Domingo 1 de mayo de 2011
publicado en el blog "Pudo más quien más amó"
Valencia, Capital energética y polo femenino de Venezuela (III)
Hechos posteriores
El 13 de junio de 1828,
un movimiento popular en Bogotá, promovido por el general Pedro
Alcántara Herrán, intendente y comandante general del departamento de
Cundinamarca, proclamó a Simón Bolivar dictador y firmó una carta
revocando los poderes de los diputados de Bogotá a la Gran Convención,
se desconocían los actos de la Constituyente de Ocaña y se encargó a
Bolivar el mando supremo de la nación.
El 27 de agosto de 1828,
Simón Bolívar promulgó el Decreto Orgánico, que llamó "Ley Fundamental"
por medio del cual asumió la dictadura y dejó sin vigencia la Constitución de Cúcuta. El 11 de septiembre de 1828
Estanislao Vergara, Ministro de Relaciones Exteriores comunicó a
Santander que había sido designado como Ministro Plenipotenciario de
Colombia, ante el gobierno de Estados Unidos.
- ACADEMIA COLOMBIANA DE HISTORIA. Segundo Congreso Grancolombiano de Historia: Sesquicentenario de la Convención de Ocaña, 1828-1978. Bogotá: Biblioteca de Historia Nacional, 1978.
- BOTERO SALDARRIAGA, ROBERTO. El Libertador Presidente. Bogotá: Talleres de la Librería Nueva, 1932.
- GUERRA, JOSÉ JOAQUÍN. La Convención de Ocaña. Cali: Biblioteca del Banco Popular, 1978. 2 v.
- MEDINA CHIRINOS, CARLOS. La Convención de Ocaña: palabras sobre su disolución. Maracaibo: El Siglo, 1911
- NÚÑEZ PELÁEZ, ALFONSO. La gran Convención de Ocaña. Bogotá: Clac Impresores, 1978
- PERU DE LACROIX, LUIS. Diario de Bucaramanga. Caracas: Comité Ejecutivo del Bicentenario de Simón Bolívar, 1982
- RODRÍGUEZ, JOSÉ SANTIAGO. La Convención de Ocaña: diario del Lcdo. José Santiago Rodríguez. Caracas: Tip. Americana, 1934
- GARCÍA- HERREROS S, Orlando. Apuntes de Derecho Constitucional Colombiano. Ed. Fondo de Publicaciones Universidad Sergio Arboleda
- HENAO HIDRÓN, Javier. Panorama del Derecho Constitucional Colombiano. Ed. Temis.
- NARANJO MESA, Vladimiro. Teoría Constitucional e Instituciones Políticas. Ed. Temis S.A.
- PÉREZ ESCOBAR, Jacobo, Derecho Constitucional Colombiano, Ed. Temis S.A.
- SAA VELASCO, Ernesto, Teoría Constitucional Colombiana, Ed. Ediciones Jurídicas Gustavo Ibáñez.
- SÁCHICA, Luis Carlos. Derecho Constitucional General. Ed. Biblioteca Jurídica Diké.
- URDANETA, AMENODORO. La convención de Ocaña, y la dictadura de Bolívar. Caracas: Tip. Washington, 1900; VÁSQUEZ, FRANCISCO DE PAULA. Devocionario patriótico: comentarios sobre la Convención de Ocaña, años, 1828, 29 y 30. Barquisimeto: Tip. Nicolás Vásquez, 1927.
ASESINATO DE SUCRE
El 4 de junio de 1830, día viernes, muy temprano por la mañana, Antonio José de Sucre
toma el camino de su cita final. En el sendero estrecho a Cabuyal, en
las montañas de Berruecos, cuatro asesinos contactados por José María
Obando lo esperaban. Ellos eran: Apolinar Morillo, venezolano, Andrés
Rodríguez y Juan Cruz, peruanos, y Juan Gregorio Rodríguez, de Tolima,
Colombia. Cuando pasa la comitiva, una voz grita: «¡General Sucre!». El
joven General, de apenas 35 años de edad, voltea y en el acto suenan los
disparos. Sólo pudo oírsele decir: «¡Ay balazo!». Y cayó muerto el
novel General cumanés, víctima de las intrigas y las ambiciones.
Al conocer la noticia, Bolívar, lleno de dolor, exclama: «Se ha derramado, Dios excelso, la sangre del inocente Abel...
NECROLOGIA
El
General en Jefe Antonio José de Sucre ha sido asesinado el 4 de junio
de 1830: y Colombia debe llorar su muerte como una pérdida nacional.
El
General Sucre nació en Cumaná, capital del departamento de Maturín, en
el año de 1795. Su primera educación fue de las mejores que en aquella
época se proporcionaban en estos países.
La
revolución del año de 10 encontró a Sucre al salir de la puericia. La
flor de la juventud, impelida de un instinto noble y del amor á su
patria, corrió á las armas, sin esperanzas de hacer fortuna, y sin más
objeto que la gloria y la libertad. De este número fue Sucre.
Desde luego se presintieron sus destinos. El se consagró al estudio que debía hacerle digno de su elevación.
Unió su aplicación estudiosa al amor del orden, á la subordinación estricta y a la obediencia a las leyes.
Con estas disposiciones sirvió desde el año de 10 y ascendió sucesivamente desde subteniente hasta Coronel.
Su
capacidad y su mérito le hicieron destinar al Estado Mayor, y en este
ramo importante del servicio mereció ser elevado al empleo de General de
Brigada, en tiempo en que no se prodigaban tan elevados puestos de la
milicia.
En
el año de 20 fue la entrevista del Libertador con el General del
ejército español don Pablo Morillo. Un armisticio y la regularización de
la guerra fueron los efectos de aquel suceso memorable. El General
Sucre, ya distinguido por sus talentos, por sus luces, por su destreza y
su discreción, fue uno de los escogidos para concluir los convenios; y
ellos serán siempre un monumento de su tino y capacidad en los negocios
diplomáticos.
Hasta
entonces la carrera militar del General Sucre, ni fue oscura ni
brillante; porque no había mandado cuerpos de ejército, y porque
comúnmente el brillo de las armas no refleja sino en la espada del
General.
El
año de 21 comienza su época gloriosa. El departamento de Guayaquil
había arrojado el yugo español, y necesitaba de un Jefe que dirigiera
sus movimientos y lo pusiera á cubierto de las empresas de los enemigos
que ocupaban al Ecuador, Asuay y una parte del Cauca. El General Sucre
fue escogido para esta empresa importante y trascendental.
El
salvó á Guayaquil, cuando la traición de un Jefe expuso el Departamento
a recaer en poder de los españoles: reanimó los espíritus, inspiró
confianza, restableció el orden, organizó los escuadrones de Yaguachi y
preparó la victoria de Pichincha.
En
Pichincha consumó la creación de la República. Con el Sur libre, se
presentó al universo Colombia en su integridad natural, y se fundaron
las esperanzas de la libertad del Perú y de la creación de dos nuevas
repúblicas; su recompensa fue el ascenso a General de División.
Pasto
se libertó en Pichincha, y Pasto mal aconsejado se armó nuevamente
contra sus libertadores. Correspondía al General Sucre asegurar el fruto
de su victoria: fue encargado de someter de nuevo á Pasto, y
correspondió á la confianza que de él se hizo con la celeridad y gloria
con que están marcadas todas sus empresas.
El
genio, el mérito, la misma gloria lo llamaban al Perú, Precedió al
Libertador, fue acogido con entusiasmo y encargado del Gobierno del
Estado en una situación demasiado crítica. Sus esfuerzos correspondieron
á la confianza que de él se tuvo: y conservó la autoridad hasta que fue
encargada al Libertador.
Fue
preciso crear y organizar el ejército, y conferir el mando á un General
experimentado y digno de acometer y dirigir la ardua empresa de arrojar
al ejército español de todo el, Perú. La elección recayó en el General
Sucre, aunque era el más moderno de los de su grado que existían allí.
No
permiten los límites de este artículo referir todo lo que hizo aquel
diestro capitán. Jamás vió la América un ejército más disciplinado, más
moral, ni más digno de un perfecto General. Sus movimientos
estratégicos, su retirada, la elección del campo en que debía triunfar,
todo fue grande, todo inspiró respeto á los enemigos, y todo contribuyó á
la esplendidez de la más señalada victoria sostenida en el Nuevo Mundo.
Bolivia fue una creación de Ayacucho,
y los bolivianos, en su exaltación, escogieron para su primer
gobernante al que les dió el ser. El General Sucre presidió los destinos
de aquella nueva República con acierto y justicia. Allí desenvolvió sus
talentos administrativos, el genio de un fundador y las miras extensas
de un grande hombre. Zanjó los cimientos de un hermoso edificio, y
resolvió dejar el mando supremo y volver a su patria, por vivir como
ciudadano y dar un ejemplo práctico de republicanismo.
Pisó
las playas de su patria cuando ya la guerra con el Perú era inevitable.
El fue precedido de la noticia de su próxima llegada; y el Gobierno
quiso aprovechar esta ventaja. Le nombró Jefe superior político y
militar de los Departamentos del Sur, y el suceso justificó la elección.
El General Sucre aceptó el mando por el tiempo preciso de la campaña.
Formó su plan de operaciones, hizo mover los cuerpos, escogió á Tarquí
para teatro de su última proeza, dió la batalla, triunfó, concluyó el
memorable convenio de Girón y dejó de mandar.
Estaba
convocado el Congreso constituyente que debiera fijar los destinos de
Colombia, y Cumaná su país natal, puso los ojos en él. Sus distinguidas
cualidades decidieron á aquel cuerpo a elegirlo para su Presidente, y
posteriormente para la ardua comisión que se dirigió á Venezuela. Ella
no tuvo el suceso prometido; empero sirvió para mostrar su capacidad.
Habiendo regresado á la capital, resolvió marchar precipitadamente á los
Departamentos del Ecuador, donde creía su presencia importante. El fue
advertido de los riesgos que corría, y confiado en su nombre y en su
mérito, no quiso tomar las precauciones convenientes.
Esto
lo perdió. El día 4 de junio en la montaña de Berruecos cerca de Pasto,
recibió una descarga de fusilaría que lo privó de la vida. El Prefecto y
Comandante General del Cauca están (en 1830) practicando las
diligencias más activas en el descubrimiento y persecución de los
asesinos. ¡Así murió a los 35 años de edad el vencedor de Ayacucho! ¡Así
acabó su vida corta, pero tan llena de merecimientos!.
Si
hubiera exhalado su espíritu sobre el teatro de la victoria; con su
último aliento habría dado gracias al cielo de haberle reservado una
muerte gloriosa; pero asesinado cobardemente en una oscura montaña, él
deja á su patria el deber de perseguir esta alevosía, y de adoptar
medidas que corten nuevos escándalos y la repetición de escenas tan
lamentables
como oprobiosas.
Gaceta de Colombia
Si llevamos al pasado lo que estamos viendo con Juan Manuel Santos. es una
falacia hablar de la relación amistosa y hermana de Simón Bolívar y Francisco de
Paula Santander, por la condición ideológica, política y humana de ambos Generales
y en ese sitio ingresa Valencia, por qué. POrque ni Bolívar nos veía como
nación, éramos un Departamento de la Gran Colombia, las bolas que tuvo
Jaime Lusinchi para parar el Caldas, sólo las han tenido los valencianos con
el general José Antonio Páez a la cabeza, para luchar por la independencia
absoluta del país, su formación como nación libre e independiente, no la
bolsería que dice Hugo Chávez, que rompimos el "sueño de Bolívar? Eramos los
pagapeos, los menospreciados por Francisco de Paula Santander, el cachaco,
el que si sabe, y si queríamos ser alguien como país, había que romper las cadenas de
la dependencia de alguien que nos ve con ojos de culebra y risa de superioridad.
No es que Chávez sea Bolívar, NO POR DIOS, pero sigan los artículos de Rafael
Poleo y verán el vueltón que darán al caso Makled y aqui no hay un solo líder
que nos represente con dignidad como hizo Lusinchi, por tanto en La Cosiata
y en el Congreso Constituyente de 1830 se fundó Venezuela y desde ahi somos
un país soberano...a menos que sigamos colocándonos en manos de incapaces
como Chávez y sus inmorales ministros, para que seamos una pelota de bolsas
que se mueve al son que toque Fidel Castro y al que ahora también nos están
tocando otras naciones por la ignorancia de quienes nos dirigen...
El
27 de febrero de 1830, se abrieron las Asambleas primarias para el
nombramiento de los electores que habían de designar en cada Provincia a
los Diputados al Congreso Constituyente. Fueron escogidos los diputados
que se reunieron en Valencia a partir del 6 de mayo de 1830 para tratar
el tema de la disolución de la Gran Colombia, con la separación de
Venezuela. El Diputado José Luis Cabrera, al proponerse un pacto con
Colombia, declara: «Que el enunciado pacto no puede tener lugar,
mientras exista en el territorio colombiano el General Simón Bolívar».
En este Congreso muere la Gran Colombia y nace el nuevo Estado, la
República de Venezuela.
En el Congreso de 1830, se procedió a discutir y sancionar la Constitución Nacional, que fue promulgada el 22 de septiembre de dicho año, y que estuvo vigente hasta 1858 (a partir de 1830 Venezuela ha tenido 26 constituciones, algunas de las cuales han sido meras modificaciones de forma a las que antes existían).
Simon Bolivar es muy importante en la historia de venezuela puesto que contribuyó de manera decisiva su independencia y de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá y Perú es verdad, pero Venezuela nace de otra mano que no creía en unidades
En el Congreso de 1830, se procedió a discutir y sancionar la Constitución Nacional, que fue promulgada el 22 de septiembre de dicho año, y que estuvo vigente hasta 1858 (a partir de 1830 Venezuela ha tenido 26 constituciones, algunas de las cuales han sido meras modificaciones de forma a las que antes existían).
Simon Bolivar es muy importante en la historia de venezuela puesto que contribuyó de manera decisiva su independencia y de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá y Perú es verdad, pero Venezuela nace de otra mano que no creía en unidades
de pérdida para el país, sino en dignidad de nación soberana
Por eso es valencia capital energética de Venezuela: El tal bolivarianismo era dependencia
de unos cínicos, de Santander y los suyos, la libertad era la exigencia de la nación ya liberada
El Congreso Constituyente de Valencia estableció las bases que dieron validez legal y jurídica a la separación de Venezuela de la República de Colombia, al elaborar la Constitución del 6 de mayo de 1830. Esta Constitución fue elaborada por diputados pertenecientes a los grupos mantuanos criollos que insurgieron contra España en 1810; lo cual explica por qué el instrumento legal creado no concedió derechos a los esclavos ni a los hombres libres pobres. En tal sentido, para ser considerado ciudadano era requisito indispensable poseer bienes de fortuna. La Constitución de 1830 adoptó una forma de gobierno centro federal, conciliando la necesidad de un Estado centralista con derecho de autonomía federal de las provincias. | |
La Constitución proclamada por el Congreso de Valencia en 1830 dio legalidad a la separación de Venezuela de la Gran Colombia. De su contenido surgieron las bases jurídicas y la organización política de Venezuela. A pesar de la oposición a los proyectos de bolivarianos ¿Cuáles si eran para seguir siendo el departamentucho colombiano? manifestada por los diputados ahitos de libertad, del Congreso de Valencia, en el fondo admitieron las razones expuestas por Bolívar para oponerse al sistema federal de gobierno, por consiguiente, en la Constitución acogieron un sistema mixto, de tipo centro-federal, para gobernar la nueva república y eso es otra cosa |
La visión de Simón Bolívar de unir a los estados suramericanos en una gran república se realizó el 17 de diciembre de 1819, en el Congreso de Angostura, en el cual se dictó la ley fundamental de la República de Colombia, que consagró jurídicamente la formación de una sola república formada por la Capitanía General de Venezuela y el Virreinato del Nuevo Reino de Granada. |
Al crearse la República de Colombia, se convocó el congreso que debía promulgar la constitución de un nuevo estado. La constitución de Angostura no podía ser ampliada hasta llegar a Colombia debido a que había sido elaborada para Venezuela por los representantes de las provincias venezolanas. La nueva nación comprendía otros territorios, cuyos habitantes debían estar representados en la elaboración de la carta fundamental. El Congreso Constituyente se instaló en Cúcuta el 6 de mayo de 1821.
Los aspectos más importantes de esta Constitución de la República de Colombia fueron los siguientes:
1.- | El territorio de la República quedó dividido en Departamentos, Provincias, Cantones y Parroquias, bajo en mando de Intendentes, Gobernadores y Alcaldes. |
2.- | Se adoptó un régimen de gobierno centralista. |
3.- | Se dividió el Poder Público en Legislativo, Ejecutivo y Judicial. |
4.- | El territorio se dividía en los departamentos de Cundinamarca, Venezuela, Quito, y como capital Bogotá. |
Bolívar era el Presidente, el General Francisco de Paula Santander, el vicepresidente y José Antonio Páez, el Jefe Civil y Militar del departamento de Venezuela.
Causas de la revolución
En sus inicios, La Cosiata, no pretendía separar a Venezuela de La Gran Colombia, sino modificar la Constitución de Cúcuta; así como romper relaciones con Bogotá y manteniéndose bajo el mandato del Libertador.
Existieron elementos que provocaron este movimiento:
• | Con la creación de la Gran República, todos los territorios que la formaban atendían al gobierno central ubicado en Bogotá. |
• | Los jefes o caudillos locales no querían seguir recibiendo órdenes del régimen bogotano. |
• | La decisión del Congreso de Bogotá de suspender al General Páez del cargo de Jefe Civil y Militar que venía desempeñando en Venezuela, bajo el argumento que Páez estaba abusando del poder con el reclutamiento de ciudadanos para el alistamiento militar. Las reacciones de las municipalidades de Caracas y Valencia no se hicieron esperar, ratificaron a Páez en su cargo, lo que indicaba un ejemplo de desobediencia al gobierno. |
Ante la situación con el General Páez, las municipalidades de Valencia y Caracas tomaron la iniciativa y aprovecharon el incidente para promover la agitación y protestar por la orden judicial. Como consecuencia, Páez asumió el gobierno de Venezuela y se comprometió a no obedecer órdenes del Gobierno Central de Bogotá.
La convención de Ocaña Esta reunión se celebró el 2 de Abril de 1828; su finalidad era la modificación, por parte del Congreso de Nacional de Colombia, de la constitución de Cúcuta. La convención se dividió en dos bandos centralistas y federalistas. El enfrentamiento entre ambas tendencias estableció el fracaso de la convención. La minoría bolivariana abandonó la asamblea y proclamó la dictadura de Simón Bolívar. Éste asumió el mando supremo de la República el 24 de junio de 1828. El 23 de Noviembre de 1829 el gobernador de Carabobo reunió una Asamblea popular en Valencia. Esta aprobó por mayoría, la separación de Venezuela de la República de Colombia. Allí se acordó que Venezuela no debía continuar unida a Nueva Granada y Quito. El Nacimiento de la República de Venezuela En el año de 1830 se promulgó la primera constitución del país, luego de la separación de la Gran Colombia. En ella se estableció un gobierno centro-federal, para tratar de buscar un punto de equilibrio entre las exigencias de los centralistas bolivarianos y los federalistas. El periodo constitucional se estableció en cuatro años y el presidente no podía ser reelecto para el período inmediato. El Poder Legislativo estaba representado por el Congreso de la República el cual estaba formado por una cámara de representantes y una cámara de senadores. Los primeros eran elegidos por cuatro años y los segundos por períodos de dos años. El Consejo de Gobierno constaba de tres despachos: Interior y Justicia, Hacienda y el de Guerra y Marina. El sistema de gobierno era republicano, representativo, alternativo y responsable. El gobierno lo ejercía la oligarquía conservadora. El General José Antonio Páez, ejercía el poder en Venezuela. También fue elegido para ejercer la presidencia provisional, acompañado por el Dr. Diego Bautista Urbaneja como vicepresidente. Páez llegó a pedir la expulsión del Libertador del territorio de Venezuela y del territorio de colombiano. Cuando Bolívar abandona el poder para volver a Venezuela, el gobierno colombiano le participa esta decisión. Bolívar muere en Santa Marta en la quinta de San Pedro de Alejandrino en 1830. En cuanto a la división territorial se establecieron 11 provincias las cuales fueron: Apure, Barcelona, Barinas, Carabobo, Caracas, Coro, Cumaná, Guayana, Maracaibo, Margarita y Mérida. La separación de la Gran Colombia representa el inicio de los problemas limítrofes que Venezuela presenta hasta la actualidad, un conjunto de decisiones erradas que tuvieran como consecuencia la perdida de miles de Kilómetros de Territorio Venezolano. Fuentes consultadas: Fundación Polar (1997). Diccionario de Historia de Venezuela. Caracas. Venezuela. MUERTE DE SIMON BOLIVAR
El
17 de diciembre de 1830, en la Quinta «San Pedro Alejandrino», cerca de
Santa Marta (Colombia), dejó de existir el Muerte Genio de la Libertad,
el más Grande Hombre de América. A la 1 en punto de la tarde, «murió el sol de CCo, Simón Simón Bolívar.
Había recibido de manos del Cura de la aldea de Mamatoco los Santos
Sacramentos. Después de haber dado libertad a tantos millones de
suramericanos, Bolívar se halla en su último instante muy solo. Apenas
le rodean Mariano Montilla, Fernando Bolívar, José Laurencio Silva,
Portocarrero, el edecán Wilson, Ibarra, Cruz Paredes, José María
Carreño...
El médico de cabecera Alejandro Próspero Reverend,
viendo que llegaba el momento supremo los llamó y les dijo: «Señores,
si queréis presenciar los últimos momentos y postrer aliento del
Libertador, ya es tiempo». Pero, indudablemente, Bolívar continúa vivo
en el corazón de los pueblos, en la ideas que parecen escritas para
nuestros días, en las acciones que son permanente ejemplo para todos
aquellos que sienten de verdad lo que es una patria redimida. El Sol de
Colombia sigue brillando.
Bolívar
lo vivió. Destituido de todos sus cargos por la oligarquía
grancolombiana —asesinado, antes, su noble amigo el mariscal Sucre que
ganara en los Andes, en 1824, la última batalla de la Independencia y es
necesario decir que nunca se supo quién le preparó la emboscada de la
muerte—, fue abandonado, Bolívar, a su suerte. Camino de su destierro a
Venezuela, sublevada ya ante su posible llegada porque iba precedido de
la apelación de dictador, Bolívar no tuvo a su lado nada más que un
grupo de amigos: contados con los dedos.
Enfermo,
le curaba el médico francés Alejandro Prospero Reverend. Arribado a la
ciudad costeña de Santa Marta, el Libertador no encontró techo de
recepción nada más que en la casa de un español: Joaquín de Mier. Ya
próximo a la muerte se refugió en la Quinta de San Pedro Alejandrino.
Esta mansión pertenecía, también, al mismo español. En San Pedro
Alejandrino pronunció aquella invocación a la ironía: "Jesucristo, Don
Quijote y yo hemos sido los más insignes majaderos de este mundo".
AÑOS FINALES
Los
últimos dos años de la vida de Bolívar están llenos de amargura y
frustración. Hizo un balance de su obra, comprobando que lo más
importante quedó sin hacer mientras lo hecho se desmoronaba. La
independencia integral de América, el plan para llevar las tropas
libertarias a Cuba, Puerto Rico y Argentina, que se aprestaba a una
guerra contra el imperio brasileño, o a la España monárquica, si fuera
necesario, quedaban como lejanas utopías imposibles de realizarse. La
confederación grancolombiana, o la andina, o la anfictionía americana,
todo eso que estuvo a punto de cumplirse, debía posponerse ante otro
tipo de problemas inmediatos: fuerzas del Perú invadieron el Ecuador, y
su expulsión le llevó casi todo 1829. El general José María Córdova, uno
de sus más cercanos amigos, dirigió una revuelta y fue asesinado. El general Páez,
desobediente y desleal, se le insubordinó también y declaró la
separación de Venezuela. Se vio obligado a expulsar de Colombia a
Santander, antes uno de sus mejores aliados. A comienzos de 1830,
Bolívar regresó a Bogotá para instalar otra vez un Congreso
Constituyente; ante esa soberanía, renunció irrevocablemente. Ahora sólo
deseaba irse lejos de Colombia, a Jamaica o a Europa, aunque vaciló y
pensó que bien valía la pena comenzar de nuevo, reuniendo a sus leales
en la costa colombiana. Varios sectores del ejército se levantaron, esta
vez en su favor, pero ya era tarde. Cada vez más enfermo, logró llegar a
Cartagena a esperar el buque que lo alejaría de tanta ingratitud. Para
su mayor desgracia, recibió en Cartagena la noticia de que Sucre, el más
capaz de sus generales y tal vez el único que podía sustituirlo, había
sido asesinado en Berruecos, a los 35 años de edad.
Contemporizando
con la muerte que ya se anunciaba, aceptó la hospitalidad que le
ofrecía el generoso español Joaquín de Mier, para llevarlo a su finca,
un trapiche llamado San Pedro Alejandrino, en las proximidades de Santa
Marta, a descansar. Tradicionalmente se ha dicho que Bolívar estaba
tuberculoso, pero algunos médicos sostienen hoy día que una amibiasis le
atacó el hígado y los pulmones. Dictó testamento el 10 de diciembre de
1830. Ese mismo día emitió su última proclama
pidiendo, rogando por la unión. Siete días después, a la una de la
tarde, como dijo el comunicado oficial, «murió el Sol de Colombia».
Vivió 47 años, 4 meses y 23 días. Sepultado en la iglesia mayor de Santa
Marta, allí quedó su corazón, en una urna, cuando los restos fueron
llevados a Caracas doce años después.
Un
recuento de su obra militar no encuentra similar en la historia de
América. Participó en 427 combates, entre grandes y pequeños; dirigió 37
campañas, donde obtuvo 27 victorias, 8 fracasos y un resultado
incierto; recorrió a caballo, a mula o a pie cerca de 90 mil kilómetros,
algo así como dos veces y media la vuelta al mundo por el Ecuador;
escribió cerca de 10 mil cartas, según cálculo de su mejor estudioso,
Vicente Lecuna; de ellas, se conocen 2939 publicadas en los 13 tomos de
los Escritos del Libertador; su correspondencia está incluida en los 34
tomos de las Memorias del general Florencio O'Leary; escribió 189
proclamas, 21 mensajes, 14 manifiestos, 18 discursos y una breve
biografía, la del general Sucre. Personalmente, o bajo su inspiración,
se redactaron cuatro Constituciones, a saber: la Ley Fundamental del 17
de diciembre, creadora de Colombia (Angostura); la Constitución de
Cúcuta (1821); el proyecto de Constitución para Bolivia (1825); y el
decreto orgánico de la dictadura (1828). No tuvo tiempo para completar
su obra magna: la unidad política de Latinoamérica, la liberación de
Cuba y Puerto Rico, el apoyo a Argentina contra el imperio brasileño, la
Confederación Andina (1825), la ayuda a la propia España para liberarse
de los monarquistas (1826), en fin, el establecimiento de una sociedad
utópica, donde se logre «la mayor suma de felicidad posible, la mayor
suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política»
(1819). En 20 años de intensa vida política, 7538 días de actividad
revolucionaria, a partir de su misión diplomática a Londres (1810) y
hasta su deceso en Santa Marta, casi no hubo día en que no redactara una
carta o emitiera un decreto, o que recorriera 13 kilómetros diarios en
promedio.
América
ha reconocido a Bolívar como el paradigma y símbolo más querido de su
identidad y soberanía. En 1842 el Congreso de Venezuela dispuso que las
cenizas del Libertador fueran trasladadas con toda pompa de Santa Marta a
Caracas y reposan hoy en el magnífico Panteón Nacional. En 1846
Colombia puso la estatua de Pietro Tenerani en el centro de Bogotá. En
1858 Lima le erigió una estatua ecuestre, reconociéndolo como Libertador
de la nación peruana.
En
1891 Santa Marta puso una estatua de mármol junto a la Quinta de San
Pedro Alejandrino. Ya desde la segunda mitad del siglo XIX se le
levantaron monumentos en casi todas las ciudades importantes de América y
en muchas de Europa. Se cumplió así la insuperable sentencia de
Choquehuanca: «Con los siglos crecerá vuestra gloria como crece la
sombra cuando el sol declina».
RASGOS FISICOS
Y
ahora sí, próximo a la plenitud, aunque sólo tenía veintitrés años, y
enriquecido por conocimientos y observaciones sobre los cuales había
aprendido a reflexionar, podemos comenzar a buscar en él al futuro
Libertador. Tal como se presentó en Caracas le convenía ya, con las
salvedades imprescindibles, el retrato que muchos años después le hizo
su edecán O'Leary: "Bolívar -escribe- tenía la frente alta, pero no muy
ancha, y surcada de arrugas desde temprana edad, indicio de pensador;
pobladas y bien formadas cejas; los ojos negros, vivos y penetrantes; la
nariz larga y perfecta: tuvo en ella un pequeño lobanillo que le
preocupó mucho, hasta que desapareció en 1820 dejando una señal casi
imperceptible; los pómulos salientes; las mejillas hundidas, desde que
lo conocí en 1818; la boca fea y los labios algo gruesos. La distancia
de la nariz a la boca era notable. Los dientes blancos, uniformes y
bellísimos; cuidábalos con esmero. Las orejas grandes pero bien puestas.
El pelo negro, fino y crespo lo llevaba largo en los años 1818 a 1821,
en que empezó a encanecer. Y desde entonces lo usó corto. Las patillas y
bigotes rubios; se los afeitó por primera vez en el Potosí,
en 1825. Su estatura era de cinco pies seis pulgadas inglesas. Tenía el
pecho angosto; el cuerpo delgado, las piernas sobre todo. La piel
morena y algo áspera. Las manos y los pies pequeños y bien formados que
cualquier mujer habría envidiado. Su aspecto, cuando estaba de buen
humor, era apacible, pero terrible cuando irritado: el cambio era
increíble.
"Hablaba
mucho y bien; poseía el raro don de la conversación y gustaba de
referir anécdotas de su vida pasada. Su estilo era florido y correcto;
sus discursos y sus escritos están llenos de imágenes atrevidas y
originales. Sus proclamas son modelos de la elocuencia militar. En sus
despachos lucen, a la par de la galanura del estilo, la claridad y la
precisión. En sus órdenes, que comunicaba a sus tenientes, no olvidaba
ni los detalles más triviales, todo lo calculaba, todo lo preveía".
"Tenía
el don de la persuasión, y sabía inspirar confianza a los demás. A esas
cualidades se deben, en gran parte, los asombrosos triunfos que obtuvo
en circunstancias tan difíciles, que otro hombre sin esas dotes y sin su
temple de alma se habría desalentado. Genio creador por excelencia,
sacaba recursos de la nada".
"Gran
conocedor de los hombres y del corazón humano, comprendía a primera
vista para qué podía servir cada cual; muy rara vez se equivocó. Hablaba
y escribía francés correctamente, e italiano con bastante perfección;
de inglés sabía poco, aunque lo suficiente para entender lo que leía.
Conocía a fondo los clásicos griegos y latinos, que había estudiado, y
los leía siempre con gusto en las buenas traducciones francesas".
Así
lo verían, a su regreso, en Caracas. Ahora sí era verdad que "nadie lo
reconocería", según la expresión hiperbólico que usan en Venezuela,
sobre todo los ancianos, para indicar los cambios experimentados por un
joven.
PERSONALIDAD
Nota
sobresaliente en la faceta intelectual de El Libertador es la
objetividad, o sea, la característica mental que permite reconocer y
apreciar los hechos -independientemente de la simpatía o antipatía que
puedan inspirar- en su tamaño propio y dentro de estructuras totales.
La
objetividad en Bolívar se expresa en dos direcciones. Una individual,
que denominaremos autocrítica, concretada en el exacto conocimiento de
sí mismo. Y otra referida hacia los demás, y que llamaremos ecuanimidad.
En
el político es fundamental conocerse. Es rara esta cualidad; lo
corriente es que el individuo ignore sus posibilidades, que se
supervalore o se subestime, que tenga entrabada su personalidad por una
de esas embarazosas armaduras psíquicas que son los complejos. En el
prepórtico de su vida pública, Bolívar escribió: "Es siempre útil el
conocerse, y saber lo que se puede esperar de sí". Con claridad entendió
cuál era su empresa, y no se equivocó en cuanto a su temperamento y sus
aptitudes. Dice que no está hecho para la función sedentaria y que
detesta la administración. Sabe que los peligros lo tonifican; siente
que su ánimo se estimula ante la adversidad. No pide reposo material
para pensar mejor; sabia abstraerse, aislarse en medio de humanos
torbellinos y concentrarse en la meditación de sus ideas. "Hay hombres
-decía- que necesitan estar solos y bien retirados de todo ruido para
poder pensar y meditar; yo pensaba, reflexionaba y meditaba en medio de
la sociedad, de los placeres, del ruido y de las balas. Sí, me hallaba
solo en medio de mucha gente, porque me hallaba con mis ideas y sin
distracción".
En
cuanto a su personalidad mental -en sentido estricto- la apreciación más
exacta, comprobable por quienquiera que analice su obra, es la que de
manera condensada él mismo formula así en 1825: "No soy difuso.... soy
precipitado, descuidado e impaciente..., multiplico las ideas en muy
pocas palabras".
Un
testimonio fidedigno, aparte de los escritos a disposición del más
severo examen, el de Luis Peru de Lacroix en 1828, confirmará la
concisión bolivariana. Peru de Lacroix lo vio y observó muy de cerca:
"En todas las acciones de El Libertador y en su conversación se ve
siempre, como he dicho, una extrema viveza: sus preguntas son cortas y
concisas; le gustan contestaciones iguales, y cuando alguno sale de la
cuestión, le dice, con una especie de impaciencia, que no es lo que ha
preguntado: nada difuso le gusta".
Su
precipitación la había observado desde su niñez; en la primera carta
que de él se conserva dice que se le "ocurren todas las especies de un
golpe". Esa precipitación le impedirá ser más afortunado y certero en la
planificación de ciertas instituciones. Es igualmente fácil comprobar
lo que afirma sobre su descuido e impaciencia.
Merece
consideración particular su aserto autocrático de que multiplica las
ideas en muy pocas palabras. El mérito de Bolívar, implícito en su
peculiar don de síntesis, es el de su riqueza conceptual e ideológica.
Podrían citarse muchas expresiones suyas, líneas breves con una potencia
de enseñanza insospechada a simple vista. Por esta característica, su
pensamiento ha sido objeto de las más diversas interpretaciones; algo
parecido a lo que, salvando la distancia, ocurre con versículos
bíblicos. Todos los traficantes políticos, los gestores de todos los
partidos americanos han buscado en palabras de Bolívar, banderas para
sus parcialidades; ello no lo asombra: "Con mi nombre se quiere hacer en
Colombia el bien y el mal, y muchos lo invocan como el texto de sus
disparates". Medítese la frase: el texto de sus disparates, y se
comprenderá por qué ha sido difícil para el lector ordinario,
acostumbrado a las informaciones indirectas, el conocimiento verídico de
las ideas de Bolívar. En la mayor parte de los casos, el lector común,
nuestro hombre medio, precisamente aquél para quien forjó El Libertador
su doctrina, se halla perplejo al no poder separar la propaganda de la
verdad. Son muy escasos los intérpretes objetivos y globales del
pensamiento bolivariano; todavía se persiguen en la obra de El
Libertador expresiones sueltas para pretender justificar indignidades o
cubrir miserias. A Bolívar no puede comprendérsele si el estudioso no
posee al par que una mentalidad científicamente capaz, comprensiva y
avisada, una gran escrupulosidad ética. Aún abundan esos que hábilmente
silencian la voz acusadora de Bolívar, para dar resonancia a la parte
que parece servirles en sus aventuras; pero si esta traición al
pensamiento bolivariano, en cuanto a un inteligente escamoteo de sus
palabras, es absolutamente perniciosa, más lo es aún la interpretación
desagajada de su unidad original. Son solidariamente culpables del
pésimo conocimiento que se tiene de Bolívar, todos sus intérpretes
fragmentarios. Su obra no es para leerse y comprenderse por cuotas, ni
para asimilarse en frases aisladas. El estudio honesto, y naturalmente
el estudio científico -con la ética propia de la investigación
auténtica- ha de penetrar en la unidad, ha de reconstruir previamente el
panorama; en este sentido el método indicado es buscar la estructura,
entender en conjunto y asimilar de manera global. Tal es la fórmula para
un acercamiento válido a su obra; y no se crea que ésta es una
recomendación más o menos influída por los métodos científicos en boga;
es pauta del propio Libertador, quien precisamente refiriéndose al
Discurso de Angostura -su más densa expresión política- da al futuro la
técnica interpretativa por intermedio de su amigo Don Guillermo White:
"Tenga Ud. la bondad de leer con atención mi discurso, sin atender a sus
partes, sino al todo de él".
Múltiples
testimonios de un espíritu ecuánime, de una mentalidad objetiva
capacitada para mirar la verdad sin apasionamiento, hallamos repetidas
veces en su obra. Su ecuanimidad no se empaña ni se desmiente, ni
siquiera cuando se trata de hechos que le atañen por referirse a su
familia. Tampoco cuando se trata de sus amigos; los conoce bien, y sabe
dónde pueden dar el mejor rendimiento.
Sus
aciertos en la apreciación de méritos son notables, el cariño no logra
desviarlo; así dice llanamente a Santander en 1823: "los intendentes de
Bogotá y Caracas son eminentemente malos, con ser los mejores del mundo y
mis mejores amigos". Esta virtud mental posee mucho interés para la
estimación de su labor intelectual; ya no habrá sorpresa cuando se diga
que El Libertador era un observador de mirada precisa, capacitado para
formular una crítica imparcial. Esta cualidad especialmente ha de tener
fecunda proyección en su opinión política, sociológica e histórica.
Era
además un hombre de mirada aguda; no pasaba tan inadvertidamente por
encima de las cosas mínimas, como ordinariamente se cree. Está siempre
atento a su circunstancia con ojos que abarcan a los grandes hechos y a
los pequeños: en Guayaquil nota prontamente que se casan muy tempranos
los muchachos; desde Lima subraya que "en Caracas era moda pensar todos
mal contra el gobierno". Y véase igualmente el caso del joven Michelena a
quien destituye en Lima; la conducta de Bolívar responde en este caso a
un cuidadoso proceso de observación.
Su
don observador unido a su ecuanimidad llévalo a un conocimiento exacto
de sus hombres; ya anotamos que conocía las aptitudes de éstos.
Estudiaba
la personalidad psíquica de sus amigos, y aplicaba a cada uno el
tratamiento adecuado; en este sentido es un psicólogo espontáneo, sus
cartas más cuidadosas y políticas son para Santander, sus cartas más
plenas de nobleza y afecto son para Sucre.
Por
último en la fisonomía intelectual de Bolívar señalaremos su tendencia
discreta al humorismo, la facilidad para captar -hasta en momentos
serios- la nota risueña. Asimismo llamamos la atención sobre su forma
tan espontánea de mezclar expresiones populares en sus cartas; Bolívar
repetía frases del vulgo, conocía sus refranes y los aplicaba con tino
Cualidades
morales de Bolívar son la nobleza de espíritu y la constancia. La
nobleza espiritual ya supone una serie de virtudes, supone sobre todo
una buena capacidad de desprecio; Bolívar sabía despreciar, sorprende
que en sus cartas no se ocupe, con la debida insistencia, de sus
enemigos; trabajo cuesta indagar en su correspondencia los nombres de
sus adversarios.
La
constancia es el denominador común de la empresa de Bolívar; jamás cede
él en su propósito, su voluntad "no desmaya y aún se fortifica con la
adversidad", por eso la consigna de Pativilca ha llegado a simbolizar su
carácter. "El valor, la habilidad y la constancia corrigen la mala
fortuna", dijo en su primer memorial político. Es efectivo el afán que
jamás se doblega.
Su
carácter práctico y dinámico, encaminado directamente hacia sus
objetivos, explica una de sus críticas básicas a los hombres de la
Primera República, quienes, a juicio de Bolívar, se equivocaron al
pensar que sus principios saldrían victoriosos y serían respetarlos por
su sola verdad y bondad intrínsecas. El triunfo de una doctrina es obra
de tenacidad y de lucha, su bondad es aliciente y estímulo para que sus
propugnadores no la abandonen.
La
vida entera de Bolívar fue fiel a la idea de la necesidad de la acción
permanente; reconocía en todo instante la creadora proyección de la
energía, sin ella "no resplandece nunca el mérito, y sin fuerza no hay
virtud, y sin valor no hay gloria". En la historia halla asideros,
recuerda que más le valió a Cicerón un rasgo de valentía que todos los
prodigios de su genio. Si se investiga el perfil de su deber, se
comprende por qué existe en Bolívar junto a un carácter generoso un
hombre riguroso e inexorable, terrible cuando las circunstancias son
terribles. Su actividad utiliza los elementos propios de la disciplina y
de la fuerza cuando ha menester; no sólo fusila desertores y traidores y
encarcela delincuentes y deudores del Estado, sino que su justicia toca
hasta sus allegados. En hora crítica, obligado a restar una ventaja a
sus antagonistas, decreto la guerra a muerte; después vendrá el momento
de celebrar el tratado regularizador de la contienda; y el mismo
firmante de la proclama de Trujillo señalará más adelante a sus soldados
"la obligación rigurosa de ser más piadosos que valientes".
El
Libertador tenía noción de su propia personalidad, y sabía los linderos
y la dimensión de su esfuerzo. Conoció la magnitud de su obra; era
llano y sencillo. En las páginas de Peru de Lacroix, quien lo retrata
con ojos de intimidad, se advierte la personalidad de Bolívar
constituida por rasgos sobrios y severos, fáciles en todo momento de ser
reconocidos y observados sin misterio.
La
figura moral de Simón Bolívar se refleja en todas su expresiones. El
investigador científico no encuentra inconsecuencias en los escritos de
Bolívar, porque no las hubo. Don Vicente Lecuna, sabio en materia
bolivariana, recogió en forma que obliga la gratitud del mundo, la obra
escrita de El Libertador. La honestidad y competencia del eminente
compilador es garantía suficiente de que no ha habido lagunas
convencionales, ni ocultamientos, ni tergiversaciones, ni cortes ni
enmendaturas. Las fuentes, siempre claras, están indicadas en todas las
publicaciones hechas por Lecuna, con absoluta precisión.
Mas
no es necesario buscar en los libros la dimensión moral de Bolívar, más
que en palabras ella consta en hechos, está en la vida de quien pudo
decir: "¡Para qué necesitaré yo de Colombia! ¡Hasta sus ruinas han de
aumentar mi gloria! Serán los colombianos los que pasarán a la
posteridad cubiertos de ignominia, pero no yo. Ninguna pasión me ciega
en esta parte, y si para algo sirviera la pasión en juicios de esta
naturaleza, sería para dar testimonios irrefragables de pureza y
desprendimiento. Mi único amor siempre ha sido el de la patria; mi única
ambición, su libertad".
VENEZUELA AGROPECUARIA
ÉTAPAI
El Sometimiento y Control del Caudillismo (1830-1846) :
Grupo Político Gobernante: Oligarquía Conservadora.
José
Antonio Páez surge como el conciliador de las elites, su hegemonía la
sostiene el consenso entre los notables, (comerciantes, hacendados e
intelectuales), no una alianza de red caudillistas, durante este período
es capaz de contener , someter y controlar, los factores
disgregadores caudillistas, a través de la estructura formal de un
Estado que se está formando, el predominio de las elites y notables,
pero principalmente se sostiene del prestigio y autoridad del General
José Antonio Páez.
El Congreso Constituyente de Valencia aprueba la Constitución Nacional, el 22 de septiembre de 1830,
adoptó como forma de gobierno, un Sistema Mixto, con características
federalistas como centralistas, es decir, se consideró que la población
no estaba preparada para regirse por si mismo y se decidió adoptar un
sistema centro-federal o mixto, ya que éste permitía una mayor
vinculación entre los altos poderes de la nación y los de las
provincias, teniendo éstas,(provincias),los medios de velar por su
bienestar y cuidando de sus intereses locales. De igual forma la
Constitución de 1830 definió el Gobierno de Venezuela como republicano,
popular, representativo, responsable y alternativo. Delimitó el
territorio nacional como el que le correspondía a la Capitanía General
de Venezuela antes de la transformación política de 1810. En cuanto al
Poder Ejecutivo, constituido por un Presidente, electo cada cuatro años,
un Vice-Presidente, electo cada dos años y un Consejo de Gobierno
integrado por los Secretarios del Despacho, cuatro consejeros nombrados
por el Congreso y un Consejero nombrado por la Corte Suprema de
Justicia, todos ellos presididos por el Vicepresidente de la República. El
Poder Legislativo estaría compuesto por dos Cámaras : la de
Representantes y la de Senadores, mientras que el Poder Judicial estaría
a cargo de una Corte Suprema.
Si
bien es cierto que la Constitución de 1830 sentó las bases para la
eliminación de los privilegios de los blancos y la reducción de la
discriminación de los pardos, indios y negros, también es cierto que
estableció dos desigualdades sociales :
a) al no abolir la esclavitud, elemento social que discriminaba tácitamente a los esclavos y
b)
basándose en los bienes de fortuna, ya que los derechos políticos de
los ciudadanos se basaban en la propiedad y en el ingreso que tuvieran
los mismos, con estas medidas se aseguraba la oligarquía criolla, además
de las tierras que ya poseía, el derecho a gobernar en el nuevo Estado.
La
situación económica del país en este período era muy precaria, debido a
los daños causados por la guerra de independencia, tanto en la
ganadería como en la agricultura. Por otra parte el territorio nacional
con cerca de un millón de kilómetros cuadrados contaba apenas con una
población aproximada de ochocientos mil habitantes.
Un 44% pardos; 28% blancos criollos; un 23 % indios y cerca de un 5% de esclavos.
Basándose
en que la libertad de los contratos contribuiría a la prosperidad de la
república, el Congreso Nacional aprobó la Ley Sobre Libertad de
Contratos el 10 de abril de 1834. Esta Ley llamada también "Ley del 10 de abril",
fue muy cuestionada , ya que la tasa de interés era fijada libremente y
si el deudor no pagaba, se le sumaban los intereses, lo que hacía cada
vez más difícil cancelar la deuda y en este caso la propiedad pasaba a
manos del acreedor. Esta Ley se ha considerado como una protección a la
usura.
Surge
un nuevo grupo social, constituido por los Héroes de la guerra con
poder económico y político, ya que los favoreció la Ley de Haberes
Militares, (en pago a los servicios prestados en la guerra, se les
repartió las tierras de los blancos mantuanos, realistas, que
abandonaron el país). Esta nueva clase social con los viejos mantuanos
continuaron el latifundio, (ya existente en la época de la colonia), es
decir, eran dueños de grandes extensiones de tierras y amos de los
esclavos.
El
Ministro Plenipotenciario venezolano Santos Michelena fue comisionado
por el gobierno de Páez para negociar con Nueva Granada la separación de
la deuda total de la Gran Colombia por países, así como la fijación de
los límites correspondientes. Michelena firmó con su colega
neogranadino, Lino Pombo, un Tratado el 23 de diciembre de 1834. En
cuanto a la deuda total de 103 millones de pesos se acordó distribuirla
de acuerdo a la población de sus países, a Venezuela le correspondió
pagar el 28,5 %. El tratado sobre límites fue firmado en Bogotá el 14 de
diciembre de 1833, con el nombre de Tratado de amistad, alianza,
comercio, navegación y límites, conocido como Tratado de
Michelena-Pombo. Es de esta manera que Venezuela independiente adquiere
su primera deuda externa y marca el inicio de negociaciones en materia
de límites con sus vecinos.
El
9 de febrero de 1835, asume la Presidencia el Dr: José María Vargas,
quien ganó las elecciones con un gran margen de popularidad, a pesar de
que
él
manifestara en consecutivas oportunidades que no era político, sólo
educador, médico y botánico. Vargas renunció a la Presidencia a los
pocos meses, pero el Congreso no la aceptó. Vargas no era un caudillo,
ni militar, era civil, de allí la importancia de su corta estadía en la
Presidencia ya que esto demuestra el interés de la Oligarquía
Conservadora en formar un verdadero estado democrático, sin embargo el
caudillismo se impone, los militares sienten que son ellos los que
tienen que gobernar en pago a sus glorias de guerra, y se produce el Movimiento de las Reformas, que depone a Vargas del poder, el General Páez, caudillo, con gran prestigio, sale
a enfrentar a los alzados, los hace presos y reintegra a Vargas el
Poder. Sin embargo, Vargas renuncia poco después, pero antes de salir
del poder decreta la libertad de los detenidos participantes en la
revolución en su contra, es decir, les otorgaba el perdón definitivo. El
período de Vargas fue terminado por el Gral Carlos Soublette, quien
gobernó con el Congreso en su contra y cuestionando todas sus
decisiones, sólo por el hecho de enaltecer la obra del Libertador y llamarlo " El Padre de la Patria".
La
segunda Presidencia de Páez 1839-1842, tuvo las características de la
primera, pacifista, conciliatoria y progresista pero con una crisis
económica más precaria, ya que los precios del café bajaron y muchos
hacendados habían perdido su tierras.
En
lo cultural puede decirse que durante el período de la Oligarquía
Conservadora: Se fundó la Biblioteca Nacional .(1833); Se adaptó
definitivamente El Escudo de Armas.(1836).; Se editaron por orden
oficial La Geografía de Venezuela, de Agustín Codazzi y la Historia de
Venezuela de Rafael María Baralt. De igual forma se reivindicó la obra
del Libertador, se trasladaron sus restos desde Santa Marta y fueron
colocados en el Panteón Nacional, con un gran número de actos en su
honor ,(1842).
El
Gral Carlos Soublette fue elegido Presidente Constitucional de
Venezuela para el período de 1843-1847. Tuvo que enfrentar una gran
crisis económica. Fue respetuoso de la Constitución y las leyes. Aceptó
la crítica de la oposición, muy especialmente la guerra en la prensa que
le hiciera Antonio Leocadio Guzmán y Tomás Lander. Entregó el gobierno en 1847, a la oposición, convirtiéndose este hecho en un ejemplo de alternabilidad democrática.
Al surgir diferencias en la élite por la conducción del proyecto liberal, se desestabiliza el proceso y se fortalecen las tendencias disgregadoras.
Los
encargados principales de dirigir el país en este período son los más
altos representantes de la Oligarquía Conservadora, entre los que
destacan: José Antonio Páez, Carlos Soublette, Miguel Peña, Diego
Bautista Urbaneja, Fermín Toro, Pedro José Rojas, José María Vargas
etc...
del que se vuelve a decir su mejor amigo, pero que en la época valenciana de 1830 tenía dirigentes de dignidad que dieron vida a la nueva nación que hoy es Venezuela. No payasos vendidos por $$$, sino hombres amantes de la libertad y de su país. No comunistas de pacotilla y fuera de época serviles de Fidel Castro, sino hombres libres, cultos. No piltrafas ignorantes que ni militares saben ser, ni hombres menos. Ciudadanos ni saben lo que es. Arrastrados tras slogans siempre, llenos de resentimiento y pobreza de ideales, valores y cultura. No es ir contra Colombia, es colocarnosd de tú a tú de verdad, porque lamentablemente siempre ha sido verdad la máxima de Bolívar: "Colombia es una universidad y Venezuela, un cuartel" |
1 abril 2011
Santos encamina su política exterior a lograr liderazgo
(Foto AP)
EFE
El
presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, busca con la mediación para
lograr el retorno de Honduras a la OEA y el impulso en la ONU a la
reconstrucción de Haití, entre otros movimientos estratégicos, sacar a
su país de una etapa de cierto aislamiento y convertirlo en un líder
regional.
Colombia
estuvo "aislada" durante los ocho años de mandato de Álvaro Uribe
(2002-2010), sobre todo porque el discurso de la política exterior era
"monotemático" y "lo único de lo que hablaba era de terrorismo y de las
FARC", comentó a Efe el politólogo Fernando Giraldo, profesor de la
Universidad Javeriana de Bogotá.
Para
la también politóloga Elizabeth Ungar, de la bogotana Universidad de
los Andes, Uribe se "centró al máximo" en la relación con Estados Unidos
y específicamente "con un sector particular, el republicano".
Así,
se hizo evidente "un cierto aislamiento en el contexto latinoamericano y
en el mundial", por lo que Santos "se ha ocupado de internacionalizar
las relaciones del país, de diversificarlas y mirar hacia otros
frentes", anotó Ungar a Efe.
Sin
descuidar a EE.UU. sino todo lo contrario, como demuestra su reciente
reunión con el presidente Barack Obama para "descongelar" el Tratado de
Libre Comercio (TLC) bilateral, que será presentado en breve al Congreso
norteamericano para su aprobación, Santos aspira a que Colombia vuelva a
ser mirada "con respeto y simpatía" en América Latina, según Giraldo.
Por
ello, en opinión de este analista, Santos "estratégicamente quiso
liderar" la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, que le
corresponde a Colombia este mes, y el pasado 6 de abril dirigió una
reunión de alto nivel en ese organismo para dar un nuevo impulso a la
reconstrucción de Haití tras el terremoto de 2010.
Esa
reunión es "muy sintomática de la intención" del mandatario "de asumir
un papel de liderazgo en el continente", argumentó Ungar.
Tres
días después, el 9 de abril, Santos volvió a adoptar el rol de líder y,
para sorpresa de toda la región, organizó una cumbre tripartita en la
ciudad caribeña colombiana de Cartagena con los gobernantes de
Venezuela, Hugo Chávez, y Honduras, Porfirio Lobo, para tratar el
retorno de este último país a la Organización de Estados Americanos
(OEA).
La OEA suspendió a Honduras tras el golpe de Estado del 28 de junio de 2009 que derrocó al entonces presidente Manuel Zelaya.
En
Suramérica, Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay y
Venezuela no reconocen al Gobierno de Lobo, que asumió en enero de 2010,
y exigen el retorno a Honduras de Zelaya, quien reside en la República
Dominicana.
El
mero acercamiento entre Lobo y Chávez, uno de los más férreos
detractores del actual Gobierno de Honduras, ya se ha interpretado como
un avance en el que Santos jugó un papel crucial.
De
acuerdo con Giraldo, con un discurso basado en el "respeto", la
"cooperación" y en la idea de que cualquier discrepancia con otro país
"debe resolverse por la vía del diálogo", Santos consiguió restablecer
las relaciones con Venezuela en agosto pasado, nada más asumir la
presidencia.
Chávez
había roto esas relaciones un mes antes, en respuesta a las denuncias
del entonces presidente Uribe de que Venezuela daba cobijo en su
territorio a guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC).
Venezuela y Colombia han logrado nuevos acuerdos. (Foto AP)
La
buena relación con Chávez se ha traducido en más cooperación en la
lucha contra las FARC y en un renacer del comercio bilateral, además de
un acuerdo para turnarse entre los dos países la presidencia de la Unión
de Naciones Suramericanas (Unasur), un organismo donde Colombia no se
sentía cómoda en la etapa de Uribe.
"Santos
entiende que el juego político y diplomático" implica "transacciones" y
negociaciones, y "sabe que Venezuela pesa en la región", sostuvo
Giraldo.
Y
en cuanto a Europa, ha logrado que ese continente "empiece a mirar a
Colombia como un país en desarrollo, donde no todo es guerrilla", agregó
en referencia a la reciente gira de Santos por Alemania y España, donde
tuvo reuniones muy provechosas con empresarios.
En
la misma línea, Ungar remarcó que ese incipiente liderazgo de Santos
"pasa por consolidar el respeto hacia Colombia como un país importante,
que tiene su autonomía y ha hecho grandes avances".
Por tanto como dice Rafael Poleo: La relación con Venezuela es para Santos un "inevitable contubernio" |
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