Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

lunes, 2 de marzo de 2015

Chávez llega al poder, sobre todo, denigrando de los 40 años de democracia (1958-1998). Ahora cada "revolucionario", creído neo filántropo de la vida pública nacional, se indigna ante cualquier juicio crítico sobre la actual gestión gubernativa visiblemente destructiva. El oficialismo se ampara en simuladas iracundias patrióticas tratando de ocultar la crisis más profunda de las últimas 8 décadas. El desarreglo social se avista hasta en el aire. ¿Cómo se llega a esta aciaga degradación en medio de una enorme riqueza?

Transición y fantasías

El acuerdo debe dirigir su mensaje hacia los grupos sociales reticentes a la alternativa democrática

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CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ |  EL UNIVERSAL
domingo 1 de marzo de 2015  12:00 AM
Para que sirvieron las firmas de convocantes a "la constituyente" el año pasado? ¿Cuántas firmas hacen falta para que comience "la transición"? En cambio la derrota en las parlamentarias o una posible emergencia de extrema izquierda remacharían las cadenas de López y el alcalde Ledezma, por no pensar peor. Es triste que quienes desean ser líderes no entiendan algo tan simple. A muchos los mordió el mismo bicho que a los opositores de Juan Vicente Gómez cuyos desacuerdos, invasiones, alzamientos fallidos y divisiones, facilitaron crear un régimen de miedo que duró 27 años hasta su muerte. Pero siempre existe la posibilidad de que algún pajarito hable hoy a varios aspirantes a líderes y les haga comprender la dramática necesidad de bajar a tierra y enfrentar unidos y sin más inventos el reto electoral inmediato. Mientras la gente se dispersa en ocurrencias geniales como la salidala constituyente y ahora la transición, más se aleja la posibilidad de materializar la única tarea real que procede. 

El único freno visible a una perspectiva totalitaria es el triunfo electoral de las fuerzas del cambio. No hay otra llave. De no ser así viene un abismo insondable, que no se sabe dónde cae. Desde antes de 1928 -fecha de un gran acontecimiento opositor- existieron grupos que concebían la política en términos modernos y que intentaron fundar sindicatos y partidos, pero también iluminados dispuestos a romperlo todo si no giraba alrededor de sus ocurrencias mesiánicas y equivocadas. En otra banda estaban los grupos tradicionales de caudillos y ex caudillos que convertían sus peonadas en pequeños ejércitos y querían resolver las cosas con más barbarie. Algunos creían que el sol de la libertad vendría en desembarcos y otras operaciones espectaculares y heroicas pero siempre trágicas. 

El caudillismo ruge

Había los que se contentaban con hacer "clubes políticos" para reunirse a discutir y elucubrar en los medios ilustrados, especie de twitter de los años. Divididos y enfrentados, odiaban más a sus compañeros con desacuerdos que a la dictadura. Esos fraccionamientos, recelos, envidias y odios ayudaron a Gómez a reinar hasta su muerte. Por fortuna Rómulo Betancourt, el más importante pensador democrático, estratega y líder latinoamericano del siglo XX se propuso aplacar la insensatez con partidos políticos estructurados, ideológicos, claras normativas de funcionamiento y dedicados a organizarse y promover movimientos sociales democráticos. Pero el caudillismo rugía en plena transición (transición de verdad) por los graves errores de AD, Copei, URD y la falta de experiencia política del maestro Rómulo Gallegos. 

Nació y murió la dictadura en 1958 y la experiencia de entre 1945-1948 hizo que Betancourt se dedicara a meter en cintura dos factores esenciales en la caída de lo que él llamó "el experimento democrático", Caldera y Villalba, y por eso nace el Pacto de Punto Fijo de octubre de 1958. Ese fue un acuerdo para conducir la transición e impedir que los militares que habían derrocado a Pérez Jiménez regresaran al poder, o que lo hiciera la izquierda radical. Betancourt promovió una alianza amplia que incorporó a casi toda la sociedad, partidos, empresarios, sindicatos, clero, y a su vera se hicieron varios pactos, como elPrograma mínimo común de gobierno, el Pacto obrero patronal y laConstitución de 1961, entre otros. Ese acuerdo para la transición de verdad, -aunque nunca se llamara así-, tenía sentido porque ya la dictadura había caído y se vivía efectivamente una transición.

Acuerdo de los que piensan igual

Y revestía un rasgo esencial: no era una operación entre minorías que pensaban lo mismo -no fue el caso del niño que solo sabía leer en su libro- y se extendía a los partidos que habían desestabilizado a Gallegos. Betancourt pudo sobreponerse al odio, el resentimiento y el rencor por los sucesos recientes, para asegurar el porvenir. El liderazgo político creó una ola de optimismo y fe en el futuro que presidió la época, el espíritu del 23 de enero, basado en la Unidad, la idea de que vendría algo esplendoroso. Lo que se aprecia hoy, al contrario, es una arremetida a fondo del poder para segar los espacios democráticos que se mantienen a duras penas, el encarcelamiento y la amenaza contra dirigentes democráticos, violencia contra jóvenes estudiantes, el avance del poder total, y luce surrealista hablar de acuerdo para una transición imaginaria. 

La urgencia es llamar a votar en las primarias opositoras y en las elecciones, darle esperanzas a la ciudadanía e incluir la mayor cantidad posible de sectores. El acuerdo pertinente debe dirigir su mensaje hacia los grupos sociales reticentes a la alternativa democrática, que con frecuencia tienen buenas razones. Debe terminarse con los juegos florales, y las exigencias del momento claman por reacciones serias y maduras. Se vive un salto vacío en la oscuridad pero hay una enorme posibilidad de ganar las parlamentarias. Las diferencias surgidas sobre la transición ilusa reverdecen la ponzoña de que hay opositores buenos y malos, honestos y deshonestos, colaboracionistas y radicales y promueven la división y el abstencionismo ¿Transición? ¿Cómo, cuándo, dónde? Son fantasías y el documento que debía presentar la alternativa en su totalidad debería ser para llamar a la gente a votar. Hay una gran posibilidad de conquistar el Poder Legislativo para comenzar a superar una crisis que amenaza con el caos. 

@CarlosRaulHer


16 años después: ¡degradación!

MIGUEL BAHACHILLE M. |  EL UNIVERSAL
lunes 2 de marzo de 2015  12:00 AM
Chávez llega al poder, sobre todo, denigrando de los 40 años de democracia (1958-1998). Ahora cada "revolucionario", creído neo filántropo de la vida pública nacional, se indigna ante cualquier juicio crítico sobre la actual gestión gubernativa visiblemente destructiva. El oficialismo se ampara en simuladas iracundias patrióticas tratando de ocultar la crisis más profunda de las últimas 8 décadas. El desarreglo social se avista hasta en el aire. ¿Cómo se llega a esta aciaga degradación en medio de una enorme riqueza? Veamos: 

-Manipulación afrentosa de entidades del Estado; silencio complaciente ante exfoliación del erario; ruina de servicios públicos; aval incondicional a advenedizos corruptos que se atribuyen prosapia "revolucionaria" y, sobre todo, falta de juicio crítico frente al "surtido" de yerros burocráticos. Esos "matices", entre otras turbulencias, y no complots sediciosos, configuraron una díscola sinopsis que propició la violencia a la vez que se ahuyentaba la inversión y aporte privado.

-¿Puede negarse el evidente colapso del sistema educativo que "por descuido" favorece el éxodo masivo de profesores a otros países como Ecuador? Presupuesto inadecuado, bajos salarios, abandono de la infraestructura didáctica, constituyen un desdichado cuadro que constriñe a los egresados de pedagógicos y universidades a "cabalgar horarios" o cambiar de profesión.

-La misma pregunta cabe para el sector salud. ¿Es mentira la reaparición de tuberculosis, paludismo, dengue y la aparición masiva de chikungunya? Como si fuere poco, están a la vista las penurias de pacientes menguados que acuden a hospitales públicos invocando atención primaria. Las degradantes escenas a las puertas de estos centros describen por sí solas el drama de los enfermos.

-¿Es incierto que la delincuencia patibularia ha invadido todo el territorio nacional? Los escenarios criminales que semanalmente se contabilizan por decenas evocan por su horribilidad a los asesinatos de las bandas de Chicago en 1928. 

Pero el proceso de deterioro no se restringe a los puntos citados. También ha invadido a partidos políticos, Poder Judicial, Congreso de la Republica, cuerpos de seguridad del Estado, Fuerzas Armadas, sistema monetario, transporte público, régimen carcelario y policial, puertos y aeropuertos, vías de comunicación y hasta la majestad de la presidencia de la República.

El proceso de degradación continuo de la clase media y el incremento brutal de la pobreza nos obliga a cohabitar en contextos inéditos e indignos. Esas crudezas no pueden ser silenciadas como lo pretende el régimen. Descalificar la denuncia equivale a negar la esencia misma de la democracia. El silencio implica aceptar que somos inservibles para intervenir en los laudos de nuestra vecindad e inhabilitarnos para decidir sobre el futuro que anhelamos.

El mayor peligro está en que la mayoría decline y se convenza que no es factible cambiar nada de la actual situación; que la democracia como forma de Estado no funciona; que nuestras instituciones políticas, partidos y parlamentos son inservibles para atender y solucionar los conflictos que nos rodean y en los que estamos inmersos. El actual patrón (el socialista) no es una referencia válida porque denigra del comportamiento democrático.  

El ingreso billonario de los últimos años dejó efectos embriagadores en buena parte de la población que supuso saborearía a sus anchas los frutos del milagro de la lotería petrolera lo cual lo haría feliz para siempre. Esa idea, por barata, carecía de contenido productivo y de influencia real. Como la droga de baja calidad, conduce a la modorra y de allí a la apatía. No es sentado en una poltrona frente al televisor con control en mano pescando "imágenes satisfactorias" como se logran los cambios y el aporte participativo.

La nación y sus instituciones están degradadas como nunca en su historia. El ciudadano está en una inédita encrucijada: se incorpora a la modorra y deja que "las cosas ocurran" o participa activamente con los avíos de la democracia como por ejemplo preparándose para las elecciones parlamentarias de este año. ¡Todo lo demás es fantasía!

miguelbmer@gmail.com
@MiguelBM29

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