Hoy y Después en Valencia
Alfredo Fermín
afermin@el-carabobeno.com
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La comisión de enlace para la entrega del gobierno municipal al alcalde Miguel Cocchiola no encontró la réplica del cuadro “Miranda en La Carraca”, de Arturo Michelena, que durante 40 años ha estado en el despacho de los alcaldes de Valencia.
Aunque se ha dicho que el cuadro está en calidad de préstamo para una exposición, la noticia no deja de ser preocupante porque, con los desmanes que se están cometiendo en esta ciudad, no existe la seguridad de que el artístico cuadro sea devuelto a la alcaldía de Valencia, su legítima propietaria.
Hemos custodiado esa obra desde que la encontramos, en los años 70, en el depósito del Concejo Municipal cuando se encontraba frente a la plaza Bolívar. Allí permaneció durante muchos años sin ningún tipo de cuidado, por lo cual su conservación es un milagro. En aquellos años nadie sabía o se acordaba de cómo una obra del más grande de los pintores valencianos se encontraba tan abandonada.
Incluso se dudaba de que el cuadro fuese de Arturo Michelena. Sin embargo, insistimos en que la firma del pintor era auténtica por lo cual era casi imposible que fuese falsificación del “Miranda en La Carraca”, el cuadro más popular de la pintura venezolana.
Bello Regalo
Años más tarde, María Teresa Gómez, la primera mujer elegida concejal de Valencia en 1946, informó que en 1948, con motivo de cumplirse los 50 años del fallecimiento de Arturo Michelena, la municipalidad acordó rendirle un homenaje al que fue invitada su viuda doña Lastenia Tello de Michelena, quien fue motivo de diversas atenciones. Doña Lastenia, en testimonio de gratitud, trajo como regalo a la ciudad donde nació su difunto esposo la réplica de “Miranda en La Carraca”. Al poco tiempo cayó el gobierno de Rómulo Gallegos y vino la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, en la que estuvo prohibido todo lo que recordara a los adecos. En esta circunstancia, el cuadro estuvo desaparecido durante diez años.
Michelena pintó el cuadro “Miranda en La Carraca” en 1896 mostrado, por primera vez, en el Teatro Municipal de Caracas donde el Gobierno nacional le impuso al artista una medalla de oro, creada especialmente para él, durante una velada a la que asistieron los pintores Martín Tovar y Tovar y Antonio Herrera Toro y la sociedad caraqueña en pleno.
Axel Stein, crítico especialista en la obra de Michelena, investigó que en los últimos meses de su vida, en 1898, el artista, estando muy enfermo y necesitando recursos, pintó dos réplicas del famoso cuadro para la venta. Una la adquirió Eduardo Blanco, autor del libro Venezuela Heroica y la otra no se vendió, por lo cual doña Lastenia, la donó a Valencia, en 1948.
La Joya Del Despacho
Esa obra, de formato regular, conserva el marco original y está protegida por una caja de vidrio, desde cuando Hacibe Ramos Abdo fue presidenta del Concejo Municipal. Desde entonces ha sido la joya que adorna el despacho de los jefes del gobierno municipal.
Los alcaldes electos Omar Sanoja, Argenis Ecarri y Paco Cabrera mantuvieron esta tradición. Cuando Edgardo Parra inició su gestión como alcalde, en 2008, lo visitamos para contarle la historia del cuadro y pedirle que lo conservara en su despacho, como testimonio de admiración a uno de los más grandes artistas venezolanos de todos los tiempos. Amablemente nos respondió que así sería. Pero, como nunca tuvimos acceso a esa oficina, no sabemos si se cumplió o no la promesa.
Cuando se nos informó que el cuadro no está en Valencia realizamos una investigación y encontramos que la obra forma parte de la exposición “Intimismo y Épica las dos travesías de Arturo Michelena”, presentada por la Galería de Arte Nacional, en Caracas, con motivo del bicentenario del nacimiento del artista .
Obras Perdidas
La exposición debió ser clausurada en diciembre por lo cual el alcalde Miguel Cocchiola y Edgar Núñez, presidente de la Fundación para la Cultura de Valencia, deben gestionar su devolución ante la Galería de Arte Nacional, porque tenemos experiencias de que en esta ciudad obras de Michelena han sido prestadas y más nunca las devolvieron. Se cuenta, entre estos casos, el préstamo que se le hizo a una distinguida dama del cuadro “El Bautismo del Señor”, de la colección de la iglesia de la Candelaria, y no lo devolvió. Dicen que lo vendieron en una subasta de Arte Latinoamericano, en Nueva York.
De la iglesia de San Francisco desapareció, hace unos cuantos años, el retrato de un religioso pintado por Michelena y se cuenta que está en la residencia de los padres capuchinos en La Florida, Caracas, sin que haya la mínima intención de devolverlo.
En la colección del Ateneo de Valencia está un pequeño cuadro, ”Niña con maraquita”, donado a la institución por una dama valenciana en 1955. No sabemos en qué situación se encuentra pues el Gobierno nacional se apropió de esa colección y ha sido imposible saber en dónde y en qué situación se encuentra.
¿Será Verdad?
Por cierto, en el catálogo de la exposición de la GAN se informa que el cuadro “Retrato Ecuestre de Bolívar”, famoso por ser considerado por la crítica especializada como el más hermoso retrato del Libertador, también forma parte de la exposición.
Como ahora es tan difícil entrar al Capitolio, de cuyas obras de arte hemos sido curador, no sabemos si el cuadro se encuentra allí o si es una gigantografía la que se exhibe en la GAN.
Si fuese cierto que el cuadro “El Libertador” fue llevado a Caracas, debió informarse a la colectividad, como ocurrió en las dos únicas oportunidades que ha salido del Capitolio desde 1888 cuando lo adquirió -por cuotas- la Asamblea Legislativa. La primera vez también fue a la Galería de Arte Nacional y la segunda fue para una exposición en el Museo de la Cultura, donde el cuadro quedó abandonado y debió ser trasladado al salón Miranda de la Brigada Blindada hasta que el gobernador Henrique Salas Römer logró instalarlo en la antigua capilla de las Carmelitas Descalzas, conocida hoy como el Capitolio, sede del gobierno de Carabobo.
Dicen que el general Gómez, cuando vio ese cuadro, ordenó que se lo enviaran para tenerlo en Miraflores, pero no le hicieron caso. Esperamos que si ahora a alguien se le ocurre lo mismo, continuemos el ejemplo de aquellos viejos valencianos que sabían defender el patrimonio de Valencia.
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