(Expediente Parque Metropolitano)
De la boca del infierno al burdel
El Tabarin
A los fines de que la presente denuncia sea digerida y entendida,
solicito paciencia a los lectores, dado que estoy convencido que sin el
conocimiento del pasado, es imposible construir la visión que tengamos
del futuro. Comienzo con un pequeño resumen de la historia del Parque
Metropolitano de Valencia, cuyo decreto de expropiación del 30/12/1958,
cumple 52 años de su promulgación, y con el pasar del tiempo, apreciamos
una sumatoria de vagabunderías, cuyos delitos han pasado desapercibidos,
favoreciendo a pequeñas elites de la sociedad valenciana, entre las cuales
está el Colegio de Abogados del estado Carabobo, el Forum-Bingo, los
edificios de Centro Norte, y otros. Es lamentable, que teniendo el Parque
Metropolitano profundas raíces municipales, muchos concejales y
autoridades ejecutivas del Concejo se hayan hecho de la vista gorda
con mutis y estén a favor de los mas poderosos. Ya en el año de 1.944
cuando Valencia sólo tenía 95.000 habitantes a lo largo de ese
frondoso bosque alimentado por el río Cabriales, el Concejo Municipal
con una gran visión de futuro, creó la Comisión Municipal de
Urbanismo, bajo la dirección del Arq. Manuel Jácome en sede en la Urb.
"Lomas del Este" la cual por el año de 1.946 recomendó declarar zona
verde al bosque galería existente a lo largo del río Cabriales; es por
ello, que el Parque Metropolitano originalmente es llamado Parque
del Cabriales. Posteriormente, en 1.952, la Sociedad “Amigos de Valencia”
en vista de la proximidad de la celebración del Cuatricentenario de la
fundación de nuestra capital regional, firmó un convenio con el
Ministerio de Agricultura y Cría, la Gobernación y el Concejo Municipal
para la repoblación y conservación de los bosques que circundan
la ciudad de Valencia (El Morro, Guacamaya, Guaparo, Guataparo,
y Tarapío) dado que en dichas serranías se originan las vertientes de
aguas que surten tanto al río Cabriales como al acueducto de
entonces, por cierto era su presidente, Don Francisco Alvarado
Escorihuela, su secretario, Rafael Saturno Guerra (cronista de la
ciudad desde 1.946), y el responsable del proyecto el Ingeniero
forestal Arturo Trejo (ingeniero agrónomo y honorable ambientalista).
Paralelamente al movimiento civil-ambiental que protagonizaba la
Sociedad Amigos de Valencia, en la ciudad de Caracas un grupo
de profesionales (Gastón Bardet, y Mesie Rotival) de la Comisión
Nacional de Urbanismo del Ministerio de Obras Públicas concluían
el Plano Regulador de Valencia para ese mismo año, donde luego
de analizar la ciudad, y su medio ambiente, elaboraron un proyecto
para la ciudad futura, considerando una zona para la ubicación de
un Parque de carácter Metropolitano a lo largo del río Cabriales con
una faja de 45,00 metros a lado y lado entre la Autopista Sur
(Distribuidor Los Samanes) y la Avenida de Circunvalación Este
(que conduce a Guaparo). El Parque con una superficie
aproximada de 90 hectáreas se dividió en dos zonas (Norte y Sur),
conformándose por los siguientes elementos: una zona de vialidad
con vías de acceso, entradas, cercas, estacionamientos, caminos y
senderos de penetración, una zona de deportes con pista de
bicicletas,
pista para equitación, pista de patinar, cancha de soft-ball,
volley-ball, tenis, bolas criollas, piscinas para adultos y niños,
gimnasio cubierto, una zona de cultura con museo de ciencias
naturales, teatro al aire libre, concha acústica, rancho folklórico,
teatro de títeres, jardín botánico, jardín zoológico, parques
infantiles, y una zona de administración con oficinas, casetas
para guardas, y fuente de soda. Durante el año de 1.953,
ese plano regulador de Valencia fue objeto de estudio por la
Subcomisión de Urbanismo del Concejo, y aprobado por
unanimidad bajo la gestión de Don Teodoro Gubaira; ahora
bien, dada la importancia que significaba ese gran parque para
la ciudad, el Concejo Municipal en 1954 declaró zonas de
prohibida construcciones, los terrenos comprendidos entre los
linderos que se destinaban para el Parque Metropolitano,
asegurándole al futuro parque, la conservación de la vegetación
existente, que constituye el pulmón verde de la ciudad. Como
dato curioso, vale la pena recordar, que en el plano de Valencia
levantado y dibujado por el agrimensor público Ernesto L.
Branger en el año 1.878, el sector donde se inicia el parque
por la Calle Navas Spínola era conocido como “Boca del
Infierno”,
nombre que identifica las pasadas, presentes y futuras
violaciones,
vagabunderías, y complacencias de muchos políticos y
negociadores a lo largo de mas demedio siglo en contra de la
Utilidad Pública del Parque Metropolitano. El Parque
Metropolitano
ya pasa del medio siglo, su construcción definitiva ha sido
torpedeada por intereses miserables, quienes han robando el uso
y disfrute de lo recreacional a los más débiles, pues su existencia
garantizaba el cultivo progresivo de las conciencias ambientales,
pues permite armonizar y equilibrar las inevitables toneladas de
concreto y acero que conlleva el desarrollo de la ciudad, y
donde ha sido inevitable la desaparición y muerte de los árboles
del interior de los patios y manzanas. Y en esto estriba la gran
importancia del Parque Metropolitano, para que se respeten los
grandes bosques de los cerros, para que los árboles a lo largo
del río Cabriales cumplan muchos siglos mas, y para que esta y
las futuras generaciones cosechen los frutos de la paz, la belleza,
la recreación, la cultura, el deporte, y la salud, áreas de crecimiento
espiritual que solamente serán posible en ese sagrado lugar para
el bienestar de toda la familia valenciana de nacimiento y la
valenciana de corazón.
solicito paciencia a los lectores, dado que estoy convencido que sin el
conocimiento del pasado, es imposible construir la visión que tengamos
del futuro. Comienzo con un pequeño resumen de la historia del Parque
Metropolitano de Valencia, cuyo decreto de expropiación del 30/12/1958,
cumple 52 años de su promulgación, y con el pasar del tiempo, apreciamos
una sumatoria de vagabunderías, cuyos delitos han pasado desapercibidos,
favoreciendo a pequeñas elites de la sociedad valenciana, entre las cuales
está el Colegio de Abogados del estado Carabobo, el Forum-Bingo, los
edificios de Centro Norte, y otros. Es lamentable, que teniendo el Parque
Metropolitano profundas raíces municipales, muchos concejales y
autoridades ejecutivas del Concejo se hayan hecho de la vista gorda
con mutis y estén a favor de los mas poderosos. Ya en el año de 1.944
cuando Valencia sólo tenía 95.000 habitantes a lo largo de ese
frondoso bosque alimentado por el río Cabriales, el Concejo Municipal
con una gran visión de futuro, creó la Comisión Municipal de
Urbanismo, bajo la dirección del Arq. Manuel Jácome en sede en la Urb.
"Lomas del Este" la cual por el año de 1.946 recomendó declarar zona
verde al bosque galería existente a lo largo del río Cabriales; es por
ello, que el Parque Metropolitano originalmente es llamado Parque
del Cabriales. Posteriormente, en 1.952, la Sociedad “Amigos de Valencia”
en vista de la proximidad de la celebración del Cuatricentenario de la
fundación de nuestra capital regional, firmó un convenio con el
Ministerio de Agricultura y Cría, la Gobernación y el Concejo Municipal
para la repoblación y conservación de los bosques que circundan
la ciudad de Valencia (El Morro, Guacamaya, Guaparo, Guataparo,
y Tarapío) dado que en dichas serranías se originan las vertientes de
aguas que surten tanto al río Cabriales como al acueducto de
entonces, por cierto era su presidente, Don Francisco Alvarado
Escorihuela, su secretario, Rafael Saturno Guerra (cronista de la
ciudad desde 1.946), y el responsable del proyecto el Ingeniero
forestal Arturo Trejo (ingeniero agrónomo y honorable ambientalista).
Paralelamente al movimiento civil-ambiental que protagonizaba la
Sociedad Amigos de Valencia, en la ciudad de Caracas un grupo
de profesionales (Gastón Bardet, y Mesie Rotival) de la Comisión
Nacional de Urbanismo del Ministerio de Obras Públicas concluían
el Plano Regulador de Valencia para ese mismo año, donde luego
de analizar la ciudad, y su medio ambiente, elaboraron un proyecto
para la ciudad futura, considerando una zona para la ubicación de
un Parque de carácter Metropolitano a lo largo del río Cabriales con
una faja de 45,00 metros a lado y lado entre la Autopista Sur
(Distribuidor Los Samanes) y la Avenida de Circunvalación Este
(que conduce a Guaparo). El Parque con una superficie
aproximada de 90 hectáreas se dividió en dos zonas (Norte y Sur),
conformándose por los siguientes elementos: una zona de vialidad
con vías de acceso, entradas, cercas, estacionamientos, caminos y
senderos de penetración, una zona de deportes con pista de
bicicletas,
pista para equitación, pista de patinar, cancha de soft-ball,
volley-ball, tenis, bolas criollas, piscinas para adultos y niños,
gimnasio cubierto, una zona de cultura con museo de ciencias
naturales, teatro al aire libre, concha acústica, rancho folklórico,
teatro de títeres, jardín botánico, jardín zoológico, parques
infantiles, y una zona de administración con oficinas, casetas
para guardas, y fuente de soda. Durante el año de 1.953,
ese plano regulador de Valencia fue objeto de estudio por la
Subcomisión de Urbanismo del Concejo, y aprobado por
unanimidad bajo la gestión de Don Teodoro Gubaira; ahora
bien, dada la importancia que significaba ese gran parque para
la ciudad, el Concejo Municipal en 1954 declaró zonas de
prohibida construcciones, los terrenos comprendidos entre los
linderos que se destinaban para el Parque Metropolitano,
asegurándole al futuro parque, la conservación de la vegetación
existente, que constituye el pulmón verde de la ciudad. Como
dato curioso, vale la pena recordar, que en el plano de Valencia
levantado y dibujado por el agrimensor público Ernesto L.
Branger en el año 1.878, el sector donde se inicia el parque
por la Calle Navas Spínola era conocido como “Boca del
Infierno”,
nombre que identifica las pasadas, presentes y futuras
violaciones,
vagabunderías, y complacencias de muchos políticos y
negociadores a lo largo de mas demedio siglo en contra de la
Utilidad Pública del Parque Metropolitano. El Parque
Metropolitano
ya pasa del medio siglo, su construcción definitiva ha sido
torpedeada por intereses miserables, quienes han robando el uso
y disfrute de lo recreacional a los más débiles, pues su existencia
garantizaba el cultivo progresivo de las conciencias ambientales,
pues permite armonizar y equilibrar las inevitables toneladas de
concreto y acero que conlleva el desarrollo de la ciudad, y
donde ha sido inevitable la desaparición y muerte de los árboles
del interior de los patios y manzanas. Y en esto estriba la gran
importancia del Parque Metropolitano, para que se respeten los
grandes bosques de los cerros, para que los árboles a lo largo
del río Cabriales cumplan muchos siglos mas, y para que esta y
las futuras generaciones cosechen los frutos de la paz, la belleza,
la recreación, la cultura, el deporte, y la salud, áreas de crecimiento
espiritual que solamente serán posible en ese sagrado lugar para
el bienestar de toda la familia valenciana de nacimiento y la
valenciana de corazón.
Uno de sus mayores impulsos gubernamentales lo
encontramos
entre los años 1.957 y 1.958, en plena turbulencia nacional,
cuando
existía una conspiración política contra el gobierno militar de
Marcos Pérez Jiménez. A pesar de ello, la motivación de varios
ciudadanos y profesionales en pro del Parque Metropolitano no
desmayó, fueron muchas las reuniones efectuadas en el Centro
de Ingenieros del estado Carabobo, para planificar, organizar y
ejecutar tan valiosa obra; desde luego, fue fundamental para la
vida del Parque Metropolitano, el Decreto emanado del
Gobernador
de Carabobo, Dr. Ivan Darío Maldonado, donde se fundó la
Junta Promotora del Parque Metropolitano de Valencia, se
contrató
el levantamiento topográfico y catastro de la zona afectada por
el parque en el año de 1.957 a la empresa Cartográfica Mercator;
tales hechos demuestran que ese mandatario era un convencido
que el Parque Metropolitano brindaría a Valencia, además de
los bienes específico que tales obras de utilidad y ornato cumplen,
la conservación de los recursos renovables, atracción, estímulo al
turismo, y cooperación en la lucha contra la delincuencia. En fin,
nos encontramos en presencia de una obra diseñada especialmente
para nuestros niños sin distingo de esferas sociales, cuyo mensaje
logró para ese período, la unión de los esfuerzos del gobierno
nacional a través de los Ministerios de Obras Públicas, de Agricultura
y Cría, como del gobierno regional, gobierno municipal, y otras
organizaciones civiles tales como el Colegio de Ingenieros, la
Sociedad de Amigos de Valencia, y los medios de comunicación.
Fueron muchas las buenas noticias sobre la construcción del Parque
Metropolitano en los diversos medios de comunicación, se formó
una matriz positiva que continuó luego del derrocamiento de Pérez
Jiménez y el ascenso al poder del Partido Acción Democrática;
aunque nunca faltan algunos opositores que se encargaron de
anunciar que el proyecto de Parque Metropolitano correspondía
a la política de relumbrón del régimen pasado, catalogándola como
una obra suntuaria, a ello se le unió el prurito venezolano que
tienen los nuevos gobernantes de mirar de reojo cuantas obras
en ejecución o proyectos elaborados hubiesen dejado las
administraciones
anteriores; el periódico El Monolito publicó al día siguiente del
derrocamiento el siguiente mensaje: “El Parque Metropolitano de
Valencia será el mejor de los regalos de las generaciones actuales
a las generaciones venideras”. Así, la Junta de Gobierno de la
República
de Venezuela, bajo la Presidencia del doctor Edgar Sanabria
sancionó el 30 de Diciembre de 1.958, el Decreto donde se declara
de Utilidad Pública Nacional, la construcción del Parque
Metropolitano
de la ciudad de Valencia, en una extensión aproximada de
90 hectáreas, en los Municipios San José, Catedral, San Blas, y
Santa Rosa, ordenándose las expropiaciones necesarias de los
terrenos de propiedad particular, quedando encargados de la
ejecución
del presente Decreto, los Ministros de Relaciones Interiores, de
Obras Públicas, y de Agricultura y Cría.; con ello, se dió un paso
importante al asegurarle a Valencia, una zona consagrada por la
naturaleza y por la tradición, para el crecimiento y desarrollo del
Parque. El Concejo Municipal del Distrito Valencia bajo la
presidencia del Dr. Dario Hoffmann Henríquez, publicó en los
diarios regionales un Decreto donde se declaró Huesped de Honor
al Dr. Edgar Sanabria, y día de jubilo su visita a Valencia.
Igualmente a los caraqueños se le dió las buenas noticias sobre
la construcción del Parque Nacional en el Este de Caracas, entre la
Autopista del Este y la Avenida Francisco de Miranda, con una
extensión de 77 hectáreas; lo cierto es que los caraqueños desde
1970 tienen un Parque Urbano, cuyo proyecto fue elaborado
por famosos arquitectos paisajistas internacionales, tales como
Roberto Burle Marx, Fernándo Tábora y John Stoddart; todo lo cual
motivó la creación del Instituto Autónomo Parque del Este en 1961,
que luego se transformó en el Instituto Nacional de Parques en
1973. Esto último, debe hacer reflexionar al gobierno nacional, y
a la gran familia valenciana llámese gobierno regional, municipal,
civiles, militares, religiosos, partidos políticos, y medios de
comunicación; para que nos unamos en pro de tan grandiosa obra,
pues si todos apoyamos el cultivo técnico de esos espacios naturales
abiertos, pronto veremos el desarrollo total de un parque de
expansión espiritual, de recreación mental y física para todos sin
distingo de clase, religión o color.
encontramos
entre los años 1.957 y 1.958, en plena turbulencia nacional,
cuando
existía una conspiración política contra el gobierno militar de
Marcos Pérez Jiménez. A pesar de ello, la motivación de varios
ciudadanos y profesionales en pro del Parque Metropolitano no
desmayó, fueron muchas las reuniones efectuadas en el Centro
de Ingenieros del estado Carabobo, para planificar, organizar y
ejecutar tan valiosa obra; desde luego, fue fundamental para la
vida del Parque Metropolitano, el Decreto emanado del
Gobernador
de Carabobo, Dr. Ivan Darío Maldonado, donde se fundó la
Junta Promotora del Parque Metropolitano de Valencia, se
contrató
el levantamiento topográfico y catastro de la zona afectada por
el parque en el año de 1.957 a la empresa Cartográfica Mercator;
tales hechos demuestran que ese mandatario era un convencido
que el Parque Metropolitano brindaría a Valencia, además de
los bienes específico que tales obras de utilidad y ornato cumplen,
la conservación de los recursos renovables, atracción, estímulo al
turismo, y cooperación en la lucha contra la delincuencia. En fin,
nos encontramos en presencia de una obra diseñada especialmente
para nuestros niños sin distingo de esferas sociales, cuyo mensaje
logró para ese período, la unión de los esfuerzos del gobierno
nacional a través de los Ministerios de Obras Públicas, de Agricultura
y Cría, como del gobierno regional, gobierno municipal, y otras
organizaciones civiles tales como el Colegio de Ingenieros, la
Sociedad de Amigos de Valencia, y los medios de comunicación.
Fueron muchas las buenas noticias sobre la construcción del Parque
Metropolitano en los diversos medios de comunicación, se formó
una matriz positiva que continuó luego del derrocamiento de Pérez
Jiménez y el ascenso al poder del Partido Acción Democrática;
aunque nunca faltan algunos opositores que se encargaron de
anunciar que el proyecto de Parque Metropolitano correspondía
a la política de relumbrón del régimen pasado, catalogándola como
una obra suntuaria, a ello se le unió el prurito venezolano que
tienen los nuevos gobernantes de mirar de reojo cuantas obras
en ejecución o proyectos elaborados hubiesen dejado las
administraciones
anteriores; el periódico El Monolito publicó al día siguiente del
derrocamiento el siguiente mensaje: “El Parque Metropolitano de
Valencia será el mejor de los regalos de las generaciones actuales
a las generaciones venideras”. Así, la Junta de Gobierno de la
República
de Venezuela, bajo la Presidencia del doctor Edgar Sanabria
sancionó el 30 de Diciembre de 1.958, el Decreto donde se declara
de Utilidad Pública Nacional, la construcción del Parque
Metropolitano
de la ciudad de Valencia, en una extensión aproximada de
90 hectáreas, en los Municipios San José, Catedral, San Blas, y
Santa Rosa, ordenándose las expropiaciones necesarias de los
terrenos de propiedad particular, quedando encargados de la
ejecución
del presente Decreto, los Ministros de Relaciones Interiores, de
Obras Públicas, y de Agricultura y Cría.; con ello, se dió un paso
importante al asegurarle a Valencia, una zona consagrada por la
naturaleza y por la tradición, para el crecimiento y desarrollo del
Parque. El Concejo Municipal del Distrito Valencia bajo la
presidencia del Dr. Dario Hoffmann Henríquez, publicó en los
diarios regionales un Decreto donde se declaró Huesped de Honor
al Dr. Edgar Sanabria, y día de jubilo su visita a Valencia.
Igualmente a los caraqueños se le dió las buenas noticias sobre
la construcción del Parque Nacional en el Este de Caracas, entre la
Autopista del Este y la Avenida Francisco de Miranda, con una
extensión de 77 hectáreas; lo cierto es que los caraqueños desde
1970 tienen un Parque Urbano, cuyo proyecto fue elaborado
por famosos arquitectos paisajistas internacionales, tales como
Roberto Burle Marx, Fernándo Tábora y John Stoddart; todo lo cual
motivó la creación del Instituto Autónomo Parque del Este en 1961,
que luego se transformó en el Instituto Nacional de Parques en
1973. Esto último, debe hacer reflexionar al gobierno nacional, y
a la gran familia valenciana llámese gobierno regional, municipal,
civiles, militares, religiosos, partidos políticos, y medios de
comunicación; para que nos unamos en pro de tan grandiosa obra,
pues si todos apoyamos el cultivo técnico de esos espacios naturales
abiertos, pronto veremos el desarrollo total de un parque de
expansión espiritual, de recreación mental y física para todos sin
distingo de clase, religión o color.
La Junta Promotora del Parque Metropolitano de Valencia,
tenía las atribuciones de obtener las autorizaciones requeridas para
que el Ejecutivo del Estado inicie la construcción del Parque,
autorizar el proyecto definitivo, y gestionar las adquisiciones de
terreno, ya sea a título gratuito, o a título oneroso, de acuerdo con
las posibilidades del Erario Municipal. Hay que mencionar la buena
disposición observada en esa época en el ánimo de los propietarios
de los terrenos, su alta cooperación con el Gobierno y con la Junta,
para que éste proyecto fuese una realidad en un futuro no lejano,
tal como Valencia lo solicitaba y aún lo necesita. Para esa primera
etapa del Parque, tenemos el logro en Diciembre de 1.957, en la
zona comprendida entre la Calle Colombia hasta la Calle Navas
Spínola, donde existió la Estación Alemana, tales terrenos fueron
entregados al Concejo Municipal mediante autorización del Instituto
de Ferrocarriles; por cierto, lo sorprendente y noticioso para la
valencianidad, fue la higienización, adecentamiento y
embellecimiento realizado por la Comisión en ese tramo a un costo
de Bs. 750,00, todo lo cual se debió a que valencianos por
nacimiento y de corazón (trabajo voluntario), mas la buena
disposición de los diferentes entes gubernamentales, se unieran
espontáneamente en pro de los verdaderos intereses de la ciudad.
Otro de los logros, fue en relación a los terrenos privados de la
empresa Inversiones Intec, quien manifestó su voluntad de donar
esos terrenos en la zona comprendida entre la Calle Navas Spínola
y el Cerro Los Monos que colinda con la Fabrica de Cemento, el
cual forma parte de mayor extensión de la Urbanización Lomas
del Este, con una superficie aproximada de 11 hectáreas; donde
se permitió la construcción del Gimnasio cubierto “Teodoro
Guabaira”,
un velódromo con alumbrado eléctrico, dos campos deportivos
para béisbol infantil, dos canchas de tenis y una pista de patinaje;
lamentablemente parte de estas obras se han perdidos, y parte
del terreno se encuentran ilegalmente ocupado por el gobierno
de Carabobo para usos diferentes al deportivo o recreativo. A
finales
del año 1958, la Junta Promotora del Parque Metropolitano de
Valencia alertó al Ejecutivo de que “el Parque Metropolitano
debe ser acometido decididamente, ya que si no se procede a la
adquisición de los terrenos y a la ejecución de las obras de limpieza,
vigilancia y conservación, podrá ocurrir en el futuro, no disponga
la ciudad de esa obra que por sus características es básica para el
desarrollo armónico y funcional de Valencia”.
tenía las atribuciones de obtener las autorizaciones requeridas para
que el Ejecutivo del Estado inicie la construcción del Parque,
autorizar el proyecto definitivo, y gestionar las adquisiciones de
terreno, ya sea a título gratuito, o a título oneroso, de acuerdo con
las posibilidades del Erario Municipal. Hay que mencionar la buena
disposición observada en esa época en el ánimo de los propietarios
de los terrenos, su alta cooperación con el Gobierno y con la Junta,
para que éste proyecto fuese una realidad en un futuro no lejano,
tal como Valencia lo solicitaba y aún lo necesita. Para esa primera
etapa del Parque, tenemos el logro en Diciembre de 1.957, en la
zona comprendida entre la Calle Colombia hasta la Calle Navas
Spínola, donde existió la Estación Alemana, tales terrenos fueron
entregados al Concejo Municipal mediante autorización del Instituto
de Ferrocarriles; por cierto, lo sorprendente y noticioso para la
valencianidad, fue la higienización, adecentamiento y
embellecimiento realizado por la Comisión en ese tramo a un costo
de Bs. 750,00, todo lo cual se debió a que valencianos por
nacimiento y de corazón (trabajo voluntario), mas la buena
disposición de los diferentes entes gubernamentales, se unieran
espontáneamente en pro de los verdaderos intereses de la ciudad.
Otro de los logros, fue en relación a los terrenos privados de la
empresa Inversiones Intec, quien manifestó su voluntad de donar
esos terrenos en la zona comprendida entre la Calle Navas Spínola
y el Cerro Los Monos que colinda con la Fabrica de Cemento, el
cual forma parte de mayor extensión de la Urbanización Lomas
del Este, con una superficie aproximada de 11 hectáreas; donde
se permitió la construcción del Gimnasio cubierto “Teodoro
Guabaira”,
un velódromo con alumbrado eléctrico, dos campos deportivos
para béisbol infantil, dos canchas de tenis y una pista de patinaje;
lamentablemente parte de estas obras se han perdidos, y parte
del terreno se encuentran ilegalmente ocupado por el gobierno
de Carabobo para usos diferentes al deportivo o recreativo. A
finales
del año 1958, la Junta Promotora del Parque Metropolitano de
Valencia alertó al Ejecutivo de que “el Parque Metropolitano
debe ser acometido decididamente, ya que si no se procede a la
adquisición de los terrenos y a la ejecución de las obras de limpieza,
vigilancia y conservación, podrá ocurrir en el futuro, no disponga
la ciudad de esa obra que por sus características es básica para el
desarrollo armónico y funcional de Valencia”.
Era asombroso la identificación del gobierno Municipal con
el Parque Metropolitano, como ejemplo, podemos ver en la
Gaceta Municipal Nº 700 del 28/6/1957, cuando un ciudadano
económicamente poderoso (Augusto Sanpedro) hizo una solicitud
ante el Ingeniero Municipal para construir en los terrenos ubicados
en la zona destinada al Parque Metropolitano (donde existía el
prostíbulo mas famoso de Venezuela, conocido como “El Tabarín”);
y ver la incuestionable y honorable defensa que hizo el Concejal
Teodoro Gubaira a favor de la construcción del Parque
Metropolitano, destacando que era una verdadera necesidad para
Valencia y que el Concejo Municipal debía esforzarse en su logro.
el Parque Metropolitano, como ejemplo, podemos ver en la
Gaceta Municipal Nº 700 del 28/6/1957, cuando un ciudadano
económicamente poderoso (Augusto Sanpedro) hizo una solicitud
ante el Ingeniero Municipal para construir en los terrenos ubicados
en la zona destinada al Parque Metropolitano (donde existía el
prostíbulo mas famoso de Venezuela, conocido como “El Tabarín”);
y ver la incuestionable y honorable defensa que hizo el Concejal
Teodoro Gubaira a favor de la construcción del Parque
Metropolitano, destacando que era una verdadera necesidad para
Valencia y que el Concejo Municipal debía esforzarse en su logro.
A partir del gobierno de Rómulo Betancourt, el Parque
Metropolitano de Valencia fue conceptuado como una obra de
ínfima importancia y acaso suntuaria; quizás por el hecho de que
tan importante obra para Valencia, había sido estimulada por
gobernantes del régimen depuesto, o por ser mérito del Dr.
Edgar Sanabria, inmediato antecesor en la Primera Magistratura,
quien hizo que la Nación diera ese gran paso de asegurar a Valencia
la zona ambiental y espiritual. Muchos fueron los esfuerzos de los
primeros gobernadores de la democracia ante el Presidente de la
República, para que se incluyera el punto del Parque en la agenda
de las obras de importancia. Entre los gobernadores que apoyaron
al Parque, tenemos al doctor Luis Rivero Salas (+), quien desarrolló
3 parques infantiles, lago navegable, museo, jardín zoológico; su
inauguración fue 1964 en el Parque Humbolt, frente a la Estación
Alemana, a la ceremonia asistieron los Ministros de Relaciones
Interiores,
de Obras Públicas, y de Agricultura y Cría, y los gobernadores de
los estados Aragua, Cojedes, Lara, Falcón, y Guarico; en el discurso
a cargo del Ing. Azcunez dijo lo siguiente: “entre las razones para la
existencia del Parque están la de preservar la función biológica de
pulmón de la ciudad que las zonas verdes representan, para que la
zona se convirtiera en un solar de Valencia, y para impedir que el
crecimiento de Valencia destruyera esa hermosura”. Durante varios
años el Parque fue el sitio obligado para el entretenimiento de los
niños y adultos, pero la falta de programas de mantenimiento y
de coordinación entre los entes gubernamentales, sepultó muchas
de las obras inauguradas; ya en Marzo de 1969, la revista
“El Lago”, escribe: “¡Salvemos el Parque Metropolitano de
Valencia!”. En el año 1979, por iniciativa de la esposa del
Gobernador, Arq. Graciela de Gómez, se aprueba una inversión
que sobrepasó los doce millones de bolívares viejos, con lo cual se
construyó el Parque “Negra Hipólita”, conformado por
estacionamiento, laberinto fotocromático, Plaza de la Marina,
la estatua de la Negra Hipólita, parque educativo de vialidad y
tránsito, la plaza de las mariposas (la cual fue demolida por el
gobernador Salas-Romer), caneyes para fiestas infantiles, fuente
de soda, parque infantil, 2 canchas múltiples, oficinas, caminerías
duras y blandas, iluminación y zonas verdes con un sistema de
riego israelí; dichas obras fueron posibles por un coordinado
gobernación, MTC, y Concejo Municipal. En un Editorial de El
Carabobeño en 1980, se propuso la creación de una Fundación
de Parques, y Jardines para Valencia; tal propuesta fue presentada
en la Cámara Municipal de Valencia, y apoyada por el Cronista
de la Ciudad, dando origen en Julio de 1983 a la “Fundación
Parque Metropolitano de Valencia”, con el objeto principal de
desarrollar integralmente el Parque, así como rescatar los terrenos
ya incorporados y los que aún permanezcan en manos de
particulares;
fue integrada por el Concejo Municipal, la Fundación del Niño,
la Sociedad Amigos de Valencia, el Ateneo de Valencia, las Cámaras,
Colegios profesionales, Universidad de Carabobo y otros; su primer
y único Presidente fue el Arq. Manuel Jácome (+). En enero de 1985,
el Director de Defensa Civil, con el objeto de solucionar este
problema de orden Social y Moral, le solicitó en comodato o préstamo
al directorio de la Fundación del Parque, una pequeña área de
las instalaciones del Parque Metropolitano, con el compromiso de
ayudar al cuido, conservación, reforestación, mantenimiento,
vigilancia, y control de los visitantes del Parque; la realidad hoy
en día, es que la mayoría de los valencianos no disfrutan de esas
áreas, además se han construido muchas oficinas invadiendo sus
espacios sagrados, existe un cementerio de chatarras, un centro de
demarcajes para la policía, y hasta fue utilizado como helipuerto
para uso exclusivo del gobernador. A partir de 1992, bajo el
gobierno de Salas Römer, se prosigue con la construcción del Parque
Metropolitano entre el Parque Negra Hipólita y el Parque
Juan Cuchara, según proyecto del Ing. Civil y paisajista Eduardo
Santaella, y de un plumazo llama “Parque Fernando Peñalver”
a los tres Parques; en el nefasto e infiel gobierno de Acosta Carlez,
lo único ejecutado al Parque fue calcar un Decreto cambiándole
el nombre a “Negra Hipolita”. En conclusión, aunque muchos
valencianos han trabajado ad-honorem, únicamente por amor
a Valencia, la falta de presupuesto, las limitaciones económicas,
la corrupción, los intereses individuales, el egoísmo, el protagonismo
entre los diferentes organismos del estado, y la red de complicidad,
han impedido llevar adelante el Parque Metropolitano de Valencia,
única ciudad de Venezuela, que tiene el privilegio de ser atravesada
de Norte a Sur por el río Cabriales, acompañado de un Parque
con frondosos árboles, pájaros, y hasta reptiles hidrosaurios.
Metropolitano de Valencia fue conceptuado como una obra de
ínfima importancia y acaso suntuaria; quizás por el hecho de que
tan importante obra para Valencia, había sido estimulada por
gobernantes del régimen depuesto, o por ser mérito del Dr.
Edgar Sanabria, inmediato antecesor en la Primera Magistratura,
quien hizo que la Nación diera ese gran paso de asegurar a Valencia
la zona ambiental y espiritual. Muchos fueron los esfuerzos de los
primeros gobernadores de la democracia ante el Presidente de la
República, para que se incluyera el punto del Parque en la agenda
de las obras de importancia. Entre los gobernadores que apoyaron
al Parque, tenemos al doctor Luis Rivero Salas (+), quien desarrolló
3 parques infantiles, lago navegable, museo, jardín zoológico; su
inauguración fue 1964 en el Parque Humbolt, frente a la Estación
Alemana, a la ceremonia asistieron los Ministros de Relaciones
Interiores,
de Obras Públicas, y de Agricultura y Cría, y los gobernadores de
los estados Aragua, Cojedes, Lara, Falcón, y Guarico; en el discurso
a cargo del Ing. Azcunez dijo lo siguiente: “entre las razones para la
existencia del Parque están la de preservar la función biológica de
pulmón de la ciudad que las zonas verdes representan, para que la
zona se convirtiera en un solar de Valencia, y para impedir que el
crecimiento de Valencia destruyera esa hermosura”. Durante varios
años el Parque fue el sitio obligado para el entretenimiento de los
niños y adultos, pero la falta de programas de mantenimiento y
de coordinación entre los entes gubernamentales, sepultó muchas
de las obras inauguradas; ya en Marzo de 1969, la revista
“El Lago”, escribe: “¡Salvemos el Parque Metropolitano de
Valencia!”. En el año 1979, por iniciativa de la esposa del
Gobernador, Arq. Graciela de Gómez, se aprueba una inversión
que sobrepasó los doce millones de bolívares viejos, con lo cual se
construyó el Parque “Negra Hipólita”, conformado por
estacionamiento, laberinto fotocromático, Plaza de la Marina,
la estatua de la Negra Hipólita, parque educativo de vialidad y
tránsito, la plaza de las mariposas (la cual fue demolida por el
gobernador Salas-Romer), caneyes para fiestas infantiles, fuente
de soda, parque infantil, 2 canchas múltiples, oficinas, caminerías
duras y blandas, iluminación y zonas verdes con un sistema de
riego israelí; dichas obras fueron posibles por un coordinado
gobernación, MTC, y Concejo Municipal. En un Editorial de El
Carabobeño en 1980, se propuso la creación de una Fundación
de Parques, y Jardines para Valencia; tal propuesta fue presentada
en la Cámara Municipal de Valencia, y apoyada por el Cronista
de la Ciudad, dando origen en Julio de 1983 a la “Fundación
Parque Metropolitano de Valencia”, con el objeto principal de
desarrollar integralmente el Parque, así como rescatar los terrenos
ya incorporados y los que aún permanezcan en manos de
particulares;
fue integrada por el Concejo Municipal, la Fundación del Niño,
la Sociedad Amigos de Valencia, el Ateneo de Valencia, las Cámaras,
Colegios profesionales, Universidad de Carabobo y otros; su primer
y único Presidente fue el Arq. Manuel Jácome (+). En enero de 1985,
el Director de Defensa Civil, con el objeto de solucionar este
problema de orden Social y Moral, le solicitó en comodato o préstamo
al directorio de la Fundación del Parque, una pequeña área de
las instalaciones del Parque Metropolitano, con el compromiso de
ayudar al cuido, conservación, reforestación, mantenimiento,
vigilancia, y control de los visitantes del Parque; la realidad hoy
en día, es que la mayoría de los valencianos no disfrutan de esas
áreas, además se han construido muchas oficinas invadiendo sus
espacios sagrados, existe un cementerio de chatarras, un centro de
demarcajes para la policía, y hasta fue utilizado como helipuerto
para uso exclusivo del gobernador. A partir de 1992, bajo el
gobierno de Salas Römer, se prosigue con la construcción del Parque
Metropolitano entre el Parque Negra Hipólita y el Parque
Juan Cuchara, según proyecto del Ing. Civil y paisajista Eduardo
Santaella, y de un plumazo llama “Parque Fernando Peñalver”
a los tres Parques; en el nefasto e infiel gobierno de Acosta Carlez,
lo único ejecutado al Parque fue calcar un Decreto cambiándole
el nombre a “Negra Hipolita”. En conclusión, aunque muchos
valencianos han trabajado ad-honorem, únicamente por amor
a Valencia, la falta de presupuesto, las limitaciones económicas,
la corrupción, los intereses individuales, el egoísmo, el protagonismo
entre los diferentes organismos del estado, y la red de complicidad,
han impedido llevar adelante el Parque Metropolitano de Valencia,
única ciudad de Venezuela, que tiene el privilegio de ser atravesada
de Norte a Sur por el río Cabriales, acompañado de un Parque
con frondosos árboles, pájaros, y hasta reptiles hidrosaurios.
eggrooscors@gmail.com
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