El “suicidio” de un preso político
Publicado por Ludmila Vinogradoff el mar 14, 2015
Una emotiva cadena humana, encabezada por Chúo Torrealba, secretario ejecutivo de la opositora Mesa de la Unidad Democrática, MUD, recorrió hoy sábado las calles del municipio Chacao hasta la sede de las Naciones Unidasen la avenida Francisco de Miranda de Caracas para rendir un homenaje al preso político Rodolfo González, quien supuestamente se suicidó este jueves, en su celda del Sebin.
La triste marcha de condolencias fue también para pedir ante la ONU una vez más la liberación de todos los presos políticos,cuya cifra oscila entre 132 y 98 personas encarceladas en distintas prisiones de Venezuela según censos de diferentes organizaciones internacionales de los derechos humanos.
Fue un “patriota cooperante” anónimo, mejor dicho, un delator de los que utiliza el gobierno de Nicolás Maduro para detener a los opositores, el que metió preso el 26 de abril de 2014 al piloto de la Fuerza Aérea Venezolana, capitán (retirado) Rodolfo Pedro González, de 64 años, por participar en las protestas de febrero del año pasado.
El activista opositor murió en circunstancias extrañas. Su familia sospecha que fue un suicidio inducido. Su hija Ivette González lo encontró muerto en el suelo, cubierto con una sábana, en uno de los pasillos del Helicoide, la sede principal del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, Sebin, la policía política del régimen.
“Estaba fuera de su celda, como si hubiese muerto en la calle. Lo vi boca arriba y morado. Cuando llegué los funcionarios del Sebin estaban consternados. No todos son malos. Aunque llegamos a las 5:00 am y pedimos que nos dejaran entrar, fue después de casi una hora cuando nos dejaron ingresar”, aseguró consternada la hija a El Nacional.
En el acta de defunción deGonzález, piloto comercial retirado hace 15 años, se especifica que la causa de muerte fue estrangulamiento y asfixia y que falleció el jueves a las 11:00 de la noche. Ayer, poco antes de las 6:00 de la tarde, cuando sus hijas aún terminaban los trámites para retirar el cuerpo en la morgue de Bello Monte y conseguir cupo para el velorio y el sepelio en elCementerio del Este, no les habían confirmado la hipótesis del suicidio. Pero lo sospechaban.
“Parece un suicidio inducido. La tortura psicológica que le hicieron a mi padre fue muy grande. Le decían que estaba de tercero en la lista, que iba para Yare y eso lamentablemente parece que lo llevó a tomar esta decisión. Nosotros pensamos que hubo una presión muy fuerte y emocional. Era un hombre mayor, que no estaba en buena condición de salud y al que le preocupaban las vejaciones que sufren los familiares en un penal”, añadió Ivette González.
De acuerdo con el entonces ministro de Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, en el momento de su captura le decomisaron armas de fuego, municiones, equipos tecnológicos y documentos que lo vinculaban con acciones subversivas. El 8 de octubre el Tribunal 27° de Control decidió que González y su esposa, Josefa de González, más tres estudiantes, fuesen a juicio.
El piloto fue imputado por asociación para delinquir, tenencia de explosivos y tráfico de armas de fuego; sufría de enfermedad periodontal —usaba aparatos— y de hipertensión. Su esposa, de 68 años de edad, tiene régimen de presentación cada 30 días.
Aún consternadas y abrumadas por los periodistas nacionales e internacionales que esperaron que regresaran de la Fiscalía al centro forense, las hijas de González le explicaron a la prensa que su padre, al que el gobierno llamaba el “Aviador”, estaba tras las rejas por el testimonio aportado por un “patriota cooperante”.
El “Aviador” dejó una carta dirigida a su esposa el pasado 26 de febrero en la que le ratificaba su compromiso de seguir luchando porque le quedaban muchas horas de vuelo con ella y no mostraba ninguna señal de querer suicidarse.
Sea como sea, la responsabilidad de su muerte recae sobre el Estado venezolano pues la Constitución garantiza la vida e integridad de los prisioneros. La abogada Tamara Sujú lo dice: “la tortura que se aplica a los presos políticos es un crimen. El presunto suicidio de Rodolfo González es un ejemplo”.
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