SÁBADO, 12 DE MARZO DE 2016
Año nuevo astrológico con “huracán” renovador
Toamdo del blog "Termómetro Zodiacal" de Pedro González Silva
A las 12 de la madrugada con un minuto, hora de Venezuela (04:31 GMT), iniciándose el día 20 de marzo, el Sol hace su ingreso al signo de Aries, lo que representa el año nuevo astrológico, el inicio de un nuevo ciclo natural, es el momento de renovar, de iniciar, de renacer. Se produce el equinoccio de primavera en la latitud norte. Al estar el Sol en el punto más cercano al ecuador, el día y la noche tienen igual duración.
Las configuraciones astrológicas de este equinoccio primaveral del 2016, son especialísimas, pues no sólo van en sintonía con las energías renovadoras de esta época del año, sino que además las acentúan de tal modo, que las convierten en un “huracán” indetenible.
Predominan aspectos muy armónicos, “trígonos”, los cuales permitirán que los cambios indetenibles afloren de manera natural y fluida. Habrá por supuesto algún aspecto tenso como la “cuadratura”, que viéndolo del lado positivo, ayudará a darle dinamismo al proceso renovador que está en ciernes, y nos hará darle valor al esfuerzo propio, lo que es bueno porque cuando las cosas se hacen con esfuerzo, le damos más valor, y cuidamos mejor sus resultados.
Muy relevante, apenas el Sol ingrese a Aries, será el contacto armónico que hará con Marte desde Sagitario; Marte rige al signo Aries, y al contactar al astro rey que está justo en la franja ariana, le envía energías extras; pero es que ya de por si el Sol en Aries está en su máximo nivel energético, está “exaltado”, así que imaginen el gran impulso vital que se producirá al inicio de este equinoccio; es tiempo de inicios, de emprendimientos, lo que arranque en este ciclo lo hará a toda velocidad, a millón, con un entusiasmo desbordante, o con una furia indetenible, según sea el caso, pero con acciones bien canalizadas.
Urano tendrá especial influencia en este ciclo, pues está en Aries, y en el transcurso de su tránsito por este signo, el Sol activará las energías uranianas, que son vanguardistas, renovadoras y “sacudidoras” de estructuras caducas.
Pero además, al momento del equinoccio, Urano se haya en contacto armónico con Saturno en Sagitario, acelerando tendencias a cambios radicales en estructuras legales, institucionales e ideológicas; y también estará en contacto armónico con la Luna en Leo, dando una tendencia a que las colectividades, las grandes masas, sean influidas de esta gran ola renovadora, y asuman roles protagónicos.
El único contacto tenso que hemos encontrado es muy significativo, y se produce entre Júpiter en Virgo, de manera prácticamente exacta con Saturno en Sagitario: muchas estructuras que cumplieron su ciclo y que han venido haciendo la natural resistencia ante los inevitables cambios, terminarán derrumbándose; cuando Saturno y Júpiter están en armonía, favorecen la fundación de instituciones, modelos de gobierno, Estados, pero cuando están en desarmonía y en medio de un contexto de desgaste de instituciones o modelos, éstos inevitablemente terminan resquebrajándose y dando paso a nuevas alternativas.
A la vez Júpiter en contacto armónico con Plutón en Capricornio, nos habla de una transformación a fondo que se está dando, tanto en el plano ideológico como de liderazgos, con tendencia hacia soluciones más prácticas y menos teóricas.
Los puntos del destino, los nodos lunares, se alinean con Quirón, el sanador herido; el Nodo Sur en Piscis junto a Quirón indica que podemos estar confrontándonos con experiencias dolorosas por nuestras acciones del pasado, mientras el Nodo Norte en Virgo nos da la oportunidad de sanar esas situaciones, aprender, evolucionar, y no caer en conductas repetitivas. El Nodo Norte en Virgo llama al trabajo en equipo, y alerta contra la pasividad, la comodidad, y las falsas ilusiones que vienen de parte de embaucadores virtuales con ideas desfachatadas. Pisar tierra y trabajar, colaborar, servir, esa es la clave.
La ilusión y el romanticismo son buenos si no idealizamos en exceso las situaciones, si pisamos tierra, tal y como es la misión que marca el Nodo Norte en Virgo; pero esa ilusión y romanticismo también nos dan fuerza y empuje, pues si le ponemos corazón a lo que hacemos, los resultados son mucho mejores; y en esto nos ayudará este aspecto de gran poder que viene con el equinoccio, como es Venus exaltado en Piscis en conjunción con Neptuno que es el regente de este signo: la creatividad, la inspiración, la intuición, la sensibilidad y empatía con los demás, el amor a lo que se haga, el romanticismo que lleva a acciones desinteresadas en favor de un ideal, y la conexión espiritual, serán todas estas cualidades las que estarán activadas con este aspecto astrológico.
Por todo esto, como señalé al principio, este equinoccio de primavera es muy especial. Se produce con la Luna en Creciente, dándonos aún mayor empuje; es la hora de la vitalidad desbordante, pero recordemos lo que nos dice el maestro espiritual Omraam Mikhael Aivanhov: “Cada año todo se renueva, sí, todo excepto el ser humano. Los hombres no cambian, no se sintonizan con esta renovación, sienten algo en el aire, en la naturaleza, pero no se dejan influir. Deben aprender ahora a abrir sus puertas y sus ventanas para que esta vida pueda también impregnarles”.
La energía de Aries, el signo que da inicio al año zodiacal, se relaciona precisamente con esta energía vital, este primer impulso de vida. Por eso en este ciclo es favorable ser pioneros, emprendedores, apasionados y vitales. Aries es la energía para la conquista.
Marte, regente de Aries, manifiesta la intensidad de la acción instintiva e inmediata que no mide consecuencias, Se relaciona con la fuerza física, los deportes, las actividades militares y la sexualidad. Este planeta ejerce influencia orgánica sobre el bazo, nuestro almacén de energía vital que nos da coraje y nos invita a la acción.
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