Indocencias
Baquero
José Joaquín Burgos (Notitarde/)
Placita del Ateneo. Me topo con Orlando Baquero. Un places imenso, desde luego.
Estamos saludándonos cuando un desconocido, fan -por lo visto- de los guarimberos
y de los dizque líderes de la “oposición” (¿?) pasa y nos saluda con una sonrisa burlona.
¿Consiguieron harina? Nos dice. ¿Y café y... jabón... y? Yo creo que el tipo llevaba un
moñequito negro de Bush en el bolsillo de su extraña camisa. Menos que nos miró de
medio lado y pasó de largo... El día, sinceramente, hedía a guarimba.
Estamos saludándonos cuando un desconocido, fan -por lo visto- de los guarimberos
y de los dizque líderes de la “oposición” (¿?) pasa y nos saluda con una sonrisa burlona.
¿Consiguieron harina? Nos dice. ¿Y café y... jabón... y? Yo creo que el tipo llevaba un
moñequito negro de Bush en el bolsillo de su extraña camisa. Menos que nos miró de
medio lado y pasó de largo... El día, sinceramente, hedía a guarimba.
Entramos en el Ateneo, al cafetín y pedimos dos negritos. “El tiempo no existe -me
dice el poeta Orlando Baquero mientras saboreamos, placer mañanaero, los negritos
tintos. En minutos, mientras disfrutamos de la tradicón el día echa a correr con todos
los relojes, que ahora seguramente marchan más prisa que antes. Hablamos de ello tal
vez por el empeño, la decisión de Baquero de atrapar el tiempo o por lo menos de
ecnontrar una respuesta lógica a su verdad, a su realidad, a su existencia. Bauqero,
que además de poeta es fotógrafo profesional (quiero decir reportero gráfico, artista,
investigador, ensayista... y novio de la madrina), pero es un ser pensante y eso es
ya palabra mayor. El tiempo, poeta -le digo- sí existe, pero el problema es que no
podemos verlo. Es decir, él, en sí, es la eternidad, esa otredad en la cual todo existió,
pero que en un espacio/tiempo a la vez, inconmesurable, impalpable, irreal.
dice el poeta Orlando Baquero mientras saboreamos, placer mañanaero, los negritos
tintos. En minutos, mientras disfrutamos de la tradicón el día echa a correr con todos
los relojes, que ahora seguramente marchan más prisa que antes. Hablamos de ello tal
vez por el empeño, la decisión de Baquero de atrapar el tiempo o por lo menos de
ecnontrar una respuesta lógica a su verdad, a su realidad, a su existencia. Bauqero,
que además de poeta es fotógrafo profesional (quiero decir reportero gráfico, artista,
investigador, ensayista... y novio de la madrina), pero es un ser pensante y eso es
ya palabra mayor. El tiempo, poeta -le digo- sí existe, pero el problema es que no
podemos verlo. Es decir, él, en sí, es la eternidad, esa otredad en la cual todo existió,
pero que en un espacio/tiempo a la vez, inconmesurable, impalpable, irreal.
Sabemos que existe porque podemos aprehender, ver, hasta saborear, oler, escuchar
las cosas que el propio tiempo ha hecho y manoseado, pero a él no podemos verlo
en este universo cartesiano en el que vivimos... Total, de allí pasamos a hablar de los
universos paralelos a los cuales se llega por un extraño pasadizo en el espacio/tiempo
parametafórico del quamtum... y a la media hora no encontrábamos ya sin argumentos.
las cosas que el propio tiempo ha hecho y manoseado, pero a él no podemos verlo
en este universo cartesiano en el que vivimos... Total, de allí pasamos a hablar de los
universos paralelos a los cuales se llega por un extraño pasadizo en el espacio/tiempo
parametafórico del quamtum... y a la media hora no encontrábamos ya sin argumentos.
Finalmente decidimos bebernos otros café (ambos cumplimos estrictamente por
razones de salud, una severa ley seca). Y brindamos por la hora actual. La realidad
es dura, la guerra económica es cierta, implacable. El rostro del tiempo no se ve, pero
la historia sí, y no perdona. Esos fantasmas que andan por ahí creyendo que áun
están vivos, se muerieron antes de nacer. Los otros, a quienes ellos creen muertos y
así los nombran, están vivitos empujando al mundo sin torcerle el brazo a nadie.
Vamos, poeta, a brindar por la voz, la conciencia y la alegría del comandante Chávez.
Ese muchacho que tiene el corazón del pueblo, y por eso no se morirá jamás...
razones de salud, una severa ley seca). Y brindamos por la hora actual. La realidad
es dura, la guerra económica es cierta, implacable. El rostro del tiempo no se ve, pero
la historia sí, y no perdona. Esos fantasmas que andan por ahí creyendo que áun
están vivos, se muerieron antes de nacer. Los otros, a quienes ellos creen muertos y
así los nombran, están vivitos empujando al mundo sin torcerle el brazo a nadie.
Vamos, poeta, a brindar por la voz, la conciencia y la alegría del comandante Chávez.
Ese muchacho que tiene el corazón del pueblo, y por eso no se morirá jamás...
Pocaterra y Valencia
Notitarde 13 de marzo 2005 pág. Opinión/6
José Rafael Pocaterra (Valencia (Estado Carabobo), 18 de diciembre de 1888- Montreal (Canadá),
18 de abril de 1955)
Dedicado al amigo Orman Parra
Estuve cerca de José Rafael Pocaterra, cuando dijo su discurso a la ciudad que le había visto nacer, era el 25 de marzo de 1955, al mes supimos de su fallecimiento,- que no muerte,- porque los hombres como Pocaterra no mueren jamás. (O los "siembran" como el Hugo Chávez de Burgos y Baquero) (Además Luis revisa ese dato porque tú eras un zagaletón de 12 años aprox. que debía estar en formación con el Colegio "Don Bosco" para desfilar, y no metido de pantalones cortos en el Consejo Municipal con pura gente mayor, bien trajeada e importante...No creo que te hubieran dejado estar metido allí, aunque de ti se puede esperar cualquier cosa)
Pocaterra era un muchacho, cuando la dictadura de Cipriano Castro, y en su periódico llamado Caín, criticó duramente al déspota, no tardó la policia en llevárselo a su primer carcelazo, duró un año entre rejas. Nos cuenta Pocaterra, que una vez conspiró junto con el Dr. Alejo Zuloaga, el fundador de la Universidad de Valencia, hoy de Carabobo, según Pocaterra, (citó de memoria) el Doctor Zuloaga había alquilado una casa que lindaba pared por medio de la cárcel, el proyecto era abrir un bloquete para que los presos políticos tuvieran la libertad. Los espíritus elevados, se juntan para las grandes obras.
De allí en adelante, alertarían entre cargos públicos y carcelazos, acompaño al General Román Delgado Chalbaud, en la expedición del Falke, al fracasar, lanzó el armamento al mar. (Luis revisa ese dato porque muchos dicen que huyó chorreado dejando a los amigos en tierra, al ver la matazón y fracaso de la expedición, y botó el armamento que nunca entregó a los que bajaron a tierra y lo necesitaban, y por eso los masacraron las fuerzas del Gral. Gómez, para no dejar huellas de lo que llevaba el Falke en su huida).La civilidad de Pocaterra y su odio a las tiranías, no pudieron callarlo jamás. Su corazón vibró intensamente aquella mañana valenciana de marzo de 1955, fue presentado por Teodoro Gubaira, Presidente del Consejo Municipal, su amigo quien lo había invitado, y fue magnifico anfitrión.
Pocaterra era un muchacho, cuando la dictadura de Cipriano Castro, y en su periódico llamado Caín, criticó duramente al déspota, no tardó la policia en llevárselo a su primer carcelazo, duró un año entre rejas. Nos cuenta Pocaterra, que una vez conspiró junto con el Dr. Alejo Zuloaga, el fundador de la Universidad de Valencia, hoy de Carabobo, según Pocaterra, (citó de memoria) el Doctor Zuloaga había alquilado una casa que lindaba pared por medio de la cárcel, el proyecto era abrir un bloquete para que los presos políticos tuvieran la libertad. Los espíritus elevados, se juntan para las grandes obras.
De allí en adelante, alertarían entre cargos públicos y carcelazos, acompaño al General Román Delgado Chalbaud, en la expedición del Falke, al fracasar, lanzó el armamento al mar. (Luis revisa ese dato porque muchos dicen que huyó chorreado dejando a los amigos en tierra, al ver la matazón y fracaso de la expedición, y botó el armamento que nunca entregó a los que bajaron a tierra y lo necesitaban, y por eso los masacraron las fuerzas del Gral. Gómez, para no dejar huellas de lo que llevaba el Falke en su huida).La civilidad de Pocaterra y su odio a las tiranías, no pudieron callarlo jamás. Su corazón vibró intensamente aquella mañana valenciana de marzo de 1955, fue presentado por Teodoro Gubaira, Presidente del Consejo Municipal, su amigo quien lo había invitado, y fue magnifico anfitrión.
Pocaterra falleció solo un mes después de haberle cantado a Valencia. Dice la afectota que Pérez Jiménez no quería darle la entrada a Venezuela, pero el Dr. Vallenilla Lanz. Lo convencio diciendole que sería el canto del cisne, y no se equivocó, a los días falleció el recio venezolano.
Quiera Dios, que alguien con poder, en nombre de los carabobeños, solicite al Presidente de la República, el traslado de los restos del valenciano al Panteón Nacional. Nuestro querido amigo el Dr. Enrique Casal (Qepd) siendo Senador de la República, solicitó para el valenciano los honores en el Panteón, y se los acordaron por unanimidad. La fecha de Valencia, sería la indicada. ¡Pocaterra es patrimonio de la carabobeñidad de todos los tiempos!
Pocaterra falleció solo un mes después de haberle cantado a Valencia. Dice la afectota que Pérez Jiménez no quería darle la entrada a Venezuela, pero el Dr. Vallenilla Lanz. Lo convencio diciendole que sería el canto del cisne, y no se equivocó, a los días falleció el recio venezolano.
Quiera Dios, que alguien con poder, en nombre de los carabobeños, solicite al Presidente de la República, el traslado de los restos del valenciano al Panteón Nacional. Nuestro querido amigo el Dr. Enrique Casal (Qepd) siendo Senador de la República, solicitó para el valenciano los honores en el Panteón, y se los acordaron por unanimidad. La fecha de Valencia, sería la indicada. ¡Pocaterra es patrimonio de la carabobeñidad de todos los tiempos!
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