24 MARZO 2016
“Quiero decirle al Papa que los musulmanes no somos terroristas. Lamento lo que ha sucedido en Francia y en Bélgica”. Lo escribió en una carta el joven senegalés y musulmán Kamasso Guiro, huésped en el centro para inmigrantes ubicado en Castelnuovo di Porto, una localidad a unos 30 kilómetros de Roma, donde el Santo Padre estará este Jueves Santo por la tarde para el rito del lavado de los pies a 12 refugiados, durante la misa in ‘Coena Domini’.
En la carta el joven que abandonó Senegal debido a las guerras del sur del país, señala que en los conflictos perdió a su esposa y a su padre. Después se escapó a Italia para iniciar una nueva vida, y para trabajar y vivir en un país pacífico.
“Desde hace mucho tiempo –prosigue el joven– deseaba encontrar al Papa, aunque yo soy musulmán, para agradecerle todo lo que está haciendo por los pobres y por la paz. Le deseo al papa Francisco –concluye la carta– una vida larga y mucha salud. Y le agradezco a Italia porque me salvó la vida”.
El papa lavará los pies a 12 jóvenes, entre ellos también a Sira Madigata, 37 años, musulmán de Malí, que cuenta: “Estoy en Italia hace 20 meses, hice un viaje largo y peligroso cruzando desiertos y el mar. Corrí el riesgo de morir. Para nosotros musulmanes lo que sucederá aquí y es un símbolo de paz. Soy musulmán y mis pies serán lavado por un gran personaje como el papa Francisco, líder de los católicos. Esto significa que la convivencia es posible en todas partes”.
Entre los doce está también una joven italiana, Angela Ferri, operadora de la cooperativa social CARA que gestiona el centro: “Tengo en mis espaldas una historia dolorosa. Hace unos 20 días perdí a mi madre y la cooperativa quiso hacerme este regalo. Hoy será un día especial porque el papa Francisco es una de las personas más importantes: él me dará mucha fuerza”.
El mismo entusiasmo lo manifiesta Luchia Mesfun, mujer eritrea que cruzó el Mediterráneo a pesar de estar en cinta, con la intención de iniciar una nueva vida. Ahora está en Italia con su hija de 5 meses a la que ha llamado Merhawit, que significa libertad: “Estoy muy contenta, no hay palabras suficientes para explicar mi felicidad. El Papa nos lavará los pies y para nosotros será un gran evento”.
Por su parte la Cooperativa Auxilium en un comunicado expresó su “emoción y gratitud” y añadió que se trata de “otro gesto de misericordia del papa Francisco hacia miles de personas que realizan los viajes de la esperanza”.
Y concluye diciendo que el Papa al hacer este gesto de lavar los pies a los inmigrantes y prófugos, “no podrá dejar de ayudar a despertar de la indiferencia a las conciencias de todos, y a tomarse la responsabilidad que es necesaria para cuidar a quien huye en busca de una vida mejor”.
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