Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

viernes, 4 de marzo de 2016

La ideología está llevando Venezuela a la quiebra. La ideología que ordena que el Estado sea el propietario del sector productivo ha logrado eliminar casi por completo la agricultura y manufactura privadas. Esa fue su intención ideológica. Pero el sector económico de Venezuela ya no es productivo.

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Naomi Klein con una versión del libro en polaco.

La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre es un libro de 2007 de la periodista canadiense Naomi Klein

El costo de la ideología

MICHAEL ROWAN |  EL UNIVERSAL
martes 1 de marzo de 2016  12:00 AM
La ideología está llevando Venezuela a la quiebra. La ideología que ordena que el Estado sea el propietario del sector productivo ha logrado eliminar casi por completo la agricultura y manufactura privadas. Esa fue su intención ideológica. Pero el sector económico de Venezuela ya no es productivo. Las empresas estatales y comunas recibieron fincas e industrias altamente productivas y terminaron destruyéndolas. En algunas de las haciendas ganaderas más productivas de Latinoamérica se han sacrificado rebaños y se han desperdiciado tierras de pastoreo. Por la misma razón todo es escaso: el papel, los carros y hasta la electricidad. La corrupción está fuera de control en Venezuela, aunque la corrupción es ideológicamente imposible. En teoría, el socialismo estatal es perfecto; en la práctica, no se compara con la productividad del sector productivo en ningún lugar del planeta.

La principal causa de la escasez de alimentos, medicinas y bienes manufacturados en Venezuela es que el Estado ha destruido la capacidad productiva de las empresas que los producían. En vista de que ese hecho es imposible ideológicamente (la ideología dicta que el Estado debe ser mejor que el sector privado en todo), el único recurso es importar sustitutos. Estos productos vienen de los sectores privados de Estados Unidos, China, Brasil, Colombia y otros países. Esto también es verdad en China, que en términos económicos es un típico país capitalista. China adoptó el capitalismo hace 30 años y como resultado ha experimentado el mayor crecimiento económico en el mundo. A su vez, 300 millones de chinos han salido de la pobreza, mientras que en Venezuela la pobreza se ha incrementado sustancialmente y la inflación llegó a 720% este año. La segunda inflación más alta en el mundo es aproximadamente 700% menor que la tasa de inflación de Venezuela. Eso es ideológicamente imposible.

Por lo tanto, los ideólogos aún creen que están en lo correcto. Es por ello que están intentando obtener préstamos a tasas que rayan en la extorsión solo para mantenerse a flote. Le pidieron prestado a China, pero dijo que no. China les dijo "cambien su ideología, es un fracaso". No le han pedido ayuda a Estados Unidos, Europa ni al FMI, porque es ideológicamente vergonzoso hacerlo. Amigos ideológicos como Irán, Cuba y Rusia no pueden ayudar porque sus economías están agonizando por las mismas razones.

michaelrowan22@gmail.com

Traducción: Andreína Trujillo

¡La doctrina de shock socialista!

ORLANDO VIERA-BLANCO |  EL UNIVERSAL
martes 1 de marzo de 2016  12:00 AM
Retomo lectura de la obra de Naomi Klein, "The shock doctrine". Un libro (2007) de la periodista de izquierda, que por años ha desarrollado la tesis del"Capitalismo del desastre" (invalidada en el tiempo), para demonizar los ideales liberales de Milton Friedmam y sus Chicago boys. Según ella, muchas de las crisis sociales, políticas y económicas de la historia contemporánea; de Chile al Medio Oriente, de la desmantelada URSS, Indonesia, Irak  al bill out de 2008 de WS, fueron guerras y conjuras inducidas para  favorecer el reparto entre "amigotes" liberales. Lo interesante para este columnista, es cómo la manipulada teoría (Ob.cit) podría usarse en el caso venezolano, pero al revés: un shocksocialista, de izquierda a derecha, de una torpeza y violencia descomunal, donde la terapia CAP-89, se quedó en niñeces.

Decimos que La Doctrina del Shock es un tratado calado de falsos supuestos, porque los hechos que describe la Sra. Klein en su obra, parten que la culpa de todo desastre, no es casual: es del liberalismo. Ella sentencia  cómo tras la caída de Allende, el huracán Katrina, la guerra de Irak o el Crash financiero de 2008, se justificó la aplicación de "métodos de electro-shock" -al estilo terapia Cameron empleada a enajenados mentales (Montreal.McGill.1951)- para borrar la conciencia colectiva, convirtiéndo a la gente en descerebrados incapaces de contener la entrada del capitalismo inclemente. Así la soliviantada crisis de Chile permitiría a Pinochet implementar la liberación de precios y privatizaciones selectivas. La crisis de Brasil (1964) permitiría al Gral. Humberto Castello Branco, revertir los programas sociales de Joao Goulart. La crisis de Indonesia (1968), que eyectó del poder  al Pdte. Sukarno  y a quien la autora relata como el "Hugo Chávez de su época"-sic-habilitó al General golpista, Suharto, de la mano de la CIA, barrer las milicias comunistas. La glasnost y la perestroika, según Klein, fueron el haz de Gorbachov y Yeltsin, para vender empresas del Estado a"precios de gallina flaca" a  mafias de entorno, y  la guerra de Irak, fue la carta bajo la manga de Bush y Rumsfeld (conservador pro Friedman), para otorgar costosas concesiones de seguridad y explotación de pozos petroleros, programas de educación y de construcción de hospitales (750B$), a dedo. En fin, una visión artificiosa, reducida, si acaso inmadura (pero no ingenua), donde la autora concluye que el "capitalismo salvaje" abonado por un autoritarismo elitesco y premezclado desde laboratorios de la Universidad de Chicago (de la cual tampoco somos defensores a ultranza), fue el detonante de cada apocalipsis libertina.

Lo absurdo de la tesis marras, es pretender borrar, precisamente con un"electro-shock semántico", todo pasado funesto que precedió a Pinochet, Castello Branco o Suharto; las atrocidades de Lenin, Stalin y pos camaradas; o las aberraciones de Saddam, las hambrunas de Mao y el desorden fiscal, endosando al FMI,  WS o a la CIA, la caída de los tigres de Asia, del imperio soviético o los totalitarismos tropicales.  Parafraseando el dicho: ¡ni tan Friedman ni tan Chomsky!  Ya le escucharé decir [a Klein]. cuando termine la era Chávez, "que todo fue producto de una conspiración universal de la CIA, de la MUD, Henry, Hausmann, Mendoza, López (desde la cárcel), Uribe y María Corina, para hacerse del poder  y repartirse Venezuela. ¿Y no es exactamente al revés?  ¿No fue la corrupción, el absolutismo agresor de DDHH y del Estado de Derecho, los controles, lo que hicieron inviable "el modelo"? ¿No fue el desastre administrativo y la represión, la causa de la hambruna, la escasez, la criminalidad  y la anarquía de una terapia de Shock inspirada en El Capital de Marx? ¿No han sido 17 años de desfalco y regalías lo que hace inevitable un plan liberal de rescate institucional, legalista, del mercado y de un verdadero Estado, no sólo democrático, sino convivente por próspero, productivo y soberano?

La única salida a la tragedia Venezolana es emprender la reprivatización de la dinámica social. La reprivatización industrial, comercial; de la tierra y la producción. Rebalancear entre lo publico y privado, el manejo de infraestructuras, hospitales o escuelas. Es la revitalizacion del giro económico con sentido propietario. Venezuela fue sometida a un shock igualitario-utópico y latrocinio-que puso al Estado/gobierno al servicio del credo Marxista-Gramscista, Leninista, Fidelista,  disfrazado de ideal bolivariano.

No Sra. Klein. No amigos de la izquierda berlina norteamericana. No se monten en estrechos y falaces navíos doctrinarios para presentarle al mundo, una realidad electro-convulsionada, por causa del "liberalismo salvaje". No más retórica. De acuerdo que el capitalismo desbordado es tóxico. Pero más peligroso, mordaz e insaciable, son esos "gigantes plus perfectos" del comunismo prehistórico, que causaron a sus pueblos más indigencia que la que pudiese haber ocasionado cualquier receta capitalista desde las aulas gélidas de Chicago, del FMI o del BM. Hoy la realidad le dio la razón al "Consenso de Washington". Hasta Evo y Ortega, lo aplican. ¡Que más le puedo escribir...!

@ovierablanco
vierablanco@gmail.com

El libro La doctrina del shock sostiene que las políticas económicas delPremio Nobel Milton Friedman y de la Escuela de Economía de Chicago han alcanzado importancia en países con modelos de libre mercado no porque fuesen populares, sino a través de impactos en la psicología social a partir de desastres o contingencias, provocando que, ante la conmoción y confusión, se puedan hacer reformas impopulares. Se supone que algunas de estas perturbaciones, como la Guerra de las Malvinas, el 11 de septiembre, el Tsunami de 2004 en Indonesia, o la crisis del huracán Katrina pudieron haber sido aprovechadas con la intención de forzar la aprobación de una serie de reformas.
El libro tiene una introducción, un cuerpo principal y una conclusión, que se dividen en siete partes, con un total de 21 capítulos.
En la introducción se muestra la historia de los últimos treinta años de la doctrina de choque económico que se ha aplicado alrededor del mundo, desde América del Sur en la década de los setenta hasta Nueva Orleánsdespués del huracán Katrina. Klein introduce dos de sus temas principales. 1) En donde los profesionales de la doctrina de choque tienden a buscar una pizarra en blanco en el cual plasmar su ideal de crear economías de libre mercado, en el que inevitablemente requiere normalmente una violenta destrucción del orden económico preexistente. 2) Las similitudes entre la crisis económica y la doctrina original de la terapia de choque, una técnica psiquiátrica donde se aplicaron choques eléctricos a los pacientes con enfermedades mentales.
Parte 1, comienza con un capítulo sobre psiquiatría y la terapia de choque, los experimentos encubiertos realizados por el psiquiatra Ewen Cameron en connivencia con la CIA: cómo fue un éxito parcial en la distorsión y regresión de la personalidad original de los pacientes, pero ineficaz en el desarrollo de una nueva personalidad mejor. Se hace un paralelismo con la terapia de choque económico, incluida una digresión sobre cómo los organismos gubernamentales se aprovechan de algunas de las lecciones aprendidas para crear más eficaces técnicas de tortura. La tortura, según Klein, a menudo ha sido una herramienta esencial para las autoridades que han aplicado las reformas agresivas del mercado libre y se hace hincapié en esta afirmación a lo largo del libro. Ella sugiere que por razones históricas el movimiento de derechos humanos ha retratado a menudo la tortura sin explicar su contexto, lo que ha hecho que con frecuencia aparecen como hechos inútiles de sadismo. El segundo capítulo presenta a Milton Friedman y su Escuela de Economía de Chicago, que Klein describe como líder de un movimiento comprometido con el libre mercado con las mismas regulaciones que antes de la Gran Depresión.

El primer lugar donde es aplicada la doctrina del shock diseñada en USA es en el Golpe de Estado en Chile de 1973 dirigido por Augusto Pinochet.
Parte 2, analiza el uso de la doctrina de choque para transformar las economías de Sudamérica en los años setenta, centrándose en elgolpe de Estado en Chile dirigido por el General Augusto Pinochet. Se estudia la aparente necesidad del apoyo de la tortura para las políticas impopulares asociadas a la terapia de choque.
Parte 3, se refiere a los intentos de aplicar la doctrina de choque sin la necesidad de violencia extrema en contra de amplios sectores de la población. La terapia de choque leve de Margaret Thatcher explica cómo se hace posible con la Guerra de las Malvinas, mientras que la reforma del mercado libre en Bolivia ha sido posible gracias a una combinación de una preexistente crisis económica y el carisma deJeffrey Sachs.
Parte 4, se analizan informes sobre la forma en que la doctrina de choque se aplicó en PoloniaRusiaSudáfrica y las economías de los Tigres durante la crisis financiera asiática de 1997.
Parte 5, se introduce el complejo capitalismo de desastres en el que la autora describe cómo las empresas han aprendido a sacar provecho de tales desastres. Ella habla acerca de cómo el mismo personal pasa fácilmente de puestos relacionados con la seguridad y defensa de los organismos públicos de los Estados Unidos a puestos en empresas lucrativas.
Parte 6, se discute lo que ha pasado en Irak tras la invasión de 2003, que Klein describe como la más compleja doctrina de choque con una plena realización que jamás nunca se ha intentado.
Parte 7, explica acerca de los ganadores y de los perdedores de la terapia de choque económico, de cómo reducidos grupos a menudo prosperan moviéndose a lujosos barrios privados, mientras que grandes sectores de la población se quedan con la decadencia de la infraestructura pública, la disminución de los ingresos y el aumento del desempleo.
En la conclusión no se recapitula sobre el resto del libro, sino que se habla de la reacción contra la doctrina del choque y sobre las instituciones económicas que la propagan como el Banco Mundial y el FMI. América del Sur y el Líbano post-2006 se analizan como fuentes de noticias positivas donde los políticos están dejando atrás políticas de libre mercado, con alguna mención de la campaña de la comunidad de activistas en Sudáfrica y China.

Respuestas a la publicación de La doctrina del shock

Alabanzas

El Premio Nobel y ex economista jefe del Banco Mundial, Joseph Stiglitz, escribió una reseña de La doctrina del shock para el New York Times, llamando al paralelismo entre la terapia de choque económico y los experimentos psicológicos realizados por Ewen Cameron "sobredramático y poco convincente" y afirmando que " Klein no es un académico y no puede ser juzgada como tal. Hay muchos lugares en su libro donde se simplifica en exceso." Sin embargo afirma que "la cuestión en contra de estas políticas es aún más fuerte que la que Klein hace" y que el libro contiene "una rica descripción de las maquinaciones políticas necesarias para obligar a desagradables políticas económicas en los países en resistencia."2 Paul B. Farrell del Dow Jones Business News afirmó que "hay que leer lo que puede ser el libro más importante sobre la economía en el siglo 21".3 John Gray escribió en The Guardian: "Hay muy pocos libros que realmente nos ayudan a comprender el presente. La doctrina del shock es uno de esos libros."4 William S. Kowinski del San Francisco Chronicleescribió: "Klein podría haber revelado la narrativa de nuestro tiempo",5 y fue nombrado uno de los mejores libros de 2007 por el Village Voice, Publishers Weekly,6 The Observer,7 y Seattle.8 El irlandés Times describe los argumentos de Klein como "peso" junto a los informes del Dr. Tom Clonan: "sistemáticamente y con calma se muestra al lector" la forma en que los neoconservadores estaban íntimamente ligadas a los eventos sísmicos que "dieron lugar a la pérdida de millones de vidas". Cerca del final de la revisión del Dr. Clonan, ofrece una síntesis de que el argumento central de Klein es que el proyecto neoconservador no se trata de "la implantación de la democracia", sino una receta represiva por la maximización del beneficio global para una pequeña élite. "Los neoconservadores ven como ideal la proporción de super-ricos/pobres permanentemente ligada a una súper clase de oligarcas empresariales y sus compinches políticos que son el 20%". El 80% restante sería la población del mundo, los pobres "desechables", que subsisten en la "miseria planificada", que no pueden pagar una vivienda adecuada, la educación o la asistencia sanitaria privatizada.9
The Independent calificó al libro de "un relato convincente de la forma en que las grandes empresas y la política se sirvieron de desastres globales para sus propios fines",10 mientras que Stephen Amidon del New York Observer lo llama un "estudio de peso del corazón oscuro del capitalismo contemporáneo."11
Shashi Tharoor en el Washington Post señala que La doctrina del shock contiene la crítica de Klein al capitalismo, aunque también indica que la autora "es demasiado lista para ver conspiraciones donde otros puedan discernir poco más que el modelo todo-demasiado-humano del caos y la confusión, las buenas intenciones y la codicia".12

Críticas

En el London Review of Books, Stephen Holmes lo criticó argumentando su ingenuidad para percibir la ortodoxia de libre mercado y confundirla "con el comportamiento de las empresas depredadoras."13
John Willman del Financial Times lo describe como "una obra profundamente errónea donde se mezclan fenómenos juntos y dispares para crear algo seductor, pero que en última instancia, posee un argumento deshonesto."14 Tom Redburn deNew York Times dice que "lo que ella más oculta, es el papel necesario del capitalismo emprendedor en la superación de la tendencia inherente de cualquier sistema social establecido a caducar en el estancamiento".15
Jonathan Chait escribió en The New Republic que Klein "presta, sorprendentemente (pero, habida cuenta de sus premisas, no es de sorprender), poca atención a las ideas de derecha. Ella reconoce que el neoconservadurismo se encuentra en el corazón del proyecto guerra de Irak, pero no parece saber qué es el neoconservadurismo, y no hace ningún esfuerzo para averiguarlo".16
Robert Cole, de The Times dijo: "Klein se burla del "complejo de desastres del capitalismo" y las ganancias y las privatizaciones que van con él, pero no proporciona una crítica convincente -que argumente sobre los principios del mercado libre-, y sin ésta, La doctrina del shock desciende en una maraña de historias que a menudo son preocupantes, a veces interesantes y, en ocasiones, extrañas".17
El economista Tyler Cowen, quien llamó a la retórica de Klein "ridícula" y el libro un "verdadero desastre económico", dice que el libro contiene "una serie de proposiciones inventadas, tales como la idea de que Margaret Thatcher creó la crisis de las Islas Malvinas para aplastar a los sindicatos, y endosarle el capitalismo sin restricciones a un público británico poco dispuesto."18
Fred Kaplan dijo que la representación de Naomi Klein de la crisis constitucional de 1993 de Rusia como un "enfrentamiento entre capitalistas al estilo de Chicago y los demócratas honorables es ridícula".19
Johan Norberg, del Instituto Cato critica el libro diciendo que "El análisis de Klein es erróneo y fuera de lógica en prácticamente a todos los niveles". Norberg encuentra fallas en aspectos específicos de los análisis, como las protestas deTiananmen de 1989, que, afirma, no aplastaban a la oposición a las reformas pro-mercado, sino que en realidad causó la liberalización de residencia durante años.20
Klein respondió en su página web a Norberg afirmando que había tergiversado su enfoque. Klein sostiene que Norberg usa argumentos sin base, al afirmar que su libro es sobre un hombre, Friedman, mientras que en realidad trata sobre una "tendencia multifacética ideológica".21 Norberg respondió que "se defiende solamente de una de las críticas que le hice. Da la impresión de que acabó por intentar encontrar pequeños errores aquí y allá en su libro."22
Por su parte, la recepción en lengua española también ha despertado críticas. Maximiliano Korstanje argumentó que el trabajo del Klein dista de la rigurosidad académica necesaria para comprender la relación del riesgo con el capitalismo. En primer lugar, la mayor cantidad de trabajos citados se corresponden con artículos periodísticos; segundo, existen confusiones conceptuales importantes respecto al tratamiento sobre la evolución histórica de las democracias en Latinoamérica. Por último, Klein desconoce las condiciones sociales que han coadyuvado en la creación del libre mercado y su vínculo con la democracia anglosajona. Ingenuamente, la liberalidad no es requisito fundamental del capitalismo, sino la necesidad de destrucción creativa. Un acertado diagnóstico sobre la modernidad hubiese sido conveniente para ajustar sus hipótesis de trabajo principales.23
ℤ== La doctrina del shock - documental == En 2009 se realizó el documental The Shock Doctrine inspirado en el libro, bajo la dirección de Michael Winterbottom y Mat Whitecross.

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