin embargo, para él, “aquí los golpes que se van a dar serán a la Constitución nacional”.
“Orula (santo de la sabiduría) dice que hay un rey que perderá la cabeza. No sabemos cuál de los dos reyes es, si es el presidente o la Asamblea Nacional”, sostuvo.
Ogbefún también advierte que los ciudadanos pueden rebelarse contra sus dirigentes: “Habla de oro iña, la candela que viene de abajo. Pero también habla de un movimiento de masas, de gente que viene de abajo. La gente está obstinada de hacer colas y de la inseguridad. Aquí habrá un estallido social. Eso es lo que yo veo”.
Este pronóstico lo mantiene Wilfredo Chacón, Awo Odiká, quien recomendó resguardar a la familia para evitar tragedias porque “estos días de enero se puede venir un estallido social”.
Se asoma la hambruna
Para, Henry Barroso, Awo Ogunda Meyi, el conflicto en Venezuela es evidente: “Obviamente estamos en una guerra, solo que nadie la ha pronunciado”.
La escasez se agudizará en 2016, según este sacerdote de Ifá: “Aquí lo que viene es hambruna. La actitud grosera o amenazante de la gente está acompañada por la falta de cosas. Tengo más de dos años diciendo que la hambruna viene a este país y este año se está concretando”.
Barroso expone que la crisis económica llevará a muchas personas a cometer locuras. “La gente pensará: Estoy desesperado y tengo que hacer lo que sea para llevar comida a mi casa”, afirmó.
Jhony Orozco, Awo Ogbesá, explicó que Iroso Toldá marca ahogos: “Nos está diciendo que aquí no habrá nada”.
“Hay una gran tristeza en este país. Este signo dice: ´Nadie sabe lo que hay en las profundidades del mar´. Nadie sabe lo que el pueblo siente. Aquí hay mucha gente que lloró porque no pudo comer nada, no pudo vestir a sus hijos o darles un regalo esta Navidad”.
Para Orozco, podrían venir sorpresas en la política nacional, porque en este signo, Orula, “el abogado de Ifá”, combate las injusticias: “Vienen confrontaciones jurídicas duras. Viene la prisión para personas dentro del gobierno y para personas que están del otro lado”.
“Yo considero que aquí puede haber una renuncia del presidente por la cantidad de situaciones adversas que vienen”, señaló sobre la perdida de la cabeza del rey a la cual se refiere Iroso Toldá.
Las diferencias son un sello de este signo, como explica Orozco: “Es un ifá de separación. Aquí se separaron el cielo y el mar de la tierra. Habla de dos poderes que nunca se van a encontrar, que son el gobierno y la Asamblea. Uno va a ir por un lado y otro por otro, y eso creará un vacío que puede generar algo repentino que partirá esta situación de caos”.
Ese algo podría emerger de una tercera fuerza política que, para él, existe en el país: el poder militar. “Ogún es un guerrero, un general. Aquí puede pasar algo dentro de la Fuerza Armada Nacional que busque acabar con esto y hasta podría convocar unas nuevas elecciones porque ninguno de los dos poderes se va a encontrar”, confesó.
Dicha acción podría costar la muerte de muchos venezolanos. “Este santo (Ogún) viene sediento de sangre y esa es la sangre que se puede derramar de las confrontaciones del país. Aquí puede haber un muerto tanto del gobierno como de la oposición que puede generar un gran problema, una gran revolución”.
Para Ogbesá, el consejo es claro: “Hay que tener bien resguardada a la familia y a los desobedientes, porque la desobediencia cuesta la vida”.
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