Rómulo
Rómulo Betancourt, ese hombre, a quien tanto se han empeñado en desaparecer de nuestra historia
GERARDO BLYDE | EL UNIVERSAL
viernes 16 de septiembre de 2011 12:00 AM
La historia oficial ha tratado de borrar del mapa político venezolano al más influyente y demócrata venezolano del siglo XX. En vida pasó de ser un joven estudiante creyente en las ideas marxistas para cambiar la realidad de su entorno ante la oprobiosa y casi interminable dictadura de Gómez, a convertirse -por fuerza de los golpes de la vida- en un demócrata maduro, de convicciones firmes, progresista, de alto sentido de la soberanía patria, creyente en la alternabilidad del poder y en la necesidad de la construcción de un país moderno con ciudadanos dueños de sus propios destinos. Ese hombre, a quien tanto se han empeñado en desaparecer de nuestra historia, fue Rómulo Betancourt.
A setenta años de la fundación de su partido político Acción Democrática, bien vale la pena recordar a Rómulo pues resulta claro que consagró su vida para que los venezolanos pudiéramos elegir libremente a nuestros gobernantes de manera directa, secreta y universal. Incluso aquellos que tratan hoy de menospreciarlo, nunca hubieran llegado al poder por medio del voto si Rómulo (como le decía el pueblo) no hubiera existido. Recordar su legado y conocer su vida es obligado.
Controversial como pocos y respetado también como pocos, fue capaz de unificar al país en torno a la idea de una Venezuela libre y soberana, para los venezolanos. Resumir su vida en estas líneas resulta una tarea imposible. Una vida llena de detenciones, exilios, acciones y reflexiones le hicieron evolucionar hasta la idea clara del sentido de lo público, del papel del Estado y de sus gobernantes.
Rómulo se dirigía al pueblo venezolano con una palabra que lo caracterizó toda su vida: conciudadanos. No usó palabras que englobaran al pueblo como una masa uniforme sobre la cual asumía la función de jefaturarla. No usó el manido compatriotas, término que usa la revolución chavista para dirigirse a cada uno de los que en esta tierra nacimos. Para Rómulo esa palabra sólo indica la pertenencia de todos al mismo territorio. Nos llamó conciudadanos, en clara referencia a que cada uno de los que aquí nacimos tenemos el mismo título que nos da los mismos derechos y los mismos deberes. Cuando Rómulo decía "conciudadanos" se ponía en el mismo plano de todos los demás, evidenciando así que era un ciudadano más dirigiéndose a sus pares, todos ciudadanos de Venezuela.
El 7 de diciembre de 1958, cuando ganó la Presidencia, dijo: "Conciudadanos: Esta es una hora de profunda emoción para mí, porque sé que estoy asumiendo responsabilidades ante mi país y ante la historia. Hora de emoción, porque un sector del pueblo venezolano, me dispensó el honor de elegirme su Presidente, en libres comicios inobjetables. Y emoción de saber cuán grave es mi responsabilidad. Por propia conciencia de mis limitaciones, por sentido de responsabilidad con la República, por lealtad a los actos y compromisos solemnes adquiridos por Venezuela, este gobierno no será exclusivista y sectario. Será un gobierno de amplia base de unidad venezolana."
Su gabinete estuvo conformado por hombres de la talla de Juan Pablo Pérez Alfonzo, Mariano Picón Salas, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Ramón J. Velásquez, Raúl Leoni y Enrique Tejera París, entre otros. Los estadistas buscan rodearse de los mejores para gestionar los asuntos públicos. En su quinquenio se edificaron más de tres mil escuelas y 200 liceos en todo el país. Para Rómulo "el pueblo es el soberano, hay que educar al soberano". La matrícula escolar aumento en 90%. Terminó el Puente sobre el Lago de Maracaibo, inició la construcción del Guri, construyó más de 4500 kilómetros de carreteras, creó la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP), la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), se fundó la OPEP con otros países exportadores de petróleo para defendernos de las transnacionales y de las potencias que antes fijaban el precio de nuestro principal producto. Todo esto en medio de intentonas golpistas: El Carupanazo, El Porteñazo y el Barcelonazo.
Al cabo de cinco años de gobierno entregó el poder, respetando la institucionalidad democrática que había ayudado a construir. Entonces dijo: "Se podrá decir que he cometido muchos errores y desaciertos en mi gestión de Presidente, porque la infalibilidad y la aptitud para acertar siempre no son virtudes que se hayan dado nunca en un ser humano. Pero Venezuela reconocerá, estoy seguro de ello, porque tengo dominio de mis convicciones, como durante los años en que cumplí mi mandato... actué con empeño creador, con fe si se quiere fanatizada, por la gloria de Venezuela y la felicidad de su pueblo". Mucho que aprender de este gran venezolano.
gblyde@gmail.com
@GerardoBlyde
A setenta años de la fundación de su partido político Acción Democrática, bien vale la pena recordar a Rómulo pues resulta claro que consagró su vida para que los venezolanos pudiéramos elegir libremente a nuestros gobernantes de manera directa, secreta y universal. Incluso aquellos que tratan hoy de menospreciarlo, nunca hubieran llegado al poder por medio del voto si Rómulo (como le decía el pueblo) no hubiera existido. Recordar su legado y conocer su vida es obligado.
Controversial como pocos y respetado también como pocos, fue capaz de unificar al país en torno a la idea de una Venezuela libre y soberana, para los venezolanos. Resumir su vida en estas líneas resulta una tarea imposible. Una vida llena de detenciones, exilios, acciones y reflexiones le hicieron evolucionar hasta la idea clara del sentido de lo público, del papel del Estado y de sus gobernantes.
Rómulo se dirigía al pueblo venezolano con una palabra que lo caracterizó toda su vida: conciudadanos. No usó palabras que englobaran al pueblo como una masa uniforme sobre la cual asumía la función de jefaturarla. No usó el manido compatriotas, término que usa la revolución chavista para dirigirse a cada uno de los que en esta tierra nacimos. Para Rómulo esa palabra sólo indica la pertenencia de todos al mismo territorio. Nos llamó conciudadanos, en clara referencia a que cada uno de los que aquí nacimos tenemos el mismo título que nos da los mismos derechos y los mismos deberes. Cuando Rómulo decía "conciudadanos" se ponía en el mismo plano de todos los demás, evidenciando así que era un ciudadano más dirigiéndose a sus pares, todos ciudadanos de Venezuela.
El 7 de diciembre de 1958, cuando ganó la Presidencia, dijo: "Conciudadanos: Esta es una hora de profunda emoción para mí, porque sé que estoy asumiendo responsabilidades ante mi país y ante la historia. Hora de emoción, porque un sector del pueblo venezolano, me dispensó el honor de elegirme su Presidente, en libres comicios inobjetables. Y emoción de saber cuán grave es mi responsabilidad. Por propia conciencia de mis limitaciones, por sentido de responsabilidad con la República, por lealtad a los actos y compromisos solemnes adquiridos por Venezuela, este gobierno no será exclusivista y sectario. Será un gobierno de amplia base de unidad venezolana."
Su gabinete estuvo conformado por hombres de la talla de Juan Pablo Pérez Alfonzo, Mariano Picón Salas, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Ramón J. Velásquez, Raúl Leoni y Enrique Tejera París, entre otros. Los estadistas buscan rodearse de los mejores para gestionar los asuntos públicos. En su quinquenio se edificaron más de tres mil escuelas y 200 liceos en todo el país. Para Rómulo "el pueblo es el soberano, hay que educar al soberano". La matrícula escolar aumento en 90%. Terminó el Puente sobre el Lago de Maracaibo, inició la construcción del Guri, construyó más de 4500 kilómetros de carreteras, creó la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP), la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), se fundó la OPEP con otros países exportadores de petróleo para defendernos de las transnacionales y de las potencias que antes fijaban el precio de nuestro principal producto. Todo esto en medio de intentonas golpistas: El Carupanazo, El Porteñazo y el Barcelonazo.
Al cabo de cinco años de gobierno entregó el poder, respetando la institucionalidad democrática que había ayudado a construir. Entonces dijo: "Se podrá decir que he cometido muchos errores y desaciertos en mi gestión de Presidente, porque la infalibilidad y la aptitud para acertar siempre no son virtudes que se hayan dado nunca en un ser humano. Pero Venezuela reconocerá, estoy seguro de ello, porque tengo dominio de mis convicciones, como durante los años en que cumplí mi mandato... actué con empeño creador, con fe si se quiere fanatizada, por la gloria de Venezuela y la felicidad de su pueblo". Mucho que aprender de este gran venezolano.
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