23 MARZO 2016
Al concluir la audiencia de este miércoles en la Plaza de San Pedro, el papa Francisco calificó los atentados en la capital de Bélgica como una “cruel abominación que está causando solamente muerte, terror y horror”.
Un doble ataque terrorista sacudió ayer la ciudad de Bruselas, sede del gobierno belga y del Parlamento de la Unión Europea, con dos explosiones en el aeropuerto de Zaventem y una tercera en la estación de metro de Maelbeek, en el centro de la capital, causando al menos 34 muertos y unos 300 heridos.
“Con el corazón dolorido –dijo el papa Francisco– he seguido las tristes noticias de los atentados terroristas de ayer en Bélgica, que han causado numerosas víctimas y heridos”. Y añadió: “Les aseguro mis oraciones y mi cercanía a la querida población belga, a todos los familiares de las víctimas y a todos los heridos”.
El Santo Padre hizo “un nuevo llamado a todas las personas de buena voluntad” pidiendo que “se unan y al unísono condenen esta cruel abominación que está causando solamente muerte, terror y horror”.
“A todos pido perseverar en la oración” solicitó el Pontífice para pedirle al Señor, en esta Semana Santa, “que conforte los corazones afligidos” y también para que “convierta los corazones de estas personas enceguecidas por el fundamentalismo cruel”.
Al concluir este llamado Francisco hizo un pedido ante los miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro y a los que seguían la audiencia a través de los medios de comunicación: “Por intercesión de la Virgen María, hagamos una oración: Ave María…”
Y concluyó: “Ahora en silencio recemos por los muertos y por los heridos, y por los familiares así como por todo el pueblo belga”.
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