El Carabobeño 13 enero 2014
Hija de Mónica Spear: Mis padres están en el cielo
Rafael Spear, padre de Mónica Spear, informó a través de su cuenta de Twitter que Maya, la hija de la actriz, se está recuperando luego de resultar herida durante el asalto en el que perdieron la vida sus padres.
“Maya se está recuperando muy bien, está pintando y jugando con sus colores. Hoy por fin salimos del bloqueo en el cual estaba”, escribió a través de @rastinge.
El padre de la Miss Venezuela 2004 reveló que Maya le dijo lo siguiente a su tío Ricardo: “Mi papá y mi mamá no son tan viejos pero, se quedaron dormidos y están en el cielo”.
Luego del suceso en el que fue asesinada Mónica Spear y su pareja, y resultó herida Maya, la niña de cinco años no estaba conciente de que sus padres habrían muerto a pesar de haber presenciado el hecho. Afirmaba que estaban durmiendo. (LC)
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- SANTIAGO QUINTERO | EL UNIVERSALlunes 13 de enero de 2014El asesinato brutal, vil y cobarde de Mónica Spears y su esposo, episodio en el cual es herida su hija de 5 años, constituye el más abominable crimen del cual podamos tener memoria. Tres seres indefensos son abaleados con saña dentro de un vehículo expuesto a la intemperie en una tierra sin gobierno, incapaz de garantizar la vida de sus ciudadanos, su primer deber, convirtiéndose en un desierto de derechos, en lo que se ha tornado la Patria a la cual le han asestado una certera bala en el corazón, del cual emana raudo un río de sangre y llanto en medio de un deslave de lamento y de valores, todo revuelto y sin orden, haciendo desaparecer a su paso personas, instituciones, leyes y civilización.
La vitrina de la belleza de la mujer venezolana estalló con los disparos. Las balas destrozaron el cuerpo de una Miss Venezuela, de una de las mujeres más bellas de la Tierra. Una joven talentosa, una musa del arte de la dramatización, que se sentía orgullosa de su país, un país lleno de encantos como su belleza, un museo viviente de la naturaleza, un espacio temático de un millón de kilómetros cuadrados con todos los climas del mundo. También es el asesinato de la madre, lo más sagrado que podemos tener. A su lado muere igualmente destrozado el turista, el hombre que vino de lejanas tierras a admirar la de aquella en cuyo vientre dejó su simiente. Y como si fuera poco, tenemos a la niña también abaleada por el crimen de los miles de rostros, la bestia que ha crecido en el centro de la sociedad venezolana y que la devora con saña e impunidad.
Ha sido una masacre a la belleza, al turismo, a la niñez y la juventud de Venezuela. Una sentencia atroz: con este presente no hay futuro. Si queremos sobrevivir como sociedad y como pueblo, tenemos que insurgir para sembrar valores que no sean sesgados por criminales de carretera, los cuales no deberían existir, pero cuando hay ausencia de jardineros que cuiden el jardín, la maleza se apodera de todos los espacios.
Llegó la hora de limpiar a Venezuela del crimen en todos los estratos. Es imposible hacerlo con una justicia cómoda de espectadores de cine, que se recrea en acolchados despachos mientras observa cotufa en mano, como exterminan a la población que debe defender y que se ocupa de elaborar lista de viajeros y no de encarar lista de criminales. Es imposible hacerlo con una policía de alcabalas ambulantes, que abandonó las calles para combatir al delincuente y que ahora se emplea como fiscal de tránsito para obtener el lucro de la "mordida" al conductor olvidadizo. Es imposible hacerlo con motos que "asaltan" las aceras como si el peatón no mereciera respeto a su espacio. Es imposible hacerlo con ciudadanos que no se organizan cívicamente para defenderse, para garantizar que esos funcionarios que pagan y que eligen pongan en cintura a los pranes, a los matones, a los ladrones de carros y baterías, a los asaltantes de niños, mujeres y ancianos, a los violadores, a los traficantes, que han convertido a nuestro país en Ciudad Gótica, antro de criminales y ahora, sepulcro de la belleza. Los zarcillos de Mónica Spears han rodado y ahora tocan a la puerta de tu casa .Recógelos con amor, apriétalos con fuerza, y jura por ellos con justicia. Nadie tiene derecho de masacrar la belleza de Venezuela. Que cese la masacre de la familia venezolana. Restituye la vida del país. Tu conciencia así te lo reclama.
santiagoquintero@gmail.com
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